Los griegos utilizaban pigmentos para la decoración, no sólo de sus casas sino también de sus propios cuerpos. Los alumnos de 4º de E.S.O. del I.E.S. “Juan de Villanueva” de Madrid utilizaron pigmentos minerales, dispersos en agua, aceites o colas, para teñir cabellos o pintar al fresco como lo hacían en la antigua Grecia, para ello fabricaron moldes con yeso cubiertos con “lechada” de cal.

1.- Pigmentos decorativos

El índigo o añil, glucósido natural que se extrae de las hojas de un género de leguminosas de la familia de papilionáceas, y las indígoferas, cuyas principales especies crecen en la India, Sumatra y América Central, se usaban en la antigua Grecia como pigmento para la pintura y la cerámica y como tintura para textiles.

(Pigmentos utilizados por los alumnos)

2.- Materiales para pinturas

Pintura “al buen fresco”: Es una técnica muy antigua que comenzó en Grecia, consiste en mezclar los pigmentos con agua y cola y se aplican sobre una superficie de cal húmeda, de este modo se provoca una reacción química llamada carbonatación. En la pared, la cal húmeda, que es un hidróxido de calcio Ca(OH)2 , al contacto con el dióxido de carbono CO2 reacciona dando lugar a los productos carbonato de calcio CaCO3 y agua, ésta posteriormente se evapora, y la cal se endurece. Así quedan fijos los pigmentos que se aplican después..

3.- Preparación de un tinte capilar

Una pomada de pétalos de flores amarillas, una solución de potasio y polvos de color para obtener una coloración rubia en los cabellos. Afrodita, la diosa de la belleza y el amor es, ha sido y siempre será rubia; constancia de ello nos ha quedado en la Afrodita de Cnido, una escultura del griego Praxíteles en el siglo V a. C. muestra a la diosa del amor rubia (en Grecia, menos del 5% de la población era rubia). El rubio siempre fue un color al que se aspiraba en la antigua Grecia.

(En la fotografía, mechas de lana y cáñamo coloreadas con pigmentos por los alumnos)

4.- Maquillaje

El maquillaje de las mujeres en Atenas se basaba en el color negro y azul para los ojos; coloreaban sus mejillas con carmín y los labios y las uñas se pintaban de un único tono, por ejemplo bermellón, también con ocre y óxido de hierro extendiendo el mejunje con un cepillo o palito. Se consideraba que el color de la piel de la cara debía ser pálido. El colorete era casi inocuo con una base de sustancias vegetales inofensivas, tales como las moras y las algas marinas, pero se coloreaba con cinabrio (sulfuro rojo de mercurio) que es venenoso. La piel se blanqueaba mediante una mezcla hecha a base de yeso, harina de habas, tiza y albayalde (carbonato clásico de plomo) muy tóxico , que al final producía resultados totalmente contrarios a los pretendidos, ya que al contacto con el sol oscurecía el rostro. Heredaron de los egipcios el uso del khol que es un producto mineral preparado con una mezcla de galena (sulfuro de plomo), antimonita (sulfuro de antimonio) y malaquita con azufre y grasa animal, utilizado para maquillar los ojos; el khol puede ser negro o gris, además de su función decorativa lo empleaban para prevenir enfermedades oculares, como repelente de moscas y para prevenir el reflejo del sol. Más tarde se fabricaron barritas de carbón muy delgadas, o de azafrán, que servían para pintarse también las cejas, siendo éste el origen del “rimmel”.

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