Acción Católica -Material formativo

A- Aspecto doctrinal

1- ¿Qué es el apostolado?

Apostolado es extender el Reino de Cristo en toda la tierra, para hacer partícipes a todos los hombres de la Redención salvadora, y para que por medio de ellos se ordene todo el mundo a Cristo. (Cfr.A.A.2)

El fundamento de la apostolicidad es el estar “fundada sobre los Apóstoles, y esto en un triple sentido:

· fue y permanece edificada sobre ‘el fundamento de los apóstoles’, testigos escogidos y enviados en misión por el mismo Cristo.

· guarda y transmite, con la ayuda del Espíritu Santo que habita en ella, la enseñanza, el buen depósito, las sanas palabras oídas a los Apóstoles, de parte de Jesucristo.

· sigue siendo enseñada, santificada y dirigida por los Apóstoles hasta la vuelta de Cristo gracias a aquellos que los suceden en su ministerio pastoral: el colegio de los obispos...”(Cfr. N.C.I.C. Nº 857 y ss.).

Esta tarea es la misión de toda la Iglesia. “Toda la Iglesia es apostólica mientras permanezca, a través de los sucesores de San Pedro y de los Apóstoles, en comunión de fe y de vida con su origen. Toda la Iglesia es apostólica en cuanto que ella es ‘enviada’ al mundo entero; todos los miembros de la Iglesia, aunque de diferentes maneras, tienen parte en este envío. ‘La vocación cristiana, por su misma naturaleza, es también vocación al apostolado’.”(N.C.I.C. Nº 863)

2- ¿Qué es evangelizar?

Evangelizar significa para la Iglesia llevar la Buena Nueva a todos los ambientes de la humanidad y, con su influjo, transformar desde dentro, renovar a la misma humanidad: He aquí que hago nuevas todas las cosas . Pero la verdad es que no ahy humanidad nueva sin hombres nuevos, con la novedad del Bautismo y de la vida según el Evangelio” (EN 18). La Buena Noticia que anunciamos es la noticia, sencilla y grande , de la persona de Cristo, el Señor, que vino a reconciliarnos con el Creador y a decirnos que Dios es el Padre, nos ama , nos llama a compartir su amor y nos envía su Santo Espíritu.

3- ¿Todo cristiano es apóstol?

Sí, “la vocación cristiana, por su misma naturaleza, es también vocación al apostolado” (A.A.Nº 2). En E.N.Nº 14 se lee: “evangelizar constituye, en efecto, la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda. Ella existe para evangelizar...”

4- ¿Cómo se debe ejercer el apostolado?

Constituye una libre opción el formar parte o no de las distintas asociaciones, e incluso eligiendo entre ellas, conforme a su propio carisma. Sin embargo, la Iglesia recomienda que todos los cristianos ejerzan su apostolado en forma comunitaria, recordando que “donde estén dos o más congregados en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos” (Mt.18,20) (A.A.Nº 18).

La Exhortación Apostólica “Christifideles Laici” nos dice que “es absolutamente necesario que cada fiel laico tenga siempre una viva conciencia de ser ‘un miembro de la Iglesia’, a quien se le ha confiado una tarea original, insustituible e indelegable....” Bajo esta perspectiva se afirma la absoluta necesidad del apostolado singular, que constituye la “forma primordial y la condición de todo el apostolado de los laicos, incluso del asociado, y nada puede sustituirlo.... A este apostolado, siempre y en todas partes provechoso, ... están llamados y obligados todos los laicos”.

Y, por otro lado, mantiene el valor de la asociación laical, fundado en “la naturaleza social de la persona, y obedece a instancias de una más dilatada e incisiva eficacia operativa”; pero, más profundamente, la Iglesia sostiene una razón de índole teológica, una razón eclesiológica, ya que ve “en el apostolado asociado ‘un signo de la comunión y de la unidad de la Iglesia en Cristo’ (Ch.L.Nº 29).

El Catecismo nos recuerda que “... los laicos están encargados por Dios del apostolado en virtud del bautismo y de la confirmación, y por eso tienen la obligación y gozan del derecho, individualmente o agrupados en asociaciones, de trabajar para que el mensaje divino de salvación sea conocido y recibido por todos los hombres y en toda la Tierra...” (N.C.I.C.Nº 900).

“Debe reconocerse la libertad de asociación de los fieles laicos en la Iglesia... que deriva del Bautismo...”. Se trata de una libertad reconocida y garantizada por la autoridad eclesiástica y que debe ser ejercida siempre y sólo en la comunión de la Iglesia”. (Ch.L. Nº 29).

5- ¿Cuáles son los grados de vinculación existentes entre la Jerarquía eclesiástica y las asociaciones apostólicas?

En el Concilio Vaticano II se habla de cuatro grados, tres indicados en el Nº 24 y el cuarto en el Nº 20 de A.A. De menor a mayor son los siguientes:

a) en este primer grado se crea una asociación debido a una libre elección de los laicos, una iniciativa particular. En este caso, “no es raro que la Jerarquía las alabe o recomiende”.

b) en el segundo grado, la Jerarquía reconoce explícitamente de distintas maneras algunas formas del apostolado seglar”. Este reconocer de modo explícito, consiste en el nombramiento de la autoridad, como así también designarle un asesor.

c) en el tercer grado, es el propio de la Acción Católica; de allí su especial vinculación con la Jerarquía.

d) en el cuarto grado se da el “mandato”, concepto que posee dos sentidos, uno teológico y otro jurídico.

En el sentido teológico, el mandato se da en toda la Iglesia y proviene del mandato dado por Jesús: “... los elegí y los destiné para que ustedes vayan y den fruto y ese fruto sea duradero... Así como Tú me enviaste al mundo, yo también los envío al mundo...”.

En el sentido jurídico (que es el usado en el Concilio Vaticano II) se lo describe de la siguiente manera: “puede la autoridad eclesiástica, por exigencias del bien común de la Iglesia, elegir, de entre las asociaciones que tienden a un fin espiritual, algunas de ellas y promoverlas de modo peculiar, asumiendo respecto de ellas responsabilidad especial. De esta manera, la Jerarquía, ordenando el apostolado de manera diversa según las circunstancias, asocia más estrechamente alguna de esas formas de apostolado a su propia misión apostólica... Este acto de la Jerarquía recibe en varios documentos eclesiásticos el nombre de mandato”.

Por último, la esencia de la A.C. es el tercer grado de vinculación. El cuarto, es decir, el mandato, puede darse o no. En el caso de la Acción Católica Argentina, tiene mandato conferido por resolución del Episcopado Argentino.

6- ¿Quienes son los fieles laicos?

“Por fieles laicos se entiende aquí a todos los cristianos, excepto los miembros del orden sagrado y del estado religioso reconocido en la Iglesia. Son, pues, los cristianos que están incorporados a Cristo por el bautismo, que forman el Pueblo de Dios y que participan de las funciones de Cristo, Sacerdote, Profeta y Rey. Ellos realizan, según su condición, la misión de todo el pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo.” (Cfr. L.G.Nº 31; Ch.L.Nº 9; C.N.I.C.Nº 897 y ss.)

En Christifideles Nº 9, citando a Pío XII, se dice que “los fieles, y más precisamente los laicos, se encuentran en la línea más avanzada de la vida de la Iglesia; por ellos la Iglesia es el principio vital de la sociedad humana...ellos especialmente, deben tener conciencia, cada vez más clara, no sólo de pertenecer a la Iglesia, sino de ser la Iglesia....”

7- ¿Cómo participan los laicos en la misión de la Iglesia?

“Los fieles laicos participan, según el modo que les es propio, en el triple oficio -sacerdotal, profético y real- de Jesucristo...”:

· participan en el oficio sacerdotal, por el que Jesús se ha ofrecido a sí mismo en la Cruz, porque están llamados a la santidad en lo cotidiano de su existencia, en la familia, en el estudio, en el trabajo, en la participación política, etc, consagrando a Dios el mundo mismo.

· participan en el oficio profético de Cristo, porque acogen con fe la totalidad de la doctrina de Cristo y la anuncian con la palabra y con las obras.

· participan en el oficio real, porque están llamados por El para servir al Reino de Dios y difundirlo en la historia, poniendo sus dones al servicio de la comunidad humana.

La participación de los fieles laicos en el triple oficio de Cristo Sacerdote, Profeta y Rey tiene su raíz primera en la unción del Bautismo, su desarrollo en la Comunión, y su cumplimiento y dinámica sustentación en la Eucaristía. Cada uno participa del triple oficio porque cada uno es miembro de la Iglesia. “Precisamente porque deriva de la comunión eclesial, la participación de los fieles laicos en el triple oficio de Cristo exige ser vivida y actuada, en la comunión y para acrecentar esta comunión”. (Cfr.Ch.L.Nº 14).

En Redemptoris Missio (Nº 71) se subraya más “la contribución específica que éstos están llamados a dar en la actividad misionera. La necesidad de que todos los fieles compartan tal responsabilidad no es sólo cuestión de eficacia apostólica, sino de un deber-derecho basado en la dignidad bautismal...”

8- ¿Cuál es el ámbito propio de evangelización del fiel laico?

En Christifideles Laici (Nº 15) se dice que “el mundo se convierte en el ámbito y el medio de la vocación cristiana de los fieles laicos, porque él mismo está destinado a dar gloria a Dios Padre en Cristo.... No han sido llamados [los fieles laicos] a abandonar el lugar que ocupan en el mundo. .... En efecto, los fieles laicos, ‘son llamados por Dios para contribuir, desde dentro a modo de fermento, a la santificación del mundo mediante el ejercicio de sus propias tareas, guiados por el espíritu evangélico, y así manifiestan a Cristo ante los demás, principalmente con el testimonio de su vida y con el fulgor de su fe, esperanza y caridad... Dios les manifiesta su designio en su situación intramundana, y les comunica la particular vocación de ‘buscar el Reino de Dios tratando las realidades temporales y ordenándolas según Dios’.”

Además, la Redemptoris Missio (Nº 72) precisa aún más cuando dice que “los sectores de presencia y de acción misionera de los laicos son muy amplios.” Y citando a S.S.Pablo VI, mediante la Evangelii Nuntiandi (Nº 70) agrega que “el campo propio ... es el mundo vasto y complejo de la política, de lo social, de la economía...’”

Esto llevó a que en el Documento de las Conclusiones de “Santo Domingo” se enumeraran los distintos tipos de pastoral, acorde a la problemática y campo de acción tratado por nuestros obispos.

En conclusión, el mundo es el campo propio de evangelización del fiel laico, de tal manera que, “a modo de fermento” lo ordene y lo consagre a Dios, impregnándolo de valores evangélicos.

B- aspecto institucional

9- ¿Cuál es la definición de Acción Católica?

Pío XI en numerosos textos y oportunidades señaló que la A.C. era de inspiración divina. Este pontífice, completando la obra de sus predecesores la definió como “la participación del laicado en el apostolado jerárquico de la Iglesia”. Luego, para evitar equívocos que hicieran pensar que los laicos pueden investir o representar cierto carácter sagrado o que la A.C. participa en la potestad apostólica (que es algo exclusivo de la Jerarquía), se cambió la palabra “participación” por “colaboración”. En definitiva, la A.C. es la “especial colaboración de los fieles laicos con el apostolado jerárquico de la Iglesia”.

· especial: este concepto hace que la A.C. se diferencie de cualquier otra institución. Significa que la A.C. se halla en el 3º grado de vinculación (el llamado “especial vinculación”). Este grado es propio y exclusivo de la A.C.; el mandato (es decir, el 4º grado) puede o no tenerlo; que, en el caso de la Acción Católica en Argentina lo posee.

· colaboración: si bien el apostolado jerárquico es propio de los Obispos, por medio de la Jerarquía se extiende a toda la Iglesia la misión de Cristo Jesús. (Recordar la misión propia de los laicos. Ptos.7 y 8).

· de los laicos: la pertenencia a la A.C. corresponde a los fieles de laicos. Un sacerdote, un religioso/a no es militante de la A.C. El papel que ellos desempeñan no es de conducción, sino de asesoramiento. No obstante, se debe recordar que “... la A.C., aunque sea acción de seglares, por su propia naturaleza, no puede comenzar, ni adelantar, ni dar sus frutos peculiares sin el trabajo constante y diligente de los sacerdotes.” (Pío XI, Carta al Episcopado Argentino, 04/11/1931).

· con el apostolado jerárquico de la Iglesia: el apostolado jerárquico tiene la plenitud, la totalidad de los tres poderes: santificar, enseñar y regir; como así también, tiene la plenitud de las funciones correlativas: ministerio sagrado, magisterio y función de gobierno. Es el apostolado en el sentido más estricto y verdadero de la palabra. En lo que se refiere a la Jerarquía, se considera un doble aspecto: a) De Orden: son los obispos, sacerdotes y diáconos. b): De Jurisdicción: el Papa y los obispos. La A.C. depende naturalmente de la Jerarquía de jurisdicción que es la única que tiene el gobierno de la Iglesia.