Página 3 de Blanca

02/06/09

CADA DÍA ES DIFERENTE

(Vivencia)

Queridos hermanos:

Hoy quiero compartir con ustedes el sentimiento que me invadió esta mañana, mientras manejaba rumbo a la oficina. Soy de las personas que gusta salir de casa con tiempo, para no andar con prisas. No soy partidaria del uso del reloj y tengo el firme propósito de aprender a disfrutar incluso del tránsito y sobre todo de trabajar arduamente para darle un verdadero sentido a cada minuto de esta hermosa vida. Mientras conducía, miré el cielo y noté que hoy, Dios nos había regalado un día completamente diferente. Habíamos tenido días con mucha luz desde muy temprano, pero hoy, el cielo se veía de un color gris, muy tenue, que para quien estuviera pasando por un mal momento, sería motivo de melancolía. Pero a mí, lejos de producirme melancolía, me causó un sentimiento de asombro. Me maravillé ante los cambios tan hermosos que Dios nos regala para cada uno de nuestros días. Ver un cielo gris y percibir dentro de esa sobriedad, la presencia de nuestro Padre Celestial, fue como recibir un abrazo tempranero repleto de amor.

Se preguntarán qué me hizo sentir esto, pues bien, en los edificios más altos de la Ciudad, se reflejaba un color carmín hermosísimo, muy discreto, como si Papito Dios nos hablara en voz bajita, nos diera los buenos días y nos recordara que, aún en los días grises, Él nos acompaña. A pesar de la suavidad del aquél bellísimo carmín, podía percibirse la fragancia de amor y de esperanza que destilaba de los rayos, aroma que llegó a lo más profundo de mi ser y que me permitió tener la certeza de que el sol hoy brillaría tanto o más, que en los días anteriores. Qué maravilla!!!

La finalidad de compartir con ustedes, esta pequeña, pero muy linda experiencia, es motivarnos a no perder la capacidad de asombro y a no dejar de maravillarnos ante la grandeza que nos brinda un nuevo día; démonos tiempo para contemplar el sol, las nubes, la lluvia, el arcoiris, el granizo, sentir el viento o cualquier otro regalo que Dios nos tenga preparado. Con tantas carreras, entre tantas prisas en las que hoy día vivimos, nos olvidamos de apreciar los regalos tan especiales de nuestro Padre Dios. Quien tiene la dicha de ver un nuevo amanecer, ha desenvuelto ya su primer regalo del día... el don de la vida!

Reconozcamos a Dios en todo momento y no hagamos de nuestros días, un día más o un día menos de un calendario.P.D. Ojalá se animen a compartir alguna vivencia y hacer de esta página web, un lugarcito donde además de compartir las cosas lindas que encontramos en el internet, compartamos también un “cuaderno” con líneas de nuestras propias experiencias.

Que Dios y María Santísima los llenen de bendiciones.

Reciban un saludo muy cariñoso desde la bellísima Ciudad de México, Distrito Federal.

Blanca C. de R.

26/05/2009

ABRIR EL CORAZÓN

Abrir el corazón es un acto de generosidad,

un ejercicio de honestidad con nuestro ser interior, deseoso de dar lo mejor de si.

Abrir el corazón es apuntar a lo mas sublime de cada ser

reconociendo en los demás aquello que también está en nosotros.

Abrir el corazón es ser sinceros por encima de todos los engaños

que nos hacen aparentar ser fríos e invulnerables.

Abrir el corazón es amar incondicionalmente la vida y a los demás, por encima de las dificultades.

Abrir el corazón es sembrar la semilla selecta que hemos guardado para el mejor momento: "ahora".

Abrir el corazón es no preguntar por que, y dar sin pedir explicaciones.

Abrir el corazón es llevar ese río de néctar

para poder saciar la sed de cuantos seres habitan este reino de existencia.

Abrir el corazón es tocar a cada ser como a las delicadas alas de una mariposa.

Abre tu el corazón, porque ese es el mejor maestro, el que puede hacerte llegar al conocimiento mas profundo.

Que siga lloviendo en nuestros corazones, para que nuestro jardín se inunde de flores y amor.

Desconozco su Autor


20/04/09

TODOS LOS DOMINGOS SON DOMINGOS DE PASCUA


Todos los domingos, desde el día de la resurrección hasta la fecha, son Domingos de Pascua.

· Porque cada domingo celebramos la “última cena”, que no es otra cosa que la celebración sacramental (una celebración que hace realmente presente lo que se celebra) de la muerte y resurrección del Señor.

· Porque cada domingo; igualito que al anochecer del día de la resurrección, Jesucristo resucitado viene a decirnos “la paz esté con ustedes”.

· Porque cada domingo desde el primero, ante su Cuerpo y su Sangre, Jesús nos dice no sólo que lo toquemos, sino que lo comamos y lo bebamos... y que no seamos incrédulos.

· Porque cada domingo, desde hace casi dos mil años, el Señor nos repite: “Como mi Padre me ha enviado, así también los envío yo”, de modo que “Vayan a servir a Dios y a sus hermanos”.

· Porque cada domingo nosotros, como los discípulos, nos llenamos de alegría.

· Nota: Si no nos llenamos de alegría durante nuestra Eucaristía dominical, es quizá porque no hemos entendido alguno de estos puntos. Pensemos seriamente en ellos.