Relación de pareja

Sheila Morataya-Fleishman en "Encuentra.com"

Romance

El amor romántico se deleita en hacer sentir al cónyuge especial e importante.

Aun cuando el romance no es el fundamento de una relación matrimonial, es ciertamente la leña que mantiene el fuego ardiendo en la relación, ofrece el afecto y la seguridad que dice: “Puede que tengamos dificultades, pero te amo y todo va a estar bien”. El romance también dice: “Porque te amo, deseo agradarte”. El amor romántico se deleita en hacer sentir al cónyuge especial e importante.

Lamentablemente, hoy en día parecería ser que la palabra romance está eliminada del vocabulario de muchas parejas o matrimonios. ¿Por qué ocurre esto? Para responder a esta pregunta, es importante que se tome en cuenta lo peculiar de cada sexo.

Para la psicología masculina, después de haber conquistado a una mujer, no existe la necesidad de estar repitiendo frases como: “te amo”, “eres lo mejor que me ha pasado” o “te traigo sólo porque si estas rosas”, pues, cuando un hombre declara su amor, en la gran mayoría de los casos, asume que la mujer elegida sabe que la ama, lo ha interiorizado y se siente segura de su amor. Pero todo esto, la psicología femenina no lo comprende, ni lo espera así y he aquí que comienzan los problemas.

¿Qué quiere la mujer? Quiere que se le repita una y otra vez que es valorada, amada y necesitada. Cuando esto no sucede, comienzan las quejas, malestares y los problemas en la comunicación. Las mujeres pensamos que se ha esfumado el deseo de hacernos sentir especiales e importantes en nuestra pareja.

La realidad es que esto no indica que se ha terminado el amor, sino que, la mayoría de las veces, se debe a otros motivos, por ejemplo, a constituir una rutina en la vida en pareja, a la llegada posible de los hijos, a las peleas, que llevan a la falta de respeto, a la pérdida de sentido, de la seguridad de que se está el uno para el otro.

¿Qué hacer entonces?

Como decía mi abuela: “Si sabes que es el hombre de tu vida, ¡a revivir el romance!”No te avergüences de ser romántico, al fin y al cabo ya es tuyo. Sé creativa, y sorpréndanse con esos detalles que tenían el uno con el otro, cuando se iniciaban en la conquista; dialoguen, para descubrir las posibles razones por las cuales el romance se ha extinguido, y concluyan con pasos concretos, para rescatar esa parte tan importante de la relación en pareja. Decidan, pues, echar más leña al fuego, con una óptica inteligente, que halle puntos de unión en su biografía juntos. El que quiere luchar por mantener viva la llama del romance no se desanima por sus propios errores, los reconoce; no se pone a pensar: “Si tú no haces nada, yo lo mismo”, sino más bien piensa en el bien de los dos y en su felicidad como compañeros. Primero me pongo en tu sitio, capto dónde te encuentras y cómo; después te abrazo, te acojo. ¡Y el romance está de regreso!

“Más allá de la auto-estima” El amor visto en femenino, es el libro de Sheila Morataya que contienen todos los artículos de esta sección. Disponible en Editorial MinosTercerMilenio.

La madurez en pareja

Sin madurez, el camino matrimonial para la mujer puede ser una fuente de sinsabores y dolores de cabeza. Conoce cómo adquirir la madurez humana y espiritual para un matrimonio pleno.

Muchas veces he oído decir a chicas participantes de mis seminarios, al referirse a su relación de pareja, expresiones como “es que soy muy enojona y peleamos por cualquier cosa”; otras veces alguien me dice”cada vez que me deprimo lo mío es estar tirada en un sillón sin hacer nada, y me importa muy poco si mi esposo me comprende o no pues estos son «períodos» que ya están en mi personalidad”. También ha habido quien me cuenta que cuando la pelea es fuerte estalla en llanto y decide irse a la cama con el peso de la pelea encima. No importa si es por la propia inmadurez, pero el matrimonio queda herido.

¿Qué es la madurez psicológica?

Si trabajas para tener prudencia cordura, sensatez, reflexión, cautela harás crecer tu relación. ¡Cuán lejos llegarás!

El psiquiatra español Enrique Rojas define el amor conyugal como un sentimiento, relacionado directamente con lo afectivo. “El sentimiento amoroso es un estado de ánimo que tiene una tonalidad positiva, gratificante, surcado por la alegría, el gozo, el deseo de compartir, de estar junto a esa persona, de abrirnos a ella… De hacerla verdaderamente feliz.”

El amor de esposa es y será siempre donación de ti misma, entrega, búsqueda del bien de tu amado, conquista de la propia madurez, desarrollo a la décima potencia de tu propia feminidad, visión de eternidad. Es ir descubriendo cada día la esencia auténtica de ser mujer cada vez que se produce el encuentro con tu propio egoísmo u olvido de sí para amar, pues tendrás que tomar decisiones para dar o quitar. Dar y recibir es normalmente la regla, pero siempre lo mejor será darse. Sin embargo, para poder darse es necesario ser una mujer emocionalmente madura. Mejor aún: espiritualmente madura.

La madurez psicológica la define el Dr. Aquilino Polaino no sólo como la mera capacidad de reaccionar biológica y emocionalmente, sino también y principalmente, en la capacidad para someter todos nuestros impulsos, deseos y emociones a la ordenación de la razón, o si se prefiere, a la luz de nuestro entendimiento y a la decisión de nuestra voluntad, pues sin ellos no le sería al hombre posible gobernarse a sí mismo con buen juicio y prudencia”.

* Tú como mujer debes esforzarte muchísimo por conquistar tus impulsos, malos humores, cambios de temperamento, caprichos, arranques de llanto y agitaciones descontroladas. Es preciso dejar de ser una “actriz histérica”para dar paso a la “reina serenidad y equitativa”. Es decir amiga que en el matrimonio, tu matrimonio, debes luchar hasta llegar a dominar una forma de comportamiento estable y continua que haga crecer a tu pareja, ayudándole a alcanzar la virtud y a profundizar en su amor.

¡Qué difícil!

“La convivencia es el punto máximo o inflexión del trayecto que comienza en el enamoramiento y se apoya en la realidad diaria; es el punto de encuentro de lo que cada uno lleva en su interior” -Enrique Rojas.

En lo personal creo que no hay tarea más grande para ti como mujer, que la de descubrir quién eres, lo que estás dispuesta a dar o quitar y el grado en reciedumbre que puedes crecer ante el reto que la vocación al matrimonio te presenta.

Puedes decidir conducir el tuyo desde dos lentes: el puramente humano psicológico anclado en las propias fuerzas y amistades (ojo con quienes te aconsejan); o el humano-espiritual anclado en amar y agradar a Dios a través de los propósitos que saques en la oración.

La convivencia diaria casi desde un principio será dura (aunque hay excepciones) pues ya no dormirás sola en tu cama, ni serás tu propia autoridad, ni tendrás el baño sola para ti. Estará el otro, tu esposo, tu compañero, tu dolor de cabeza, el que deja sucio el baño, el que no pone la basura en su lugar... y tu cucharada de miel. Es el momento de probar tu madurez humana, que debió haber sido moldeada en la juventud, aunque en muchos casos esto no es así y la convivencia acalorada que tienen muchos matrimonios hoy en día afirma esto.

Especialmente cuando tú como mujer pierdes la calma.

Algunos síntomas de inmadurez que deberás vigilar son:

- El enojarse por todo y querer que se vea todo desde tu punto de vista, lo que indica es una cantidad enorme de egoísmo y la práctica mínima de la caridad evangelizadora.

- El quejarse por todo, como por ejemplo “es que no eres atento conmigo”, “no eres romántico”, “no tienes detalles”, y la lista no tiene fin. Por supuesto que todas queremos un caballero como esposo, pero cuando no sea así antes de quejarte fíjate bien en todo lo positivo que sí tiene.

- El llorar por todo, no hay nada que desconcierte más a un hombre que una mujer llorando. Sencillamente no saben qué hacer. Si el tuyo es de los que corren a abrazarte, ¡qué suerte tienes! Pero en la mayoría de los casos no es así. La mujer que llora por todo para salirse con la suya también envía el mensaje de estar llena de egoísmo. No puede ser abono.

- El gritar por todo. Una mujer que le grita a su esposo no vive de acuerdo al Evangelio. No podemos vivir como esquizofrénicas, no puedes ser mujer que reza el rosario y luego pierde la compostura en el momento en que debes mostrar tolerancia a tu esposo. Pídele a Nuestra Señora que te haga crecer en madurez femenina para poder ser vitamina para tu esposo.

Querida amiga éstos son sólo algunos ejemplos que puedo darte para que empieces la búsqueda de esos defectos de carácter que tal vez puedas tener y que no ayudan en nada a enaltecer y embellecer tu matrimonio. Me gusta mucho imaginar que como mujer puedes convertirte en un Alka-Seltzer (pastilla efervescente) para sanar y nutrir tu matrimonio, pues cuando la pastilla se une con el agua, se disuelve inmediatamente en una explosión de burbujas: pastilla y agua se hacen una sola cosa, una verdadera bebida que sana y renueva el organismo. ¿Te animas?