Obediencia y autoridad van tomadas de la mano

La obediencia debe ser comprendida, practicada, profesada y meditada. No como si se tratase de esclavos o de vencidos, sino obediencia de hijos que la piden, la aman y la sirven. (Pablo VI)La obediencia está muy unida al concepto de autoridad.

De nada sirve ejercer el poder inmediato, cualquier poder, si la autoridad moral no la respalda.

Los romanos afirmaron de uno de sus emperadores: Con idéntico poder que sus antecesores, pero el primero de todos en autoridad.

Juan Escoto Erigena (810-877) Precisa: La autoridad dimana de la buena razón, más jamás la razón dimana de la autoridad. Toda autoridad que no se apoye en la buena razón, es una autoridad moralmente enferma.

Miren si viene de lejos las disputas sobre la autoridad y su obediencia.

Laberthonniere ha escrito: Existe una autoridad que esclaviza y una autoridad que libera. Así como hay dos formas de autoridad, hay dos formas de obediencia.

La obediencia es un acto de un ser vivo, móvil y complejo e, igual que la autoridad, adquiere un carácter diferente según la intención que la anima.

Es necesario distinguir la obediencia servil, que corresponde a la autoridad autoritaria y la obediencia libre, que corresponde a la autoridad liberal.

Si en un caso obedecer es sufrir, no sucede lo mismo en el otro caso, donde al contrario, obedecer es aceptar.

Hay que salvar el principio de autoridad.

¿De cualquier autoridad? No. De cualquier autoridad, no.

Hay que salvar si, el principio de la autoridad jurídica y moralmente buena.

Salvador Casadevall

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