Nadie se escapa a la necesidad de creer

Tiempo atrás quedaba bien ser ateo. Ahora está de moda ser creyente.

Creyente “light” por supuesto. Hoy todo el mundo es creyente. Se dice creyente.

Algunos creen en Dios y María Santísima: otros en el Tarot o el Horóscopo de cada día. ¿han prestado atención que no hay revista o diario que no publique el horóscopo del día? Si lo publican es porque deben ser muchos los que lo leen.

El Horóscopo o el Tarot y cuantas cosas agregadas, ustedes le quieran poner, no hacen más que explotar una necesidad humana. La del creer.

Desde el mismo momento de nacer, ya creemos.

Nuestro primer creo en este mundo, es el de nuestra madre. Sabemos que cuando tenemos hambre y empezamos a llorar, ella nos dará su leche.

Después crecemos y seguimos creciendo en nuestro creer.

Quién no se acuerda de chiquillo, la dimensión que tenían en nuestro creer, los padres, los abuelos.

Los que nacimos antes de la televisión, todavía recordamos la dimensión que tenían en nuestra niñez los relatos del abuelo. Él era nuestro televisor de hoy. Él era la fuente plena del saber. Uno creía en lo que el abuelo le contaba.

“Hay quienes ven que las cosas pasan.......Hay quienes ni siquiera ven que las cosas pasan.......y hay quienes hacen que las cosas pasen”

Aquellos que hacen que las cosas pasen, son los que hacen crecer.

La Madre Teresa de Calcuta en su hacer, fue semilla para que muchos creyeran. Los que hacen, son los que creen y hacen creer.

El hombre no puede vivir sin creer.

De ahí la importancia para nuestra vida creer en lo que vale la pena creer.

Hay que esforzarse en descubrir que hay de verdad en lo que uno cree.

Si no lo hace, seguirá viviendo, creyendo mentiras.

Seguirá viviendo una verdad disfrazada.

El demonio, que es el espíritu del mal, también es creyente, también cree en Dios. Nadie está en contra de algo que no existe. Si el espíritu del mal está en contra del espíritu del bien, es porque el bien existe.

No existe religión en el mundo que no coloque el bien plenamente unido a Dios. El Dios creador, es creador del bien y está en el bien, en todo bien.

Lo que necesitamos nosotros, es adherirnos a un mensaje, adherirnos a una doctrina, adherirnos a unos valores que encierra una religión.

Y vivirlos plenamente. Habremos descubierto el vivir el bien.

Fe es la habilidad de no entrar en pánico.

Si te preocupas es que no oraste, y si oraste no te preocupes.

Solamente ocúpate.

Hay gente que dice creer, pero que no vive lo que dice que cree.

Esto es evadirse. Esto es el camino de evadirse de Dios. Me digo creyente, pero no vivo lo que creo.

Gracias a Serrat se hizo popular aquel párrafo de un verso de Machado:............”caminante no hay camino, se hace camino al andar”

¿Qué clase de camino haces tu?

Tu camino tiene que estar tachonado y alfombrado de esto:

1° Razonar. Razonar es pensar lo que voy hacer. No comerme las cosas crudas tal como me las presentan. Tengo que aprender a pensar y discernir que lo que está bien, está bien y que lo que está mal, está mal.

El que no razona frecuentemente toma por bien, algo que está mal.

Debemos razonar y poner el bien y el mal cada uno en su lugar.

2° El camino debe estar lleno de Dios.

Dios debe estar presente en todo camino, en el mío y en el de toda la comunidad. Dios es el gran desaparecido. Todos pregonan que existe, pocos le hacen caso a lo que Él nos dice que hay que hacer.

Dios es necesario tenerlo en cuenta a la hora de orientar todo camino:

.......”caminante, no hay camino, se hace camino al andar”

Si lo metes a Dios en tu camino, estarás haciendo el mejor camino en tu andar por la vida. Estarás haciendo un buen camino......el que todo hombre debe hacer, si quiere hacer un camino como Dios manda.

Kiekegaard, el pensador danés, afirmaba que todos los hombres admirables, el más admirable, es el que tienta lo imposible. Pues sólo quién osa a lo imposible puede alcanzar lo absolutamente nuevo, puede alcanzar una nueva revelación, puede con su temeridad lograr una nueva fundación, un nuevo nacimiento.

El que tienta lo imposible, en el fondo cree en Dios que ilumina y hace las cosas posibles. ¡Quién sino Dios hace posible lo imposible?

Tentar a lo imposible es creer en Dios.

Tentar a lo imposible es obra de creyentes.

Creyentes que hacen camino, como Dios quiere.

¿Serías capaz de hurgar en tus recuerdos y encontrar, por qué crees?

¿Qué hechos del caminar de otros nos sirvieron para hacer camino?

Salvador Casadevall

salvadorcasadevall@yahoo.com.ar