Nos dice Salvador Casadevall

Así nació.............

Haciendo tiempo para ir al cine nos encontró la tarde paseando por la vereda del Santísimo Sacramento.

Allí en la verja un letrero: MFC - Charla para matrimonios

Nos miramos.......esto es para nosotros: acabamos de regresar de nuestra luna de miel: Junio de 1954. Total, tenemos tiempo hasta que empieza la película. Entramos..........y no salimos más.

Así fue como Lydia y Salvador, dos mieleros recién iniciados como esposos, se tropezaron con lo que sería su mejor fortuna.

Durante los catorce primeros años no hicimos otra cosa que calentar las sillas del grupo "San Carlos" --generoso como ningún otro-- que nos recibió, nos aguantó, nos enseñó y nos formó lo que hoy somos. Y lo hermoso es que ello sucedió sin que nos diéramos cuenta.

Un día alguien pensó que podíamos formar parte de la Comisión de Buenos Aires y allí continuamos aprendiendo durante diez años y habremos prestado atención pues no tuvieron mejor idea que hacernos Presidentes del Movimiento Familiar Cristiano de Buenos Aires.

Otro día a alguien se le ocurrió que podíamos integrar la Comisión Nacional y allí estuvimos por quince años: seis de los cuales bajo la presidencia de Rosita y Juan León. Por suerte nuestra, siempre fuimos furgón de cola, el mejor lugar para aprender.

En estos más de cincuenta años participando, compartiendo, escuchando y sobre todo anotando, fueron la base de anotaciones, ideas, que primero sirvieron para las charlas, después para la radio y finalmente para que haya podido nacer el libro: "Reflexiones desde la familia........para acompañar a vivir"

Seguimos la historia

Cuando empezamos el programa: ”Reflexiones desde la familia.....para la familia” a mediados del año 2003 en un día jueves a la primera hora de la tarde, era solamente escuchado por un grupo de buenas señoras, muchas de ellas sacrificando la siesta, que yo las llamé: mis nuevas amantes....del programa.

El programa estaba pensado para hacer reflexionar a toda la familia. La hora de transmisión, las 2 de la tarde, evidentemente no era una hora en que la familia está junta.

Pero he aquí, que lo que empezó siendo escuchado por unas buenas señoras, se amplió cuando grabaciones del programa eran usadas algunas madrugadas. Ya lo podían escuchar los sonámbulos.

O como nos decía Cecilia, enfermera del Hospital Francés, que nos escucha y hace escuchar, a los internos que están para ser operados en la mañana. .....No sabe el bien que les hace escucharlo, están nerviosos, no pueden dormir. Nuestro programa, les viene como guante en la mano.

Ahora que grabaciones del programa son incluidas en la programación de algunas madrugadas, la cantidad de oyentes se ha multiplicado como los panes del relato evangélico. En definitiva hay que creer que Dios sabe hacer las cosas despacio.

Veamos que nos dicen algunas escuchas. Por ahora las mujeres siguen siendo mayoría a la hora de escuchar, o al menos a la hora de hacérnoslo saber.

A la señora Serafina le hago recordar a su abuelo y frecuentemente no puede evitar que la haga llorar. Otra señora me dice que el otro día tuvo que detenerse en el trabajo de la cocina, sentarse y ponerse a lloriquear.

Todo esto, ¿por qué? ¿Se lo han preguntado? ¿Por qué lo del llorar?

Es muy sencillo, cuando alguien que habla o da una charla, incluye páginas de vida, logra casi siempre tres cosas: que lloren, que se rían y que no se duerman.

De las tres la más importante es que la gente no se te duerma.

Cuando hace más de 40 años empezamos con mi mujer Lydia a dar charlas dentro del servicio de Charlas en el Movimiento Familiar Cristiano, nuestra primera preocupación fue, ¿qué se debía hacer para que la gente nos prestara atención?, en una palabra, que no cabeceara, que no se te durmiera.

¿Qué debíamos hacer? ¿Queréis que la gente no se duerma?

Hacedles llorar o reír. Nadie puede dormirse riendo o llorando.

Claro que para la señora Irma que tiene que tomarse unas pastillas para conciliar el sueño, no sería ningún problema para todo charlista. Pero no todos necesitan pastillas. Y son mayoría los que duermen a pierna suelta como comúnmente se dice.

Para la señora Irma, amante de nuestro programa, ahora es doblemente feliz, pues ahora tiene oportunidad de escuchar las grabaciones de este programa, algunas madrugadas.

¿Por qué decimos que es doblemente feliz? Porque cuando decide escucharnos, no toma las pastillas y esto le hace bien a la salud de su cuerpo y después goza escuchándonos, llorando o riéndose,. Y esto arregla la salud del alma.

Miren por donde una decisión del directorio de esta radio que ha decidido transmitir grabaciones de este programa algunas madrugadas, hace feliz a las personas. No sólo felicidad del alma, sino también del cuerpo.

Nuestra radio, es una radio modesta, es una radio parroquial, es una radio donde todos colaboramos por el 100x1 evangélico para que esté 24 horas en el aire, es una radio de baja potencia, es la única radio en la ciudad de Buenos Aires que tiene su antena de FM en el suelo.

Quizás algún día tendremos una antena campanario de 150 metros de altura, algo similar a la Torre Eiffel, aunque mi amigo el arquitecto Juanín, a quien le he pedido que me haga un dibujo de la futura antena campanario, dice que ello no es posible, pues la Torre Eiffel nos cobraría un royalty y como no estamos para pagar royalties, tendremos que rebuscarnos el como construir una antena campanario similar o trucha.

Algunos creen que los milagros solamente ocurrieron en tiempos de Jesús. ¡Que la inocencia les valga!

Y sino que se lo pregunten a la señora Liliana de Villa Ortúzar que rezando a la Virgen y con ayuda de alguna cacerola --supongo que para usarla como antena-- consigue escucharnos.

Yo digo que solamente ello es posible con la ayuda sobrenatural.

Hay que creer que la fe acompañada de la oración mueve montañas. En este caso lo que mueve es la onda hacía la casa de la señora Liliana.

Así nació al programa, que en su cuarto año de estar en el aire han sucedido varias cosas: la primera, que le hemos modificado el nombre, ahora lo llamamos “Reflexiones desde la familia.......para acompañar a vivir”.

Sucedió que alguien nos hizo ver que estas reflexiones también le servían a los que no eran o no tenían familia. Por eso no es sólo para la familia sino que también sirve para acompañar a vivir a todo aquel que nos escucha.

Lo segundo que ha pasado es que el programa empezó a transmitirse vía Internet y aquella modestia de alcance que mencionábamos ha sido superada por este adelanto tecnológico y nos pueden escuchar hasta en la China.

Y ello significó para mí un regalo muy personal que nunca pensé que la vida me haría. Un día me llama a la radio mi nieta Florencia desde San Andreu de Llavaneras, un pueblo costero sobre el Mediterráneo, cerca de Barcelona, diciéndome que mientras estudiaba me estaba escuchando. A más de 13.000 kilómetros una nieta podía escuchar a su abuelo. Fue un regalo inesperado que la vida me hizo. ¡Miren por dónde unos nietos pueden escuchar al abuelo! Aún que estén al otro lado del mar.

Y tercero y último es que a raíz de este programa alguien pensó que merecían ser publicadas. Así es como pudo nacer el libro “Reflexiones......”. Otro regalo que jamás pensé que podría vivir.

El libro ha sido editado figurando también el nombre de mi esposa Lydia, pues estas reflexiones empezaron a nacer hace más de cincuenta años y en este nacimiento ella ocupó el principal lugar. Si no hubiéramos sido un matrimonio que integrando el Movimiento Familiar Cristiano, participamos, escuchamos y sobre todo anotábamos lo que otros decían y vivían, estas reflexiones nunca hubieran nacido.

Y aquella historia de dos recién casados que empezaron a caminar juntos, nunca se hubieran podido imaginar, que su vida y la vida de muchos que pasaron por su lado, un día sería escrita.

Dicen que la plenitud de vida de todo hombre es tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro. En nosotros se dio la plenitud.

Tuvimos dos hijos, el árbol --un hermoso cerezo-- fue plantado en el jardín allí en Bariloche con la participación --lo había encontrado en el bosque-- de nuestro nieto Xavier, que ya goza de conocer el rostro de Dios.

Y finalmente el libro nació.

Hay que creer o reventar. Y entre creer o reventar, es mejor creer.

La vida se vive mejor desde el mundo del creer.

Lydia y Salvador Casadevall - salvadorcasadevall@yahoo.com.ar - (54 11) 4903-6242 Fax 4737-3439)

Tapa de su libro publicado