Blanca

UN REGALO ESPECIAL

Desde que era pequeña me hacía mucha ilusión el pensar qué regalos podría recibir el día de mi cumpleaños. Mi padre era el encargado de darme esa alegría, conocía tan bien mis gustos, que no recuerdo algún regalo que no me hubiera hecho inmensamente feliz.

Los años pasaron y los regalos de papá también. Ahora los encargados de sorprenderme son mi amado esposo y mis dos pequeñines que por cierto, no dejan de crecer!

Este año, la sorpresa, no vino ni de mi esposo, de ni mis preciosos hijos. Este año recibí el Mejor Regalo de Cumpleaños, de manos de Nuestro Padre Dios. Así como lo oyen, Dios me hizo un regalo tan, pero tan especial, que confío en Él, pueda disfrutar por muchos años más.

A un par de días de mi cumpleaños, inesperadamente, como suele suceder, mi esposito lindo, como suelo llamarlo yo, sufrió un terrible accidente... de tan sólo recordar, me es prácticamente imposible no llorar. El accidente había sido muy fuerte, la condición de mi esposo, grave... fractura en columna, fisura en el cráneo, una herida muy considerable en su cabeza y según me comentó él mismo, el sentimiento de miedo más grande y cercano que ha sentido en su vida de morir y eso era algo que, de alguna forma, yo podía percibir con tan sólo mirar sus ojos. Se vía tan frágil!

Los pronósticos médicos no eran muy alentadores, pero nuestra fe en Dios, era y es tan inmensa como el Regalo que recibimos de Sus Santísimas Manos. Dios tenía para mí, un regalo inolvidable para este cumpleaños, el mejor de los regalos recibidos... La Vida de Mi Esposo!

Gracias a Dios en pocos días comenzamos a disfrutar del regalo, viendo su recuperación diaria. Caminar es algo tan cotidiano, que no le damos valor, para mi, ver a mi esposo de pie, fue algo grandioso, como cuando nuestros hijos dieron sus primeros pasos y brincábamos de felicidad!

Sé que mi esposo es un hombre fuerte y con una vida muy saludable, pero nada de esto hubiere tenido valor, si otra hubiese sido la Voluntad de Nuestro Padre Celestial.

Hoy día seguimos mis pequeñines y yo, disfrutando para la gloria de Dios de ese regalo. Sólo un Padre tan Infinitamente Misericordioso pudo darme un Regalo Tan Especial!

En nombre propio y en especial de nuestros hijos, GRACIAS, MUCHÍSIMAS GRACIAS PAPITO DIOS, POR NUESTRO REGALO!

Blanca C. de R.