PAGINA 2 de Leti

23/02/10

Oración para pedir inspiración al Espíritu Santo

Espíritu Santo,Amor del Padre y del Hijo

Inspírame siempre

Lo que debo pensar,

Lo que debo decir

Y cómo decirlo,

Lo que debo callar,

Lo que debo escribir,

Cómo debo actuar y

Lo que debo hacer

Para procurar la gloria,

El bien de las almas y

Mi propia santificación.

Oh Jesús, en ti está

Toda mi confianza.

Amén

Desconozco el autor.

(Encontré esta oración en la sacristía de la Pquia. San Antonio.)

01/10/09

Mi bebé


La veo moverse despacito,

su mirar asombrado al mundo que se abre ante sus ojos,

su mirada buscando la mía,

su cuerpito extrañando mis brazos.

Es como un pimpollo primaveral.

Como las primeras luces del alba,

Como una brisa fresca que acaricia mi rostro.

Todo por hacer.

Todo por ser.

Así es mi bebé.

Te la ofrezco, María, como ofrecí a mis otros hijos,

Para que los guíes por caminos que los lleven a Jesús

(Leti)

22/07/09

Ser constantes

Algunas reflexiones extraídas de “Surco”, de San Josemaría Escrivá:

“El heroísmo del trabajo está en acabar cada tarea”(488)

“Para acabar las cosas, hay que empezar a hacerlas. Parece una perogrullada, pero ¡te falta tantas veces esta sencilla decisión!, y…¡cómo se alegra Satanás de tu ineficacia!(492)

“Pon en tu mesa de trabajo, en la habitación, en tu cartera.., una imagen de Nuestra Señora, y dirígele la mirada al comenzar tu tarea, mientras la realizas y al terminarla. Ella te alcanzará-¡te lo aseguro!- la fuerza para hacer, de tu ocupación, un diálogo amoroso con Dios”.(531)

Al respecto, pienso en la importancia de ser constantes. Hay alumnos de gran capacidad intelectual pero que por falta de constancia obtienen resultados mediocres, mientras que otros que no son tan brillantes logran mejores calificaciones porque perseveran en el esfuerzo.

Otro aspecto de ser constantes se ve claramente cuando somos padres. A veces, al poner límites, nos cuesta mantener la palabra y de esta manera desorientamos a nuestros hijos, que notan la incoherencia entre lo que decimos y lo que finalmente hacemos.

Estos pensamientos también nos hacen reflexionar sobre las proyectos que encaramos llenos de energía y luego quedan truncos. A los cristianos nos sucede con bastante frecuencia en la vida espiritual: después de una buena reconciliación, un retiro o una charla formativa nos trazamos objetivos que después nos cuesta alcanzar por falta de constancia.

En este sentido, es mejor proponerse pocas metas y perseverar en ellas hasta alcanzarlas.

Es verdaderamente gratificante ver el trabajo bien terminado, ya sea una obra manual, intelectual, un propósito apostólico o espiritual. No olvidemos que podemos ofrecer todo lo que hacemos para gloria de Dios, por más sencilla que parezca nuestra tarea. Y, como dice San Josemaría, también es una buena idea ponernos en manos de nuestra Madre, quien nos acompañará y nos ayudará a santificarnos en el trabajo.