El valor de vivir la aventura de amarse

Hace mucho .......mucho tiempo me encantó un dibujo que realizó este inefable dibujante que es NIK en una de las publicaciones del diario La Nación.

Tanto me gustó que lo guardé y hoy me sirve para hacerlo llegar a ustedes.

El dibujo es una escena familiar, donde los padres están rodeados de sus cuatro hijos con perro y gato incluido, y uno de ellos le pregunta a su padre:

--Pa......¿como llegaste a formar esta familia?

--Bueno....antes de casarme con mamá, cuando estaba sólo, quería que llegáramos a ser muchos.

--¿Y ahora pa....?

--Y ahora que somos muchos me doy cuenta de que todos juntos somos uno solo.

Ser uno solo, ¡qué hermosa imagen, qué hermosa descripción de lo que debe ser una familia! Ser uno solo.

Estaba solo y quería ser muchos, cuando fuimos muchos me di cuenta que éramos uno solo.

Ser uno solo es ser imagen de unidad.

En el mundo de las imágenes, que es el mundo de hoy, ¡qué importante es ser imagen de unidad!

Volvamos a la ingenua pregunta de uno de sus hijos:

--Pa.......¿como llegaste a formar esta familia?

El padre le contestó que decidió hacerlo porque estaba solo, pero a este sentirse solo, tuvo que ponerle algo más.

El inicio de toda familia debe estar lleno de audacia, lleno de voluntad de hacerlo.

Es el amor, el enamoramiento, el que puede hacer que un hombre y una mujer decidan la aventura de vivir juntos, porque cada uno de ellos son un misterio por descubrir y el lanzarse a meterse en la vida de otro, es una gran aventura, que se necesita audacia y voluntad.

El desafío consiste en aceptar las diversidades, los modos y las modalidades propias de cada uno, que puestas juntas, al servicio de un mismo proyecto, le dan a esas dos vidas hechas en un solo caminar el valor de lo trascendente.

Sus vidas, son una sola vida que trasciende, es una vida más completa donde lo femenino de ella y lo masculino de él, dan un relieve necesario para enriquecer este proyecto humano que es toda familia.

Tanto lo enriquecen que de su unión nace la vida nueva.

La audacia del amor significa también audacia de traer al mundo nuevas vidas. La gente que se ama cree que esto de traer nuevas vidas es bueno y si creen que es bueno les parece que vale la pena que otro también lo goce.

Sobre todo porque hay en ese gesto de dar vida un gesto de confianza hacia lo que existe y hacía lo que vendrá.

Dar vida es hacer futuro. El que cree en el futuro, hace futuro.

Y para hacer futuro siempre se necesita de un hombre que sea hombre y de una mujer que sea mujer.

Y que ambos tengan el valor de vivir la aventura de amarse.

La aventura de crear una familia.

Salvador Casadevall

salvadorcasadevall@yahoo.com.ar