En el evangelio de hoy muy descontextualizado por cierto, es muy frecuente escuchar, mucha palabra de éxito terrenal muy sobre dimensionadas; si bien es importante el éxito en todas las esfera de la vida es preocupante que en muchos pulpitos este tema es más importe que el temor a Dios que es el principio de la sabiduría. Tanto es así que no se predica de arrepentimiento, ni sobre el pecado, ni justificación por la fe en Cristo ni mucho menos de glorificación del creyente.
Es que todo esto que se da en el evangelio moderno se debe a que los pastores que se adhieren a el neopentecostalismo tienen que abandonar la sana doctrina para predicar un evangelio católico romano con su teología del Dominio, Reino Aquí y Ahora y la teología del Remplazo teología de Agustín Hipona que no creía en el arrebatamiento de la iglesia, ni en la gran tribulación, ni en el milenio éste interpreto que el milenio se cumplía en la iglesia y que al Cristo ascender al cielo la iglesia reina de facto en este mundo cambiándolo hasta llegar a un estado edénico es decir establecer el reino conquistando el poder temporal y que Cristo no puede venir por segunda vez a la tierra hasta que la iglesia cumpla éste objetivo.
El neopentecostalismo ha introducido en la iglesia su teología antropocéntrica donde el hombre es igualado a Dios ya que como la iglesia remplaza literalmente a Cristo según ellos en este mundo, ella tiene el mismo poder que Cristo el cual es Dios sobre todas las cosas. Por eso enseñan que el Hombres es un pequeño Dios, que cuando Dios quiso multiplicarse creo al Hombre, que somos Jehová Junior, que llevamos a Dios adentro, de todo esto se desprende que como el creyente es igual a Dios sus palabras y pensamientos tienen poder creativos y pueden traer a la realidad lo inexistente.
El hombre es igual a Dios es una enseñanza de la metafísica y de la filosofía pagana del Nuevo Pensamiento de allí salen las doctrinas de los decretos, confesión positiva, dominio y control sobre la circunstancia, visualizar las cosas y traerlas a la realidad y los famosos pactos con Dios por dinero. Todos los predicadores que se adhieren a estos falsos movimientos son predicadores de un evangelio de falsa esperanza que la iglesia va a mejor este mundo progresivamente y que al final todos serán salvo doctrina de Orígenes padre de la iglesia del siglo III quién formuló la doctrina del purgatorio. Es por eso que en estos movimiento no se predica santidad, ni contra el pecado pura prosperidad y éxito personal.
Los pastores de estos movimientos, apóstoles de la prosperidad y encuentristas no están preparando a la iglesia para el arrebatamiento porque su teología no contempla arrebatamiento, si no un mundo cambiado por los súper ungiros quienes establecerán el reino para que Cristo pueda venir a "ver su tremenda obra". La teología bíblica contempla un cielo que ganar y un infierno del cual hay que escapar, un juicio de Dios para el mundo pecador, la redención del hombre y la tierra, el gobierno milenario de Cristo que es quién restaurará todas las cosas en su venida en gloria con su iglesia.
ERICK CASTILLO PEREA