SOY EL TEMPLO DE DIOS
Sabía usted querido hermano que Dios habita en su cuerpo, imagínese esa gran responsabilidad que tienes, y sobre todo si sabes que Dios es un ser ordenado y santo, la orden es que usted sea santo también, veamos: “…como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.” (1 Pedro 1:15-16). Para que puedas entender esta gran verdad te invito que sigas leyendo este estudio: “Soy el templo de Dios”
En el Antiguo Testamento Dios tenía un templo para Su pueblo; Este templo fue hecho para la posesión única de Dios. Cuando Moisés dedicó el tabernáculo de Dios, Él lo llenó con Su gloria. Cuando el rey Salomón terminó el templo, "La nube llenó la casa de Jehová. Y los sacerdotes no pudieron permanecer para ministrar por causa de la nube; porque la gloria de Jehová había llenado la casa del Señor" (I Reyes 8: 10-11). Sin embargo, en el Nuevo Testamento en la dispensación de la Gracia nosotros somos el templo de Dios. Cuando un pecador ha nacido espiritualmente mediante el bautismo del Espíritu Santo, Dios mora en ese lugar santo y esa persona puede estar en comunión con el Señor Dios en santidad. "¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?" (1 Corintios 3:16).
El Espíritu Santo actúa en nosotros renovándonos y dándonos poder. Es un hecho evidente de que el espíritu santo es el testimonio de Dios:
De que hemos sido lavados… "nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo." (Tito 3:5).
Purificados… "y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones." (Hechos 15:9).
Santificados y justificados… "Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios." (1 corintios 6:11).
Hijos del Espíritu Santo... Estos pasajes así lo testifican:
• "Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!" (Gálatas 4:6).
• "Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados." (Romanos 8:14-17).
Los textos de las escrituras que vamos a citar a continuación nos enseñaran que nuestros cuerpos son templos y moradas del Espíritu Santo de Dios:
• "¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?" 1 Corintios 6:19).
• "Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es." (1 Corintios 3:17).
• "y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado." (Romanos 5:5).
• "¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, Y seré su Dios, Y ellos serán mi pueblo." (2 Corintios 6:16)
El Espíritu Santo no es la tercera "persona" de la deidad, como algunos suponen. El único Dios es Espíritu "Dios es Espíritu,…" (Juan 4:24), y hay un solo Espíritu "un cuerpo, y un Espíritu,…" (Efesios 4:4).
La Biblia no usa la palabra "persona" para referirse a Dios, mucho menos habla de tres personas, el término "persona" designa al hombre, llamar a Dios "persona" es limitarlo, Dios es Espíritu y llena el universo:
• "Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano. Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender. ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra. Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día; lo mismo te son las tinieblas que la luz. Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas. ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena; despierto, y aún estoy contigo. De cierto, oh Dios, harás morir al impío; apartaos, pues, de mí, hombres sanguinarios. Porque blasfemias dicen ellos contra ti; Tus enemigos toman en vano tu nombre. ¿No odio, oh Jehová, a los que te aborrecen, y me enardezco contra tus enemigos? Los aborrezco por completo; los tengo por enemigos. Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno." (Salmo 139:1-24).
El titulo Espíritu Santo se usa para designar otra manifestación de Dios, otro oficio cuando el obra y se mueve en la vida de hombres y mujeres "Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad" (2 Corintios 3:17).
Hay un solo Dios y es espíritu:
• "Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen." (Hechos 2:4).
• "un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación" (Efesios 4:4).
Dios moró en medio de la humanidad en la persona de su Hijo, durante treinta y tres años y medio. La Palabra que era Dios "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios." (Juan 1:1) fue hecha carne y habitó entre nosotros "Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad" (Juan 1:14). El vocablo “moró” en griego literal quiere decir “tabernaculizó”.
Entonces el templo humano de Cristo, fue el tabernáculo de Dios, su lugar de morada entre la gente. Él fue el “verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre”… "ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre" (Hebreos 8:2). El lugar en el que mora Dios, es más que una casa de madera y de oro, pues es una casa de carne y hueso, el cuerpo del Señor Jesús:
• "Por lo cual, entrando en el mundo dice: sacrificio y ofrenda no quisiste; más me preparaste cuerpo." (Hebreos 10:5).
• "Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras." (Juan 14:9-10).
• "que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación." (2 Corintios 5:19).
• "Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.
Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud." (Colosenses 1:15, 19).
• "Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad" (Colosenses 2:8-9).
Dios moró en la iglesia por el Espíritu Santo dado a cada uno de sus miembros. Cuando el tabernáculo del Hijo ascendió al cielo "Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos." (Hechos 1:9), sus seguidores estuvieron solos, pero Dios vino a morar en ellos. El Señor prometió antes de marcharse, que Él no los dejaría solos, sino que vendría a morar en ellos:
• "No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros." (Juan 14:18).
• "Porque vosotros sois templos del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos; y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo" (2. Corintios 6:16).
La gente Llena por el Espíritu de Dios es ahora su Tabernáculo:
• "Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros." (Juan 14:16-17).
• "Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros." (Romanos 8:11).
• "Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos." (2 Corintios 5:1).
¿Hay tres espíritus que llenan el corazón del creyente?
Sin duda que después de este estudio podemos decir que no. Hay un solo Espíritu. Entonces debemos siempre tener en cuenta, evidentemente, que si hablamos del Espíritu en la creación, de la encarnación, o de un pentecostés, hablamos del mismo Espíritu. Dios es Espíritu, y hay un solo Dios.
Por esto, querido hermano no debemos contaminar nuestros cuerpos, Dios nos manda que nos guardemos Santos. Esto puede interpretarse en un sentido general para referirse a todo tipo de pecado que podemos cometer con nuestros cuerpos.
Debemos respetar nuestro cuerpo, porque es templo de Dios, y por lo mismo debemos buscar que no se convierta en “casa de mercado” obedeciendo a las cosas del mundo y sus mercadotecnias, sus placeres y sus perversidades, sino presentarlo en sacrificio vivo, santo y agradable a Dios, no buscando nuestra satisfacción sino la buena voluntad de nuestro gran Dios y salvador Jesucristo.
Hoy en día se cree que lo que haga uno con su cuerpo a nadie le incumbe… ¡!!Gran error!!! El cuerpo no es tuyo, Dios te lo dio, de el tendrás que dar cuentas a tu Creador, ya que el cuerpo tiene una función para la cual fue hecho, cualquier uso fuera de eso, es perversión. "¿Quién puede permanecer en su santo templo? El que tiene las manos y la mente limpias de todo pecado; el que no adora ídolos ni hace juramentos falsos." (Salmo 24:3-4)
En consecuencia, quien desprecia a su hermano, el templo de Dios, está despreciando también a su propio templo - y con ello a Dios-, pues tal como un hombre se comporta con su hermano, así se comporta también con Dios. Cada acto de desprecio para con el hermano, es decir, para con un templo de Dios, es pecado contra el Espíritu Santo.
Cada persona nacida de nuevo es un templo del Espíritu Santo. Así, a cada hombre le está encomendado mantener limpio su propio templo y respetar el templo de su hermano. Quien guarde este mandamiento, no sufrirá, ni será destruido su templo por enfermedad, miseria o violencia.
Bajo la nueva dispensación de la gracia, el cristiano es ahora llamado el templo de Dios. El creyente debe dar su vida entera sin reservas a Dios. Nuestros cuerpos son templos sagrados, santo para el Señor. Dios ha reclamado mediante la redención de nuestros cuerpos, y lo que Él reclamó para Su santo propósito es que debemos someternos a Él. "Así que, hermanos, os ruego que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo" (Romanos 12:1).
Nosotros haremos lo que el apóstol nos amonesta a recordar que nosotros somos Su templo santo. Si nosotros hemos aprendido que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, nos mantendremos sin mancha. Querido hermano antes de cometer pecado recuerda "Tu cuerpo es templo del Espíritu Santo".
• "Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo." (1 Tesalonicenses 5:23).
Nuestro Dios y salvador Jesucristo está allí a la puerta, su llegada es inminente y viene por ti y por mí, es importante que te hagas una autoevaluación de cómo está tu templo, si de verdad estás haciendo la voluntad del que viene, si estás viviendo en santidad, recuerda querido hermano que nuestra morada es celestial y es eterna. Las cosas aquí en la tierra, en este sistema mundano son pasajeras, pero el que permanece y vive para Dios tiene una corona de vida eterna. Amén.
Dios te siga bendiciendo
Fredy Delgado
Teólogo