LOS NOMBRES Y TITULOS DE DIOS
“Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12).
EL SIGNIFICADO DE UN NOMBRE
El uso de nombres en los tiempos de la Biblia, especialmente en los días del Antiguo Testamento, llevaba mucho más importancia que hoy en día. La gente frecuentemente usaba nombres para dar a conocer algo sobre las características, historia o naturaleza de los individuos, y Dios hizo lo mismo.
Entonces, Dios cambió el nombre de Abram (padre exaltado) a Abraham (padre de una multitud), y el nombre de Jacob (suplantador, engañoso) a Israel (él reinará como Dios).
“Para los antiguos el nombre es una parte de la persona, una extensión de la personalidad del individuo.
Dios usó nombres como un medio de revelación personal progresiva. Por ejemplo, en Éxodo 6:3 Dios dijo, “Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, más en mi nombre JEHOVA no me di a conocer a ellos”. Los versículos 4 al 8 hacen claro que el significado del nombre Jehová a Israel era su asociación con la redención y la salvación.
En Éxodo 6:3 Dios prometió revelarse a Su pueblo en una manera nueva. Es decir, El comenzó a asociar Su nombre con una comprensión nueva de Su carácter y presencia. Además de usar nombres para manifestar Su carácter, Dios usó Su nombre para manifestar Su presencia.
En la dedicación del Templo, Salomón reconoció que Dios era omnipresente y que ningún templo lo podría contener (I Reyes 8:27).
Ya que Dios llena el universo, Salomón preguntó cómo el Templo, una estructura hecha por el hombre, lo podría contener. Entonces él contestó su propia pregunta por recordarle a Dios de Su promesa: “Mi nombre estará allí” (I Reyes 8:29).
Aunque la omnipresencia de Dios no podía ser restringido al Templo, sin embargo la plenitud de Su carácter como representado por Su nombre podía morar allí. Salomón siguió orando “para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre” (I Reyes 8:43). Una vez más, esto vincula el nombre de Dios con una revelación de Su carácter. Dios mismo usó el concepto de Su nombre para representar la revelación de Su naturaleza y poder.
Él le dijo a Faraón, “Y a la verdad yo te he puesto para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado en toda la tierra” (Éxodo 9:16). El nombre de Dios representa Su autoridad al igual que Su poder. Por ejemplo, El invirtió Su nombre en el ángel que condujo a los Israelitas (Éxodo 23:21). Esto probablemente era una teofanía de Dios ya que el pasaje expresa la idea que el ángel actuó con toda la autoridad de Dios mismo.
El nombre de Dios representa lo siguiente:
1) la presencia de Dios,
2) la revelación de Su carácter,
3) Su poder
4) Su autoridad.
En seguida hay algunos otros puntos que demuestran la importancia que Dios pone en Su nombre: Dios demanda temor (reverencia, respeto) a Su nombre (Deuteronomio 28:58-59).
Él manda al hombre que no tome Su nombre en vano (Éxodo 20:7).
Dios advierte a Su pueblo que no olviden Su nombre (Salmo 44:20-21; Jeremías 23:25-27).
Dios promete una bendición para aquellos que conocen Su nombre (Salmo 91:14-16). Hay una bendición para aquellos que piensan en Su nombre (Malaquías 3:16).
NOMBRES PARA DIOS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
“EL” significa fuerza, potente, omnipotente.
ELOAH probablemente se deriva de EL, y siempre refiere a la deidad.
ELOHIM es la forma plural de ELOAH, es una forma intensiva que denota la grandeza, majestad, y los atributos múltiples de Dios. La Biblia también usa la palabra ELOHIM para hacer referencia a dioses falsos (Jueces 8:33), seres espirituales (I Samuel 28:13), y jueces o gobernadores humanos (Salmo 82). En estos casos se traduce dios o dioses.
ADON significa gobernador, maestro, o señor ya sea humano, angélico, o divino.
ADONAI es la forma enfática de ADON, y específicamente se refiere al Señor (Dios).
YAHVÉ (Jehová) es el nombre redentivo de Dios en el Antiguo Testamento (Éxodo 6:3-8), y el nombre único por el cual el único Dios verdadero se distinguió a Sí mismo en el Antiguo Testamento de todo otro dios (Isaías 42:8). Significa el “Auto-Existente o el Eterno.” Este concepto también aparece en las frases “YO SOY EL QUE SOY” y “YO SOY,” usadas por Dios acerca de Sí mismo.
YAHVÉ es la forma en la tercera persona del verbo “ser” en el hebreo. Yahvé significa “Él es.” Cuando no es usado por Dios, la forma del verbo está en la primera persona, o “Yo Soy.” En otros términos, Yahvé y “Yo Soy” son diferentes formas del mismo verbo.
En algunas ocasiones, los traductores de las Escrituras seguían una antigua tradición judía de sustituir ADONAI para YHWH cuando copiaban o leían las Escrituras. Esta costumbre desarrolló porque los judíos querían evitar tomar el nombre de Dios en vano, que infringiría el Tercer Mandamiento (Éxodo 20:7). Ellos sentían que por constantemente repetir el sagrado nombre de Dios podrían comenzar a tratarlo demasiado informal y ligeramente. El nombre de Dios era tan santo y sagrado que ellos no se sentían dignos de usarlo.
Jesús y los apóstoles también siguieron esta costumbre. El Nuevo Testamento usa la palabra griega kurios, significando Señor, al citar escrituras del Antiguo Testamento que contienen YHWH (Mateo 3:3; 4:7, etc.).
Ya que el hebreo antiguo no usaba vocales escritos y ya que los judíos dejaron de hablar el nombre sagrado, nadie sabe cuál era la pronunciación original de YHWH. Todo lo que tenemos son las cuatro letras hebreas (llamados el tetragrámaton) que son comúnmente transliterados como YHWH o JHVH y pronunciados Yahvé (hebreo) o Jehová (español).
El Antiguo Testamento usa un número de nombres compuestos de Jehová para describirle a Dios y para revelarlo aún más.
Nombre Escritura Significado
1. Jehová-jire Génesis 22:14 Jehová verá
2. Jehová-rafa Éxodo 15:26 Jehová que sana
3. Jehová-nisi Éxodo 17:15 Jehová nuestra bandera
4. Jehová-m’kades Éxodo 31:13 Jehová que santifica
5. Jehová-salom Jueces 6:24 Jehová nuestra paz
6. Jehová-sabaot I Samuel 1:3 Jehová de los ejércitos
7. Jehová-elyón Salmo 7:17 Jehová el altísimo
8. Jehová-rá- Salmo 23:1 Jehová mi pastor
9. Jehová-hoseenu Salmo 95:6 Jehová nuestro hacedor
10. Jehová-sidkenu Jeremías 23:6 Jehová nuestra justicia
11. Jehová-sama Ezequiel 48:35 Jehová está presente
LA REVELACIÓN PROGRESIVA DEL NOMBRE
Hallamos que en el Antiguo Testamento Dios progresivamente dio a conocer más acerca de Sí mismo al surgir necesidades diversas en las vidas de los hombres, y usó nombres para expresar esta revelación personal. Cuando Abraham necesitó un cordero para sacrificar, Dios se reveló como Jehová-jire, Jehová que provee. Cuando Israel necesitaba liberación, Dios reveló que Su nombre Jehová tenía una importancia anteriormente desconocida respecto a liberación y salvación (Éxodo 6:3-8). Cuando Israel necesitaba protección de la enfermedad, Dios se reveló como Jehová-rafa, Jehová que sana. Cuando Israel necesitaba victoria sobre los enemigos, Dios se reveló como Jehová-nisi, Jehová nuestra bandera, Así, los nombres y los títulos descritos sobre todo dan a conocer aspectos importantes acerca de la naturaleza de Dios. Sin embargo, ninguno de ellos es una revelación completa de la naturaleza de Dios.
Mucha gente en el Antiguo Testamento se dieron cuenta de esto; ellos desearon saber más de Dios y expresaron su deseo en pedir saber Su nombre.
Cuando Jacob luchó con el hombre en Peniel (una manifestación de Dios), él pidió, “Declárame ahora tu nombre.” Dios no le dio a conocer Su nombre, pero sí le bendijo (Génesis 32:29).
Manoa, el padre de Sansón, le preguntó al ángel de Jehová cuál era su nombre y recibió esta respuesta: “¿Por qué preguntas por mi nombre, que es admirable?” (Jueces 13:18).
El profeta Agur preguntó acerca de Dios, “¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes?” (Proverbios 30:4). El miraba al futuro, tratando de ver por qué nombre Dios se daría a conocer cuando El aparecería como el Hijo.
Zacarías profetizó que un tiempo vendría cuando Jehová sería el rey sobre toda la tierra, y “En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre” (Zacarías 14:9).
EL NOMBRE DE JESÚS
Cuando llegó el cumplimiento del tiempo, Dios sí sació los anhelos de Su pueblo y se reveló en todo Su poder y gloria mediante el nombre Jesús.
JESÚS es el equivalente griego del nombre hebreo diversamente traducido como JESÚA
(Esdras 2:2), o Josué (Éxodo 17:9). Ambos Hechos 7:45 y Hebreos 4:8 demuestran que Jesús es el mismo nombre que Josué.
Jesús significa Jehová-Salvador, Jehová nuestra Salvación, o Jehová es Salvación. Es por eso que el ángel dijo, “Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESUS, porque El salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21). La identificación del nombre de Jesús con la salvación es particularmente evidente porque el hebreo para JESÚA es prácticamente idéntico al hebreo para salvación, especialmente ya que el antiguo hebreo no usaba vocales escritos.
Se traduce literalmente a JESÚA como YESHUWA y la palabra hebrea para la salvación como YESHUWAH. Aunque otros han llevado el nombre Josué o Jesús, el Señor Jesucristo es el único quien realmente ha alcanzado las implicaciones de aquel nombre. Él es el único quien es realmente lo que aquel nombre describe. Jesús es la culminación de todos los nombres de Dios del Antiguo Testamento. Es el nombre más alto y exaltado que jamás ha sido revelado a la humanidad.
El nombre de Jesús es el nombre de Dios que El prometió dar a conocer cuando Él dijo, “Por tanto, mi pueblo sabrá mi nombre” (Isaías 52:6).
Es el único nombre de Zacarías 14:9 que comprende e incluye todos los otros nombres de Dios dentro de su significado.
La iglesia del Nuevo Testamento es identificada por el nombre de Jesús.
Actualmente Jesús dijo que nosotros seríamos aborrecidos por todos por causa de Su nombre (Mateo 10:22).
La Iglesia primitiva fue perseguida por el nombre de Jesús (Hechos 5:28, 9:21, 15:26), y ellos lo consideraban como un privilegio ser tenidos por dignos de sufrir por Su nombre (Hechos 5:41).
Pedro declaró que el hombre cojo en la puerta Hermosa fue sanado “por el nombre de Jesucristo de Nazaret” (Hechos 4:10).
El entonces explicó la supremacía y la esencialidad de este nombre en cuanto a recibir la salvación: “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12).
El Apóstol Pablo escribió, “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo y le dió un nombre que es sobre todo nombre, para que en al nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra” (Filipenses 2:9-10
A causa de la posición exaltada de este nombre, se nos exhorta a depender del nombre de Jesús en todo lo que hacemos o decimos: “Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús” (Colosenses 3:17).
Nosotros enseñamos y predicamos en el nombre de Jesús (Hechos 4:17-l8; 5:28).
Echamos fuera demonios, hablamos en lenguas, recibimos protección y poder sobrenatural, y oramos por los enfermos—todo en el nombre de Jesús (Marco 16:1718; Santiago 5:14).
Señales y maravillas son hechas por el nombre de Jesús (Hechos 4:30).
Oramos y hacemos conocer las peticiones a Dios en el nombre de Jesús (Juan 14:13-14; 16:23). Nos reunimos en el nombre de Jesús (Mateo 18:20).
Bautizamos en el nombre de Jesús (Hechos 2:38).
¿Significa esto que el nombre de Jesús es algún tipo de fórmula mágica? No. Para que el nombre de Jesús sea eficaz nosotros debemos tener fe en Su nombre (Hechos 3:16).
Debemos conocer a y tener fe en Aquel que es representado por ese nombre (Hechos 19:13-17). El nombre de Jesús es único porque, representa la presencia de su propietario. Representa la presencia, el poder, y la obra de Dios.
Cuando nosotros hablamos el nombre de Jesús en fe, Jesús mismo actualmente se encuentra presente y comienza a trabajar. El poder no viene del sonido del nombre, sino que viene porque la expresión del nombre en fe demuestra obediencia a la Palabra de Dios y fe en la obra de Jesús. Cuando decimos Su nombre en fe, Jesús manifiesta Su presencia, desempeña la obra, y suple la necesidad. Por lo tanto, Dios se revela totalmente mediante el nombre de Jesús.
Nosotros vemos, conocemos, honramos, creemos, y recibimos a Dios Padre (Juan 5:23; 8:19; 12:44-45; 13:20; 14:7-9). Si negamos a Jesús, negamos al Padre (I Juan 2:23), pero si usamos el nombre de Jesús le glorificamos al Padre (Colosenses 3:17).
La Biblia predijo que el Mesías declararía el nombre de Jehová (Salmo 22:22; véase Hebreos 2:12). Jesús afirmó que Él había manifestado y declarado el nombre del Padre (Juan 17:6, 26).
El heredó Su nombre del Padre (Hebreos 1:4). ¿Cómo manifestó y declaró Jesús el nombre del Padre?
Lo hizo por revelar el significado del nombre mediante las obras que El hizo, que eran las obras de Jehová (Juan 14:10-11).
Así como Dios en el Antiguo Testamento progresivamente reveló más sobre Su naturaleza y Su nombre por responder a las necesidades de Su pueblo, así Jesús en el Nuevo Testamento reveló plenamente la naturaleza y el nombre de Dios mediante milagros, sanidades, el echar fuera de demonios, y el perdón de pecados. Jesús declaró el nombre del Padre por Sus obras; porque por ellas
El comprobó que Él era desde luego el Padre, el Jehová del Antiguo Testamento.
(Véase Isaías 35:4-6 con Lucas 7:19-22.) Por demostrar el poder de Dios según las profecías, El comprobó que Jesús era el nombre del Padre. ¿Por qué es el nombre de Jesús la revelación plena de Dios? Simplemente porque Jesús es Jehová y en Jesús mora toda la plenitud de la Deidad corporalmente, incluso el papel de Padre (Colosenses 2:9).
JESUS ES EL NOMBRE SOBRE TODO NOMBRE
SOLO EN ESTE NOMBRE HAY PERDON DE PECADOS EN EL BAUTISMO
LUIS VELEZ