QUIEN ES REALMENTE EL HIJO DE DIOS ? por JOSE VELEZ
El Hijo de Dios no es una persona aparte en la Deidad, sino la expresión física del Dios único.
El Hijo es “la imagen del Dios invisible” (Colosenses 1:13-15) y “la imagen misma de Su sustancia”
(Hebreos 1:2-3). Tal como un sello de hule deja una reproducción exacta en el papel, o así como una imprenta exacta deja un sello cuando es apretado en la cera, el Hijo de Dios es la expresión exacta del Espíritu de Dios pero en carne.
El hombre no podía ver al Dios invisible, entonces Dios hizo una manifestacion exacta de Sí mismo en carne, imprimió Su misma naturaleza en un cuerpo de carne, vino El mismo en carne, para que el hombre pudiera verle y conocerle.
Muchos otros versículos de la Escritura revelan que solo podemos usar correctamente el término “Hijo de Dios” cuando incluye la humanidad de Jesús. Por ejemplo:
El Hijo fue concebido por una mujer (Gálatas 4:4)
El Hijo fue engendrado (Juan 3:16),
El Hijo nació (Mateo 1:21-23; Lucas 1:35)
El Hijo no sabía la hora de la Segunda Venida (Marcos 13:32)
El Hijo no podía hacer nada por Sí solo (Juan 5:19)
El Hijo vino comiendo y bebiendo (Mateo 11:19)
El Hijo sufrió (Mateo 17:12)
Una persona puede blasfemar contra el Hijo
Pero no contra el Espíritu y ser perdonado (Lucas 12:10)
El Hijo fue crucificado (Juan 3:14; 12:30-34)
Y el Hijo murió (Mateo 27:40-54; Romanos 5:10).
La muerte de Jesús es un buen ejemplo. Su Espíritu divino no murió, sino Su cuerpo humano.
No podemos decir que Dios murió, y entonces no podemos decir que “Dios Hijo” murió.
MAS SÍ PODEMOS DECIR QUE EL HIJO DE DIOS MURIÓ PORQUE HIJO SE REFIERE A LA HUMANIDAD.
Como acabamos de declarar, “Hijo” no siempre se refiere solo a la humanidad sino a la deidad y la humanidad juntas como existen en la persona única de Cristo.
Por ejemplo, el Hijo tiene poder para perdonar el pecado (Mateo 9:6)
El Hijo estaba en el cielo y en la tierra a la misma vez (Juan 3:13).
El Hijo ascendió al cielo (Juan 6:62)
Y el Hijo viene otra vez en gloria para reinar y juzgar (Mateo 25:31).
“Hijo de Dios” puede significar no tan solo la humanidad de Jesús sino también la deidad habitando en la humanidad.
Juan 1:18 usa Hijo para referirse a la humanidad, pues dice que el Padre (la deidad de Jesús) es dado a conocer mediante el Hijo. Este versículo de la Escritura no significa que Dios es revelado por Dios, sino que Dios es revelado en carne por la humanidad del Hijo.
HIJO DE DIOS
¿Qué significa el título “Hijo de Dios”?
Enfatiza la naturaleza divina de Jesús y el hecho de Su nacimiento virginal. Él es el Hijo de Dios porque fue concebido por el Espíritu de Dios (Dios mismo), constituyéndole a Dios literalmente como Su padre (Lucas 1:35).
Cuando Pedro confesó que Jesús era “el Cristo, el Hijo del Dios viviente,” él reconoció el papel Mesiánico y la deidad de Jesús (Mateo 16:16).
Los judíos entendieron lo que Jesús quiso decir cuando Él se llamó el Hijo de Dios y cuando le llamó a Dios Su Padre, pues intentaron matarle por hacerse Dios (Juan 5:18; 10:33).
En breve, el título “Hijo de Dios” reconoce la humanidad mientras atrae atención a la deidad de Jesús. Significa que Dios se ha manifestado en carne.
Debemos notar que a los ángeles se les llama hijos de Dios (Job 38:7) porque Dios los creó directamente. De una manera semejante, Adán era el hijo de Dios por creación (Lucas 3:38).
Los creyentes son también hijos de Dios
Porque Él nos ha adoptado a aquella relación (Romanos 8:14-19).
Somos herederos de Dios y coherederos con Cristo, poseyendo todos los derechos legales que acompañan el ser hijo.
Sin embargo, JESÚS ES EL HIJO DE DIOS EN UN SENTIDO QUE NO PODEMOS IGUALAR, pues Jesús es el Hijo unigénito (el único Hijo engendrado) de Dios (Juan 3:16).
El es el único que fue concebido o engendrado por el Espíritu de Dios. Entonces, Su estado único de Hijo atestigua a Su deidad.
HIJO DEL HOMBRE
El término “Hijo del Hombre” atrae atención primeramente a la humanidad de Jesús; implica que Él es descendiente de la humanidad.
El Antiguo Testamento usa esta frase muchas veces en referencia a la humanidad. Por ejemplo, los siguientes versículos de la Escritura la usan significando la humanidad en general o cualquier hombre sin identificación específica: Salmo 8:4, 146:3; Isaías 51:12; Jeremías 49:18.
(El Salmo 8:4 tiene un significado básico que se refiere proféticamente al Mesías, como lo demuestra Hebreos 2:6-7.)
El término “hijo de hombre” también se refiere muchas veces a un hombre en particular, especialmente en Ezequiel donde especifica el profeta (Ezequiel 2:1, 3, 6,8; Daniel 8:17).
En unos pocos versículos de la Escritura, significa un hombre a quien Dios ha dado soberanía y poder (Salmo 80:17; Daniel 7:13).
Jesús se aplicó el término “Hijo del Hombre” a Sí mismo muchas veces. En la mayoría de las instancias, lo utilizó como un sinónimo de “Yo” o como un título que enfatizaba Su humanidad.
En algunas instancias, implica no solamente el mero hecho de Su humanidad, sino también el poder y la autoridad dadas al Hijo por el Espíritu eterno de Dios (Mateo 24:30; 25:31). En breve, Jesús adoptó el título con todas sus implicaciones de poder y dominio mundial, pero la aplicó a Sí mismo en toda situación. El título nos sirve de recuerdo de que Jesús realmente era un hombre.
¿Hijo Eterno o Hijo Engendrado?
Juan 3:16 le llama a Jesús el unigénito Hijo de Dios. Sin embargo, mucha gente usa la frase “Hijo eterno.” ¿Es correcta esta frase? No.
La Biblia nunca la usa y expresa un concepto que la Escritura contradice. La palabra unigénito es una forma del verbo engendrar, que significa “procrear.” Entonces, unigénito indica un punto definido en el tiempo—el punto en el cual ocurre la concepción. Por definición, el engendrador (padre) siempre tiene que preceder al engendrado (prole.) Tiene que haber un tiempo cuando existe el engendrador y el engendrado aún no ha entrado en existencia, y tiene que haber un punto en el tiempo cuando ocurre el hecho de engendrar. De otro modo la palabra unigénito (único engendrado) no tiene sentido.
Entonces, las mismas palabras unigénito e Hijo ambas contradicen la palabra eterno como se aplica al Hijo de Dios. Ya hemos considerado que “Hijo de Dios” se refiere a la humanidad de Jesús. Es claro que la humanidad de Jesús no es eterna sino que nació en Belén. Se puede hablar de eternalidad—pasado, presente, y futuro—solo con respecto a Dios. Ya que “Hijo de Dios” se refiere a humanidad o deidad manifiesta en humanidad, la idea de un Hijo eterno es incomprensible. El Hijo de Dios tuvo un principio
.
EL PRINCIPIO DEL HIJO
El papel del Hijo empezó con el niño que fue concebido en el vientre de María. Las Escrituras aclaran esto perfectamente.
Gálatas 4:4 dice, “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, NACIDO DE MUJER Y NACIDO BAJO LA LEY.”
El Hijo vino en el cumplimiento del tiempo—no en la eternidad pasada.
El Hijo fue nacido de una mujer—no engendrado eternamente.
El Hijo fue nacido bajo la ley—no antes de la ley. (Hebreos 7:28).
El término unigénito se refiere a la concepción de Jesús como se describe en Mateo 1:1820 y Lucas 1:35. El Hijo de Dios fue engendrado cuando el Espíritu de Dios milagrosamente causó que la concepción ocurriera en el vientre de María. Esto es aparente del mismo significado de la palabra unigénito y también de Lucas 1:35, que explica que porque el Espíritu Santo vendría sobre María, entonces (“por lo cual”) su hijo sería el Hijo de Dios. Debemos notar el sentido futuro en este versículo: el niño a nacer “SERÁ LLAMADO Hijo de Dios(tiempo futuro)”
Hebreos 1:5-6 también revela que el Hijo fue engendrado en un punto específico del tiempo y que el Hijo tuvo un principio en el tiempo: “Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú, YO TE HE ENGENDRADO HOY(no en el pasado), y otra vez: Yo SERÉ A ÉL PADRE (tiempo futuro) y él ME SERÁ A MÍ HIJO?(tiempo futuro) Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios.”
El Hijo fue engendrado en un día específico en el tiempo; hubo un tiempo cuando el Hijo no existía; Dios profetizó acerca de la futura existencia del Hijo (seré); y Dios introdujo el Hijo en el mundo algún tiempo después de la creación de los ángeles.
Otros versículos de la Escritura enfatizan que el Hijo fue engendrado en un día específico en el tiempo—“HOY” (Salmo 2:7; Hechos 13:33).
Todos los versículos en el Antiguo Testamento que mencionan al Hijo son claramente proféticos, anticipando el día cuando el Hijo de Dios sería engendrado (Salmo 2:7, 12; Isaías 7:14; 9:6).
Es fácil entender de todos estos versículos que EL HIJO NO ES ETERNO, sino que fue engendrado por Dios hace mas 2000 años.
Muchos teólogos quienes no han aceptado plenamente la gran verdad de la unicidad de Dios han, sin embargo, rechazado la doctrina del “Hijo eterno” por ser auto-contradictoria, inescritural, y falsa.
EL FIN DE LA FUNCIÓN DE HIJO
El papel de Hijo no solo tuvo un empiezo, sino que tendrá, por lo menos en ún sentido, un fin.
Esto es evidente de I Corintios 15:23-28. El versículo 24, en particular, dice, “Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, . . .” El versículo 28 dice, “Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.”
Es imposible explicar este versículo de la Escritura si uno piensa de un “Dios Hijo” quien es co-igual y co-eterno con Dios Padre.
Pero es fácilmente explicado si nos damos cuenta que “Hijo de Dios” se refiere a un papel específico que Dios interpretó temporalmente para el propósito de la redención.
Cuando las razones por el papel de Hijo dejan de existir, Dios (Jesús) dejará de actuar en Su papel como Hijo, y el papel de Hijo se volverá a sumergir en la grandeza de Dios, quien volverá a Su papel original de Padre, Creador, y Gobernador de todo.
Efesios 5:27 describe este mismo escenario en otros términos: “a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa. . . .” ¡Jesús presentará la iglesia a Sí mismo!
¿Cómo puede ser esto, de que I Corintios 15:24, describe al Hijo presentando el reino al Padre? La respuesta es clara: Jesús en Su papel de Hijo, y como Su hecho final como Hijo, presentará la iglesia a Sí mismo en Su papel de Dios Padre.
Hallamos otra indicación de que el papel de Hijo tiene un final. En Hechos 2:34-35, Pedro citó a David en el Salmo 110:1: “Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, HASTA (final) que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.” Debemos notar la frase HASTA QUE. Este pasaje describe la naturaleza dual de Cristo, con el Espíritu de Dios (el Señor) hablando proféticamente a la manifestación humana de Cristo (el Señor).
La diestra de Dios representa el poder y la autoridad de Dios. El poner a los enemigos por estrado de los pies significa derrotar por completo al enemigo y el hacer una exhibición pública de su derrota. En tiempos antiguos, a veces el vencedor hacía esto literalmente, poniendo su pie sobre la cabeza o el cuello de su enemigo (Josué 10:24). Entonces la profecía en el Salmo 110 es esta: el Espíritu de Dios dará todo poder y toda autoridad al hombre Jesucristo, el Hijo de Dios, hasta que el Hijo ha derrotado por completo a los enemigos que son el pecado y el diablo.
El Hijo tendrá toda potestad hasta hacer esto.
¿Qué pasará con el Hijo después de esto?
¿Significa esto que una persona eterna de una trinidad dejará de sentarse a la diestra de Dios o perderá toda potestad? No.
Significa sencillamente que el papel del Hijo como gobernante cesará.
Dios usará Su papel de Hijo—Dios manifestado en carne—para destruir el imperio de Satanás, cumpliendo así Génesis 3:15 donde Dios dijo que la simiente de la mujer heriría la cabeza del diablo. Después de eso, Dios ya no tendrá necesidad del papel humano para gobernar.
Después de que Satanás es echado al lago de fuego y todo pecado es juzgado en el juicio final (Apocalipsis 20), no habrá más necesidad de que el Hijo ejercite el trono de poder.
Jesucristo dejará de ejercer en Su funcion de Hijo y será Dios para siempre.
¿Significa esto que Dios dejará de usar el cuerpo resucitado y glorificado de Cristo?
Creemos que Jesús continuará usando Su cuerpo glorificado a través de la eternidad. Esto lo indica Apocalipsis 22:3-4, que describe a un Dios visible aun después del juicio final y después de la creación del cielo nuevo y la tierra nueva: “Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.”
Jesús es un SACERDOTE PARA SIEMPRE según el orden de Melquisedec (Hebreos 7:21), aunque dejará de actuar en Su función de sacerdote después del juicio final.
El cuerpo humano glorificado del Señor es inmortal tal como lo serán los nuestros (I Juan 3:2; I Corintios 15:50-54). Aunque el cuerpo glorificado de Cristo continuará existiendo, todas las razones por el reinado del papel de Hijo habrán pasado y todas las funciones por el Hijo se habrán acabado.
Aun el Hijo será puesto bajo sujeción para que Dios sea todo en todo. Será en este sentido que la función de Hijo terminará.
EL PROPÓSITO DEL HIJO
Puesto que la funcion de Hijo de Dios es temporal y no eterno,
¿por qué escogió revelarse Dios por medio del Hijo?
¿Por qué engendró al Hijo?
EL PROPÓSITO PRINCIPAL DEL HIJO ES SER NUESTRO SALVADOR.
La obra de la salvación demandaba muchas funciones que solamente un ser humano podía hacer, incluyendo los papeles de sacrificio, propiciación, sustituto, pariente-redentor, reconciliador, mediador, abogado, sumo sacerdote, segundo Adán, y ejemplo.
Cada uno representa un aspecto importante de la obra de la salvación que, según el plan de Dios, solamente se podría llevar a cabo por un ser humano.
De acuerdo al plan de Dios, el derramamiento de sangre era necesario para la remisión de los pecados del hombre (Hebreos 9:22). La sangre de animales no podía quitar el pecado del hombre porque los animales le son inferiores al hombre (Hebreos 10:4).
Ningún otro humano podía comprar redención para alguien más porque todos habían pecado y merecían entonces la pena de muerte para sí mismos (Romanos 3:23; 6:23).
SOLAMENTE DIOS ERA SIN PECADO, pero Él no tenía carne y sangre.
Entonces, Dios se preparó un cuerpo (Hebreos 10:5), para poder vivir una vida sin pecado en la carne y derramar sangre inocente para salvar a la humanidad. El vino a ser carne y sangre para poder vencer por la muerte al diablo y librar a la humanidad (Hebreos 2:14-15).
De esta manera Cristo es nuestra propiciación- (nos permite acercarnos a un Dios santo)—el medio por el cual obtenemos el perdón, la satisfacción de la justicia de Dios, el aplacamiento de la santa ira de Dios (Romanos 3:25).
El sacrificio de Cristo es el medio por el cual Dios perdona nuestro pecado sin comprometer Su justicia.
Somos salvados hoy mediante el sacrificio de Jesucristo—mediante el ofrecimiento del Hijo de Dios (Hebreos 10:10-20; Juan 3:16). Entonces el Hijo es el sacrificio y la propiciación por nuestros pecados. Cuando el Hijo de Dios vino a ser un sacrificio, también vino a ser un sustituto por nosotros. El murió en nuestro lugar, cargó nuestros pecados, y pagó la pena de muerte por nuestros pecados (Isaías 53:5-6; I Pedro 2:24).Esto solamente lo podía hacer Dios en carne.
El fue más que un mártir; El actualmente tomó nuestro lugar. El probó la muerte por cada hombre (Hebreos 2:9).
Por supuesto, Jesús solamente pudo ser nuestro sustituto y morir en nuestro lugar por venir en la carne. El papel de Cristo como nuestro pariente-redentor es posibilitado también por el papel de Hijo.
En el Antiguo Testamento, si un hombre vendía su propiedad o se vendía como esclavo, un pariente cercano tenía el derecho de volver a comprar por él su propiedad o su libertad (Levítico 25:25, 47-49). Jesús vino a ser nuestro hermano por venir en carne (Hebreos 2:11-12). Por lo tanto, así se calificó para ser nuestro pariente-redentor.
La Biblia lo describe como nuestro redentor (Romanos 3:24; Apocalipsis 5:9). Por medio de Su humanidad, Jesús es capaz de mediar, es decir, interponerse entre el hombre y Dios y representar el hombre ante Dios.
Como mediador, Jesús reconcilia al hombre con Dios; Él le devuelve al hombre la comunión con Dios (II Corintios 5:18,19). La brecha entre un Dios santo y el hombre pecaminoso fue cerrada por el inocente hombre Jesucristo: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (I Timoteo 2:5).
Debemos notar con qué cuidado Pablo mantuvo la unicidad de Dios en este versículo. No hay ninguna distinción en Dios, sino una distinción entre Dios y Jesucristo el hombre.
No hay dos personalidades en Dios; LA DUALIDAD ESTÁ EN JESÚS como Dios y Jesús como hombre. NO ES DIOS QUIEN HACE MEDIACIÓN ENTRE DIOS Y EL HOMBRE; ni la hace “Dios Hijo.” Al contrario, ES JESÚS EL HOMBRE QUIEN HACE MEDIACIÓN; solo un hombre inocente podría acercarse a un Dios santo a favor de la humanidad.
El papel de Cristo como sumo sacerdote se encuentra cercanamente asociado con Su papel de mediador (hebreos 2:16-18; 4:14-16).
En Su humanidad, Jesús fue tentado tal como nosotros; es por causa de Su experiencia humana que Él nos puede ayudar como un sumo sacerdote misericordioso.
El entró al tabernáculo celestial, pasó detrás del velo al lugar santísimo, y allí ofreció Su propia sangre (hebreos 6:19; 9:11-12). Por medio de Su sacrificio y propiciación, tenemos acceso directo al trono de Dios (Hebreos 4:16; 6:20).
El Hijo es nuestro sumo sacerdote mediante el cual podemos acercarnos confiadamente a Dios. Semejantemente, el papel de Hijo permite a Cristo ser nuestro abogado, uno a quien acudimos por ayuda (I Juan 2:1). Si pecamos, aun después de ser convertidos, tenemos quien rogara nuestro caso de misericordia ante Dios.
Nuevamente, es el papel de Hijo que logró esto, pues cuando confesamos nuestros pecados la sangre de Cristo es aplicada a aquellos pecados, haciendo que su defensa por nosotros sea exitosa.
Jesús es el segundo Adán por medio de Su humanidad (I Corintios 15:45-47). El vino para conquistar y condenar el pecado en la carne y para vencer a la misma muerte (Romanos 8:3; I Corintios 15:55-57).
El vino como un hombre para poder reemplazar a Adán como el representante de la raza humana. Por hacer esto, el revocó todas las consecuencias de la caída de Adán para los que creen en El (Romanos 5:12-21).
Jesús como el segundo Adán, el nuevo representante de la raza humana, volvió a ganar todo lo que la humanidad perdió a causa del pecado de Adán.
Hay otro aspecto de la victoria de Cristo sobre el pecado en la carne. Jesús no solo vino en la carne para morir sino que también vino para darnos un ejemplo de una vida victoriosa para que pudiéramos seguir en Sus pasos (I Pedro 2:21).
El nos mostró cómo vivir victoriosamente sobre el pecado en la carne. Él llegó a ser el Verbo de Dios puesto en acción en la carne (Juan 1:1).
El vino a ser el Verbo viviente para que pudiéramos entender claramente cómo quería Dios que fuéramos.
Por supuesto, Él también nos da poder para seguir Su ejemplo.
Tal como somos reconciliados por Su muerte, somos salvados por Su vida (Romanos 5:10). Su Espíritu nos da el poder para vivir la vida justa que El desea que vivamos (Hechos 1:8; Romanos 8:4).
El Hijo no solo representa al hombre ante Dios, sino que también representa a Dios ante el hombre.
Él es un apóstol, uno que fue escogido por Dios y enviado por Dios con un propósito específico (Hebreos 3:1).
Él es un profeta, representando a Dios al hombre y revelando la Palabra de Dios al hombre (Hechos 3:20-23; Hebreos 1:1-2). Su humanidad es crítica en este sentido, pues Dios usó la humanidad del Hijo para alcanzarle al hombre al nivel del hombre.
Además de proclamar la Palabra de Dios, el Hijo reveló la naturaleza de Dios al hombre.
Mediante el Hijo, Dios comunicó Su gran amor hacia el hombre y exhibió Su gran poder de una manera que el hombre pudiera entender. Dios usó el nombre de Jesús como la revelación culminada de Su naturaleza y la persona de Jesús como la culminación profética del Antiguo Testamento.
Este propósito del papel de Hijo se encuentra expresado por muchos versículos de la Escritura que enseñan la manifestación de Dios en carne. Juan 1:18 describe este propósito del Hijo: “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.” Isaías profetizó que esta revelación vendría: “Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá” (Isaías 40:5).
Pablo escribió que esto en verdad aconteció en Cristo: “Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, ES EL QUE RESPLANDECIÓ EN NUESTROS CORAZONES, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo”(II Corintios 4:6).
En otras palabras, el Hijo de Dios llegó a ser el medio por el cual el Dios invisible e incomprensible se reveló al hombre.
Otro propósito del Hijo es de proveer el cumplimiento de muchas promesas en el Antiguo Testamento a Abraham, Isaac, Jacob, la nación de Israel, y David.
Jesucristo cumplirá completamente las promesas que tienen que ver con los descendientes de estos hombres, y lo hará en el reino milenial en la tierra (Apocalipsis 20:4).
El será literalmente el Rey de Israel y de toda la tierra (Zacarías 14:1617; Juan 1:49). Dios le prometió a David que su casa y su trono serían establecidos para siempre (II Samuel 7:16). Jesús cumplirá esto literalmente en Sí mismo, siendo del linaje actual de David por medio de María (Lucas 3) y siendo heredero al trono de David por medio de su padre legal, José (Mateo 1).
El papel de Hijo también le permite a Dios juzgar al hombre. Dios es recto y justo. También es misericordioso. En Su justicia y misericordia El decidió no juzgar al hombre hasta haber actualmente experimentado todas las tentaciones y los problemas de la humanidad y hasta haber demostrado que es posible vivir justamente en la carne (claro que con poder divino, pero con el mismo poder que Él ha puesto a nuestra disposición).
La Biblia declara específicamente que el Padre no juzgará a nadie; solamente el Hijo juzgará (Juan 5:22, 27).
Dios juzgará por medio de Jesucristo (Romanos 2:16). En otras palabras, Dios (Jesús) juzgará al mundo en el papel de Uno quien vivió en la carne, venció el pecado en la carne, e hizo disponible aquel mismo poder victorioso a toda la humanidad.
En resumen, hay muchas razones por el Hijo. En el plan de Dios, el Hijo era necesario para traer salvación al mundo. Esto incluye los papeles de (1) sacrificio, (2) sustituto, (3) pariente-redentor, (4) reconciliador, (5) mediador(6) sumo sacerdote, (7) abogado, (8) segundo Adán, y (9) un ejemplo de justicia.(10) El papel de Hijo también hizo posible que Cristo fuera apóstol, (11) profeta, (12) revelador de la naturaleza de Dios, (13) rey, y (14) juez.
TODOS ESTOS PAPELES DEMANDABAN QUE UN HUMANO LOS LLÉNARA; por ellos podemos entender por qué Dios vino al mundo en carne como el Hijo.
Después de estudiar las razones por el papel de Hijo, es fácil entender por qué el Hijo vino a existir en un punto de tiempo en vez de estar en existencia desde toda la eternidad.
Dios simplemente esperaba el cumplimiento del tiempo cuando todas estas cosas podrían ser puestas en acción de la mejor manera (Gálatas 4:4).
Asi que el Hijo no tuvo una existencia sustancial hasta la concepción de Cristo en el vientre de María.
Después del reinado milenial y el juicio final, los propósitos del papel de Hijo se habrán cumplido y el reinado del Hijo terminará.
Cuando observamos las razones por el Hijo, podemos ver que el papel de Hijo es temporal y no eterno; la Biblia nos dice cuándo empezó el papel de Hijo y cuándo terminará el ministerio de aquel papel.
Para repasar y explicar más ampliamente varios conceptos acerca del Hijo, podemos explorar Hebreos 1, que contiene varias referencias al Hijo que son muy interesantes. El versículo 3 describe al Hijo como el resplandor de la gloria de Dios y la imagen misma de Su sustancia.
La palabra griega hipóstasis, traducida como” sustancia,” también significa medio, naturaleza, o ser.
En un pasaje parecido, Colosenses 1:15 dice que el Hijo es la imagen del Dios invisible. Nuevamente, vemos que el Hijo es una manifestación visible del Padre en carne.
El Hijo es una representación exacta o imagen de Dios con toda la gloria de Dios. En otras palabras, el Dios (Padre) invisible se manifestó en carne visible como el Hijo para que los hombres podrían ver la gloria de Dios y entender cómo realmente es Dios.
Hebreos 1 se puede considerar como un recalcamiento de Juan 1 en que Dios Padre fue hecho carne. Hebreos 1:2 dice que Dios nos ha hablado por Su Hijo; Juan 1:14 dice que el Verbo fue hecho carne, y Juan 1:18 dice que el Hijo le ha dado a conocer a Dios Padre. Entendemos de estos versículos que el Hijo no es distinto del Padre en personalidad, sino que es el modo por el cual el Padre se reveló al hombre.
EL HIJO Y LA CREACIÓN
Hebreos 1:2 declara que Dios hizo el universo por el Hijo. Semejantemente, Colosenses 1:13-17 dice que todas las cosas fueron creadas por el Hijo, y Efesios 3:9 dice que todas las cosas fueron creadas por Jesucristo. ¿Qué significa creación “por el Hijo,” ya que el Hijo no tuvo una preexistencia sustancial antes de la Encarnación?
Por supuesto, sabemos que Jesús como Dios preexistía antes de la Encarnación, puesto que la deidad de Jesús es ningún otro que el mismo Padre.
Reconocemos que Jesús (el Espíritu divino de Jesús) sí es el Creador.
Estos versículos le describen al Espíritu eterno que estaba en el Hijo—la deidad que más tarde fue encarnada como el Hijo—como el Creador.
La humanidad de Jesús no podía crear, sino que Dios quien vino en el Hijo como Jesucristo creó el mundo.
Hebreos 1:10 declara claramente que Jesús como Señor era el Creador
Sabemos que el creo el mundo por la Palabra (el Verbo) de Dios (Hebreos 11:3). El creó el mundo con su palabra. Dios hablo y fue hecho. Si Dios no habla no hay creación.
Aunque Dios creó al hombre para que el hombre le amara y le adorara (Isaías 43:7; Apocalipsis 4:11), el pecado del hombre habría frustrado el propósito de Dios en la creación si Dios no hubiera tenido el plan de restaurarle al hombre mediante el Hijo.
Dios anticipó la caída del hombre, pero sin embargo creó al hombre ya que Él había predestinado el Hijo y el futuro plan de la redención (Romanos 8:29-32). El plan del Hijo estaba en la mente de Dios en la creación y era necesario para que la creación fuera exitosa. Entonces, El creó el mundo por el Hijo. Sabemos que los versículos de la Escritura que hablan de creación por el Hijo no pueden significar que el Hijo existía sustancialmente en la creación como una persona aparte del Padre.
Es así que el Cordero fue inmolado antes de la fundación del mundo (Apocalipsis 13:8), y es por eso que Jesús el hombre pudo orar, “Ahora pues, Padre, glorifícame tú para contigo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese” (Juan 17:5).Lo que está diciendo es cumple tu propósito en mi establecido desde antes de crear el mundo.
El Antiguo Testamento proclama que un Ser individual nos creó, y que Él es Jehová, el Padre: “¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios?” (Malaquías 2:10);
“Así dice Jehová, tu redentor, que te formó desde el vientre: Yo Jehová, que lo hago todo, que extiendo solo los cielos, que extiendo la tierra por mí mismo” (Isaías 44:24).
Jesús no fue crucificado en un sentido físico antes de la creación, el Hijo no fue engendrado antes de la creación, y Jesucristo el hombre no existía para tener gloria antes de la creación.
(Jesús hablaba como un hombre en Juan 17:5, pues por definición Dios no ora y no necesita orar.)
¿Cómo puede describir la Biblia a todas estas cosas como existentes antes de la creación? Existían en la mente de Dios como un futuro plan predestinado. Aparentemente, los versículos de la Escritura que dicen que Dios creó el mundo por el Hijo quieren decir que Dios utilizó y se aventajó de Su plan futuro para el papel de Hijo cuando creó el mundo.
Ciertamente el plan para el Hijo y para la redención existía en la mente de Dios antes de y durante la creación dependía del papel de Hijo—para cumplir Su propósito en la creación a pesar de Su pre-ciencia del pecado del hombre.
EL PRIMOGÉNITO
Hebreos 1:6 le llama al Hijo el primogénito.
Esto no significa que el Hijo fue el primer ser creado por Dios Aunque Él fue creado, pues este mismo versículo indica que el “engendramiento” ocurrió después de la creación de los ángeles.
Ciertamente, el Hijo no es “eternamente engendrado” pues el versículo 5 describe al engendramiento como algo que sucedió en un cierto punto en el tiempo: “Mi Hijo eres tú, Yo te he engendrado hoy.” Entonces, ¿en qué sentido es el Hijo el “primogénito”?
El término tiene varios significados. En un sentido de la palabra, el Hijo no solamente era el primogénito sino también el unigénito (Juan 3:16). Es decir, el Hijo es la única persona literalmente concebida por el Espíritu Santo (Dios); el nacimiento virginal hizo posible que deidad completa y humanidad completa se unieran en una sola persona. Además, el Hijo es el primogénito en el sentido de que Él fue planeado en la mente de Dios antes de todo lo demás.
El Hijo es también el primogénito en que Él fue el primero en conquistar el pecado y la muerte.
El es “el primogénito de los muertos” (Apocalipsis 1:5),
“el primogénito entre muchos hermanos” (Romanos 8:29),
“el primogénito de entre los muertos” (Colosenses 1:18).
Todos estos versículos de la Escritura usan la misma palabra griega, prototokos, que se usa en Hebreos 1:6.
Cristo era las primicias de la resurrección puesto que El fue el primero que fue resucitado corporalmente y dado un cuerpo glorificado (I Corintios 15:20).
Ya que Jesucristo es la cabeza de la iglesia, que es llamada la “congregación de los primogénitos” (Hebreos 12:23), podemos interpretar la designación de Cristo como “el primogénito de toda creación” (Colosenses 1:15) como significando el primogénito de la familia espiritual de Dios que es llamada de toda la creación.
Mediante la fe en El podemos venir a ser hijos e hijas de Dios por el nuevo nacimiento (Romanos 8:14-17). Jesús es el autor y consumador de nuestra fe (Hebreos 12:2), el autor de nuestra salvación (Hebreos 2:10), el apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión (Hebreos 3:1), y nuestro hermano (Hebreos 2:11-12).
Es en Su papel redentivo que Él puede ser llamado el primogénito entre muchos hermanos.
El título de Cristo como primogénito tiene significado no solo en el sentido del primero en orden sino como el primero en poder, autoridad, y preeminencia, tal como el hermano mayor tiene preeminencia entre sus hermanos.
Como se aplica a Cristo, primogénito no significa que era el primer hombre que nació físicamente, sino que Él es el primero en poder.
Esto es el significado principal de Colosenses 1:15 cuando dice que Él es “el primogénito de toda creación,” ósea la causa de toda creación, no lo primero creado por otro, como vemos en los versículos subsiguientes. Los versículos 16-18 le describen a Jesús como el creador de todas las cosas, la cabeza de todo poder, y la cabeza de la iglesia.
El versículo 18 dice, en particular, que Él es “el primogénito de entre los muertos; para que en todo tenga la preeminencia.” En resumen, Jesús es el primogénito en varios sentidos.
(1) El es el primer y el único Hijo engendrado de Dios en que Él fue concebido por el Espíritu Santo. (2) El plan de la Encarnación existía en la mente de Dios desde el principio, antes de cualquier otra cosa.
(3) En Su humanidad, Jesús es el primer hombre que venció el pecado y entonces es el primogénito de la familia espiritual de Dios.
(4) En su humanidad, Jesús es el primer hombre que venció la muerte y entonces es las primicias de la resurrección o el primogénito de entre los muertos.
(5) Jesús es la cabeza de toda la creación y la cabeza de la iglesia, entonces Él es el primogénito en el sentido de tener preeminencia entre y poder sobre todas las cosas, tal como el hermano mayor tradicionalmente tiene preeminencia entre sus hermanos.
Los primeros cuatro puntos se refieren a ser el primero en orden mientras que el quinto se refiere a ser el primero en poder y grandeza.
La designación de Cristo como el primogénito no significa que Él fue creado o generado por otro Dios. En cambio, significa que como hombre Cristo es el primer y mayor hermano en la familia espiritual de Dios y que Él tiene poder y autoridad sobre toda la creación.
Hebreos 1:8-9
“Más del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo. . . te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros.” La primera porción de este pasaje claramente se refiere a la deidad en el Hijo, mientras que la segunda porción se refiere a la humanidad del Hijo. El escritor de hebreos está citando un pasaje profético en el Salmo 45:6-7. Esta no es una conversación en la Deidad sino una declaración profética inspirada por Dios y anticipando la encarnación futura de Dios en carne. Dios estaba hablando proféticamente a través del salmista para describirse a Sí mismo en un papel futuro.
Conclusión
En conclusión, hemos aprendido que el término “Hijo de Dios” se refiere a la Encarnación, o la manifestación de Dios en carne. Dios planeó el Hijo antes que empezó el mundo, pero el Hijo no entró en existencia sustancial actual hasta el cumplimiento del tiempo. El Hijo tuvo un principio, pues el Espíritu de Dios engendró (causó la concepción de) el Hijo en el vientre de María. El reinado del Hijo tendrá un fin, pues cuando la iglesia es presentada a Dios y cuando Satanás y el pecado y la muerte finalmente son juzgados y sujetados, el papel del Hijo cesará. El Hijo llena muchos papeles que en el plan de Dios solamente podían ser cumplidos por un ser humano inocente.
Por supuesto, el propósito fundamental del Hijo es proveer los medios de salvación para la humanidad caída.
Concluimos tres cosas acerca del uso del término “Hijo de Dios.
” (1) No podemos usarlo aparte de la humanidad de Cristo, pues la palabra siempre se refiere a la carne o al Espíritu de Dios en carne.
(2) Hijo siempre se usa con referencia al tiempo, pues el papel de Hijo tuvo un principio y tendrá un fin.
(3) Como Dios, Jesús tuvo toda potestad, pero como el Hijo él era limitado en poder. Jesús era ambos Dios y hombre. La doctrina bíblica del Hijo es una verdad maravillosa y hermosa. Presenta unas ideas complejas primariamente porque es difícil que la mente humana comprenda un ser con una naturaleza humana y también una naturaleza divina. Sin embargo, por el Hijo Dios presentó vívidamente Su naturaleza al hombre, en particular Su amor incomparable. La doctrina del Hijo no enseña que de tal manera amó Dios Padre al mundo que envió a otra persona, “Dios Hijo,” a morir y a reconciliar el mundo con el Padre. Al contrario, enseña que de tal manera amó Dios Padre al mundo que se vistió a Sí mismo en carne y dió de Sí mismo como el Hijo de Dios para reconciliar consigo al mundo (II Corintios 5:19).
El único Dios del Antiguo Testamento, el gran Creador del universo, se humilló en forma de hombre para que el hombre podría verle, entenderle, y comunicarse con El. Él se hizo un cuerpo, llamado el Hijo de Dios.
Dios mismo proveyó un medio de redención para la humanidad: “Y vio que no había hombre, y se maravilló que no hubiera quien se interpusiese; y los salvó su brazo” (Isaías 59:16). Su propio brazo proveyó salvación. Entonces, un entendimiento correcto del Hijo tiene el efecto de magnificar y glorificar el Padre. En Su papel como el Hijo, Jesús oró al Padre, “Yo te he glorificado en la tierra. . . He manifestado tu nombre. . . Y les he dado a conocer tu nombre”
(Juan 17:4, 6, 26). El Padre se ha revelado al mundo y ha reconciliado el mundo consigo por medio del Hijo.
ESTE DIOS NUESTRO ES MAS GRANDE DE LO QUE PENSAMOS O IMAGINAMOS
ESTE ES EL DIOS DE MI VIDA.