¿CREE USTED QUE TODOS SOMOS HIJOS DE DIOS?
Un maravilloso día cualquiera, salí de mi casa con el deseo de dar a conocer el evangelio de salvación de nuestro gran Dios y salvador Jesús. Cuando iba de camino me encontré con un joven el cual le presente el evangelio del reino de Dios, me conmovió una de sus respuestas. La cual fue… “Creo que todos somos hijos de Dios.” Para este joven todos los seres humanos éramos hijo del altísimo, por la sencilla razón de que fuimos creados a su imagen y semejanza. Si esto fuera así, entonces por qué Jesús le dijo a un grupo de Judíos de su nación: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.” (Juan 8:44).
El hecho de que aquellos que no son salvos no son hijos de Dios, también puede verse en su manifestación: “En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo; todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.” (1 Juan 3:10). Es por esta causa que salgo a predicarles a las personas, para que comprendan esta realidad.
Hoy quiero compartir con ustedes, este interrogante: ¿CREE USTED QUE TODOS SOMOS HIJOS DE DIOS? Por qué si usted querido amigo o amiga insistes en creer, que todo el mundo es hijo de Dios, estarás creyendo en religiones falsas y juzgando que la Sagrada Escritura es mentirosa. ¿Te interesaría saber lo que dice la Palabra de Dios al respecto? Los seres humanos, al igual que el resto de los seres vivos, somos criaturas de Dios. Esto no significa que automáticamente seamos hijos de Dios, ya que pertenecer a su familia es una potestad que él otorga exclusivamente a todos los que le reciben, veamos lo que dicen los siguientes versículos:
• “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.” (Juan 1:11-13)
• “Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió.” (Juan 8:44).
• “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.” (Romanos. 8:14-16).
• “Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.” (2 Timoteo. 2:19).
• “El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.” (1 Juan. 3:8-10).
• “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo. Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye. Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.” (1 Juan 4:4-6).
• “… habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad” (Efesios 1:5).
Pero no todos hemos sido adoptados como hijos de Dios. No te ofendas si te digo “tú no eres hijo de Dios”. Jesús vino “a lo suyo”, o sea, a toda la humanidad (primeramente a Israel); sin embargo no le recibieron (lo crucificaron). Entonces la oportunidad de pertenecer a la familia de Dios quedó abierta para todos los que lo reciban. Todo aquel que recibe a Dios como Padre, Dios también le recibe como hijo. Y el que recibe al hijo recibe al padre… (Mateo 10:40). Muchos se autoproclaman como hijos de Dios, pero Dios dice: “El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos…” (Malaquías 1:6). Si todos los seres humanos son hijos de Dios, ¿entonces todos honran a Dios? ¿Y será que el ateo honrará a Dios? ¿Los ateos y malhechores son guiados por el Espíritu de Dios? Todos los entendidos sobre este tema diríamos al unisonó definitivamente no: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.” (Romanos 8:14). Definitivamente es imposible que los ateos, y los que practican el adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y todas estas cosas ¿Será que tienen el espíritu de Dios? Pues no y mil veces no, las escrituras amonestan y dice claramente que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. (Gálatas 5:19-21). Quiero aclarar que los que hacen estas cosas son hijos del diablo y no de Dios:
• “Entonces Saulo, que también es Pablo, lleno del Espíritu Santo, fijando en él los ojos, dijo: ¡Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor?” (Hechos. 13:9-10).
• “Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios. ” (1 Juan 3:9-10).
• “… Entonces le dijeron [los judíos a Jesús]: Nosotros no somos nacidos de fornicación; un padre tenemos, que es Dios. Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais…Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira”. (Juan 8:41-44).
Todo el mundo dice ser hijo de Dios. Pero Jesús nos enseña que los hijos tienen los mismos deseos que sus padres, porque “los deseos de vuestro padre queréis hacer”. En cuanto a los que hemos recibido a Jesucristo como nuestro gran Dios y salvador, ya no somos guiados por nuestros pensamientos y deseos, ahora somos guiados por Dios. En esto se nota quienes son hijos de Dios. Naturalmente, el que no ha recibido a Jesucristo, no puede ser guiado por su Espíritu: “……..Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.” (Romanos 8:9).
Volvamos a la pregunta ¿CREE USTED QUE TODOS SOMOS HIJOS DE DIOS? La palabra “hijos” equivale a la palabra griega τέκνα (tekna) que significa “que es nacido”. Es una palabra que “da prominencia al hecho de nacimiento”. Veamos: “Mas a todos los que le recibieron [al Señor Jesucristo], a los que creen en su nombre [el nombre del Señor Jesucristo], les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.” (Juan 1:12-13).
Como leímos anteriormente, dice que “a todos los que le recibieron… les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”. Esto se refiere a que debemos de recibir a Jesucristo en nuestras vidas para que seamos hijos de Dios. Y recibir a Cristo significa aceptar su Palabra, soberanía y señorío sobre nuestras vidas. O sea, ya no nos mandamos solos, sino que tenemos un Señor que nos guía con su Espíritu. Dice la Escritura que Dios a lo suyo vino y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que recibieron, esto es, a nosotros que hemos creído en Jesús, nos dio la potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. Oh amados hermanos, ahora que hemos creído en Jesucristo ya no somos hijos del mundo sino que somos hijos del Dios viviente. Entonces ¿De dónde nacieron los hijos de Dios? El versículo de Juan 1:13 da la respuesta: ¡nacieron de Dios! Obviamente, por lo cual si somos nacidos de Dios, es el nacimiento lo que nos conecta con Él; y la Palabra lo pone muy claro: “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. (Juan 3:3-8).
Ahí vemos a Jesús y a Nicodemo (un maestro judío) hablando sobre un segundo NACIMIENTO. Entonces querido amigo no todos los seres humanos son hijos de Dios. Para ser hijo de Dios hay que recibir a Jesús como Señor, Salvador y Dios. “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio” (Hechos 3:19). Todos los que reciben al señor Jesucristo lo obedecen (son bautizados en su nombre). Los que no son bautizados en su nombre no se hacen hijos de Dios. Y para terminar te quiero decir que sólo los hijos de Dios tienen entrada al cielo y Sólo los hijos de Dios pueden heredar el reino de los cielos. Esto va a ocurrir cuando se pase lista con el libro de la vida. En el libro de la vida se registran todos los nombres de todos los hombres que han recibido a Jesús, y por lo tanto, son hijos de Dios. Si quieres entrar al cielo, tu nombre tiene que estar en el libro de la vida: “No entrará en ella [al cielo] ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero”. (Apocalipsis 21:27) Los que están inscritos en este libro son los nombres de los hijos de Dios.
Querido amigo es tiempo que despierte, porque si tu nombre no este todavía en el libro de la vida, tu destino es este: “Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego”. (Apocalipsis 20:15). Dios te está ofreciendo la posibilidad de ser parte de su familia… no rechaces esta maravillosa oportunidad, ¡MAÑANA PUEDE SER TARDE! Él está tocando las puertas de los corazones del mundo con el fin de que ellos se arrepientan de su mal camino, para así darles este privilegio de vida eterna: “Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. ” (Apocalipsis 3:19-20).
Para concluir las sagradas Escrituras establecen claramente, que toda la gente es creación de Dios: “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.” (Colosenses 1:16), pero que sólo aquellos que han nacido de nuevo son hijos de Dios:
• “Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12).
• “y no solamente por la nación, sino también para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos.” (Juan 11:52).
• “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.” (Romanos 8:16).
• “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.
Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley. Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él. Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios. ” (1 Juan 3:1-10).
Nos convertimos en hijos de Dios cuando somos salvos porque somos adoptados dentro de la familia de Dios a través de nuestra relación con Jesucristo:
• “para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.
Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! ” (Gálatas 4:5-6).
• “en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad” (Efesios 1:5).
Aquellos que somos salvos, lo somos por ser “…hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús” (Gálatas 3:26) porque Dios nos ha “…predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de Su voluntad.” (Efesios 1:5). Todavía estas a tiempo de que seas un vardadero hijo de Dios, es tu decisión. No sigas siendo parte de los hijos del maligno.
Dios les siga bendiciendo
Fredy Delgado
Teólogo