¿POR QUÉ JESÚS DIJO: “DIOS MÍO, DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS DESAMPARADO?”
Estas palabras nos la citan muchos los que practican la doctrina de la trinidad, y tratan de mostrarnos que si existen tres dioses en uno, pero esto no es así, solo hay un Dios y se llama Jesucristo. Espero que mediante este estudio muchos hermanos puedan explicar ¿Por qué Jesús dijo: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”
¿QUÉ ES SENTIRSE DESAMPARADO?
adj. y s. Que no tiene ayuda, amparo ni protección.
Las sagradas Escrituras dicen en Mateo 27:46: Hacia las tres de la tarde, Jesús exclamó en alta voz: "Elí, Elí, lemá sabactani", que significa: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?"
Jesús citó el Salmo 22:1: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” Jesús citó este Salmo para traer la atención sobre esta situación y al hecho de que Él estaba llevando a cabo el cumplimiento en la Cruz.
No puede describir una separación real entre el Padre y el Hijo porque Jesús es el Padre. Jesús dijo, “Yo y el Padre uno somos.” Juan 10:30.
La Biblia indica que “Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo”:
• "Porque es Dios el que estaba en Cristo, reconciliando al mundo consigo, no teniendo en cuenta los pecados de los hombres, y confiándonos la palabra de la reconciliación." (2. Corintios 5:19).
Jesús era Dios Padre manifestado en carne para reconciliar consigo al mundo. El grito de Jesús en la cruz, no significó que el Espíritu de Dios había salido del cuerpo, sino que no había ninguna ayuda del Espíritu en su muerte sacrificial de substitución por la humanidad pecaminosa.
No es que una persona de la Deidad fuera abandonada por otra, sino más bien que la naturaleza humana sintió la ira y el juicio de Dios sobre los pecados de la humanidad.
No había dos hijos — uno Divino y otro humano — pero sí había dos naturalezas — la Divina y la humana — fundidas en una persona.
Si el Espíritu Divino se separaba de la naturaleza humana, la vida humana no podía continuar. Pero durante el proceso agonizante de esa muerte, Jesús sufrió los dolores de nuestros pecados. Su muerte ocurrió cuando El entregó su espíritu.
En otras palabras, lo que Jesús quiso decir cuando El gritó, “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” era que El había tomado el lugar del hombre pecaminoso en la cruz y que El había sufrido el castigo completo por el pecado.
No había disminución del sufrimiento debido a su Deidad. Puesto que todos han pecado:
• "por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios. " (Romanos 3:23).
Y sabemos que la paga del pecado es muerte según dice en Romanos 6:23: Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Cristo tomó nuestro lugar y sufrió la muerte que merecíamos… Romanos 5:6-9 dice: Porque Cristo, cuando aún éramos flacos, á su tiempo murió por los impíos. Ciertamente apenas muere algún por un justo: con todo podrá ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios encarece su caridad para con nosotros, porque siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Luego mucho más ahora, justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.
Nadie que viva en la tierra ha sentido esa muerte espiritual en su grado más profundo:
• "porque en Dios todos nosotros vivimos, nos movemos, y somos" (Hechos
17:28).
No debemos presumir que el Espíritu de Dios dejó el cuerpo de Jesús en el instante en que El pronunció las palabras, “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” El Espíritu Divino dejó el cuerpo humano solamente en la muerte.
Hebreos 9:14 dice que Cristo se ofreció a sí mismo a Dios por medio del Espíritu eterno. Por otra parte, Jesús dijo a sus discípulos con respecto a su muerte, “He aquí la hora viene, y ha venido ya, en que seréis esparcidos cada uno por su lado, y me dejaréis solo; mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo” (Juan 16:32). Así, el eterno Espíritu de Dios, el Padre, no salió del cuerpo humano de Cristo sino hasta la muerte de Cristo.
Gracias señor Jesucristo por mostrarnos el camino de la vida eterna, y sabemos que tu eres el único Dios que por medios de ese gran sacrificio nos llevas a tu santa presencia, donde tu señor amado por medios de estas palabras “Dios Mío, Dios Mío, ¿Por Qué Me Has Desamparado?” nos ha mostrado que fue muy grande tu dolor, para poder darnos vida nueva, gracias Dios, gracias Dios, por venir a salvarnos, tu no mandaste a otro sino que tu mismo viniste a rescatarnos. Desde el Antiguo Testamento lo prometiste:
• "Decid á los de corazón apocado: Confortaos, no temáis: he aquí que vuestro Dios viene con venganza, con pago: el mismo Dios vendrá, y os salvará. Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán." (Isaías 35:4,5).
• "Por tanto, mi pueblo sabrá mi nombre por esta causa en aquel día; porque yo mismo que hablo, he aquí estaré presente." (Isaías 52:6)
Dios todopoderoso lo sabe todo, pero el hombre no. Si Dios viniera a esta tierra en forma humana para salvar a la humanidad, los hombres no podrían reconocerlo con su propia sabiduría. Es por eso que la Biblia dice que Cristo es el misterio de Dios, y que en el están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.
A fin de recibir a Jesucristo, que es el misterio de Dios, necesitamos estudiar las sagradas Escrituras, pues ella contiene la sabiduría de Dios. Solo quien confié en las palabras de la Biblia escritas por Dios todopoderoso, podrá reconocer y recibir a Dios el redentor.
Espero que no sigas siendo ciego, menos un sordo y entiendas que Jesucristo es el único Dios y en el estamos completos: “Porque en Él (el Señor Jesús) habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en Él, que es la cabeza de todo principado y potestad “(Colosenses 2:9-10).
El Señor Jesucristo es más que suficiente. De Su plenitud hemos recibido todos. Como creyentes estamos en Él y Él está en nosotros y estamos completos en Él. No nos falta nada. Lo tenemos todo en JESUCRISTO, nuestro Dios.
Bendiciones para todos los santos.
Fredy Delgado (Teólogo).
¿SI JESÚS ES DIOS, POR QUÉ ORÓ?
¿Indican las oraciones de Cristo que hay una distinción de personas entre Jesús y el Padre? No. Mas bien, Sus oraciones indican una distinción entre el Hijo de Dios y Dios. Jesús oró en Su humanidad, no en Su deidad.
Si las oraciones de Jesús demuestran que la naturaleza divina de Jesús es diferente que la del Padre, entonces Jesús es inferior al Padre en Su deidad.
Es decir, si Jesús oró como Dios entonces Su posición en la Deidad sería de alguna manera inferior a las otras “personas.” Este único ejemplo eficazmente destruye el concepto de una trinidad de personas coiguales.
¿Cómo puede Dios orar y a la vez ser Dios? Por definición,
Dios en Su omnipotencia no tiene ninguna necesidad de orar, y en Su unicidad, no tiene ningún otro ser a quién El pueda orar. Si las oraciones de Jesús prueban que hay dos personas en la Deidad, entonces una de aquellas personas está subordinada a la otra y por lo tanto no es completa o verdaderamente Dios. ¿Cuál, entonces, es la explicación de las oraciones de Cristo? Solamente puede significar que la naturaleza humana de Jesús oró al Espíritu eterno de Dios. La naturaleza divina no necesitaba ayuda; solamente la naturaleza humana la necesitaba.
Como Jesús dijo en el Huerto de Getsemaní, “El Espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil” (Mateo 26:41). Hebreos 5:7 dice: Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Explica claramente que Jesús tenía necesidad de orar solamente durante “los días de su carne.” Durante la oración en Getsemaní, la voluntad humana se sometió a la voluntad divina.
Por medio de la oración Su naturaleza humana aprendió a someterse y ser obediente al Espíritu de Dios:
• Filipenses 2:8 dice: y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
• Hebreos 5:7-8 dice: Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.
5:8 Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia.
Esto no era una lucha entre dos voluntades divinas, sino una lucha entre la voluntad humana y la voluntad divina de Jesús. Como hombre Jesús se sometió a y recibió fuerza de el Espíritu de Dios.
Algunos pueden oponerse a esta explicación, afirmando que significa que Jesús oró a Sí mismo. Sin embargo, nosotros debemos darnos cuenta que Jesús tenía dos naturalezas perfectas y completas LA HUMANA Y LA DIVINA, desemejante de cualquier otro ser humano. Lo que sería
absurdo o imposible para un hombre ordinario no es tan extraño para Jesús.
No decimos que Jesús oró a Sí Mismo, porque eso implica incorrectamente que Jesús tenía solamente una naturaleza tal como los hombres ordinarios tienen. Al contrario, decimos que la naturaleza humana de Jesús oró al Espíritu divino de Jesús que moraba en el hombre.
La opción es sencilla. O Jesús como Dios oraba al Padre o Jesús como hombre oraba al Padre. Si el primero fuera la verdad, entonces tendríamos una forma de subordinacionismo o arianismo en los cuales una persona en la Deidad es inferior a, y no coigual con, una otra persona en la Deidad.
Esto contradice el concepto bíblico de un solo Dios, la deidad completa de Jesús, y la omnipotencia de Dios. Si la segunda alternativa es correcta, y nosotros creemos que así es, entonces no existe ninguna distinción de personas en la Deidad. La única distinción es entre la humanidad y la divinidad, y no entre Dios y Dios.
Para concluir Jesús oró porque estaba “en los días de su carne” (Hebreos 5:7). Era humano y tenía que obedecer la Ley que dice: “Tu oyes la oración, a ti vendrá toda carne” (Sal. 65:2). El mismo dijo: “... nos conviene cumplir toda justicia” (Mt. 3:15). Cumpliendo esto “nos dejó ejemplo para que sigamos sus pisadas” (1 P. 2:21 dice: Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas).
Y si seguimos a Jesucristo, seguimos el camino de la verdad y la vida eterna
Si seguimos a JESUCRISTO, seguimos al Padre (DIOS).
Si conocemos a JESUCRISTO, conocemos a DIOS (porque él es Dios).
Si vemos a Jesucristo, vemos a DIOS.
Y el que ora a JESUCRISTO ora a Dios.
VERIFIQUELO EN SAN JUAN 14:6 Y 7 dice: Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.
Querido hermano y amigo si usted conoce a Jesus, tenga la plena seguridad que esta conociendo al verdadero y unico Dios.
Dios les bendiga
Fredy Delgado (Teólogo)