Por Luis Velez
1Ti 2:4 el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.
1Ti 2:5 Porque hay UN SOLO DIOS, y UN SOLO MEDIADOR entre Dios y los hombres, JESUCRISTO HOMBRE.
Generalmente cuando leemos un texto como este, pasamos por alto los detalles que tiene el texto, aún más muchas veces ignoramos los contextos que anteceden al texto y los contextos que preceden al texto, no percibimos la importancia de algunas frases o palabras que el autor nos quiere resaltar.
El texto nos enseña que Dios quiere que todos los hombres sean salvos, pero para ser salvos deben conocer la verdad, y lo primero que deben conocer como la verdad es que hay un solo Dios, contrario a las creencias que había en Éfeso en el año 64 d.c. cuando fue escrita la carta, donde reinaba el politeísmo y se rendía culto a la falsa diosa llamada diana.
En Éfeso la iglesia funcionaba en las casas, y se levantaron maestros contradiciendo los principios cristianos, hasta la humanidad y la deidad de Jesús. Y este era el principal trabajo de Timoteo, un joven misionero entrenado y discipulado por Pablo.
Lo segundo que resalta el texto, es que hay un solo mediador entre Dios y los hombres JESUCRISTO HOMBRE, pablo hace énfasis en la frase Jesucristo hombre, porque sonaría distinto si la frase solo dijese que el mediador es Jesucristo, pero resalta que el mediador es hombre, porque en el capítulo uno de dicha carta nos presenta a Jesucristo como Dios:
1Ti 1:16 Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna.
1Ti 1:17 Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Y de igual modo lo afirma en la carta a los romanos (9-5) y a tito (2-13), donde nos muestra a Jesucristo como el único Dios:
Rom 9:5 de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, EL CUAL ES DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS, bendito por los siglos. Amén.
Tit 2:13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de NUESTRO GRAN DIOS Y SALVADOR JESUCRISTO,
Tit 2:14 QUIEN SE DIO A SÍ MISMO POR NOSOTROS para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.
Por tal razón recalca que el mediador es Jesucristo hombre, o sea que lo que nos quiere enseñar es que Dios se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos y ser nuestro salvador. Alguien dirá o preguntara ¿entonces Dios murió en la cruz del calvario? La respuesta la da pablo al hacer énfasis en que el mediador es Jesucristo hombre, porque Jesucristo como Dios y siendo el espíritu eterno o la vida misma no puede morir, lo que murió en la cruz fue su humanidad, el hombre Jesús.
Cuando recalca la frase Jesucristo hombre da a entender que hay también un Jesucristo Dios, por tal razón al iniciar el capítulo dos dice:
1Ti 2:3 Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, enseñando que el salvador es Dios mismo.
Si Dios mismo no fuese nuestro mediador y salvador, los reclamos de hombres como Job e Isaías, no tendrían sentido, al cuestionar a Dios al hacer juicios contra el hombre:
Job 9:32 PORQUE NO ES HOMBRE COMO YO, para que yo le responda, Y vengamos juntamente a juicio.
Job 9:33 No hay entre nosotros ÁRBITRO, Que ponga su mano sobre nosotros dos.
Job 10:4 ¿Tienes tú acaso OJOS DE CARNE? ¿VES TÚ CÓMO VE EL HOMBRE?
Job 10:5 ¿Son tus días como los días del hombre, O tus años como los tiempos humanos.
Isa 64:1 ¡Oh, si rompieses los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes,
Isa 64:12 ¿Te estarás quieto, oh Jehová, sobre estas cosas? ¿Callarás, y nos afligirás sobremanera.
Sin la manifestación en carne de Dios estaríamos ante un Dios sin acceso a él, estaríamos ante un Dios que no comprende nuestro dolor y angustias.
Ahora veamos que es un mediador para poder entender que hizo Dios:
MESITES, "mediador", es uno de los títulos más grandes de Jesús. Proviene de la palabra griega mesos, que, en este caso, significa "EN MEDIO"; por tanto, mesites quiere decir "UN HOMBRE QUE MEDIA PARA UNIR DOS PARTES"
También significa "árbitro". Tanto la ley griega como la romana un árbitro, un mediador, un mesites, es, fundamentalmente, una persona cuyo cometido estriba en conciliar dos partes que se han privado mutuamente del trato y comunicación que tenían entre sí, y en borrar las diferencias que ocasionaron el distanciamiento de ambas partes. Esto es lo que Jesús hizo entre nosotros y Dios.
También significa "fiador", "garante", "padrino". Se llamaba así al hombre que respondía por la comparecencia de otro ante los jueces. Pero las palabras se usan especialmente respecto de garantizar el pago de una deuda o dar fianza. Si un hombre deseaba solicitar un préstamo del banco, necesitaba de alguien que saliera fiador por él, de un mesites. El mesites era el hombre que estaba dispuesto a pagar la deuda de su amigo. Jesús es el mesites idóneo respecto de nuestra deuda con Dios.
La misma palabra nos presenta el gran misterio de Cristo, que es, a un tiempo, verdadero Dios y verdadero hombre. He aquí la razón por la que él, y sólo él, es el único mediador entre Dios y el hombre.
El mediador para la salvación debía cumplir con varios requisitos, los cuales solo Dios manifestado en carne podía cumplir:
Debía ser amigo de las dos partes a mediar, debía ser amigo de Dios y amigo del hombre.
Debía mostrar a Dios a los hombres y representar a los hombres ante Dios.
El mediador debía morir. Heb_9:15 Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que INTERVINIENDO MUERTE PARA LA REMISIÓN DE LAS TRANSGRESIONES que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.
El mediador debía derramar su sangre hasta la muerte. Heb_12:24 a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a LA SANGRE ROCIADA QUE HABLA mejor que la de Abel.
Heb 7:26 Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos;
cosa que ningún ser humano descendiente de adán podía cumplir.
La mediación de Cristo no se limita a su obra de redención terminada. Nunca se suspende su actividad mediadora. En nuestra participación de los frutos de la redención dependemos de su continua intervención como Mediador. Nuestro acceso a Dios y nuestra introducción a la gracia de Dios se realizan por intermedio de él; él nos lleva a la presencia del Padre. Es por intermedio de él que reina la gracia por medio de la justicia para la vida eterna, y la gracia y la paz se multiplican para el disfrute de la plenitud de Cristo. La aceptabilidad de la adoración y el servicio del creyente surge de la virtud y la eficacia de la mediación de Cristo; y no hay sacrificio espiritual a menos que sea ofrecido por intermedio de él (1 P. 2.5).
La mediación continua de Cristo queda especialmente ejemplificada en su ministerio celestial a la diestra de Dios. Este ministerio se refiere particularmente a su oficio de rey y sacerdote. Él es Sacerdote para siempre (He. 7.21, 24). Un aspecto importante de este ministerio sacerdotal en los cielos es la intercesión dirigida al Padre, que abarca todas las necesidades del pueblo de Dios. JESÚS HA SIDO EXALTADO EN SU NATURALEZA HUMANA, y valiéndose del depósito de sus sentimientos solidarios, surgidos de las pruebas y tentaciones de su humillación (He. 2.17–18; 4.15), satisface todas las exigencias de las luchas del creyente. Cada gracia concedida llega a través del canal de la intercesión de Cristo hasta que la salvación que ha asegurado para los suyos alcance su culminación de conformidad con su imagen.
Él es el Sumo sacerdote sobre la casa de Dios (He. 3.1–6), y esta administración comprende muchas otras funciones. En su oficio real ha sido exaltado por encima de todo principado y poder (Ef. 1.20–23), y reinará con el fin de sujetar a todos sus enemigos a su dominio (1 Co. 15.25). Este es el dominio mediador de Cristo, y comprende toda la autoridad en el cielo y en la tierra él no se coloca como una tercera persona entre Dios y nosotros, sino que revela al Padre y su bondad.
Para los judíos habían muchos mediadores, en la literatura apócrifa El Testamento de Dan (6;2) dice: «Acércate a Dios, y al ángel que intercede por ti, porque él es un mediador entre Dios y el hombre.» ellos creían que los ángeles eran mediadores.
Para los griegos había toda clase de mediadores. Plutarco decía que era un insulto a Dios el concebir que estuviera de alguna manera involucrado directamente en el mundo; estaba en relación con el mundo solamente a través de ángeles y demonios y semidioses que eran, por así decirlo, sus relaciones públicas.
El hombre no tenía acceso directo a Dios, ni según el pensamiento judío ni según el griego. Pero por medio de Jesucristo, el cristiano tiene ese acceso directo, que nada puede interrumpir.
Pablo pasa a llamar a Jesús el Que dio Su vida en rescate por todos. Eso quiere decir simplemente que Le costó a Dios la vida y la muerte de Su hijo el recuperar para Sí a los hombres.
Hay un solo Mediador y ese Mediador se dio como rescate por todos. Esta designación fue hecha para beneficio de los judíos y los gentiles de toda nación; para que todos los que lo quieran puedan ir por este camino al trono de la misericordia del Dios que perdona, a buscar reconciliación con Él.
El pecado había puesto enemistad entre Dios y nosotros; Jesucristo es el Mediador que hace la paz. Él es el rescate que iba a ser conocido en el tiempo establecido. En la época del Antiguo Testamento se habló de sus sufrimientos y de la gloria que seguiría, como de cosas que serían reveladas en los últimos tiempos. Los que son salvados deben llegar al conocimiento de la verdad, porque ese es el camino designado por Dios para salvar pecadores: si no conocemos la verdad no podemos ser gobernados por ella.
La mediación de Cristo afecta toda la raza, puesto que no hay sino un Mediador, propuesto como el Hombre Representativo de todos los hombres por igual. Quien no tenga este mediador no tiene al verdadero Dios.
Mediadores en el antiguo pacto hubieron muchos pero solo prefiguraban al verdadero mediador:
La intercesión eficaz de Moisés por Israel (Números 14. y Deuteronomio 9); de Abrahán por Abimelec (Gen_20:7); de Job por sus amigos (Job_42:10)
Otros ejemplos de mediación los tenemos en el sacerdocio levítico, y que tenía su mayor énfasis en su función de representar al hombre ante Dios (esp. Lv. 16), aunque se daba también el ministerio profético (la representación de Dios ante el hombre), puesto que el pueblo podía consultar al sumo sacerdote, que conocía la voluntad de Dios por medio del Urim y Tumim (Éxo_28:30; 1Sa_28:6; Esd_2:63; Neh_7:65).
Otros mediadores cuya principal función era representar a Dios ante el pueblo y dar a conocer su voluntad y propósitos fueron los profetas.
El hombre era el esclavo cautivo de Satanás, vendido bajo pecado. Era incapaz de rescatarse a sí mismo, porque la obediencia absoluta se debía a Dios y por lo tanto, ninguna obra nuestra puede satisfacer la más mínima ofensa. Lev_25:48 permitía que un cautivo vendido fuera redimido por uno de sus hermanos. Dios, pues, se hizo hombre a fin de que, siendo hecho semejante a nosotros en todas las cosas, con excepción del pecado, como nuestro hermano mayor nos redimiese (Mat_20:28; Efe_1:7; 1Pe_1:18-19).
El mensaje del evangelio tiene un alcance mundial, no está limitado a una raza, un sexo o a un trasfondo nacional. Dios ama a todo el mundo y envió a su Hijo para salvar a todos los pecadores. Nunca asumas que alguien está fuera de la misericordia de Dios o más allá de alcanzar su ofrecimiento de salvación
.
Se deben rechazar todas las doctrinas que pretenden que el hombre necesite de la mediación de otros para llegar a Dios. Ni instituciones, ni hombres, ni santos, ni ángeles, ni María la madre del Señor, a quien la Iglesia de Roma atribuye el título de «mediadora de todas las Gracias», enfrentándose a la clara verdad que nos es presentada en las Escrituras. En efecto, si ponemos a cualquier otro mediador entre nosotros y Dios, o a María para que incline el corazón de su Hijo en nuestro favor, como lo enseña la Iglesia de Roma, se contradice la afirmación de 1 Ti. 2:5 de que hay un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre ya que es el único que cumple con los requisitos que debe tener el mediador exigido por Dios en la gracia redentora.
Una de las características de este mediador es que debía ser más sublime que los cielos, el único que es más sublime que los cielos es Dios.
SUBLIME (Del lat. sublimis).
adj. Excelso, eminente, de elevación extraordinaria, altísimo, majestuoso.
Efe 4:10 El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.
JESUCRISTO ES MAS SUBLIME QUE LOS CIELOS ESTA POR ENCIMA DE ELLOS, EL ES DIOS
SU MANIFESTACIÓN EN CARNE ES NUESTRO MEDIADOR- JESUCRISTO HOMBRE.