Narrativa| Acceso libre| Pub UD AFyC sZ1 2023; 8(7)|

Recibido 30-abr-2023 | Aceptado 27-may-2023 | Publicado 1-jul-23 

DESDE EL OTRO LADO

Boned Blas P. 

F.E.A Urgencias Hospital Royo Villanova, Zaragoza

RESUMEN

La experiencia del médico al sufrir un accidente y encontrarse en el lugar del paciente viendo la enfermedad desde el otro lado.

Palabras Clave

Médicos, pacientes, enfermedad

FROM THE OTHER SIDE

ABSTRACT

The doctor’s experience of suffering an accident and finding himself in the patient’s place seeing the disease from the other side

Keywords

Physicians, Patients, Disease

Es viernes y después de una mañana muy ajetreada, termina mi jornada laboral. Por delante, las expectativas de un gran fin de semana:  festivo, sin guardias, la previsión del tiempo es muy buena y, tras la última nieve caída en el Pirineo, todo parece prever que podremos aprovechar para hacer una excursión con raquetas. Para mí, sin duda, un gran plan.

El sábado todo sucede según lo previsto hasta que un resbalón en una placa de hielo y ver posteriormente mi muñeca deformada, me transportan a una realidad bien distinta.  Me trasladan a ese día a día de tantas personas a las que nosotros, los médicos, nos creemos inmunes parapetados tras nuestra bata y nuestro fonendoscopio. 

En esta realidad que nos atrapa, todos somos pacientes potenciales, aunque tantas veces se nos olvide. Asumimos que nos encontraremos con momentos de nuestra vida en los que nos tendremos que enfrentar, tanto a las enfermedades leves como a las graves. Los accidentes, y sus posibles secuelas, llegan y nos recuerdan la fragilidad de la vida y de la salud. A pesar de estar tan acostumbrados a ver y asistir enfermedades en nuestros pacientes, ante nosotros se abre un mundo desconocido al que deberemos enfrentarnos desde “el otro lado”.

Mi cabeza entonces empieza a funcionar, a dar miles de vueltas. ¿Quién me atenderá? ¿Dolerá? ¿Cómo quedará? ¿Cuándo me operarán? ¿Cuánto tiempo de inmovilización y cuánto tiempo significa "largo plazo"? ¿Meses, años, horas, días, semanas? ¿Complicaciones, secuelas? Es, en ese momento, cuando recuerdas cuántas reducciones de fracturas has visto, cuántas has tratado y cuántas lágrimas de dolor no has podido o, a lo mejor, no has sabido evitar. Durante la carrera, nos enseñan a tratar y reconocer muchísimas enfermedades, pero no a estar enfermos. ¿Sabré estar enferma? ¿Seré una buena paciente?

Continuando con el autoanálisis de mi inesperada situación, asumo que, como el resto de los mortales, lo primero que tendré que hacer será descargarme la aplicación del Salud para comenzar a gestionar mis citas con mi médico de familia, al cual aún no conocía. De la misma manera, me pasa con los distintos especialistas a los que tendré que acudir.

Es entonces cuando comienzas a darte cuenta de fallos del sistema sanitario y detalles de la enfermedad que ignoras o no valoras adecuadamente antes de convertirte en paciente. En esta situación eres tú la que sufre las prolongadas esperas antes de ser atendido en la consulta y percibes la “paciencia” que debe tener el “paciente” en la sala de espera de los centros de salud y ambulatorios. Ahora eres tú la que te enfrentas a las largas llamadas, a citas coincidentes, a citas anuladas.

Espero que el haber estado “al otro lado” y haber podido experimentar de primera mano, nunca mejor dicho, ser un paciente real con una enfermedad real, teniendo el mismo temor al dolor y a la incertidumbre que tienen los pacientes que veo cada día, me ayude a entender cómo se sienten ellos cuando, súbitamente, ven truncado su día a día al afrontar un diagnóstico de enfermedad.  Especialmente en aquellos casos que, al no ser de extrema gravedad y pronóstico incierto, siempre he tendido a banalizar de manera trivial.  Creo y espero que, “sólo es un hueso ó los huesos no son del cuerpo” no formará parte de mi manera de pensar cuando vea a un paciente.