narrativa: ¿repetimos?

Narrativa| Acceso libre| Pub UD AFyC sZ1 2022; 7(2)| Recibido 15 Abril | Aceptado | Publicado

¿Repetimos?

Gracia E

Residente medicina Unidad Docente Familiar y Comunitaria Sector I Zaragoza

https://orcid.org/0000-0002-3845-0694

Resumen: tras la realización del examen para optar a una plaza de médico interno residente, decidir la especialidad supone un momento de grandes dudas. En general, las diferentes Unidades Docentes realizan jornadas de puertas abiertas para dar a conocer su especialidad y que sean los mismos médicos internos residentes los que expliquen su perspectiva y traten de dar respuesta a varias preguntas. Este artículo de narrativa muestra una situación vivida en una de esas jornadas donde se reflexiona el motivo que condujo a elegir la especialidad de Medicina de familia y Comunitaria.

Palabras clave: Medicina de Familia y Comunitaria, especialidad.


Abstract: the choice of specialty is an important moment. The teaching units hold conferences to publicize their specialty. Resident internal doctors are the ones who answer questions. This article shows a reflection on the reason that led to choosing the specialty of family and community medicine.

Keywords: Family and Community Medicine, Speciality.


Una habitación amplia, llena de sillas, con un gran proyector. Al entrar la sala olía a cerrado y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Hacía dos años que había estado cerrada. Al encender las luces y ver todas esas sillas rojas se me dibujó una sonrisa. Allí solíamos reunirnos todos los compañeros, tanto para grandes acontecimientos como para escuchar alguna charla. Llevábamos mucho tiempo sin poder juntarnos. Creo que no es necesario que os explique el por qué. Volver a abrir esa sala para recibir a futuros compañeros nos llenaba de alegría a todos. Hace tres años yo estaba sentada en esas sillas rojas, esperando encontrar respuestas. Ahora soy yo la que tiene que tratar de responder toda una serie de preguntas, posiblemente las mismas que formulé hace tres años.

Déjà vu. Esa es la palabra que mejor define cómo me sentí. Es curioso ver como las inquietudes de los futuros residentes no cambian año tras año. Las guardias siguen siendo las grandes protagonistas junto con las rotaciones externas.

Traté de pensar en mi yo de hace tres años. En el primer recuerdo que rescaté lo primero que pensé fue ¡pero si no tengo ojeras! Después fui analizando mis expresiones, parecía realmente ilusionada. Ese pensamiento me dió un tirón de orejas inmediato, ¿qué pasa, ahora no lo estás? ¿Qué les vas a transmitir a los futuros residentes?


Por unos segundos dudé. Hoy me siento realmente cansada. Las mañanas en el centro de salud son realmente agotadoras. Cinco minutos por consulta, con un poco de suerte. Varios motivos de consulta, muchos de ellos meramente administrativos. Interrupciones frecuentes. Pacientes que acuden a la puerta sin cita. Otros que necesitan ser atendidos en el día. Las horas finales del día están reservadas para revisar informes recibidos, interconsultas con especialistas, recetas electrónicas, realizar informes, tramitar bajas y... ¿los domicilios?Trabajamos ahogados por la demanda. Embarcarse en actividades tan importantes como la prevención y la promoción de la salud es un acto casi heroíco. Las condiciones en las que tenemos que trabajar no favorecen mantenerse motivado. Lo veo día a día en las caras de mis compañeros, tanto residentes como ya adjuntos veteranos que llevan años con sus pacientes.


¿Volverías a elegir la especialidad de Medicina de Familia y Comunitaria? Esa pregunta me hizo volver a la realidad. Sí. La respuesta fue clara y firme. En ese momento no dudé ni un segundo. ¿Cómo iba a fijarme únicamente en un órgano del paciente? ¿Cómo iba a olvidarme de su familia y de su red social? ¿Cómo iba a dejar de acompañarle a lo largo de toda su salud y enfermedad? ¿Cómo voy a quedarme encerrada en mi despacho esperando cómodamente a que llegue el paciente enfermo? Mientras respondía me venían a la mente varias imágenes. La cara de Pilar cuando me confesó que tenía un problema con su marido, desde entonces mejoraron sus cefaleas. La sonrisa de

María cuando consiguió vencer al cáncer de mama. El apretón de manos de Félix cada vez que viene a la consulta. Las lágrimas de Bienvenido cuando perdió a su mujer y su constante agradecimiento por haberle acompañado a lo largo de todo su duelo. ¿Acaso hay otra especialidad que ligue tanto la ciencia con nuestra parte más humana? Claro que sí, volvería a elegir Medicina de Familia y Comunitaria.