Noviembre, 2019.
Fernández, A.
Hace unos días fui a un museo no muy conocido, pero bastante grande en mi barrio con un amigo. El museo tenía una exhibición que se trataba de Egipto, habían bastantes zonas como Egipto antiguo, Egipto moderno, entre otras.
Después de recorrer un poco, pasamos a la zona de Egipto antiguo y mi amigo Santiago me dijo que tenía que ir al baño, pero me dijo que yo siguiera tranquilo, que él después me buscaría y seguiría la recorrida conmigo, entonces yo seguí.
Me llamó la atención un estatua, entonces me acerqué a verla detalladamente, luego de haberla visto, pensé que mi amigo me había llamado, entonces al pensar que me había llamado me di vuelta y sin querer le pegué un golpe a esa estatua, y la rompí, una de sus partes se desprendió. Al principio no me preocupe tanto porque era un pedazo bastante chico, pero después me di cuenta que sí era importante, porque anteriormente había leído que era un material muy costoso, y exótico en nuestro país.
Luego vi una puerta, aunque decía "prohibida la entrada a persona ajena a este lugar, solo personal autorizado" yo traté de meter esa parte que había roto en esa habitación y me fui corriendo rápidamente para que nadie me viera.
Al rato vino mi amigo pero yo no le conté nada. Pasado un tiempo, cuando nos estábamos yendo a la salida nos para el señor de seguridad y nos dice si yo lo podía acompañar, yo accedí, pero mi amigo tenía que ir a clases de inglés, entonces él se fue.
Al llegar a esa habitación, me di cuenta que era la sala de cámaras del museo, y ahí entendí un poco más lo que estaba sucediendo, y me puse muy nervioso. El seguridad me invitó a tomar asiento, y procedió a mostrarme las imágenes de la cámara de la sala de Egipto Antiguo, y ahí me sonrojé, y casi por llorar, se me hizo un nudo en la garganta. Luego de ver la cinta, el señor de seguridad me empezó a hablar muy fuerte y diciéndome que estaba en un gran problema ya que esa pieza era muy costosa.
En ese momento ya me encontraba llorando, también me dijo que eso era como una especie de delito o algo así por lo que entendí, y que la policía estaba en camino. En ese momento yo me quería morir.
Después de aproximadamente cinco minutos, pero que para mi fueron como media hora llegó la policía, llegaron gritando "policía policía". Me empezaron a tomar mis datos, y me dijeron que tenía que ir con ellos a la comisaría hasta que mis padres vinieran, y que luego el fiscal de turno decidiría qué hacer con mi caso.
Luego de unos 10 minutos aproximadamente llegamos a la comisaría, yo estaba esperando a mis padres con la cabeza entre mis manos y de repente una voz retumbó en mis oídos diciendo ¡Hijo! dale que es tarde, no llegamos al colegio... Y yo me desperté de ese horrible sueño, me senté en mi cama, mientras mi padre me seguía diciendo que no llegábamos al colegio, di un suspiro de alivio, aunque estábamos demorados iba feliz al cole para contarles a todos mis amigos qué había soñado la noche anterior.