Julio, 2021.
Berterreche, A.
Dicen que en la niebla se ocultan seres viles que buscan en el medio del silencio atrapar a aquellos que pierden la esperanza.
— ¡Basta, Tania! ¿No te das cuenta de que lo único que nos rodea es agua y esta mísera niebla?
Podía ver las lágrimas de desesperanza surgiendo del rostro de Luisa. Me sentía culpable. Unos momentos antes, el ruido del motor acompañaba al sonido de nuestras risas. Algo tan tonto como olvidarme de recargar el combustible de nuestra vieja barca hizo que arruinara nuestro tan cálido momento en medio del frío.
Después de lo que parecieron ser veinte minutos, me pareció ver una silueta que se avecinaba desde aquella sumamente espesa niebla. Toqué el hombro de Luisa para llamar su atención y preguntarle si ella veía lo mismo. Al ver que su cara reflejaba un rayito de esperanza, me di cuenta de que, a pesar de no tener mis gafas, había visto una posible solución para salir de allí.
Apenas pudimos vislumbrar con un poco de mayor claridad lo que ahora parecía ser un pequeño barco pesquero, Luisa comenzó a gritar en busca de la ayuda del pescador. Con cada bramido, podíamos ver cómo un hombre con aspecto de ser consumido por largos años en un agotador trabajo se acercaba.
Aquel sujeto se ofreció a ayudarnos, mas no nos podía transportar hasta la orilla por la imposibilidad de acoplar nuestros barcos. Fue entonces cuando tuve mi momento “eureka”. Si el pescador nos prestaba una de sus cañas, Luisa, con sus impresionantes habilidades para lanzar el anzuelo, nos podría enganchar al gran árbol que apenas se distinguía entre la bruma.
Increíblemente, el pescador accedió a prestarnos una caña. Luego de estirarme y tomar la caña del barco pesquero, se la entregué a Luisa. Respiró hondo y lanzó el anzuelo, enredando satisfactoriamente la tanza en una rama del árbol.
Luego de asegurarse de que estuviese firme, comenzó a enrollar la tanza y lentamente fuimos aproximándonos a la orilla. Justo cuando llegamos a tierra firme, nos percatamos de que la niebla se había desvanecido, y con esta, aquel amable y enigmático pescador.