Afianzar los conocimientos adquiridos a lo largo del curso en las materias que participan en la actividad.
Generar nuevos conocimientos.
Desarrollar habilidades sociales y emocionales.
Es incuestionable la eficacia del juego como metodología de aprendizaje. La actividad lúdica es atractiva y motivadora: proporciona ambientes agradables que predisponen al estudiante a aprender.
El juego no solo estimula el desarrollo cognitivo, sino que también favorece el desarrollo de habilidades sociales, aumenta los niveles de atención y concentración, mejora la capacidad de comprensión y fomenta la capacidad de expresarse en público, posibilita el desarrollo emocional
a través del autocontrol y el autoconocimiento, beneficia el desarrollo de la autoestima dado que permite aprender de los errores sin miedo a equivocarse, genera felicidad y placer.
Por otra parte, en este proyecto hemos optado por un trabajo interdisciplinario, pues consideramos importante superar la visión fragmentada que tanto estudiantes como docentes tenemos de las disciplinas y poder asumir una posición más holística del proceso de aprendizaje.
Sebastián Castillo, Silvina Ferreira, Nora Martínez, Analía Paz y Beatriz Souza.