Justicia: condición de vida y virtud existencial

Dr. Iván Saquicela Rodas - Conjuez Sala de lo Contencioso Administrativo de la CNJ

Filosofar sobre la justicia me hace recordar que, justamente, la filosofía es amor a la sabiduría, y la justicia mirada desde la filosofía moral es la inclinación o predisposición a pensar, obrar y juzgar para la consecución del bien; vale decir, amar la justicia. 

El Derecho es justicia, el Derecho es el arte de lo bueno y lo equitativo, decía el Digesto en su apertura; Ulpiano pensaba que la justicia es la constante y perpetua voluntad de dar a cada quien lo que le corresponde; Aristó- teles concebía a la justicia desde la ética de la virtud; así, pensadores y filósofos han cavilado sobre la justicia; empero no constituye una verdad la noción de lo bueno y equitativo, tampoco el significado o alcance de dar a cada uno lo suyo, o mejor, que es lo suyo y la justicia misma. 

La Justicia es un hábito del alma, que observado en el interés común otorga a cada cual su dignidad, nos decía con tanta verdad Cicerón, cuando menos la verdad desde lo espiritual y la esoteria. Aquella dignidad que sigue siendo un componente sustancial del Derecho, cabalmente la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su preámbulo considera “…que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana…”. 

El artículo 169 de la Constitución del Ecuador establece que el sistema procesal es un medio para la realización de la justicia, no expresa para la realización del Derecho o para la seguridad jurídica, es la búsqueda de la justicia lo que dota de sentido al sistema procesal, tanto que el artículo 1 de la Constitución determina que el Ecuador es un Estado constitucional de derechos y justicia. 

Por tanto, nuestra tarea, nuestro supremo objetivo, es la búsqueda de la justicia y no la aplicación de la norma, es la predisposición, el pensamiento y la actuación hacia lo justo. Es que no podemos soslayar que hay seres humanos sedientos de justicia, personas con conflictos y en contradicción de intereses que anhelan una resolución justa, eso por no decir que cuantiosas veces hay un verdadero drama, donde se observan las virtudes y vicios propios del género humano, como demostración innegable de nuestra esencia divina y condición humana. ¿Ser juez? ¿Con la misión encomendada por la sociedad de administrar justicia?, en verdad para quienes compartimos la vocación por el Derecho, una función hermosa, pero de enorme conciencia y responsabilidad social, de allí que quien pretenda ser juez se obliga a cumplir una labor casi sagrada; se requiere un juzgador que siendo ilustrado en el Derecho tenga la imparcialidad y serenidad, templanza y fortaleza, sin perder el sentimiento de justicia y la recta razón para resolver El abogado, por su parte, debe forjar su carácter, pulir la piedra de su personalidad para formarla virtuosa, la erudición y dominio de la ley son importantes, pero es mas su pasión por la justicia, su actitud que le otorgue credibilidad ante sus clientes, por su sabiduría y hombría de bien. 

En los tribunales debe ser un artista de la palabra, no de la palabra hueca sino la cargada de argumentos y racionalidad, sin olvidar la dimensión humana y la finalidad de justicia. Que la cotidianidad no sea rutina y no acabe con la sensibilidad, o acaso no nos sigue conmoviendo el delito, la víctima, el procesado; en fin, el sediento de justicia? Quizá, perdure en nuestra memoria esa extraña combinación de dolor, indignación, piedad, angustia, pasión, sonrisa, llanto… que se puede sentir en los juzgados y tribunales. Así, no compartimos la opinión de que todo derecho es justo y si no es justo no constituye derecho. 

Pero sí que el derecho es condición sine qua non para construir la justicia, que un Derecho puede ser justo o injusto dependiendo de su noción y práctica de la justicia como valor; y esto no es suficiente, anhelamos que los abogados, jueces y ciudadanos practiquemos la justicia como condición de vida y virtud existencial…