• Martín Sarmiento y el fomento del grabado, 1743
Reflexiones literarias para una Biblioteca Real y para otras Bibliotecas Públicas hechas por el R. P. Mtro. F. Martín Sarmiento, benedictino, en el mes de diciembre del año 1743.
http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000094780&page=1
Abridores de matrices,
Fundidores de letra ,
Abridores de lamins,
Estampadores de laminas.
He incorporado aquí estos quatro títulos, ya porque
tienen conexión entre sí y con el pasado, ya porque
quisiera ser conciso todo lo posible. No pueden tener explendor
alguno las dichas Imprentas Reales sino se toma
providencia para que haya muchos exercitados en
los 4 . oficios propuestos. De todo hay muchísima carestía
en España. No se si hoy hay en Madrid quien haya
abierto matrices de caracteres; pues la letra que se
funde es sobre viejas matrices, y aún para_tundir no creo
llegan á 4. los fundidores. En quanto a estampar laminas, creo hay suficiente
número de oficiales, respecto de los abridores de láminas;
pero todo es poquísimo ó nada. Sería muy útil que
cada uno de los 12 . de las Imprentas Reales tuviese
agregado á su oficina un fundidor de letra, un dibujante, un burilador, y un estampador. No era necesario el
número de 12. abridores de matrices. Creo que bastarían
dos para todo, y que ese oficio le tuviesen los abridores
de sellos para poder vivir. No estorba que esta
asignación sea fija; pues en caso de urgencia, todos los
de estos oficios se podrían ayudar unos a otros á favor
de las Imprentas Reales, y aún á favor de otras quando,
estuviesen desocupados.
Al principio bastará que abran nuevas matrices para
una hermosa Imprenta Latina; pero después se han de
abrir para Imprentas Griegas, Hebreas, Arábigas &c. Y
aún si se abriesen para una Imprenta Gótica de aquellos
caracteres, que se dexaron de usar en el siglo XII. al
principio, y en los quales está escrito lo mas antiguo y
precioso que hoy se conserva en España, no se haría cosa
singular; pues los del Norte las abrieron para sus caracteres Rúnicos, los Ingleses para los Anglo-Saxonicos, y, Junio para los Góticos del Códice Argénteo. Ademas de;
esto se debían abrir matrices de los caracteres Algebra^
eos, de todas las notas Músicas &c.
Es cosa vergonzosa que nada de esto haya en España, si no se trae de fuera, como si acá faltasen manos, metales y habilidades para abrir y fundir todo ese genero
de caracteres. Dirase que no hay de eso, porque no
tendrían que trabajar los oficiales , y yo respondo que
porque hay pocos que se dediquen á eso, por tanto es
poco lo que hay que hacer. En Aracena imprimió Arias
Montano una Biblia en Hebreo, porque tuvo la ocasión
de estar en Antuerpia , y traer de allí los caracteres. De
la fundición que se hizo para la Biblia Poliglota complutense, resultó que en aquel tiempo se imprimieron otros libros con caracteres extraños. Así creo que hay círculo vicioso en el argumento.
Al paso que no es preciso mucho número de Abridores de matrices, y de fundidores, es indispensable que
en España se multipliquen infinito los dibujantes, y los
abridores de láminas, así en metales como en madera.
Son inmensas las sumas de dinero que se extraen de España, por falta de profesores de aquellos ejercicios. Reflexionese sobre la infinidad de estampas, sobre multitud de mapas, sobre la de planos de Ciudades
sóbre las figuras de animales, plantas, flores, retratos
&c. que hay en España, y se han traido de paises
extraños; y se palpará quán útil sería establecer, promover
y proteger aquellas artes.
No es menor la suma que se extrae á titulo de las
láminas que tienen los libros. Un libro que estaría pagado
por 12. reales, á pocas laminas que tenga se suele
vender por 30. Hasta aquí ha sido mal necesario, pues
ó no se ha de comprar el libro á los extrangeros, ó se
ha de pagar á tan subido precio. Pero si en España hubiese muchos abridores de laminas, se podría con facilidad reimprimir dicho libro con sus figuras, y comprarse con mas conveniencia.
Así se ve que están conexos, y encadenados todos
los exercicios conducentes al mayor lastre, y aumento
de la República Literaria. No hay dibujantes ni abridores, porque hay poca afición á comprar y componer libros, y no se pueden componer libros con laminas, por
que hay pocos abridores, y esos llevan carísimo por su
trabajo, y estos no pueden menos de llevar muy caro,
porque habiendo de vivir de su oficio necesitan pagarse
bien porque hay poco que hacer, y tal vez aunque
tengan mucho que trabajar, por ser pocos en el oficio se
miran como necesarios.
No es posible que en los países extraños no sean varatisimos
los trabajos de los abridores, según lo mucho
que allá se abre en laminas, y según lo mucho que se
abre, no podrá menos de ser infinito el número de abridores.
Esto mismo se puede y debe plantar en España,
En ese caso sería justísimo, que no se dexasen entrar ni
estampar, ni mapas, ni otras laminas extrangeras, no
siendo algunas pocas de singular representación, para que los abridores de España tuviesen que copiar, y se asegurasen que podrían vender las copias ó sus ejemplares.
No solo habia de haber abundancia de estos exercicios
en la Corte, sino que se debia solicitar la hubiese
en toda España , y aún en la America. Es palmaria la
utilidad. Uno que tenga habilidad para abrir laminas, ó
en metal ó en madera, podrá abrir una con mucha
mas conveniencia, viviendo en una aldea ó lugar corto,
que viviendo en la Corte, ya porque aquí cuestan muchísimo
los alimentos, ya porque es preciso pagar grandes salarios á los oficiales, ya porque son mas las ocasiones
de distraerse y divertirse, y de dexarse arrastrar;
de la ociosidad. Todo la contrario le sucederá en un lugar pequeño.
Sabiendo un escritor v. gr. que en Alcobendas hay un
decente abridor, le podrá remitir los dibujos que necesita,
ó las figuras del Libro; que quiere imprimir, ó reimprimir,
ó traducir, y ajustar con el, ó por escrito, o por tercero, y de este modo se facilitará mucho el sacar libros
con laminas. Oí decir que algunos que en la Corte necesitan
hacerse de una bajilla de plata, la encargan por
evitar el mucho coste en Salamanca, ó en Valladolid. La
habilidad de abrir laminas no depende de la Corte para
que se pague, depende de que el artífice tenga siempre
que hacer, y que lo haga con conveniencia; esto lo podrá
lograr en qualquiera parte, pues luego corre la voz;
si su obra, y precios gustan.
Ademas que esparcidos por roda España muchos
peritos y diestras en dibujar, y en abrir laminas, se
abre un gran camino, para que en España salgan muchos
libros nuevos curiosos. ¿Quántos lugares sacarían
planos de sus edificios, estampas de sus santuarios,
mapas de sus territorios, representaciones de sus singulares
mixtos, retratos de sus patriotas famosos, ó en virtud, ó en letras, ó en armas; blasones de sus mas ilustres
familias &c. si tuviesen á mano dibujantes y abridores, que trabajasen con alguna conveniencia razonable?
Apenas se halla extrangero que no tenga algunos
principios de dibujo, y esto porque allá es uno de los
primeros exercicios en que exercitan á la juventud de
qualquiera calidad que sea. De esto, y de que son inclinados
á viajar se originó., que tengamos pintado á lo
natural en sus libros todo quanto hay que ver de curioso
en el mundo. No todos lo tienen por oficio; pero
para el caso basta que lo tengan por inclinación. ¿Que
utilidades no tendría la República Literaria Española, y
aún la civil, si los que se dedican á la marina, á la milicia
y al comercio, fuesen diestros en el dibujo? Sería
prolijo si quisiese poner aquí todo lo que se me ofrece; pasemos adelante.
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Conveniencia y concordia de ambas jurisdicciones en materia de inmunidad local
Reflexiones literarias para una Biblioteca Real y para otras Bibliotecas Públicas.
Tomo XXI, Madrid, 1789, pp. 162-167.
Bibliografía:
Concepción Varela-Orol, "Martín Sarmiento y la República literaria española", Hispania, 2016, vol. LXXVI, no. 254, septiembre-diciembre, págs. 693-719.
Martín Sarmiento, Reflexiones literarias para una biblioteca real, A refencia cultural da Ilustración española. Edición y estudio de José Santos Puerto, Santiago de Compostela, Concello da Cultura Galega, 2002