• Arteaga grabador

La portada del libro de reglas de la desaparecida hermandad del Socorro y un grabado de la Virgen / BIBLIOTECA NACIONAL

La portada de las reglas de la hermandad del Socorro y un grabado de la Virgen / BIBLIOTECA NACIONAL

PATRIMONIO

Una obra inédita para una hermandad desaparecida

El pintor barroco Matías de Arteaga realizó un grabado para una hermandad titulada del Socorro que estaba en San Benito

Por MANUEL JESÚS ROLDÁN, 21 de octubre de 2015 6:56 h. ABC de Sevilla

Nacido en Villanueva de los Infantes en 1633, poco se sabe de los años iniciales y de la formación del pintor y grabador Matías de Arteaga, a pesar de la gran vinculación que tuvo con la escuela sevillana de pintura y con algunas hermandades de la segunda mitad del siglo XVII en Sevilla. Hijo del grabador Bartolomé de Arteaga, su familia debió trasladarse pronto a Sevilla, donde entraría en contacto con los talleres de Bartolomé Esteban Murillo y de Juan de Valdés Leal, ya que ambas influencias se pueden rastrear en su obra, aunque el profesor Valdivieso defiende la personalidad de su obra, que llevó a tener un discreto papel entre las figuras de su época.

En 1656 aprobó el examen que le facultaba para ejercer la profesión un año después de su matrimonio con Juana de la Vega. Ya en 1660 formaría parte del grupo de artistas que fundaron la Academia de dibujo junto a Murillo y Valdés Leal, llegando a ser secretario de la institución. Persona relacionada con los artistas de su tiempo y también con hermandades y cofradías: en 1664 ingresaría como hermano de la Santa Caridad, en época de revitalización que culminaría con la acción de Miguel Mañara, entrando como hermano de la Sacramental del Sagrario en 1666, institución para la que realizaría una de sus mejores series.

Relacionable con otro pintor coétaneo, Francisco Antolínez, sus obras se caracterizan por el juego arquitectónico de profundas perspectivas que sirven como telón de fondo, aspecto con el que solía suplir otras carencias, como la falta de naturalismo en sus representaciones de figuras humanas.

Tres son sus grandes ciclos para la ciudad. El más conocido lo atesora la hermandad sacramental del Sagrario, un conjunto de siete pinturas cuya simbología hace alusión a la Eucaristía, con cinco escenas que representan escenas del Antiguo Testamento , con inspiración murillesca, y otras dos que muestran temas del Nuevo Testamento, las correspondientes a La parábola del banquete de bodas y a La adoración del Cordero místico.

Su segundo ciclo pictórico de interés se conserva en la capilla de San Laureano de la Catedral de Sevilla, un conjunto de cinco pinturas realizadas hacia 1700 que muestran diferentes escenas de la vida del santo, desde sus milagros hasta la entrega de su cabeza al clero de Sevilla. En una visita al museo de Bellas Artes se puede conocer otro grupo de obras de interés, el dedicado a las escenas de la vida de la Virgen: Nacimiento, Desposorios, Circuncisión, Descanso en la huida a Egipto y las Bodas de Caná, conjunto en el que desarrolla todavía con más claridad la importancia de los marcos arquitectónicos frente a la figura humana.

El racimo de la tierra. Alegoría Eucarística relaizada para la Sacramental del Sagrario

El racimo de la tierra. Alegoría Eucarística realizada para la Sacramental del Sagrario

Los Desposorios de la Virgen

Los Desposorios de la Virgen

Otras pinturas de Arteaga se conservan en el Palacio Arzobispal de Sevilla, en la Universidad mejicana de Puebla o en diversas colecciones nacionales y extranjeras.

Su faceta de grabador

Quizás su faceta más sobresaliente fue la de grabador, de la que dejaría constancia en numerosos libros y en obras que difundirían la devoción a las imágenes titulares de hermandades y congregaciones.

De las obras más antiguas conservada en esta faceta destaca el retrato de Fernando de la Torre Farfán incluido en el panegírico al nuevo templo del Sagrario de la Catedral sevillana, celebrado con un certamen poético por la hermandad sacramental en 1663.

Altar de San Fernando en la parroquia del Sagrario y la aparición de la Virgen de Guadalupe

Altar de San Fernando en la parroquia del Sagrario y la aparición de la Virgen de Guadalupe

Junto a otros retratos, tanto religiosos como civiles, Arteaga realizó cuatro estampas narrativas de las apariciones de la Virgen de Guadalupe, con escenas pioneras que serían luego fuente de otras interpretaciones posteriores, grabados recogidos en la edición sevillana del libro del bachiller Luis Becerra Tanco, Felicidad de México en el principio y milagroso origen que tuvo el santuario de la Virgen María Nuestra Señora de Guadalupe, publicado en 1685.

Adoración del Cordero Místico

Adoración del Cordero Místico

Obra cumbre es su contribución al libro de Fernando de la Torre Farfán, Fiestas de la S. Iglesia Metropolitana, y Patriarcal de Sevilla: al nuevo culto del señor rey S. Fernando el Tercero de Castilla y de León: concedido a todas las iglesias de España, por la santidad de nuestro beatíssimo padre Clemente X…, editado en Sevilla por la viuda de Nicolás Rodríguez, 1672. Allí participó, junto a otros autores como Valdés Leal, con excelentes composiciones y vistas de la Catedral y su arquitectura.

Conocida es su representación de la Virgen de las Nieves, titular del templo de Santa María la Blanca, obra que se reprodujo en el conocido libro del abad Alonso Sánchez Gordillodedicado a las devociones de la ciudad, grabado en el que se puede contemplar el revestimiento barroco que acompañaba a la imagen en los años finales del Seiscientos.

Su obra inédita

Prácticamente inédita es una ilustración que realizó para ilustrar las reglas de la hermandad de Nuestra Señora del Socorro, corporación de Ánimas establecida por entonces en el monasterio de San Benito. Las reglas, conservadas en la Biblioteca Nacional, comienzan con una ilustración de Matías de Arteaga en la que se muestra a la Virgen del Socorro (desconocemos si la hermandad tenía esta imagen y cualquier noticia posterior) portando al Niño con su mano izquierda, en una composición que denota las influencias de Murillo tanto en ropajes, como en composición y actitud de las imágenes. A sus pies se sitúan las Ánimas Benditas del Purgatorio, escena que se enmarca en un óvalo, habitual en otros grabados del artista. Como hermandad radicada en un convento benedictino, preside la composición un retrato de San Benito, enmarcado por otros donde se puede identificar a San Bernardo o a San Ildefonso. La Regla y Constituciones de la hermandad «de Nuestra Señora del Socorro y Ánimas Benditas del Purgatorio» estaba dedicada a la «Serenísima Reyna de Ángeles y hombre María S.N. del Socorro» y muestra el año 1682 como el de su fecha de impresión.

Una obra más para añadir al poco conocido catálogo de Matías de Arteaga, el pintor que falleció en enero de 1703 tras dictar un testamento que refleja su buena posición en la sociedad de la época y el interés de su biblioteca, donde convivían la Teología con las obras dedicadas al grabado y a la teoría pictórica. En su inventario de bienes se recogían la existencia de «floreros»,pinturas religiosas y «estudios del natural» que probablemente formarían parte de las enseñanzas en la Academia de Pintura. Mediano pintor, notable grabador, hombre de su tiempo, la obra de Matías de Artega merece un estudio que permita ampliar el conocimiento de la apasionante época artística en la que se desenvolvió.

Nuestra Señora de las Nieves

Nuestra Señora de las Nieves

Manuel Jesús Roldán

Manuel Jesús Roldán