• Cartón por José Oriol Ronquillo, 1851.

CARTÓN. Bajo este nombre se designan varios productos resultantes de la reunión de pliegos de papel pegados unos con otros, ó reducidos á pasta, después amoldados nuevamente en mayor espesor y bajo diversas formas, y en fin los pliegos gruesos fabricados directamente por medio de la materia primera del papel (trapos viejos mas ó menos triturados). Los cartones, considerados, sea relativamente á las materias que entran en su composición, sea respecto á los procedimientos de su fabricación, se distinguen en tres especies diferentes. 1.a Los cartones que se elaboran en las fábricas de papel con las pastas formadas de trapos viejos groseros, con frecuencia de color, y todos los desperdicios de la manufactura, se llaman Cartones de primera moldura. Esta especie de cartón se fabrica como el papel. 2.a Se fabrican también cartones con las recortaduras de papel ó el papel viejo, que se ponen en maceración en el agua durante mucho tiempo para reblandecerlos completamente; después se reducen á pasta por medio de un molino particular, y por último se amolda de la misma manera que el cartón de primera moldura en las fabricas de papel, por cuya razón se le llama Cartón de segunda moldura. Esta segunda especie se emplea así como se obtiene para diversos usos, tales como las preparaciones de las fajas y rodelas que se interponen entre los tubos de plomo, hierro colado, cobre, ete. , cerrados por pernos. Cuando se destina para otros usos, como sombrereras, etc., se cubren ambas caras con papel blanco ó de color. 3.a Se forman, finalmente, cartones reuniendo varios pliegos de papel pegados unos con otros, á los cuales se llama Cartones de encoladura, pudiendo servir de ejemplo el cartón de los naipes, puesto que se fabrica por esto mismo procedimiento. También se emplea esta especie de cartón en la fabricación de varios juguetes y oíros objetos de gusto que se encuentran en el comercio. Para esta clase de cartones finos solo se emplea papel blanco, porque se presta á tomar todas las formas que se le quieren dar mejor que el cartón en el cual entra el papel de estraza. Con el objeto do economizar el precio del papel aplicable á los cartones de este género, se procura obtener de las fábricas papel costero, es decir, los pliegos defectuosos ó rotos. Estos pliegos sirven para rellenar, pero se cubren siempre ambos lados del cartón fino con pliegos enteros. Distínguense, según sus usos especiales ó su calidad mas ó menos perfeccionada, un número bastante grande de variedades de cartón. Así es que se encuentran en el comercio el cartón porcelana para planos y dibujos, el cartón laminado ó barnizado, el cartón grueso para litografía, ó impresión de grabado al buril, para prensas hidráulicas y aderezos, para los telares de Jacquart, los cartones para encuadernaciones, para grandes carteras, marcos, etc. Los cartones se venden por hojas, por piezas ó al peso; en cuanto á los objetos de cartón hechos con molde se venden por piezas, ó por docenas.

Cartón cuero. Los desechos procedentes del trabajo de las piezas curtidas han sido empleados por el Sr. Dufort para fabricar una especie de cartón susceptible de útiles aplicaciones. Estos desechos, puestos en una máquina al intento, se muelen y se reducen á pasta; se les añade cola animal, y se amoldan en la prensa para obtener objetos de la forma que se quiere. El autor ha preparado por este medio cartones que mira como mas propios para ser cosidos que los cartones comunes , y que no costarían por lo común sino á 30 centésimos la libra, y que son utilísimos para cubiertas de libros y libritos de memoria. Cubiertos de un barniz de laca, pueden reemplazar con ventaja á las pizarras de escribir.

Cartón incombustible. La propiedad de que goza el amianto ó el asbesto de no quemarse y de no fundirse sino á muy alta temperatura, ha hecho proponerle muchas veces para ser empleado en la confección de papel ó de cartón incombustible. La naturaleza fibrosa del amianto se presta bien á la división necesaria para la preparación del papel; pero esta sustancia solo podría ofrecer una pasta sin consistencia; sin embargo, si se hacia entrar cierta proporción de ella en la pasta del cartón común muy cargada de cola, podríase disminuir muy mucho su combustibilidad y obtener al mismo tiempo pliegos bastante sólidos para prestarse á la mayor parle de los usos á los cuales se destina el cartón de arambeles.

Cartón de musgo. El musgo, lavado con cuidado, separado de toda materia extraña y bien seco, puede reducirse en pasta moliéndolo como los arambeles. Pliegos gruesos fabricados con esta pasta, y reunidos por medio de una cola muy fuerte, después prensados en el castillejo, dan un cartón muy sólido, que parece haberse empleado con ventaja en Holanda para forrar los navíos. En Francia se concedió un privilegio de invención para la fabricación de este cartón.

Cartón de paja. Háse conseguido después de muchos años blanquear la paja triturada y separar de ella los nudos, de suerte que los únicos obstáculos que se oponían á que se la emplease en la fabricación de papel, han sido vencidos; y por esta razón ha sido posible fabricar, con menos gastos el cartón de paja. Este nuevo producto comercial reúne todas las condiciones útiles a la buena calidad, de manera que, en igualdad de matiz, espesor y finura, vale tanto como el cartón ordinario; pero el precio de las materias primeras de este último no es aun bastante elevado para que la fabricación y el comercio de los cartones de paja adquieran en poco tiempo una grande importancia.

Cartón piedra. Se designan bajo este nombre los diversos objetos amoldados de pasta de papel, á los que se ha hecho tomar una gran consistencia y solidez por medio do una mezcla de cola fuerte y otros varios ingredientes, que son susceptibles do ser pintados y dorados.—V. Bajo relieve. El arle de ejecutar adornos de decoraciones con cartón florecía en Francia en el siglo XVI. La perfección á que había llegado en esta época la atestiguan los bellos cielos rasos que decoraban en el Louvre las habitaciones del rey Enrique II. Este arte so perdió ó al menos quedó olvidado durante unos tres siglos, basta que se lo vio reaparecer en Francia en la Exposición de 1806, y los productos que se ofrecieron entonces estaban preparados con la sustancia á que se da ahora el nombre de cartón piedra. En 1819 se notaron nuevas aplicaciones de esta sustancia en la Exposición pública de los productos de la industria; pero todavía no eran mas que felices ensayos. Estaba reservado á la Exposición de 1827 presentar este arte completamente realzado, apareciendo con un nuevo brillo y con un mas halagüeño porvenir. Los artistas, en la preparación del cartón piedra, han conseguido amoldar esta sustancia con tal perfección que obtienen, directamente y sin necesidad de retocarlos, los mas limpios contornos y las mas unidas superficies. Bellas estatuas que recuerdan toda la gracia, la finura y animación de los originales; adornos del mejor gusto que ofrecen todo el relieve y et efecto pintoresco de la escultura; candelabros, columnas, entablamentos, perfiles llenos de pureza, han probado que el cartón piedra es susceptible en manos de hombres hábiles de reproducir fielmente las inspiraciones del estatuario, y prestarse con una facilidad maravillosa á la ejecución de las concepciones; mas delicadas ó á las mas grandiosas que tiene la arquitectura para la decoración de los interiores do los edificios. Causa admiración observar con que prontitud estos adornos variados cambian en decoraciones agradables el aspecto de las vigas, techos, postes, y tantas otras irregularidades como presentan las habitaciones, particularmente entre los edificios antiguos y en el interior de las casas de campo. La primera decoración de cartón piedra conocida en España fué la que, en 1841, José Novi construyó en Madrid en un teatro particular situado en la carrera de S. Francisco. Desde aquella fecha data el gusto que sucesivamente se ha ido despertando después por los ornatos de cartón de piedra, cuyo arte de prepararlos ha llegado á tal perfección que, hoy día, no tenemos que envidiar, en esta materia , las obras de los extranjeros. Efectivamente, los adelantos hechos en este arte nada dejan que desear: solidez limpieza, belleza, elegancia y precisión, he aquí el resultado de la aplicación del genio artístico á la preparación de ornatos con el cartón piedra. Entre otras, las obras ejecutadas por el Sr. Novi, á quien se debe conceder la gloria de haber hecho renacer, en nuestro país, la afición á esas brillantes decoraciones que así nos recuerdan los felices pensamientos del hábil estatuario como los del inteligente arquitecto, atestiguan lo que acabamos de exponer. Las personas conocedoras han podido observar, en la corte, la lucerna y el antepecho de palcos del Museo Lírico Matritense, los adornos y dorados del teatro de la Sociedad Dramática del Genio, y los del coliseo del Instituto; en Barcelona, los ornatos, dorados y pinturas del gran salón de descanso y palcos del Liceo de Isabel II; los adornos del teatro de la villa de Figueras y los grandes arabescos y bronceados del salón de la casa de baños de la Poda en Esparraguera. Todos estos acabados trabajos son debidos á la inteligencia del Sr. Novi, quien por ellos ha alcanzado, una justa celebridad, mereciendo que, en 1842, el Museo lírico, literario y artístico de Madrid le distinguiese con el título de socio de mérito en clase de escultor y adornista, habiendo ya en 1838, en Real orden de 11 de mayo, recibido de S. M. la Reina Gobernadora la distinción de ser designado disector de la casa de fieras y demás sitios reales. Sabidas son la reputación que como artista de luces goza el Sr. Novi en esta ciudad, la confianza que le dispensa el público y las atenciones que de continuo recibe de los amantes de las bellas artes.

Cartón para techos. El cartón fabricado con arambeles de lana y pasado por el castillejo, después mojado en agua muy cargada de cal, y en seguida en el ácido sulfúrico, es muy sólido, y la capa de cal que se forma en su superficie lo preserva de la acción de la lluvia y en gran parle de la del fuego.

Esta especie de cartón ha servido para hacer techos ligeros, que resisten por largo tiempo a la humedad. También se ha propuesto prepararlo, al mismo uso, sumergiendo papel fuerte y grueso en una mezcla de partes iguales de pez y de brea, de la cual se le dan muchas capas. Éstos cartones se clavan sobre planchas fijadas á las vigas y se cubren por medio de un tapón de cáñamo con una mezcla de dos tercios de brea y un tercio de pez, á las cuales se añade igual parte de carbón de leña y de cal, y se aplica muy caliente. En seguida se polvorea la capa con arena

ó cenizas de fragua, á fin de volverla menos susceptible de agrietarse ó de inflamarse.

José Oriol Ronquillo. Diccionario de materia mercantil, industrial y agrícola: que contiene la indicación, la descripción y los usos de todas las mercancías, tomo I. Barcelona, Imprenta de Agustín Gaspar, 1851, pp. 622-624

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Ronquillo, José Oriol. – Licenciado en farmacia, Subdelegado principal de Sanidad de farmacia de Barcelona, encargado del primer distrito: socio corresponsal de la Nacional Academia de medicina y cirugía y de la Sociedad médica de emulación, primer perito químico del Excmo. Ayuntamiento Constitucional, y de géneros medicinales en la Aduana nacional de la misma ciudad; miembro correspondiente de la Sociedad de farmacia de París, etc.