• El acuarelista y litógrafo Pedro Pérez de Castro.

Juan Carrete Parrondo

Publicado en:

Pedro Pérez de Castro, 1823-1902: pintor, acuarelista y litógrafo : Museo de Bellas Artes A Coruña, julio-agosto 1992 : [exposición][A Coruña] : [s.n.], D.L. 1992.

Las biografías de los "pequeños artistas" españoles del siglo XIX adolecen, en la mayoría de los casos de una enorme fragilidad. La destrucción de archivos familiares, la dificultad de la consulta con éxito de los fondos de protocolos o la parquedad de los archivos administrativos, unido a la casi única fuente bibliográfica existente —la Galería biográfica de Ossorio y Bernard— presentan un panorama que se suele reducir a una incompleta relación de obras que presentaron a las Exposiciones Nacionales, parquedad que suele aumentar al tratarse de artistas que cultivaron también "artes pequeñas" como pudieran ser la acuarela y la litografía.

En estas circunstancias se encuentra Pedro Pérez de Castro, que aunque perteneciente a una familia que tuvo cierto protagonismo en la vida política española de los primeros años del siglo XX, se la conoce mal, aunque bien pudiera ser el paradigma del grupo social ilustrado y liberal que construyó la España del Nuevo Régimen, mas tarde asimilada por la sociedad isabelina, para terminar siendo devorada por la Restauración1.

Hombres idealistas, arriesgados y cultos, que más tarde ingresarían en las filas del moderantismo, pero que supieron trasmitir a sus hijos esa cultura y refinamiento pero en un ambiente social tan poco propicio que a lo más que llegaron fue a oscuros servidores del Estado, bien a través del ejército, la diplomacia o la Corte, lo cual les proporcionaba un discreto sueldo oficial para vivir con cierto decoro y "respeto social", a la vez que se refugiaban en cultas aficiones como la erudición histórica o la delicada actividad de la acuarela y la litografía, mientras dejaban pasar el tiempo dulcemente en el sosegado ambiente de los balnearios.

Dentro de estas coordenadas se encuentra la familia Pérez de Castro. Siendo el abuelo de nuestro biografiado Pedro Antonio Pérez de Castro, amigo de Moratín, en cuya casa tuvo lugar una de las primeras representaciones de La mojigata. Su hijo Evaristo Pérez de Castro (Valladolid,1768—Madrid,1849) fue un destacado diplomático y político, con raíces en la la minoría ilustrada de finales del siglo XVIII, época en la que ocupó los cargos de agregado en las embajadas de España en Viena (1798), en Lisboa (1803 y embajador en 1838) y en Hamburgo, y oficial de la primera Secretaria de Estado (1808), para ser más tarde diputado y secretario de las Cortes de Cádiz de 1812, y autor de la publicación de la Correspondencia de Godoy con la reina María Luisa, publicada con documentos históricos, (Madrid, 1814). Se significó como moderado en las Cortes de 1820, llegando a ocupar el cargo de Ministro de Gracia y Justicia en 1820. Sufrió el exilio durante la reacción fernandina, alcanzó a ser nombrado presidente del Consejo de Ministros del 9 de diciembre de 1838, hasta su dimisión en 1840, que coincide con la revolución y la llegada de los progresistas al poder.

En cuanto a su actividad como aficionado a las Bellas Artes consta fue elegido Académico honorario de la Academia de San Fernando el 6 de julio de 1800 "por su notorio amor a las bellas artes y su dedicación a ellas" y autores coetáneos afirman que 'tenia mucho gusto por las bellas artes y en especial la pintura, que ejercitaba por sí mismo bastante bien', a ello hay que añadir que era poseedor de una colección de pintura heredada de su padre en 1801, y que a su muerte en 1849 sumaba mas de un centenar de cuadros y un considerable número de estampas. Entre los cuadros figuraban tres goyas, entre ellos su retrato, fechado entre 1803-1808 en el que aparece en la actividad de dibujar2.

En este ambiente nació en la madrileña calle de Cedaceros el 20 de julio de 1823 Pedro Pérez de Castro, bautizado ese mismo día en la parroquia de San Sebastián de Madrid, con el nombre de Pedro Félix, siendo su madre Francisca Brito (Lisboa, 1799)3.

Nada conocemos de su infancia salvo que acompañaría a su padre tanto en el exilio como en las diversas comisiones que se le encomendaron como diplomático. Una de las primeras noticias es la referente a la petición que hace su padre a la reina con fecha de 11 de julio 1840 en la que solicita para "mi hijo Pedro el nombramiento sin sueldo de Auxiliar de la Secretaria de Despacho de mi cargo". Petición que le es concedida de forma inmediata4.

El 26 de febrero de 1844 es nombrado Agregado con sueldo de 12.000 reales anuales y casa y mesa en la Embajada de Londres. Allí estará hasta marzo de 1846 en la que solicita licencia para pasar cuatro meses en Madrid, ciudad desde la que regresará en el mes de julio a Roma como agregado a la Embajada a la vez que se le otorga la condecoración de Caballero de la Orden de Carlos III. En diciembre de 1848 solicita y se le concede una nueva licencia por enfermedad para pasar tres meses en Madrid que es prorrogada por otros seis, estancia que es aprovechada para presentar alguna obra a la exposición de la Academia de San Fernando del año 1849 (del 21 de septiembre al 4 de octubre)5.

A la muerte de Evaristo Pérez de Castro acaecida en la primera quincena del mes de diciembre de 1849, su viuda Francisca de Brito, se apresura a escribir a la reina6: "¿A quien ha de volver sus ojos en busca de algún consuelo a su tan aguda pena, sino a V. M. madre de todos los españoles y protectora de aquellos que han disfrutado de la alta honra de ocupar un asiento en el consejo íntimo de V. M. durante su gloriosa Regencia, en servicio de la Reina, mi Señora, y el Estado". Vuestra Magestad es el mejor testigo del incansable celo, patriotismo, amor al trono y lealtad acrisolada de mi esposo, no menos que de sus largos y buenos servicios, y esta circunstancia unida a las altas prendas de Vuestra Magestad, a su generoso y magnánimo corazón y a las honras que en todo tiempo se ha dignado dispensar a esta hoy tan desconsolada familia son las causas que impelen a la recurrente a exponer a S. M.: Que en el estado de viudez a que ha quedado reducida, con cuatro hijos todos varones y ya colocados, ve con el mayor desconsuelo el tristísimo porvenir que se la prepara, ya en el ultimo tercio de su vida, viéndose condenada a permanecer en el mayor aislamiento ... solo un medio habrá Señora, de que la exponente tuviese algún alivio y consuelo en su tan penosa situación, y este sería el que su hijo Pedro, agregado a la embajada de España en Roma y joven que por la circunstancia de ser gemelo y por su carácter particular a menester para su conservación de un genero de vida metódico y tranquilo ... se dignase nombrar a mi hijo Pedro Pérez de Castro mayordomo de semana". Petición que reitera el 15 de diciembre "... que en atención a los muchos y dilatados servicios de su difunto esposo se digne nombrar a mi hijo [Pedro] mayordomo de semana o gentil hombre del interior con el sueldo correspondiente".

Ante la falta de respuesta el 18 de febrero de 1850 insiste reiterando "que el marido de la suplicante ha muerto pobre y que de consiguiente, tanto su viuda, como los cuatro hijos, carecen de medios propios de subsistir". Por fin se informa: "Concedida la gracia que solicita con el sueldo de beinte mil reales en atención a los dilatados servicios de su difunto Padre".

El 22 de febrero de 1850 es nombrado mayordomo de semana de S. M. con 20.000 reales al año, y se le concede seguir cobrando el sueldo de agregado diplomático. Con igual fecha juró el cargo. Al poco tiempo, el 4 de agosto contrae matrimonio con María de la Paz "hija del Excmo. Sr. Pedro Antonio Salazar y doña María de los Ángeles Espeleta".

A partir de este momento Pedro Pérez de Castro se dedicará a la actividad de pintar especialmente acuarelas y también al arte de la litografía. Sus temas serán, siguiendo la moda del momento, el paisaje de montañas y florestas [1]sacado del natural,"se aspira a copiar la naturaleza, embelleciéndola sin alterarla con exageraciones que la desfiguren, para darle en el lienzo nueva vida con la suavidad de las tintas, los tonos calientes, la franqueza de la ejecución, la magia de los aires interpuestos, y las fascinaciones de las perspectivas aéreas"7.

Uno de los temas mas reiterados por el artista madrileño fueron los paisajes de Guipúzcoa y Vizcaya que realizó con motivo del viaje que hizo al Balneario de Alzola (Guipúzcoa) en 1852 y 1853, durante los meses de julio, agosto y septiembre, con ocasión de tomar las aguas que le habían aconsejado los médicos para combatir una enfermedad crónica de las vías urinarias.

Fruto de esta estancia fue la colección de estampas litográficas que sobre esta zona publicó en el Álbum de paisajes y vistas de España, que comprende veinticuatro litografías. Todas ellas están dibujadas y litografiadas por el mismo Pedro Pérez de Castro y realizadas y editadas por el taller litográfico de J. J. Martínez, de la calle Desengaño núm. 10 de Madrid. Algunas de las localizadas son las siguientes:Caseríos cerca de Alzola (Guipúzcoa). Castillo de Ondonayegui en Alzola (Guipúzcoa). Baños termales de Alzola (Guipúzcoa). Arechavaleta(Guipúzcoa). Puente de Elgoibar (Guipúzcoa).Caserío cerca de Elgoibar (Guipúzcoa). Puente de Mendaro, sobre el Deba (Guipúzcoa). Puente en el camino antiguo del Príncipe de la Paz (en Bilbao).Molino del Montón en el Paseo de los Caños en Bilbao. Fábrica de curtidos de Smith Camino de la Ysla. Bilbao. Puente de la Isla de San Cristóbal en Bilbao. Torre de señales en el Puerto de Portugalete, y Muelle de Lequeitio. Quizá para este mismo Album es la litografía titulada Madrid desde la fuente de la Teja.

Al año siguiente 1854, y también por prescripción facultativa, pasa los meses de junio y julio en los baños de Alhama en la provincia de Granada. Fruto de esta estancia es la estampa Carrera del Darrolitografiada también en el establecimiento madrileño de J. J. Martínez. De aproximadamente esta misma época son las estampas litográficas, también del establecimiento de J. J. Martínez,Panorama del puerto y ciudad de Palma de Mallorca, por dibujo del natural de Mariano Conrado, y las vistas de Toledo: Baños de la Cava yPuerta de la Bisagra. Esta última entregada como regalo a los suscriptores del periódico El Mundo Pintoresco. Como caso excepcional en el taller litográfico de Larriba hizo la estampa titulada Torre de los Picos.

En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1860 presentó Un paisaje de composición, en litografía, y cuatro acuarelas: Una joven dando de comer a unos pollos, Una gruta de Lequeitio, Un establo y Una yegua con su potro: fue premiado con mención honorífica de primera clase8.

Sobre la Guerra de África, y coincidiendo con que su hermano Mariano, Coronel del Cuerpo de Artillería, fundó y dirigió La Gaceta Militar (1858-1861) y El Mundo Militar (1859 -1863) hizo las ilustraciones para la obra de Eduardo Bustillo, Romancero de la Guerra de África, Gaceta Militar, Litografía Militar, Madrid, 18609, que comprendía cinco litografías tituladas: Las alturas del Serrallo. Boquete de Anghera. La Casa del Renegado. Batalla de los Castillejos, y Tetuán. Otras estampas litográficas10 sobre el mismo tema y que se publicaron en diversas obras, como el Álbum de la Guerra de África (1860) y siempre en el taller Litografía Militar de la calle San Bernardino, 7, fueron:Bombardeo de los fuertes de la ría de Tetuán por la escuadra española al mando del excelentísimo señor General Herrera, el día 29 de marzo de 1859. Vista de la ría y Campo de Tetuán. Vista de la Alcazaba, pueblo y recinto de Tetuán con parte del Campamento del 2º Cuerpo del ejercito establecido sobre la llanura lado O. E. de dicha ciudad, 11 de marzo de 1860. África. La casa del Renegado (En las Alturas del mismo nombre) y Vista general de Ceuta y el estrecho de Gibraltar. En la misma Litografía Militar publicó con destino al Álbum delPanorama Universal las vistas del Palacio de Zurita en Santander, el Puente de Yzurga en Lequeitio y la Costa de Portugalete.

En el año 1861 y continuando con esta etapa de gran producción sacó a la luz doce nuevas litografías en el Álbum del Museo de las Familias, esta vez realizadas en el taller de J. J. Martínez. Finalmente en 1862 tuvo ocasión de ver sus estampas publicadas11 por la revista de máximo prestigio, El Arte en España, se trata de la Gruta de Lequeitio Vizcaya y Las pasaderas de la Granja estampadas en la Litografía de Donon, Madrid. De este mismo año son las interesantes acuarelas del Alcázar de Segovia incendiado12.

A partir de 1866 los acontecimientos se van a precipitar. El 4 de mayo cesa el mayordomo de semana "en el percibo de su sueldo de 2.000 escudos anuales que disfrutaba".

A la Exposición Nacional de 1866 (inaugurada el 25 de enero de 1867) presentó Dos bodegones, Dos aves muertas y Dos vistas de Izurza, alcanzando mención honorífica de primera clase13.

La Revolución de 1868 le dejo sin empleo en la Real Casa, el 15 de octubre se le comunica que "Este Consejo ... ha acordado declarar caducada la gracia que usted disfrutaba". Sin empleo y en plena revolución es muy posible que se trasladara a la casa de verano que tenía en San Ildefonso en la carretera de Segovia, muy cerca de la puerta de hierro a la izquierda, pues en 1870 está fechado alguno de los cuadros más afortunados que representan vistas de la ciudad de Segovia. Para paliar esta situación que le dejaba sin su principal fuente de ingresos solicita el 8 de diciembre de 1870 volver a entrar en carrera diplomática y el 18 de febrero de 1871 ser clasificado individuo de clases pasivas de la Real Casa. A la vez que se presenta a la Exposición Artístico Industrial promovida por la Sociedad Fomento de las Artes14 con las siguientes obras y la intención de poderlas vender: Cuadro al óleo que representa un gallinero, 600 reales. Un bodegón, 600 reales. Un cuadro a la aguada que representa la vista general de la Granja, 600 reales. Dos aguadas Una mañana y Una tarde, recuerdos de Vizcaya 600 reales. Aguada Paisaje de Izurza, Vizcaya, 800 reales. Aguada Bosque de Izurza, 800 reales.

Con la Restauración se vuelve poco a poco a normalizar la situación. En 1874 le ofrecen una plaza en la embajada de España en China que rechaza. En 1875 vuelve a prestar los servicios de Mayordomo de semana de S. M. aunque sin sueldo. En 1881 la Reina Cristina le adquiere un abanico. En la Exposición de 1882 presentó Dos abanicos, Espejo, Paravent y Cuadros de flores sobre seda.

En 1888 solicita la jubilación como agregado de la carrera diplomática y continua pintando, pues hay noticia de un paisaje de Filipinas fechado en 1892. Y finalmente el 1 de febrero de 1896 se le nombra, pues le correspondía por antigüedad, mayordomo de semana de número con un sueldo de siete mil quinientas pesetas anuales.

Carecemos de más noticias sobre su actividad como artista hasta su muerte que acaeció en 1902, solamente el recuerdo del Marqués de Lozoya que siendo niño saludaba a una pareja de ancianos, a quienes cariñosamente llamaban Los periquitos, y que pasaban los veranos en el Real Sitio de San Ildefonso.

Notas

1. Sobre este tema se puede consultar la serie de estudios recogidos en J. M. Jover, Política, diplomacia y humanismo popular. Estudios sobre la vida española en el siglo XIX, Madrid, 1976

2. N. Glendinning, "Arte e Ilustración en el círculo de Goya", en Goya y el espíritu de la Ilustración, Madrid, 1988, págs. 85-86

3. Abuelos paternos: Pedro Antonio Pérez de Castro de Alcalá de Henares y María de Colomera de Valladolid. Abuelos maternos: Luis de Brito y Elena Pinto. El padrino del bautizo fue Félix Antonio Spin y en su nombre José Pabón. Copia de la partida de bautismo en Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores. Madrid. Sección de Personal, leg. 187, Exp. 10022.

4. Todas las noticias referentes a la actividad de Pedro Pérez Castro en las distintas embajadas se encuentran en su expediente personal que se conserva en el ya citado Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores. Madrid. Sección de Personal, leg. 187, Exp. 10022

5. J. L. "Exposición de pinturas en la Academia de Nobles Artes de San Fernando", La Ilustración, 34 (20. 10. 1849) 268-69.

6. Toda las noticias referentes a Pedro Pérez de Castro en relación con la Casa Real se encuentran en el expediente personal del Archivo General de Palacio. Madrid. Expedientes personales. Caja 817, Expediente 29

7. J. Caveda, Memorias para la historia de la Real Academia de San Fernando y de las Bellas Artes en España, desde el advenimiento al trono de Felipe V, hasta nuestros días, tomo II, Madrid, 1867, págs. 197-198; y E. Arias Anglés, "La pintura romántica en España", en Pinturas de paisaje del Romanticismo Español, Madrid 1985, págs. 29-45.

8. M. Ossorio y Bernard, Galería biográfica de artistas españoles del siglo xix, Madrid, 1883-1884. Bernardino de Pantorba, Historia y crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España, Madrid, 1980

9. J. Vega, "La estampa culta en el siglo XIX", en El grabado en España (siglos XIX y XX), Madrid, 1988, pág. 242

10. E. Páez Ríos, Repertorio de grabados españoles en la Biblioteca Nacional, II, Madrid, 1982, número 1665, pág. 398.

11. J. Vega, "La estampa culta en el siglo XIX", enEl grabado en España (siglos XIX y XX), Madrid, 1988, pág. 127, 153.

12. Contreras y López de Ayala, Juan. Marqués de Lozoya, "El pintor don Pedro Pérez de Castro y Segovia", Estudios Segovianos, 70 (1972) 5-10.

13. F. M. Tubino, "Exposición Nacional de Bellas Artes", Revista de Bellas Artes y Arqueología, 17 (26. 1. 1867) 129-131. F. M. Tubino, "Exposición Nacional de Bellas Artes", Revista de Bellas Artes y Arqueología, 24 (27. 3. 1867) 185-187.

14. Exposición artística e industrial promovida por la Sociedad Fomento de las Artes, Año 1871. Catálogo general de la exposición, Madrid, 1871. Por este catálogo nos enteramos que Pedro Pérez de Castro vivía en la calle Huertas 6, tercero, y su hermano Mariano en la de la Estrella, 7 principal.