• Documentos del siglo XIX sobre estampas

agosto 2017

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Gaceta de Madrid, 20 agosto 1816

Luego que el arte del grabado dejó de ser en las manos de los discípulos de Rubens y de Vandick una mera copia de les contornos y del claro obscuro, y que los célebres Wischer, Masson, Audran, Nanteuil, Edelínch, y otros dirigidos per aquellos pintores representaron, no solo todas las graduaciones de las tintas sino que variando las direcciones de las simples rayas supieron expresar en cierta manera los diversos colores y dar á las carnes, a las topas y á los demás objetos un tono capaz de suplir en parte el colorido; las estampas empezaron á ser ya parte del estadio de los profesores de las bellas artes. Desde esta época no se desdeñaron ya los primeros pintores de Europa de fiar sus cuadros al buril, siempre que encontraron trabadores diestros y estos á competencia procuraron de dia en dia, dar nueva perfeccion a un arte que habla llegado ya á un punto que parecia imposible y de repente á mediados del siglo último se vio la Europa inundada de estampas que daban á las personas inteligentes todas las ideas necesarias para juzgar de la mayor parte del mérito de una pintura que no les era posible ver, aumentando por este medio los auxilios de las artes de imitación con las copias que ofrecieron de los mejores originales. No fue España la última que te dedicó á este trabajo ni la que menos nombre adquirió entre las naciones de Europa y el Gobierno que desde luego conoció cuanto podia esto contribuir á la perfección de la pintura y demás artes del diseño encargó que se grabasen copias de los mejores cuadros que poseía, pero considerando después que estas láminas esparcidas en distintas manos no podían producir toda la utilidad que había concebido, determinó reunirías en un solo establecimiento erigiendo para este efecto en 1789 la Real Calcografía que se colocó y existe en esta corte en el mismo edificio que la imprenta Real, y en donde mandó se custodiasen estas laminas por personas inteligentes que cuidasen de sacar de ellas las copias ó estampas necesarias, á curo efecto considerando lo que influye en la perfección de ellas el estampado mandó construir tórculos, á los cuales se consiguió á fuerza de diligencias y de gastos despojarlos de los defectos que comunmente tienen estas máquinas. Desde entonces este establecimiento continuó aumentándose y dando nuevas pruebas de su utilidad hasta que en la invasión de los egércitos enemigos sufrió como los demás de esta capital, y aun los de toda España los menoscabos que son bien notorios, pero restablecido en el dia en cuanto lo han permitido las atenciones que tiene que dirigir el Gobierno á otros objetos te anuncia al público por este periódico en el que sucesivamente te dará cuenta de las estampas que se hallan de venta en él con la rebaja de sus precios que ha tenido á bien mandar S. M. que se hiciese beneficio de la instrucción pública que tanto anhela _ Las estampas son las siguientes: El Pasmo de Sicilia del original de Rafael de Urbino, grabada por D. Fernando Selma á 80 rs. vn. La bendición de Jacob á sus nietos del original del Güerchino, grabada por D. Rafael Esteve á 60 rs _La Caridad romana, del original de Murillo, grabada por D. Tomas López Enguídanos á 60 rs. Se continuará.

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Miscelánea de comercio, artes y literatura. 6/4/1820, página 3.

Señores editores de la Miscelánea : Muy señores mios. Hallándome preso en la Carraca de resultas de la causa que se me formó en el año de 1814 por algunos papeles calificados por los llamados jueces, de sediciosos, subversivos &c., escribí una epístola en verso, en contestación á las que en mejor prosa me dirígia cierta amiga.

Esto era entonces un desahogo amistoso y familiar, pero en el dia no era ya mi voluntad que se imprimiese aquella obrita. Sin embargo veo hoy andar en manos de los ciegos lo que ellos vociferan proclama de un señor imputado, acercóme, y ni mas ni menos leo Cloris, gloria y honor del sexo hermoso. En vano quisieira pintar á usted la agitación que me causó esta impudente usurpación de los derechos ágenos. Volé á la librería: pregunté quien había dado aquel papel á la prensa: me respondieron que D. José Asensio, grabador de cámara: pasé á su casa, y le previne que inmediátamente recogiese é inutilizase dicha edición, no solo por estar lastimosamente destrozada su poesía, como el mas torpe echará de ver, sino también y principalmente porque, cuando su autor, que nunca fue diputado no la imprimia y tendría razones poderosas para no hacerlo. Dicho señor Asensio me merece la justicia de creerle hombre muy dócil, pues inmediatamente envió recado al impresor para dicho efecto y espero quemará la edición, y no volverá a meterse en lo que no entiende, ni menos en imprimir obras agenas.

Estimaré señores editores, se sirvan insertar en su periódico estas cuatro letras, por si con ellas se puede hacer entender á algunos, que la libertad de imprenta no debe convenirse en libertad de manos y que nadie tiene jurisdicción para engordar con el sudor ageno. Manden ustedes á su constante lector y S. S.= Teodoro de la Calle, oficial de tesorería mayor. Madrid 1º Abril 1820.

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Miscelánea de comercio, artes y literatura. 14/4/1820, página 4.

Respuesta de José Asensio y Torres

http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0003969271&page=4&search=%22jose+Asensio%22&lang=es

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La Estrella, 38, 25 diciembre 1833 y 40, 28 diciembre 1833.

"Sobre el comercio de estampas extranjeras, papel, buriles, etc.".

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El Clamor público. 30/3/1847, página 3.

Cuando todas las naciones cultas han reconocido las ventajas que deben los pueblos al adelanto de las bellas artes, la nuestra las ha mirado como con el mayor desden, y los actos de su gobierno, lejos de protegerlas, han contribuido á su destrucción y aníquilamienio. Muchos ejemplos pudiéramos citar del abandono en que se encuentran algunas en nuestro país; pero solo nos haremos cargo con motivo del retraso en la publicación de la Guia de forasteros, del grabado en dulce próximo á desaparecer enteramente de España.

Para la Guia del año de 1846, se mandó grabar el retrato de S. M. al conocido artista don Vicente Peleguer, y no satisfecho el gobierno de la obra de este español, dispuso que se grabase en el estranjero el retrato que debe aparecer en la Guia del presente año. Semejante determinación escitó en nosotros la triste idea de la decadencia del arte , y diferentes veces hemos dudado si consistiría en la falta de artistas que á él se dedicasen, ó en la poca ó ninguna protección que á los mismos se dispensa. Recorriendo con este motivo su historia, hemos visto brillar á fines del reinado de Carlos III y en tiempo de Carlos IV, al célebre Carmona, cuya [ama fué europea, Selma, Enguidanos, Montaner y Ameller.

Pensionado Carmona en Paris por el primero de aquellos monarcas fueron tales sus adelantos, que antes de regresar á España mereció que Luis XVI le nombrase su grabador de cámara, obteniendo después igual recompensa de Carlos III, y siendo el maestro que produjo nuestros buenos grabadores desde el último tercio del siglo pasado hasta hoy. Fueron sus discípulos Selma , Ameller y don Rafael Esteve, que lo fué de Selma, habiéndose formado estos profesores en las copias que el gobierno de Carlos IV mandó hacer de los cuadros del Museo y Galería de hombres célebres. Esto prueba que la decadencia no dependa de que en la actualidad no haya talentos especiales, como los hubo siempre, sino de que estos no lucen, porque desde aquella época absolutamente nada se ha hecho por el gobierno en favor de los que se dedicaban a tan penoso y difícil arte.

Sin que pretendamos negar las ventajas que nos llevan los estranjeros en su perfección, debidas tanto al buen gusto como al adelanto hecho de 20 años á esta parte en los diversos métodos de proceder, es solo nuestro ánimo escitar el patriotismo y el espíritu de nacionalidad del nuevo ministro de Comercio, Instruccion y Obras públicas, don Nicomedes Pastor Diaz, á fin de que tome una medida que sacaria indudablemente al grabado del estado de abatimiento en que se encuentra. Pensiónense 2 ó 3 discípulos de la Academia, de aquellos que mas lo merezcan por su aplicación, sus adelantos y su buena disposición, con el objeto de que pasen á estudiar los métodos estrangeros, como ya se ha hecho respecto á otras artes. Esta determinación honrará sobremanera al que la realice, y no vacilamos en asegurar que trascurrido algún tiempo estarán los grabadores españoles á igual, si no mayor altura que los de Inglaterra y Francia.

Si el gobierno, desentendiéndose de estas indicaciones, continúa dispensando su proteccion esclusivamente a la pintura a la escultura, sin recordar que las grandes obras de esta clase estan llamadas a ser reproducidas en cobre o en acero, dandolas a conocer por medio del grabado, bien podemos afirmar que la última obra a buril español, digna de la admiracion de las personas inteligentes, será la copia del cuadro de Murillo, titulado Las aguas de Moisés, hecha por el conocido y laborioso don Rafael Esteve.

http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0002646054&page=3&search=Rafael+Esteve&lang=es

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El Clamor público. 10/10/1847, página 4.

GBABADORES CÉLEBRES.—Al dar parte un periódico de la tarde del fallecimiento del grabador de cámara Sr. Esteve, recuerda que á últimos del siglo pasado y principio del presente podia gloriarse España de tener como ninguna otra nación de Europa los mejores grabadores, entre los cuales se contaban los señores don Tomás Enguidanos.—Don Manuel Salvador Carmona.—Don Vicente Peleguer.— Don. B . Meller.—Don Rafael Esteve.—Don Fernando Selma.—Don Francisco Suria.—Don Manuel Peleguer.—Don Manuel Esquivel.—D. José Bonifacio.— Don Manuel Alegre.—Don Julián Mas.—Don Pedro Gasco.—Don Alejandro Blanco Asensio.—Don Manuel Braudo.—Don Vicente Pascual Pérez.—Don Manuel Albuerne y otros. De tantos eminentes grabadores, añade nuestro colega, no recordamos quede mas que el instruido profesor de grabado don Vicente Peleguer, único que se ocupa en el dia en una obra digna de su buril, y cuyo asunto tan conocido y celebrado por los inteligentes es el cuadro de Santa Isabel curando á los pobres, del inmortal Murillo, que posee la Academia: el dibujo se puede decir que está hecho tan á conciencia, que conserva todo el carácter de Murillo, que es cuanto se puede desear; por lo que no dudamos que concluida la lámina será una verdadera obra maestra. Sentimos que don Vicente Peleguer tenga la edad un poco adelantada, pues seria sin duda una desgracia que falleciese sin concluir

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La Ilustración católica. 5/7/1884, n.º 19, página 10

Historia del grabado por Domingo Martínez

http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0003159369&page=10&search=%22Rafael+Esteve%22&lang=es

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La Ilustración ibérica (Barcelona). 16/8/1884, página 6.

Exposición Nacional de Bellas Artes 1884

Entre los grabados que más llaman la atención merece citarse el conocido de Doña Juana la Loca (cuadro de Pradilla), grabado en cobre, por Maura y Montaner, de Palma de Mallorca, premiado con medalla de primera clase en 1876 y con medalla de arte en Viena y Filadelfia, caballero de Carlos III y comendador de Isabel la Católica.

Está también muy bien ejecutado un Retrato de Rafael Esteve (perteneciente á la Calcografía Nacional), grabado á buril, por Franch y Mira, de Valencia, profesor de la escuela de Bellas Artes de aquella capital y premiado con varias medallas.

Del mismo son otros tres retratos en acero, á buril y á punta y ruleta, todos dignos de atención y que demuestran que el señor Prancli es un buen maestro en el grabado.

Jesús, niño, disputando con los doctores (cuadro del Veronés), grabado en cobre por D. Federico Navarrete y Hos, de Valencia, es un grabado muy dulcemente hecho.

No lo es tanto El Cristo de Velázquez, grabado en lámina de cobre por Lemus Olmo (don Eugenio), de Torrelavega, premiado en 1871 con tercera medalla, comendador de la orden de Isabel la Católica y regente de la Calcografía Nacional.

En aguas-fuertes es muy notable La Giralda de Sevilla y el Portal de la catedral de la misma población, de Hermán Haig, natural de Golhand (Suecia), premiado con medalla de tercera clase en la exposición de París de 1882.

También es digno de atención el Interior de la catedral de Chartres, (Francia), del mismo autor.

Manuel Pla y Valor

http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0001333861&page=6&search=%22Rafael+Esteve%22&lang=es

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La Ilustración católica (Madrid). 15/12/1887, n.º 35, página 10.

ARTE RELIGIOSO

[...]

El arte del grabado ha sufrido, en el período que nuestro estudio abarca, una completa transformación. Desde el grabado á buril hasta los procedimientos mecánicos, hoy tan en boga, pasando por la litografía y el grabado en madera, que tan gran servicio ha prestado á la tipografía, media enorme distancia. Y , sin embargo, todos los géneros, todos los procedimientos de grabar, merecen altísima consideración y ser incluidos desde luego en el estudio que al Arte religioso moderno consagramos.

En los fines del siglo xviii y primeros años del actual, contrastando con la decadencia del arte pictórico, aparecen grabadores de tanta importancia como Ametllcr, Salvador Carmona, Selma, López Enguídanos y Esteve.

AMETLLER, uno de los primeros discípulos, y director después, de la Real Academia de San Fernando, ofrece en la brillante serie de sus obras las reproducciones del San Gregorio el Maino, de Rivera; la Santa Rosa, de Murillo; la Virgen con su Hijo en brazos, del mismo; El dulce sueño de Jesús, El Niño Dios, San Juan Bautista, El Corazón de Jesús y tantas otras. Su trabajo llegó á ser tan apreciado, que una de sus láminas adquirida por la Real Calcografía obtuvo el precio de 90.000 reales.

D. MANUEL SALVADOR CARMONA es acaso la figura más interesante en el arte del grabado. Retratos, orlas, billetes de Banco, la Historia sagrada y la profana, la ilustración de numerosas obras de viajes, antigüedades, todo lo abarcó el que, hijo de modestísima familia de Nava del Rey, llegó á los puestos más preeminentes del arte. Sus láminas de devoción son: La Resurrección del Señor, de Vanlóo; La Virgen con el Niño, de Van-Dick; Nacimiento del Señor; La adoración de los pastores; San Juan Bautista y la Magdalena, por Mengs; Jesucristo en la Cruz, por Velázquez; una Sacra Familia, de Mengs; un Nacimiento, del mismo autor; La Concepción y El San José, de Murillo; Santa Casilda con el rey moro su padre, de Maer; San Antonio de Padua; El Cristo de la Paz; San Francisco de Asís, por dibujo de Castillo; San Pedro de Alcántara, de Gutiérrez; San Bruno, copia de la estatua de Pereyra; La Magdalena de Edelinke; La Magdalena junto al sepulcro del Señor, de Guerccino; Santa Rita; San Antonio de Padua, Nuestra Señora de la Consolación; San Isidoro; La Virgen en su viaje d Egipto. Los últimos años de la vida de Carmona fueron muy tristes por el precario estado del país y haber perdido hasta la exigua pensión de 300 ducados que desde 1790 le tenía asignada la Imprenta Real con la obligación de hacer los retratos y portadas de la Guia de Forasteros.

El valenciano D. FERNANDO SELMA, sin lograr la altura de Carmona, es igualmente digno de consideración. Sus obras religiosas más conocidas son: La Sacra Familia, conocida por La Perla; La Virgen del Pez; el San Ildefonso, de Murillo; El Pasmo de Sicilia, de Rafael; El Nacimiento del Hijo de Dos, de Bayeu; Una Dolorosa; La Adoración de los pastores; La cabeza de San Pablo; El Santísimo Cristo de la Salud de la Habana; Nuestra Señora de los Siete Dolores, según Mengs; La Virgen de las Angustias; Jesús Salvador del mundo, y San Pablo Apóstol.

D. TOMÁS LÓPEZ ENGUÍDANOS, también valenciano, brilló más en el género histórico y de retratos, pero bastan para asignarle lugar preferente en nuestra reseña las láminas que abrió para la Biblia de D. Manuel Ribera.

Cierra la marcha en el período del grabado artístico más brillante el valenciano D. RAFAEL ESTEVE, á quien se debe Una Dolorosa, por dibujo de Don Vicente López; Nuestra Señora del Rosario, de Carlos Maratí; Nuestra Señora de la Contemplación, según Guido Renil, y principalmente la admirable plancha del cuadro de Murillo, conocido vulgarmente por el nombre de Las aguas de Moisés, y que constituye por sí sola glorioso timbre del arte español y ejecutoria que coloca al artista valenciano en primera línea entre los más famosos.

Grabadores en acero y también de la buena escuela pudieran citarse en esta reseña muchísimos, entre los que mencionaremos únicamente los nombres de Alabern, Alcaide, Alegre, Alós, Asensio, Ballester y Blas, Blasco, Carnicero, Carrafa, Esquivel Sotomayor, Estruch, Franch, los dos Gangoiti, Jimeno, Gómez Navia, Hernández, Noseret, Hortigosa, Maura, Martínez (1). Domingo), Moreno Tejada, Navarrete, Peleguer, Pí y Margall, Roca, Rocafort, Roselló, Sala, Suria, Vargas y Vázquez.

Todos éstos, impresos al pié de numerosas láminas de devoción, merecían seguramente mayor detenimiento por nuestra parte en el examen y juicio de sus trabajos; pero las dimensiones adquiridas por el nuestro nos obligan á la simple enumeración de sus nombres.

La litografía, introducida en España por D. José Madrazo, el fundador, digámoslo así, de la gloriosa dinastía artística que tan alto sostiene hoy su crédito, y los ensayos, tímidos en un principio, tal vez sobrado atrevidos más tarde, en el grabado en madera, marcaron nuevos rumbos al arte generalizando sus productos y combinándolos con la litografía.

No es dable, por esta misma causa, especificar detalladamente la producción de los grabadores en madera: los Museos, Ilustraciones y Semanarios, la novela y la historia ofrecen en sus páginas relevantes pruebas del mérito de los mismos. Por eso han llegado á ser familiares para los lectores los apellidos de los Sres. Aliot, Batanero, Benedicto, Boada, Boix, Brandi, Burgos, Buxó, Capilla, Capuz, Carboncll. Carretero, Casteiló, Chamorro, Cibera, Coromina, Cruz, Dordal, Fatjó, Gastón, Jordán, Laporta, Llopis, Manchón, Maré, Martí, Masi, Molina, Noguera, Ortega, Rico, Severini, Sierra, Tarazona, Tubáu, Traver, Vela, Viaplana, y tantos otros que por olvido, y no por voluntad, dejamos de consignar en estas líneas.

Hoy, haciendo la competencia industrial al grabado el relieve en cinc, la fototipia, el fotografo y otros sistemas, no es fácil predecir hasta dónde se llegará en la reproducción de la naturaleza y del arte; pero de entre las varias etapas recorridas, se conservarán siempre como un monumento digno de consideración los grabados á buril sobre la dura plancha de cobre ó de acero

M. de A.

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