En este módulo usted tendrá la oportunidad de conocer a los Profetas Menores. Tal vez usted ya ha leído estos libros y no ha comprendido su propósito o la razón de su existencia. Estudiando a los Profetas Menores, usted comprenderá el celo de Dios por su Palabra, descubrirá los propósitos divinos en relación a la palabra profética y entenderá la magnitud de la misericordia salvífica de Dios, su justicia, rectitud y la retribución por los pecados. Esperamos que en el trascurso de este tema seamos bendecidos por Dios y crezcamos en la gracia y el conocimiento de su Palabra.
El editor
La profecía representa una forma de comunicación entre Dios y su pueblo. El Antiguo Testamento revela que Dios utilizó ese medio varias veces para hablar con su pueblo. El autor de Hebreos nos dice esta verdad: "Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo" (He. 1.1 ,2).
Más allá de representar un modo de Dios hablar con su pueblo, la profecía, se refería también al anuncio previo de acontecimientos futuros. Los profetas de Dios recibían el mensaje del Señor, inspirado por el Espíritu Santo, y la transmitían al pueblo (JI. 2.28; Mi. 3.8; Zac. 7.12). Las predicciones constituían una parte importante del ministerio profético. ll - LOS PROFETAS
El profeta desempeñaba su ministerio hablando de acontecimientos presentes y pasados. Instruía al pueblo a seguir los caminos del Señor. Predecía el futuro, no en forma de adivinanzas como hacen hoy los adivinos y místicos, por medio de las cartas del tarot, de los buzios, de numerología, de la astrología, etc., pero por medio de la Palabra de Dios. (Is. 5.11.13; 38.5-6)
El profeta era una persona escogida por Dios para ser un portavoz suyo recibiendo y transmitiendo mensajes divinos, en la forma oral, visual o escrita Dios se revelaba a los profetas a través de sueños, visiones, ángeles, acontecimientos especiales o incluso a través de una voz audible.
La palabra griega que significa profeta es "prophetes" que significa, aquél que habla en el nombre de Dios, o interpreta su voluntad al hombre. La palabra está formada por la unión de dos palabras griegas: "pro" que significa (antes, o en nombre de); "Phemi" (hablar), esto puede tener tanto el sentido de alguien que habla en lugar en lugar de otro, un intérprete, especialmente de la voluntad de Dios, o, aquél que habla antes. Es la segunda aplicación de este término que se ha observado últimamente, con más intensidad 2.3 - Hombres sujetos a Dios
Los profetas tenían una relación directa con Dios. Eran hombres santos que habían entregado sus vidas exclusivamente al servicio de Dios. Hombres de oración, que vivían en plena comunión con el Señor. Dios les confiaba sus propósitos (Gn. 15.1-8). La profecía no era producida por voluntad humana o por necesidades particulares, sino por la voluntad de Dios. Los profetas no tenían la facultad de hablar en el nombre de Dios. Pero, en momentos especiales, Dios se manifestaba a ellos. Esto lo podemos ver en las siguientes declaraciones de los profetas: "...vino palabra de Jehová..." (1 Jn 1.1; Zac. 1,7; Hag. 2,20); me mostró una visión a mí..." (Dn- 8.1; Abd. 1); "Oíd ahora lo que dice Jehová..." (Mi. 6.1).
Dios todavía habla a través de la profecía, pero necesitamos tener cuidado con las personas que hablan en el nombre de Dios, sin haber recibido una palabra de él.
Los libros proféticos componen un conjunto de 17 libros. Los cinco primeros son conocidos como Profetas Mayores, mientras que los 12 últimos son conocidos como Profetas Menores. La expresión "Profetas Menores" fue adoptada a finales del siglo IV. En la Biblia Hebrea los doce Profetas Menores son contados como un solo libro.
Los Profetas Menores son así llamados no porque sean menos importantes o menos inspirados que los libros llamados Profetas Mayores. Ellos son así llamados porque sus mensajes han sido más sucintos que los mensajes entregados por los Profetas mayores.
Las profecías pronunciadas en estos libros poseen, en general, dos aplicaciones prácticas: una para los días en que el profeta y sus contemporáne0S estaban viviendo, y la otra para los días venideros.
Es importante entender las circunstancias históricas y culturales experimentados por los profetas menores. Observamos en esos libros al menos cuatro puntos cronológicos:
1. LOS DÍAS DEL PROFETA
2. EL PERÍODO DEL CAUTIVERIO Y DEL REGRESO
3. LA PRIMERA VENIDA DEL MESÍAS
4. EL REINO MESIÁNICO
Los profetas Jonás, Amós y Oseas, desempeñaron sus ministerios en el reino del norte (Israel). Abdías, Joel, Miqueas, Nahum, Sofonías y Habacuc en el reino del sur (Judá). Hageo, Zacarías y Malaquías fueron profetas postexílicos.
Hay al menos cuatro temas básicos que son comunes en todos ellos:
1. LA EXPOSICIÓN DE LAS PRÁCTICAS PECAMINOSAS DEL PUEBLO;
2. UN LLAMADO AL REGRESO A LA LEY MORAL, CÍVICA Y CEREMONIAL DE DIOS;
3. ADVERTENCIA EN CUANTO A LA VENIDA DEL JUICIO;
4. LA VENIDA DEL MESIAS Y LA RESTAURACIÓN DEL PUEBLO DE ISRAEL.
Para comprender a los Profetas Menores, es necesario tener una visión general de estos libros, conocer su mensaje principal y el propósito de cada uno de ellos. A continuación, se muestra un resumen del contenido de cada libro:
Oseas — Pecados de Israel representados por la infidelidad de la esposa de Oseas - Gomer, en contraste con el amor de Dios hacia aquella nación.
Joel - El gran día del Señor figurado por una plaga de langostas y una invasión militar que se avecina.
Amós - Advertencia en ocho pronunciamientos de juicio y cinco visiones de la inminente ruina del pueblo de Israel.
Abdías - Juicio de Dios contra Edom. La destrucción total de la nación se dará a causa de su vanagloria y maldad contra Israel, y por negarse a actuar como guardián de su hermano.
Jonás - Lección de la compasión y misericordia de Dios hacia los que se arrepienten.
Miqueas - Retribución divina por los pecados de Judá e Israel. Pactos de Dios recordados. El juicio será ejecutado, pero, finalmente, habrá perdón y restauración para la nación judía en el futuro reino del Mesías.
Nahum - Predicción de la caída de Nínive, después de 125 años de la manifestación de arrepentimiento de esa ciudad ante la predicación de Jonás. Nínive volvió a los antiguos pecados de idolatría, impiedad y brutalidad.
Habacuc - Cuestionamiento del profeta respecto del por qué Dios no tornó la providencia sobre los pecados de Judá. Después de la respuesta divina nuevo cuestionamiento del profeta, ahora respecto al por qué de Dios utilizar a una nación impía para traer juicio. Después de la segunda respuesta, el profeta exalta al nombre del Señor.
Sofonías -Anuncio de la llegada del Señor como un día terrible de juicio y bendición, El juicio vendrá sobre Judá y las naciones gentílicas que se recusan a buscar al Señor. Un remanente exultará al Señor.
Hageo - Exhortación a los Judíos que volvieron del exilio en el sentido de que reconstruyesen la casa del Señor. El pueblo no estaba disfrutando de las bendiciones por no haber priorizado las cosas de Dios. Promesas de que la gloria del segundo templo sería mayor que la del primero.
Zacarías - Incentivar la reconstrucción del templo. Visiones, mensajes y temas relacionados con la venida del Mesías.
Malaquías - Exhortación contra la falsa religiosidad del pueblo. El juicio vendrá sobre el impío que es comparado con la paja. Pero la bendición vendrá sobre aquél que teme al Señoc El precursor del Mesías (Juan Bautista) vendrá.
A continuación, presentamos el tema central de los 12 libros, basado en el Comentario de la Biblia Pentecostal (CPAD).
LIBRO______________________________TEMA CENTRAL
Oseas ________________________________El Juicio Divino y el Amor de Dios
Joel __________________________________El gran y terrible día del Señor
Amós _________________________________Justicia, Rectitud y Retribución Divina por el Pecado
Abdías ________________________________El Juicio de Edom
Jonás _________________________________La magnitud de la misericordia salvífica de Dios
Miqueas _______________________________Juicio y Salvación Mesiánica
Nahum ________________________________La Destrucción Inminente de Nínive
Habacuc _______________________________Vivir Por Fe
Sofonías _______________________________El día del Señor
Hageo _________________________________Reedificación del Templo
Zacarías _______________________________La conclusión del templo y las promesas mesiánicas
Malaquías ______________________________Acusaciones de Dios contra el judaísmo posexílico
Los acontecimientos históricos registrados en los Profetas Menores ocurrieron en un período de aproximadamente 410 años, que va de 800 a 435 a.C. Los libros no están ordenados cronológicamente. De acuerdo con algunos estudiosos de la Biblia, la cronología de estos libros sería la siguiente: Abdías, Joel, Jonás, Amós, Oseas, Miqueas, Nahum, Sofonías, Habacuc,
Algunos investigadores, a ejemplo de Bruce Wilkinson & Kenneth Boa, adopta el siguiente orden:
LIBRO _____________________________________AMBITO DE ACCIÓN
Abdías __________________________________________840 a.c.
Joel ____________________________________________835 a.C.
Jonás __________________________________________760 a.C.
Amós __________________________________________755 a.C.
Oseas __________________________________________740 a.c.
Miqueas ________________________________________730 a.C.
Nahum _________________________________________660 a.C.
Habacuc ________________________________________607 a.C.
Sofonías ________________________________________625 a.C.
Hageo __________________________________________520 a.C.
Zacarías ________________________________________515 a.C.
Malaquiaz _______________________________________430 a.C.
Es importante comprender lo mucho que Dios es celoso de su palabra. Incluso cuando se trata de una palabra dura de advertencia, o de anuncio de un castigo. El contenido y la intención de la profecía apuntan al cuidado que Dios tiene por su pueblo. El escritor de Hebreos dice: "Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. " (He. 12.6) En el libro de Apocalipsis Jesús confirma esto cuando habla a la Iglesia de Laodicea: "Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. " (Ap. 3.19).
En los Libros proféticos, nos encontramos con muchas palabras de juicio y condenación. Sin embargo, descubrimos que generalmente, después una dura advertencia existe un llamamiento al arrepentimiento. Siempre ha; una palabra de Dios; palabra de consuelo y restauración,
De esta manera, es imprescindible que percibamos que el mensaje fetico no solamente significa condenación por el pecado, sino, sobre todo consuelo y providencia por la gracia de Dios. Dios es un justo juez.
'Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo..." (He. 1, 2).
"Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará." (Os. 6.1)
Los acontecimientos históricos a que se refiere el libro de Oseas cubren un período de aproximadamente 60 años. Oseas era un profeta del reino del norte (Israel). Fue contemporáneo de Amós, Isaías y Miqueas en Judá. Su ministerio fue el más largo de todos los ministerios proféticos.
¡El nombre Oseas significa “salvación! El ministerio de Oseas fue ejercido durante el reinado de Uzías (767 - 739 a.C.), Jotán (739 - 731 a.C.), Acaz (731 - 715 a.C.) y Ezequías (715 - 686 a.C.). Varias veces el Nuevo Testamento menciona o hace alusión a las profecías de Oseas: Ro. 9.25-26; 2 Co.6.18; 1 P. 2.10; Mt. 9.13; 12.17, etc.2
A. El nacimiento de los tres hijos (1.3-9)
1 El adulterio de Israel (2.2-5)
2. El juicio divino (2.6-13)
3. Promesa de restauración de Israel (2.14-23)
B. La redención de Gomer (3.1-5)
A El falso arrepentimiento de Israel (5.15-6.3)
B. El registro de los pecados de Israel (6.4-8.6)
1, Se niegan a confiar en Dios y obedecerlo (6.11 7.16) 2 Servir a falsos dioses (8.1-6)
C. La Predicción del Juicio de Israel (8,7 - 10.15)
1. La prosperidad se perderá (9.1-9)
2. La Nación será destruida (10.1-15)
D. El amor y persistente de Dios hacia Israel (11.1-11) La E. El cuidado pasado de Dios y su ira presente (131-16) 1, La idolatría de Israel (13.1-3)
1. El llamado al arrepentimiento (14.1-3)
2. La promesa de bendiciones abundantes (14,4-9)
El libro de Oseas trata de una historia de amor y fidelidad solamente unilateral. El profeta se casa con una mujer que se vuelve infiel y que corre en busca de otros amores. La tragedia personal de Oseas se convierte en una representación de la situación caótica de Israel.
El libro relata la experiencia del profeta en su matrimonio. Su matrimonio con Gomer representa la relación entre Dios e Israel. "Los nombres de los tres hijos son señales proféticas a Israel: Jezreel ("Dios esparce"), Lo-Ruama ("No compadecida") y Lo-Ami ('t No mi pueblo").
El pueblo de Israel se negaba a oír la Palabra del Señor. Muchas veces Dios habla a través de señales y acciones simbólicas. A través de este ejemplo, Dios llama la atención del pueblo para mostrar que la nación de Israel se había desviado buscando a otros dioses.
Hay al menos dos cuestiones que se plantean en relación al matrimonio de Oseas:
• En primer lugar: De hecho, ¿Dios ordenó al profeta para casarse con una _mujer disoluta, o tienen solamente un simbolismo aquí?
En segundo lugar: si aquí se trata de una experiencia real, ¿Gomer ya estaba desenfrenada antes de casarse o cayó en la inmoralidad después del matrimonio?
Considerando que el matrimonio de Oseas representa la relación entre Dios e Israel, todo nos lleva a creer que la experiencia del profeta fue real. Por otro lado, creemos que al igual que Israel era puro en su relación con Dios, pero después vino la transgresión, Gomer también era joven virgen antes del matrimonio, que posteriormente entra en la prostitución, Considere la declaración bíblica: como en los tiempos de su juventud (Os, 2,13-15).
Oseas registra los pecados de Israel y sus consecuencias, Veamos la descripción de los principales pecados mencionados por el profeta:
El pueblo había violado todos los mandamientos de Dios (Os, 6. 4-10) Había un pacto establecido entre Dios e Israel. Este pacto fue firmado inicialmente con Abraham, Isaac y Jacob. Dios había prometido hacer de Israel una gran y poderosa nación. En Betel, Jacob prometió que Dios sería su Señor para siempre. (Gn. 2820,21), La parte de Dios en el pacto había sido cumplidas Israel, sin embargo, violó ese pacto, desviándose y siguiendo a otros dioses.
Hoy formamos parte de un nuevo pacto. El escritor a los Hebreos dice que [Cristo] es mediador de un nuevo pacto, para que los llamados reciban la promesa de la herencia eterna. (He. 9.15). Debemos tener cuidado de no violar el pacto y recordar que Dios es fiel: i'...Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió." (He, 10,23),
La apostasía es lo mismo que retractarse o abandono de la fe. El profeta señalaba que Israel había negado su fe en Dios y pasó a imitar a las naciones paganas (Os. 8.1-6).
Actualmente, el paganismo se perpetúa vestido de un nuevo ropaje podemos percibirlo en movimientos como la Nueva Era, las filosofías a ejemplo del Zen Budismo, Hare Krishna, o incluso en las tribus Góticos, Punks, etc. Dejar a Cristo para seguir estos grupos significa de la fe.
El profeta también muestra, como el pueblo de Israel se negaba en Dios y obedecerlo (Os. 6.11; 7,1-16). Desobedecer a Dios es falta y entendimient0& La desobediencia provoca graves consecuencias. El hace hincapié en que "El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos;" (Sal. 111.10).
La infidelidad de Israel se caracterizaba por la terrible idolatría (Os. 6). En aquella época había una fuerte tendencia al politeísmo (pluralidad dioses). Dios había hablado a su pueblo: "No tendrás dioses ajenos delante
En aquella época había una costumbre pagana de adivinación por medio de la posición de una nueva vara que era lanzada por tierra. Observe la declaración del profeta: "Mi pueblo consulta a su ídolo de madera, y ese pedazo de palo le responde; su tendencia a prostituirse los descarría; se prostituyen en abierto desafío a su Dios." (Os. 4.12 - NVI).
Todavía hoy existe esta tendencia enraizada en muchos corazones. Debemos tener bastante cuidado. En el caso de que se trate de bienes mate. riales, fama, dinero, familia, novio, o incluso los astros o estrellas de la música el deporte, el cine y la televisión, si se colocan encima de Dios en nuestras vidas, se convierten en idolatría Jesús enseñó: "Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. " (Mr. 12.30).
Además de los pecados descritos anteriormente, Oseas muestra, en el capítulo 4, que la falta de verdad había concebido la mentira y el robo, mientras que la falta de benignidad había concebido el homicidio (w 1-3), por eso la tierra se lamentaría (v.3). Entonces el profeta hace un vínculo entre los pecados del pueblo y los sacerdotes: "... Y será el pueblo como el sacerdote... " (versículo 9). Por último, muestra las consecuencias de tales actos: "Comerán, pero no se saciarán" (u 10).
Oseas podía sentir un poco de la tristeza de Dios a través de su terrible experiencia con Gomer. Esta lo había abandonado y se prostituyó. Como consecuencia, fue vendida por sus amantes en un mercado de esclavos. Oseas, sin embargo, la redime y la restaura (Os. 3.2). El pecado lleva a la persona a un estado de degradación y vergüenza. Pero Dios, por su amor desea redimir y restaurar a todos los que se vuelvan hacia El.
Dios reprueba al pueblo junto a los sacerdotes y príncipes y anuncia la venida del juicio. En este sentido, el profeta resalta el alto precio de la infidelidad:
El profeta mostraba cómo Israel sería despojado de todos sus dones Y cómo la tierra sería transformada en una gran desolación (Os. 9 - 13). El pecado resulta, a menudo, en pérdidas irreparables.
Oseas recuerda que el pueblo obtendría lo que habían sembrado: "Porque sembraron viento, y torbellino segarán..." (Os. 8.7a), No hay que olvidar que debemos sembrar solamente lo bueno. Porque: “Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará" (Gá. 6.7)..….todo lo que el hombre sembrare eso también segara.
La tierra de Israel, que antes fluya leche y miel, ahora sería devastada; se convertiría en estéril, "...no tendrán mies, ni su espiga hará harina; y si la hiciere, extraños la comerán. " (Os, 8,7). Las embazadas abortarían y sus pechos se tornarían secos (enjutos) (Os. 9.14,16). Haciendo una analogía a la vida espiritual, podemos concluir que la infidelidad genera esterilidad espiritual. La persona se convierte en una rama infructuosa, Cristo advierte: " Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador, Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado, " (Jn. 15.1-3).
Israel vivía un momento de decadencia moral. Aquel pueblo había dejado el conocimiento de la verdad y seguía por senderos errantes, hasta el colmo de Dios exclamar: "Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento" (Os. 4.6a).
Aunque Dios juzga los pecados de Israel Él ofrece oportunidad para el arrepentimiento. Dios desea sanar y restaurar a su pueblo. Observe la declaración del profeta: "Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará. " (Os, 6.1). Israel había rechazado el bien y negado al Señor, El que no "conoce a Dios" está en riesgo de no distinguir el bien del mal, dejando de repudiar las cosas que desagradan a Dios. El profeta muestra las consecuencias drásticas de rechazar el conocimiento de Dios, e insta a las personas a conocer al Señor: 'Y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos... " (Os. 4.6). "Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová" (Os. 6,3),
El profeta mostraba que el pueblo necesitaba conocer mejor a Dios. "Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová" (Os. 6.3). A través de este conocimiento, las personas serían capaces de darse cuenta de que Dios odia el pecado, pero su gran amor es capaz de ofrecer el perdón y la restauración de su pueblo, "Vuelve, oh Israel, a Jehová tu Dios; porque por tu pecado has caído.., Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia; porque mi ira se apartó de ellos" (Os. 14,1 ,4),
La profecía de Oseas fue un intento do llover al pueblo al arrepentimiento antes cederle de abundantes que viniera bendiciones el juicio do Dios, y mucha Dios prosperidad: prometo restaurar a Israel y concederle abundantes bendiciones y mucha prosperidad y florecerán como la vid… “(Os. 14:7B)
Las profecías de Oseas muestran el precio de la infidelidad el profeta comprara la situación de Gomer con la nación de Israel. Gomer se prostituyo desviándose del Señor. En consecuencia, vivió una situación degradante se convirtió en esclava, fue humillada, despreciada y avergonzada, De la misma manera, Israel se había desviado, violando los preceptos del Señor, abandonando la fe, haciéndose desobediente e idólatra. Las consecuencias la desolación, la improductividad en la tierra y la destrucción, Muchas veces, el pecado, como ya hemos dicho, resulta en pérdidas irreparables,
Por fin, Oseas convoca al pueblo al arrepentimiento y muestra el amor y la misericordia de Dios hacia los que se arrepienten.
Dios conserva su amor hacia nosotros, aun cuando fracasamos, Sufrimos las consecuencias cuando persistirnos en desobedecerle o cuando rechazamos su amor redentor. Pero cuando nos volvemos hacia Él, somos perdona. dos y restaurados.
"Tocad trompeta en Sion, y dad alarma en ni santo monte; tiemblen todos los moradores de la tierra, porgue viene e/ día de Jehová, porque está cercano'(Jl. 23)
El ministerio profético de Joel se dio en el momento en que Isael saba un período crítico, ocasionado por la inminencia de una invasión militar extranjera y por dos calamidades naturales: una terrible seguía y una invasión de langostas voraces que devastaban la tierra, destruyendo toda la cosecha y trayendo el hambre general. Joel se utiliza de estos hechos para advertir a Judá sobre su necesidad de convertirse al Señor, llamando al pueblo a quebrantar el corazón y humillarse ante el Señor, pues el juicio de Dios sería inevitable.
El nombre de Joel significa "Jehová es Dios Se cree que, además de ejercer el ministerio profético, Joel ha desempeñado el ministerio sacerdotal, porque se refiere varias veces al sacerdocio (JI. 1:13-t4; 2.t7). En la el profeta Joel sólo es conocido en su libro. No hay otros registros bíblicos acerca de él. Sin embargo, se mencionan directamente sus profecías en el Nuevo Testamento, por ejemplo, cuando se dio la venida del Espíritu "Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes veten y vuestros ancianos soñarán sueños; y de cierto sobre mis sienes y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán, prodigios arriba en el cielo, y señales abajo en la tierra, sangro y fuego y vapor de humo; el sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, grande y manifiesto; y todo aquel quo invocare el nombre del Señor, será salvo. "(Hch. 2.17-21). O indirectamente, cuando se hace referencia al día del Señor. Las señales apocalípticas en los cielos descritos en Joel 230,31 que, según el profeta, ocurrirían al final de los tiempos, fueron recordados por el apóstol Pedro en Hechos 2.1920, referidos por Jesús en Mateo 24.29 y por Juan en Palmos (Ap. 6.12-14). Algunos interpretes dicen que Joel ha sido contemporáneo del profeta Eliseo.
En el libro de Joel no hay referencia a ningún rey, o acontecimiento rico, que pueda determinar el período de su ministerio. Se cree que fue ejercido durante el reinado de Joacaz (835 - 796 a.C.).
I. LA CALAMIDAD ACTUAL DE JUDÁ (1,2-20) A Una plaga devastadora de langostas (12-12)
B. El Llamado al arrepentimiento (1 ,13, 14)
C. La Situación desesperadora de Judá (1.15-20)
II. LA IMINENCIA DE UN JUICIO TODAVÍA MAYOR (2.1-17)
A Un ejército amenazador para Judá (21-11)
III. EL FUTURO DÍA DE JEHOVÁ (218-3,21)
A. Promesa de Restauración (2,18-27)
B. Promesa del derramamiento del Espíritu Santo (2,28-32)
C. Promesa del Juicio y de Salvación (3,1-21)
1. Para las Naciones (3.1-15)
2. Para Sion (3,16-21)
El profeta ve, en las calamidades que sucedió a la nación judía, un aviso de/ Señor en relación al castigo final del mundo, y se refiere a ese día como "el día de Jehová".3 Joel muestra a la gente el juicio de Dios que se manifiesta en tres momentos diferentes: el juicio inmediato, el inminente juicio y el juicio fututo.
Observe cada momento específico:
Joel describe la situación caótica por la cual pasaba el pueblo judío y atribuye esa crisis a un juicio de Dios que había sido enviado para que los ancianos y el pueblo se volvieran al Señor (JI. I). Una nefasta nube
"El Día de Jehová"; se refiere tanto al juicio divino sobre Israel y otras naciones de la época también al día del Juicio Final que comprenderá la tribulación de los siete años y el regreso de para reinar sobre la Tierra. saltamontes (langostas) viene repentinamente y destruye, en cuestión de horas, toda la vegetación (JI. 1.4), dejando la tierra en completa desolación.
El profeta hace una alusión a las consecuencias de ese ultraje y destaca tres daños específicos causados por las langostas a la tierra de Israel:
Viñedos destruidos
Las viñas de Israel habían sido destruidas. "Asoló mi vid (Joel 1.7). La destrucción de los viñedos y el énfasis dado a la embriaguez podría hacernos creer que Dios juzgó a la gente por este pecado.
La embriaguez fue uno de los pecados específicos cometidos por los compatriotas del profeta y mencionado por él en su profecía. Joel llama la atención de los que están borrachos, "Despertad, borrachos, y llorad; gemid, todos los que bebéis vino, a causa del mosto, porque os es quitado de vuestra boca. (JI. 1.5).
Dios condena la embriaguez y la lujuria (Gá. 5.19-21, Ef. 5.18).
La adoración interrumpida
El campo estaba totalmente asolado, toda la vegetación había sido destruida, no había producción de grano: "El campo está asolado, se enlutó la tierra; porque el trigo fue destruido, se secó el mosto, se perdió el aceite. " (JI. 1.10).
Con la plaga, ya no eran más posibles las ofrendas de granos. Por lo tanto, el culto del Señor estaba haciendo daño, "Desapareció de la casa de Jehová la ofrenda y la libación; los sacerdotes ministros de Jehová están de duelo. " (JI. 1.9).
A veces, en los momentos de crisis, nuestra adoración es interrumpida. Parece que ya no encontramos motivos para alabar o adorar a Dios. Cuando esto sucede, necesitamos inmediatamente buscar la misericordia del Señor y la renovación espiritual para nuestras vidas. El pecado roba la alegría del creyente. El salmista David, cuando pecó, oró al Señor, diciendo: "Vuélveme el gozo de tu salvación..." (Sal. 51.12).
Hambre abrumadora
Posiblemente, éste fue el peor de los males que sobrevino a la nación judía. La crisis había cortado el medio de subsistencia del pueblo y el hambre asolaba a la tierra. "Confundíos, labradores; gemid, viñeros, por el trigo y la cebada, porque se perdió la mies del campo (...) todos los árboles del campo se secaron, por lo cual se extinguió el gozo de los hijos de los hombres. " (JI.1.11,12b).
El profeta Joel muestra la gravedad de la situación y usa esa calamidad para llamar la atención del pueblo a un juicio que está por venir. Anuncia la invasión de un ejército extranjero como parte de ese juicio (JI. 2.1-10). Se utiliza de un acontecimiento presente e inminente para alertar al pueblo de un acontecimiento futuro. Él ve la invasión de las langostas como un indicio de una invasión militar extranjera. Se muestra la gravedad de la condición por la expresión "día de tinieblas y oscuridad " (JI. 2.2). A continuación, describe el poder de destrucción de aquel ejército.
El profeta también predice la destrucción final de todos los enemigos de Dios y anuncia un juicio que tendrá lugar en el valle Josafat donde todos los hombres reconocerán que Dios es el Señor (JI. 3): "Despiértense las naciones, y suban al valle de Josafat; porque allí me sentaré para juzgar a todas las naciones de alrededor: " (JI. 3.12)
La advertencia profética tenía por finalidad llevar al pueblo al arrepentimiento (JI. 2.12-17). El profeta confiaba en la misericordia de Dios. Por lo tanto, espera que Dios salvaría aquella nación (JI. 2.13,14). Joel convocaba al pueblo a una restauración espiritual. Son estos los elementos básicos que caracterizaban aquella reparación, y que son mencionados por el profeta. (JI. 2.12).
Ayuno
"Proclamad ayuno, convocad a asamblea; congregad a los ancianos y a todos los moradores de la tierra en la casa de Jehová vuestro Dios, y clamad a Jehová." (JI 1.14)
El ayuno se practicaba en Israel:
1. COMO PREPARACIÓN PARA UNA CONVERSACIÓN CON DIOS (Ex. 34.28; Dt. 9.9; Dn 9.3);
2. CUANDO ALGUIEN SE SENTÍA OPRIMIDO (2 S. 1216-23; 1 R. 21.28,29);
3. CUANDO LA NACIÓN SE SENTÍA BAJO LAAMENAZA DE GUERRA Y LA DESTRUCCIÓN (Jue. 20.26; Est.4.16);
4. COMO RITUAL DE EXPIACIÓN (Neh. 9.1) ETC.
El ayuno es abstenerse de cualquier tipo de alimento durante un período de tiempo limitado. El ayuno no debe ser hecho sin propósito. Hay muchas personas que ayunan porque se habituaron o por sentirse obligadas a eso. Dios no acepta que hagamos algo por mera obligación, sino por voluntad propia. El ayuno debe ser practicado con sabiduría y sin exageraciones, para que no se llegue al estado de debilitación que comprometa la salud.
Clamor
Clamar es dar un grito, es suplicar con lágrimas o quejarse. Así pues, profeta describe el grito: "Ceñíos y lamentad, sacerdotes; gemid, ministros del altar; venid, dormid en cilicio, ministros de mi Dios; porque quitada es de la casa de vuestro Dios la ofrenda y la libación ... Entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes ministros de Jehová, y digan: "Perdona, oh Jehová, a tu pueblo, y no entregues al oprobio tu heredad. " (JI. 1.13; 2.17).
Quebrantamiento
Quebrantar es despojarse de sí mismo, humillarse, abatirse y romperse. Es evidente las palabras del profeta: "Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios..." (JI. 2.13).
Quizás exista algo para ser arreglado en nuestra vida. Un arreglo sólo es posible cuando se hace deliberadamente. Debemos, ante todo, reconocer que Dios nos ama. Él "...misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia... " (JI. 2.13b), capaz de perdonar y restaurar nuestras vidas.
Joel muestra que el día del Señor será un día de terrible juicio sobre todas las naciones y pueblos que desobedecieron o se rebelaron contra Dios. Pero será un día de bendiciones para aquellos que confiaron en el Señor.
Dios promete un alivio inmediato de los problemas: "Y Jehová, solícito por su tierra, perdonará a su pueblo" (JI. 2.18). A continuación, promete enviar días de prosperidad. El profeta dice: " ..porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio. Las eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán de vino y aceite. Yos restituiré los años que comió la oruga ... Comeréis hasta saciaros y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios... " (JI. 2.23-26).
Las bendiciones anunciadas para el futuro se referían a las bendiciones espirituales. Habría un derramamiento del Espíritu antes que suceda el juicio final. Joel muestra que Dios enviaría el Espíritu Santo al principio de los últimos tiempos para que su pueblo pudiera alcanzar su reino en el mundo. Esta profecía se cumplió en parte el día de Pentecostés, cuando los discípulos fueron bautizados con el Espíritu Santo (Hch. 2.1-21).
En su discurso, el apóstol Pedro menciona, literalmente, este pasaje. Todavía hoy, el Espíritu Santo se manifiesta en nuestras vidas.
Al considerar las declaraciones de Joel 2,30-31, algunos comentaristas apocalípticos concluyen que estas profecías no se cumplieron todavía, en su totalidad, y ni siquiera, se cumplieron en los días del profeta. Ellos derramaré justifican esta mi Espíritu posición mediante " (JI. 2.28) la con comparación el apóstol de Pedro: las palabras " derramaré de Joel: de " mi Espíritu (Hch, 2.17) Esto lleva a algunos expositores a creer que todavía habrá otro derramamiento mundial del Espíritu Santo, antes del gran día del Señor
El profeta también anuncia la restauración de Israel. "Pero Judá será habitada para siempre, y Jerusalén por generación y generación " (JI. 3.20).
Las profecías de Joel representan una alerta a la nación de Israel. Por medio de las calamidades que ocurrieron en aquella nación, muestran un juicio de Dios sobre los pecados del pueblo,
El profeta intenta sensibilizar a los ancianos y al pueblo para que se vuelvan al Señor. Muestra la misericordia y la compasión de Dios, y exhorta a todos al arrepentimiento.
Finalmente, habla de las bendiciones que vendrán como resultado de la conversión de la nación al Señor: Dios promete el alivio inmediato de las tribulaciones y, posteriormente, un derramamiento del Espíritu Santo, antes de que suceda el gran día del Señor.
Cuando el hombre se arrepiente y vuelve a confiar en el Señor, su vida es restaurada. Dios apacigua sus sufrimientos, le devuelve lo que se perdió, y lo lleno de bendiciones espirituales.
"Por tanto, de esta manera te haré a ti, oh Israel; y porque te he de hacer esto, prepárate para venir al encuentro de tu Dios, oh Israel." (Am. 4.12)
Este es uno de los libros más grandes entre los llamados "Profetas Menoreses El ministerio de Amós fue desempeñado durante el reinado de Uzías, rey de Judá y Jeroboam ll, rey de Israel.
El nombre Amos significa "cargador de fardos" o "el que lleva la carga" Amós era "Boquer o sea, boyero, criador de bueyes y vacas y "Shoqued" cultivador de sicómoros (higos salvajes), que eran usados en la alimentación del ganado. El ministerio de Amós fue desempeñado durante el reinado de Uzías, rey de Judá (792 - 740 a.C.), y Jeroboam ll, rey de Israel (793 753 a.C.).
Las profecías de Amós se mencionan en los siguientes libros del Nuevo Testamento: Mateo, Hechos y Romanos. Haga la comparación entre los textos: Am. 5.23-25 y Hch. 7.42; Am. y Mt. 2429; Am. 9.11-12 y Hch. 15.1618. '4 Amos era pastor y cultivador de sicómoro, procedente de Tecoa, una pequeña ciudad a unos diez kilómetros de Belén.
I. LA DECLARACIÓN DE DESTRUCCIÓN DE LAS NACIONES (1,3 - 2.16)
II. TRES MENSAJES PROFÉTICOS PARA ISRAEL (3.1-6.14)
A. El pecado de Israel lo convierte en reo del juicio venidero (3,1-15)
B. La corrupción de Israel está en todos los niveles (4,1-13)
C. El Justo Castigo de Israel será la destrucción y el exilio (5.1 6 14)
1, Israel se niega a buscar al Señor (5,4-17)
2. La depravada rebelión de Israel (5,18-27)
3. Reprensiones y ayes contra Israel (6.1-14)
III. CINCO VISIONES DE LA RETRIBUCIÓN VENIDERA A CAUSA PECADO (7,1 - 9.10)
A. Visión de las langostas (7,1-3)
B, Visión del Fuego Consumidor (7,4-6)
C- Visión de la plomada de albañil (7 ,7-9)
D, Vísíón de un canastillo de frutas (8,1-14)
E. Ruína del altar (9,1-10)
IV. RESTAURACIÓN FUTURA DE ISRAEL (9.11-15)
El profeta muestra los pecados de aquellas naciones y la gravedad del castigo que habría de venir sobre ellas. Sin embargo, deja explícito en sus palabras que Dios es longánimo, Esto se hace evidente en la expresión: 'Por tres pecados y por e/ cuarto utilizado por el profeta al mencionar el nombre de cada nación, Esta es una expresión idiomática que significa: "Por tus muchos crímenes" lo que indica que Dios ya había esperado demasiado por la gente, En su longanimidad, Dios no castiga inmediatamente los pecados del hombre, pero espera poder ofrecerle oportunidad de arrepentimiento, Hay personas que dejan escapar su última oportunidad,
Amós presenta la lista de pecados de cada nación y luego anuncia su castigo. El mensaje del profeta era de juicio y castigo casi sin alivio, Sin embargo, Amós muestra, al final de su libro, que Dios es longánimo y misericordioso.
A continuación, presentamos un breve resumen de los pecados de cada nación según se encuentran descritos en la Biblia Pentecostal:
Damasco (Siria)____________Crueldad (Am. 1.3-5)
Gaza (Filistea)_____________Tráfico de esclavos (Am. 1.6-8)
Tiro (Fenícia)______________Negociador de esclavos no tomando en cuenta el pacto (Am. 1.9,10)
Edom ___________________Un perpetuo y determinado sentir de venganza (Am. 1.11 ,12)
Amón ___________________Crueldad basada en la codicia (Am. 1.13, 15)
Moab ___________________Odio con violencia y venganza (Am. 24,5)
Judá ___________________Desprecio a las leyes de Jehová (Am. 2.4,5)
Israel ___________________Corrupción y opresión (Am. 2,5-16)
El profeta muestra que esas naciones serían juzgadas severamente. Pecado nacional exige un juicio nacional. La expresión "prenderá fuego" se refiere a la destrucción por el fuego. Fuego aquí es un símbolo de guerra. Aquellas naciones se volvieron corruptas, cometieron atrocidades y grandes injusticias. Por eso, serían destruidas por una terrible guerra y sus ciudades serían quemadas por el fuego.
Actualmente, muchos pueblos y naciones actúan de forma semejante, El mundo está repleto de injusticia, crueldad, violencia, opresión, corrupción, discriminación, etc. Sin embargo, un día, Dios ha de juzgar a todas las naciones.
En los siguientes versículos mencionados por el profeta, se encuentra la descripción del juicio de aquellas naciones:
Damasco (Siria) (Am. 1.3-5) - Damasco estaría abierta al enemigo y la nación entera sería quemada por el fuego de la guerra: "...Prenderé fuego* (v.4), ' Y quebraré los cerrojos de Damasco' (v.5a), "...y el pueblo de Siria será trasportado a Kir, dice Jehová" (v.5b).
Gaza (Filistea) - (Am. 1 ,6-8) -Al igual que le pasó a Damasco, el juicio de Gaza se extendería a toda la nación, El país sería visitado por los enemigos y asolado por el fuego de la guerra.
Tiro (Fenicia) - (Am. 1.9,10) - El tráfico de esclavos floreció entre los fenicios. Se cree que el pacto entre hermanos, mencionado por el profeta, se fiere al pacto entre Salomón y Hiram (v.9). El castigo de Tiro sería 01 mismo anunciado a las naciones anteriores (v. 1 0),
Edom - (Am. 1,11,12) - Edom había perseguido a su hermano, Israel, y violó toda la compasión (v. 11), Por eso, recibiría el mismo juicio hecho a las otras naciones.
Amón - (Am. 1.13, 15) - Para ampliar sus fronteras, Amón actuó brutal. mente, poniendo fuego en las fortalezas, matando a espada jóvenes y niños y abrieron por la mitad a las mujeres embarazadas (2 R, 8.12; Os, 12 16), Como consecuencia, la ciudad de Rabá, su capital, sería asaltada y destruida y el rey y los príncipes llevados en cautiverio.
Moab - (Am. 2.2,3) - El odio, la violencia y la venganza Moab serían juzgados, Sus ciudades y palacios serían quemados por el fuego.
Judá - (Am. 2.4,5) - El crimen de Judá fue contra Dios: "»„porque menospreciaron la ley de Jehová, y no guardaron sus ordenanzas" (v.4), El fuego destruiría sus ciudades y palacios.
Israel (Am. 2.5-16) - Israel era el principal blanco que el profeta quería alcanzar con su profecía. La corrupción y la opresión también serían juzgadas de la misma forma que sucedió a los demás pueblos,
A partir del tercer capítulo, Amós profiere tres discursos audaces específicos para el pueblo de Israel* Cada discurso comienza con la frase: "Oíd esta palabra..." (Am. 3.1). En cada mensaje, Amós destaca una de las actitudes que fueron tomadas por ese pueblo, pero que en nada agradaron a Dios,
En el primer discurso, Amós se queja de la ingratitud de Israel, y muestra cómo estas personas, a pesar de ser elegido nación de Dios, no quedaría impune frente a las injusticias que se habían cometido: "A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por todas vuestras maldades. " (Am. 3.2). Los israelitas pensaban que no serían castigados por el hecho de ser una nación escogida. Nadie debe considerarse mejor que los demás. Dios no usa dos pesas y dos medidas, pues Él es un Dios de justicia.
En el segundo discurso, Amós protesta contra la opresión a los pobres (Am. 4.1) y da a conocer la indignación del Señor contra esta actitud grotesca cometida por su pueblo (v. 12-14).
La cuestión del cuidado de los pobres y necesitados es tratada con mucho aprecio en la Biblia. Dios expresa un gran celo por los pobres, los necesitados, los oprimidos, las viudas, los huérfanos y los extranjeros. Las desigualdades sociales existentes en el mundo son de entera responsabilidad de los hombres y provienen de la maldad, la codicia y la avaricia de sus corazones.
Los cristianos primitivos tenían un cuidado especial con los pobres de tal manera que no había entre ellos ningún necesitado (Hch. 4.34). Debemos seguir a este ejemplo,
En el tercer discurso, Amós destaca la corrupción del pueblo. En aquella época, había prosperidad en la tierra, pero, además de los ricos explotando a los pobres exigiendo altos tributos (Am. 5,11), también afligían y atacaban a los justos (v. 12), y profanaban el culto al Señor (v. 21-26), La corrupción está relacionada con la depravación, el soborno y la desmoralización. Actualmente la corrupción se extiende en varios seguimientos de la sociedad. La impunidad contribuye a que las personas crean que serán siempre triunfantes como corruptos. Sin embargo, aunque los hombres no actúen con justicia, Dios, el justo juez, los juzgará brevemente.
Amós destaca la posición privilegiada de Israel, como nación elegida (Am 3.1 ,2), anunciando a continuación el inminente juicio contra esa nación, y declarando como sentencia su cautiverio (Am. 5.27). Israel no andaba de una manera digna de los privilegios y favores que Dios le había concedido. Por eso, su castigo sería mayor que el de los pueblos paganos, que no gozaban de los mismos privilegios.
Cuantos mayores sean los privilegios y oportunidades ofrecidos por Dios a una persona, más rígido será el juicio a que será sometida. Jesús dijo una vez que "...a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá." (Lc. 12.48b). A veces llegamos a ser ingratos, olvidando la bondad de Dios y todo lo que nos ha hecho.
En la tercera parte de su libro, el profeta Amós presenta una serie de cinco visiones que, en su naturaleza, son una representación de los designios de Dios, teniendo en cuenta la desobediencia de Israel.
Las cinco visiones anunciadas por el profeta fueron:
Visión de las langostas (Am. 7,1-3) - Las langostas representaban a los asirios que a menudo saqueaba a Israel, Visión del fuego (Am. 7.4-6) - Posiblemente el fuego representaba una terrible sequía que asolaría la tierra, Estos dos castigos no sucedieron a causa de la intercesión del profeta (Am. 7.5,6), Por medio de la oración, Dios puede cambiar incluso el curso de la historia. Por tanto, oremos siempre por nuestra
La visión de la plomada (Am. 7,7-9) - El plomo representa el juicio que se aplica de manera justa, Amós enfrentó oposición, mientras transmitía esta
Visión de un canastillo de frutas (Am. 8.1-14) El canastillo de fruta presentaba a Israel como las frutas demasiadas maduras de verano, a punto de pudrirse. En esta visión, Amós declara que habría un hambre espiritual en Israel (vv.11-14)
Visión de la rutina del altar (Am. 9.1-10) Esta última visión interpreta a un juicio final e inevitable sobre Israel. Llegó el momento crucial de la ejecución del juicio que había sido seguidamente anunciado,
Amós concluye sus profecías con una serie de promesas. En los últimos versículos se nos muestra a un Dios longánimo, que juzga con amor Promete restablecer el linaje de David, restaurar el trono davídico, renovar la tierra y restaurar a su pueblo: "...no destruiré del todo la casa de Jacob, dice Jehová
En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y cerraré tillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tierno 9-8,11).
Las profecías de Amós describen la gran e inefable justicia de Dios. Muestran cómo el mundo está repleto de injusticia, crueldad, violencia, opresión, corrupción y discriminación, Llaman la atención - principalmente a la nación de Israel - para el juicio de Dios contra los pecados del pueblo. Revelan que muy pronto, Dios ha de juzgar a todas las naciones.
El profeta declara que la impunidad contribuye a que las personas crean que, incluso involucradas en corrupción, serán siempre triunfantes. Sin embargo, Dios, el justo juez, ha de juzgarlas.
En su justicia, Dios no hace acepción de personas, sino que juzga a todos igualmente, El hecho de que Israel fuera una nación elegida no la hacía impune ante sus pecados,
La justicia de Dios no sólo condena a los pecados, sino que redime al pecador que se arrepiente, Dios es misericordioso. Juzga a todos con amor Y compasión, ¡Jehová es Dios de Justicia!
"Porque cercano está el día Jehová sobre todas las nociones; como tu hiciste se hará contigo; tu volverá sobre tu cabeza," (Abd, 1:15)
Este es el libro más corto del Antiguo Testamento. Pero, ciertamente, al igual que los demás libros, Abdías posee grandes mensajes de los cuales obtenemos preciosas lecciones. El libro de Abdías trata específicamente del pueblo de Edom, su violencia contra Jeda, su castigo y su extinción nacional. El propósito del libro es mostrar la ira de Dios contra los Edomitas y anunciar el juicio divino sobre aquella nación.
El nombre significa Adorador de Jehová" Nada se conoce del profeta Abdías. La narración del libro do Abdías no deja claro ningún hecho histórico quo haga alusión a la fecha en que el profeta ejerció su ministerio. Algunos creen que he sido alrededor del año 840 a.C. Otros dicen que probablemente fue después del año 586 a.C. año en el que la cuidad sagrada fue derrotada por los babilonios. La única alusión histórica se da cuando lo edomita se alegraron con la invasión de Jerusalén, e incluso tomaron parte en la división do los despojos (vv 11-14) Hay de que los profetas Joel, Amós y Jeremías) hicieron uso de su libro. Abdías son mencionadas; por:
> Jeremías -Abd, 1.1 y Jer. 49. 14, Abd, 1.2 y Jer. 49.15.
> Abdías -1.10y JI 3.3; Abd 1.15 y JI. 1.15; 6
> Amós —Abd. 1.18 y Am. 1.12 7
No hay menciones explícitas del libro de Abdías en el Nuevo Testamento
I. El JUICIO DE EDOM (1.1 - 1.14)
A La destrucción que vendrá sobre Edom (1.1 1.4)
B. La devastación será completa (1.5 — 1.9)
C. La alegría de Edom por las aflicciones de Judá (1.10 — 1.14)
II. EL DÍA DE JEHOVÁ (1.15- 1.21)
A Juicio de Edom y de otras naciones (1.15 — 1.16)
B. El lugar de Israel en el "Día de Jehová" (1.17 1.21)
1. Salvación para Israel (1.17 — 1.18a)
2. Destrucción para Edom (1. 18b)
3. Las fronteras alargadas de Israel como parte del Reino de Dios (1.19 -121)
Los edomitas eran descendientes de Esaú, hermano de Jacob. Esaú fue llamado Edom (rojo), a causa del guiso rojo de lentejas que Jacob le dio a cambio de su primogenitura. Este nombre recordaba la insensibilidad de Esaú por las cosas espirituales (He. 12.16). El nombre de Jacob se utiliza expresivamente en el libro de Abdías, en lugar de Israel, para recordar esa relación de parentesco que había entre las dos naciones. La maldad de Edom se caracterizaba por los siguientes actos:
Violencia (Abd. 1.10) - Los edomitas no desarrollaban un sentido de valor en esta relación fraternal con Israel. Antes, oprimían a los hijos de Israel y los trataban con violencia. Desde los tiempos del desierto, Edom impidió el paso de Israel por su territorio (Nm.20.20).
Crueldad El versículo 11 es una retrospectiva de la actitud de Edom antes de la destrucción de Jerusalén: "El día extraño entraban por sus puertas, y echaban suertes sobre Jerusalén, tú también eras como uno de ellos. " (Abd. 1.11 b). Edom se unió a los enemigos de Israel para destruir Jerusalén.
Odio Edom aborrecía y odiaba a su hermano. La Biblia es clara: "Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos." (1 Jn. 211), No debemos dejar el odio dominar nuestros corazones. Necesitamos perdonar a aquellos que nos ofenden y dejar que el amor de Dios sea derramado en nuestras vidas (Ro. 5.5).
Los edomitas se enorgullecían de su ubicación geográfica Edom se ubicaba en el Monte Seir, región montañosa al sur del Mar Muerto. Había un estrecho canal que daba acceso a su capital - Sela (Petra) -, que impedía la invasión de un ejército. Los edomitas se hallaban autosuficientes y poderosos, Dios, sin embargo, mostraba, a través de Abdías, como la soberbia los había engañado, pues Edom era pequeño entre las naciones y sería totalmente destruida. (Abd- 12,3).
La soberbia lleva al individuo a pensar que es superior a los demás. Soberbia es sinónimo de orgullo, arrogancia, altivez. La soberbia destruye al hombre. "La soberbia del hombre le abate" (PL 29.23), Dios condena a la soberbia.
Los edomitas eran indiferentes al sufrimiento y la angustia de los hijos de Israel: "que estando tú delante, llevaban extraños cautivos su ejército (Abd. 1.1 la). Vemos en esta actitud una omisión de socorro y una gran falta de sensibilidad ante el sufrimiento de los demás.
La Biblia es explícita cuando dice: "Y al que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado" (Stg. 4.17). No debemos ser omisos, pero misericordiosos con los demás. "Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia" (Mt. 5.7).
Sabemos que, solos, no podremos resolver los problemas sociales existentes. Pero debemos hacer siempre nuestra parte. Recordemos la anécdota sobre el incendio del bosque: Había un gran incendio que devastaba un inmenso bosque. Al contemplar aquella tragedia, una golondrina tomó la iniciativa de ir hasta el lago mojar sus alas y sacudirlas sobre aquel inmenso fuego, Alguien preguntó a la pequeña ave si, como aquella actitud, ella pretendía apagar aquel incendio. De inmediato respondió: "No, sin embargo, yo estoy haciendo mi parte' Si cada persona hiciera su parte, seguramente tendríamos un mundo mejor.
El día del Jehová una vez más es recordado. El profeta Abdías se a ese día, como un día de retribución a todas las naciones que se de Dios (Sal. 9.17). Día en que Dios será exaltado (Sal, 2.10,11). Abdías señala que Edom está entre las naciones que serán juzgadas (Abd. 1.15)
Abdías declara la destrucción y la ruina total de Edom, debido a su gancia y crueldad hacia Judá. Así se expresa el profeta:
"He aquí, pequeño te he hecho entre las naciones; estás abatido en gran manera. " (Abd. 1 ,2). "La soberbia de tu corazón te ha engañado" (Abd 1.3) “como has sido destruido! " (Abd. I ,5), "cómo fueron escudriñadas las cosas de Esaú! Sus tesoros escondidos fueron buscados. " (Aba 1.6), "Y tus valientes, oh Temán, serán "amedrentados..." (Abd 1 Q ). y serás cortado para siempre" (Abd- 1.10). ...como tú hiciste, se hará contigo "(Abd. 1.15)
El profeta Abdías muestra que Dios habría de retribuir a Edom ya las demás naciones, de acuerdo con el tratamiento que ellos habían dispensado a los demás: ' como tú hiciste, se hará contigo..." (Abd- 1.15b).
Este principio también se aplica en el tiempo presente. La Biblia presenta varias situaciones que lo ratifican;
“El que hiciere hoyo caerá en él" (Ec. 10.8)
"El que cava foso caerá en él; y al que revuelve la piedra, sobre él le volverá. " (Pr. 26.27) ...y con la medida con que medís, os será medido" (Mt. 7,2)
"Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos. " (Lc. 6.31)
"Pozo ha cavado, y lo ha ahondado; y en el hoyo que hizo caerá. " (Sal. 7M5)
"Así colgaron a Amán en la horca que é/ había hecho preparar para Mardoqueo, t' (Est. 7,10).
"El rey que acostumbra cortar los pulgares de sus verdugos, también tuvo a sus dedos cortados. " (Jue. 1.6,7),
Abdías muestra la etapa final de Edom. El destino de aquella nación estaba sellado y no había condición posible de liberación. La soberbia de los edomitas llegó a su fin. El profeta habla irónicamente, mostrando el modo por cual los edomitas holgaban y bebían en Jerusalén, después de la destrucción de la ciudad. Declara, a continuación, que las naciones paganas beberán y tragarán a Edom de forma que ellos “y serán como si no hubieran sido” (Adb. 1.16)
Los versículos finales, presentan el triunfo del pueblo de Dios. El profeta muestra que, en el día del Jehová, Israel estará libre de sus enemigos: "…Mas en el monte de Sion habrá un remanente que se salve..." (Abd- 1.17). El remanente de los hijos de Israel será reinstalado en los territorios que, desde los días antiguos, le habían sido dados. y la casa de Jacob recuperará sus posesiones. " (Abd. 1. 1 7b). Las fronteras serán alargadas (Abd. 1 ,19-21)
Por medio de dos afirmaciones en el último versículo de su libro, Abdías presenta un resumen de los principales temas de su profecía:
Edom será juzgado a través de salvadores - Estos salvadores serán artistas de justicia para los edomitas, mientras que, para los Judíos, será liberadores y defensores. 'Y subirán salvadores al monte de Sion para juzgar a/ monte de Esaú..." (Abd. 121 a).
Israel reinará con Cristo - y el reino será de Jehová" (Abd. 121 b). Israel aguarda la llegada del reino soberano del Mesías, cuando todos los reinos pertenecer al Señor que reinará para siempre. "Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos." (Ap. 11 *15).
Las profecías de Abdías apuntan a las consecuencias de los pecados de Edom: su maldad contra el hermano (la nación de Israel), su soberbia, su violencia, su crueldad y su odio. Muestran cómo sería el juicio del pueblo edificado y su total aniquilación.
Dios retribuye a Edom todo el mal que había hecho a los hijos de Israel. Cuando hacemos el mal contra los demás, es cierto que, un día, ese recaerá sobre nosotros. Este es el destino de todos aquellos que se levantan contra el pueblo de Dios. Dios corrige al creyente cuando éste se equivoca (He, 12.6), pero no admite que los enemigos triunfan y se burlen de su pueblo en las horas de angustia.
El profeta muestra que Israel triunfará después de la derrota de los enemigos.
“¿Y no tendré yo piedad do Nínive, aquella gran ciudad donde hay más do ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos malos?". (Jon, 4, 11).
Uno de los propósitos básicos del libro de Jonás es la de Dios no sodomita sólo a Israel, poro también estaban dirigidas a naciones gentílicas, Estas naciones, aunque fuera del alcance de la ley, también ser alcanzadas por los favores divinos,
El nombre Jonás significa "Paloma” No se sabe nada sobre la vida de este profeta, solamente el nombre de su padre Amitai procedente de Gat Hefer, un pueblo ubicado al noreste do Nazaret, dentro de las fronteras tribales de Zabulón; o la mención de él en 2 R, 1'1 95, El hecho ocurrido con el profeta Jonás es mencionado por Jesús al referirse a su muerte y resurrección Profeta Jonás es mencionado por Jesús al referirse a su muerte y resurrección en Mateo 12. 39-41., So cree que Jonás fue un contemporáneo de Jeroboam II, rey de Israel (782 -753 a.C,), y ejerció su ministerio después de Eliseo y un poco antes del profeta Amós y Oseas.
I. EL PRIMER LLAMADO DE A JONÁS (f 1-2.10)
A, El Llamado do Jonás para ir a Nínive (1.1-2))
B. La Desobediencia do Jonás (1.3)
C. Consecuencias de la Desobediencia de Jonás (1.4-17) D. La Oración de Jonás en Medio de la Calamidad (2.1-9)
E. El Libramiento de Jonás (2.10)
Il. EL SEGUNDO LLAMADO DE DIOS A JONAS (3.1-4, 11)
A. La Misión Obediente de Jonás (3.3,4)
B. Resultados de la Obediencia de Jonás (3.5-10)
1 -Las Ninivitas se Arrepienten (3.5-9)
2.Los Ninivitas son librados del Juicio Divino (3.10)
A. La Queja de Jonás (4.1-3)
B. La Reprensión y la Lección de Jonás (4,4-11)
El profeta Jonás recibió la incumbencia de ir a Nínive a llevar un mensaje de reprensión. Nínive, capital de Asiria, era una gran ciudad que estaba en el apogeo de su orgullo y prosperidad. Era una ciudad rodeada de un gran y ancho muro, de unos cien pies de altura, sobre el cual era posible que al menos tres carros de guerra pasasen emparejados.
A ser convocado por Dios, Jonás se levantó para huir de delante de su rostro. Algunos teólogos creen que Jonás intentó huir porque temía ser considerado un profeta falso, pues sabía que Dios podía perdonar a la ciudad de Nínive, si ésta se arrepintiese. Otros creen que Jonás estaba ciego por su patriotismo fanático, por lo que no tuvo misericordia de aquel pueblo. Independientemente de la razón que llevó al profeta a huir, estaba explícito en esa actitud su desobediencia al llamado divino.
Jonás descendió a Jope y halló una embarcación que iba a Tarsis, ciudad que estaba en el otro extremo del Mar Mediterráneo, muy lejos del lugar al que Dios le había enviado. Pero, "en lugar de ir unos setecientos kilómetros al noreste de Nínive, Jonás intenta llegar a unos dos mil cuatrocientos kilómetros a/ oeste de Tarsis (España)."- Descubriendo la Biblia (2000) pág. 281 • El profeta compró un pasaje hacia aquella ciudad, pasando a depender de sus propios recursos (Jon. 1.3). Cuando alguien deja de vivir en la dependencia de Dios está en un serio peligro. Su vida se convierte en un barco a la deriva, desgobernado, sin rumbo.
De repente, una fuerte tempestad se levantó y el barco en que Jonás embarcara estaba a punto de hundirse (Jon. 1.4). La tripulación entró en desesperación. Mientras tanto, Jonás dormía en el sótano del barco, hasta que el patrón de aquella embarcación lo encontró. Toda desobediencia tiene un precio. Muchas veces, las consecuencias alcanzan no sólo a la propia persona que se equivoca, sino también a otros individuos. Además de enfrentarse al peligro de un naufragio, los tripulantes del barco también perdieron sus ensere (Jn 1.5).
Al ser encontrado por el amo de la nave, Jonás reconoció que todo aquel mal era consecuencia de su desobediencia Después de que se comete un error, de nada sirve hacer que nada sucedió. Una tormenta seguramente se levantará y hará que el error sea revelado. Es importante encarar la situación, enfrentándola y asumiéndola, como hizo Jonás, cuando asumió la responsabilidad de su error: "Él les respondió: Tomadme y echadme al mar, y el mar se os aquietará; porque yo sé que por mi causa ha venido esta gran tempestad sobre vosotros" (Jon. 1.12).
Jonás fue lanzado al mar y tragado por un gran pez: "...y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches" (Jon. 1.17). 8
En medio de esa situación calamitosa, Jonás se acordó del Señor: gado a orar a Dios.
Jonás estaba en una situación de en las expresiones usadas en su oración: (Jon. 2.2); "...Me echaste a lo profundo, en "...Desechado soy de delante de tus ojos; " (Jon. 2.5); "Descendí a los cimientos de
La tierra echó sus cerrojos sobre mí para el profeta oraba, su confianza en Dios era las expresiones: y mi voz oíste..." (Jon. templo. "(Jon, 24); ….Mas tú sacaste mi vida mío. 'Í (Jon. 2.6).
Después de la oración de Jonás, Dios feta en tierra (Jon. 2.10). Cuando reconocemos al Señor, Él, por su misericordia, nos ayuda. el rey David desagradó a Dios, Como consecuencia tres tipos de castigo fueron puesto delante de él por el Señor, para que eligiera aquel que soportaría recibir. David, sim embargo, sabiamente respondió; …Ruego que yo caiga en la mano de Jehová porque sus misericordias son muchas en extremo, pero no caigo en manos de hombres. (1 Cr. 21.13b). La experiencia de Jonás sirvió como señal para la generación de Cristo. Y todavía señala para la muestra (Lc. 11.29: Mt12.36) “…Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches " (Mt. 12.40). Cristo rompió los grillos de la muerte (Hch. 2.24). La expresión usada por Jonás en su oración Jon. 2.6 es semejante a la expresión del salmista al referirse al Mesías - Sal. 16.10 -, es la expresión del apóstol Pedro, en su discurso el día de Pentecostés Hch. 2.27”
Jonás renovó su pacto con Dios, decidió ofrecer sacrificio en acción de gracias y pagar sus votos: "Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios; pagaré lo que prometí la salvación es de Jehová. " (Jon. 2.9), A veces, es difícil alabar a Dios en los momentos de angustia. Sin embargo, todos los que así proceden son grandemente bendecidos. La victoria del rey Josafat sobre sus enemigos es un ejemplo de ello (2 Cr. 20.14-24).
Después que vio el arrepentimiento de Jonás y oyó los votos hechos por él, Dios, por segunda vez, habló al profeta: "Levántate y vé a Nínive, aquella gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré, " (Jon. 3.2).
Vimos que en ningún momento Dios obligó al profeta a cumplír la misión que le había entregado. No encierra ninguna verdad la frase hecha que dice: "Quien no viene a Dios por el amor vendrá por el dolor". Dios no espera que hagamos algo para él por una mera obligación. Pero que, espontáneamente, con amor y dedicación, cumplamos la misión que de él recibimos. Sin embargo, cuando caminamos fuera de su dirección, sufrimos serias consecuencias. Dios no forzó Jonás a ir a Nínive, pero le dio una segunda oportunidad. No debemos echar fuera la oportunidad que Dios nos concede.
Jonás fue a Nínive y predicó: "De aquí a cuarenta días Nínive será destruida "(Jon, 3.4b). Los ninivitas, por su parte, al oír el mensaje, creyeron en Dios, proclamaron un ayuno y se vistieron de cilicio, arrepintiéndose y humillándose ante Dios (Jon. 3,5-9).
Cuando Dios vio aquella actitud del pueblo, tuvo compasión y no ejecutó el juicio que había propuesto: "Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo" (Jon. 3,10), Dios es inmutable en su ser, perfecciones y propósitos, Pero, ante un corazón contrito, cambia su relación y actitud, en el juicio contra el pecado, transformando su ira en favor y bendición,
Jonás se sintió decepcionado e infeliz con los buenos resultados de su mensaje, pues sabía que Dios había librado aquella ciudad, El amor y la misericordia de Dios son contrastados con la falta de compasión de Jonás. Dios, sin embargo, le da una lección para que él entienda sus propósitos, y usa una calabacera, un gusano y el viento para enseñar al profeta la compasión, Jonás pasó por un gran desgaste emocional por no comprender los propósitos divinos.
Las etapas emocionales vivenciadas por el profeta pueden ser así enumeradas:
Por medio de esta lección, Jonás se ve obligado a percibir que se preocupaba más con una planta que con cientos de miles de personas, Dios muestra que es misericordioso y soberano: "Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca " (Ro. 9.15),
Las profecías de Jonás revelan la magnitud de la misericordia de Dios. Por la compasión de Dios, se le dio al profeta una segunda oportunidad para cumplir el llamado divino, después de haber sido rescatado de las entrañas de un gran pez, donde por tres días había permanecido, a causa de su desobediencia.
Por la gran magnificencia de Dios, la ciudad de Nínive fue librada de la destrucción. Dios concedió el perdón a aquella ciudad, al ver el arrepentimiento de los ninivitas. Cuando reconocemos nuestros errores, Dios, a través de su misericordia, escucha nuestro clamor, Ante un corazón contrito, Él cambia su relación y actitud, en el juicio contra el pecado, transformando su ira en favor y bendición,
El profeta no lograba entender los designios de Dios, Pero fue forzado a comprender la gracia y las misericordias divinas, al percibir que el blanco del amor de Dios era, en realidad, la vida de las personas de la ciudad de Nínive.
"Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel;(A) y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad" (Mi. 5.2)
El libro de Miqueas es más un resumen de las enseñanzas del profeta, que básicamente una serie continuada de discursos distintos. Miqueas fue contemporáneo de Oseas y de Isaías. Su ministerio fue desempeñado durante los reinados de Jotam, Acaz y Ezequías, Las profecías de Miqueas se dirigieron especialmente a Judá, pero, por eso, no se aplican a todo Israel.
El nombre Miqueas significa "¿Quién es como Dios?” Poco se sabe acerca del profeta Miqueas, Su familia y ocupación son desconocidas, Miqueas ejerció su ministerio durante los reinados de tres reyes de Judá: Jotam (751 - 736 a,C.), Acaz (736 - 716 a.C.) y Ezequías (715 - 687 a.C.). El libro de Miqueas es mencionado en el Nuevo Testamento, Las principales referencias están en Mt. 25-6; Jn. 7,42; Mt. 10,34-36; Mr. 13,12; Lc. 12.53. Miqueas hace algunas de las mejores descripciones acerca del Mesías y de su reino. El anuncio del lugar donde Cristo nacería (Mi, 5.2) es una de sus profecías más claras sobre ese asunto,
I- TIEMPOS DE INJUSTICIA Y REBELIÓN (1.1 - 3.12)
A. Predicción de la destrucción de Samaria (1.2-7)
B. Predicción de la destrucción de Judá (1.8-16)
C. Predicción de castigo contra los pecados (21-11) D. Pecados de los Líderes (3.1-12)
1. Injusticia y Opresión (3.1-4)
2. Falsa Profecía (3.5-7)
II. MENSAJE PROFÉTICO DE ESPERANZA (4.1 - 5-15)
A. La promesa del reino venidero (4.1-5)
B. Derrota a los enemigos de Israel (4.9-13)
C. El Mesías y la naturaleza de su Reino (5.1-8)
III. CONTROVERSIA DE DIOS CONTRA ISRAEL Y SU MISERICORDIA FINAL (6.1 - 7.20).
A. La Culpa de Israel y el castigo divino (6.9-16)
B. El lamento doloroso del profeta (7.1-6)
C. Israel será restablecido (7.8-13)
D. Las bendiciones finales de Dios para su pueblo (7.14-20)
Miqueas inicia su libro haciendo mención del juicio venidero y exhortando al pueblo a oír las acusaciones de Dios. El profeta enfatiza que Dios vendría para juzgar a su pueblo, y la tierra se derretiría en su presencia. El motivo de este juicio sería las prevaricaciones de Jacob, y los pecados de la casa de Israel (Mi. 1.15). Muchos de estos pecados fueron enfatizados también por otros profetas - tema que ya comentamos en capítulos anteriores. Los principales pecados mencionados por Miqueas pueden ser descritos de la siguiente manera:
Idolatría
La adoración a otros dioses y brujería (Mt. 1.7; 5:12-13) era uno de los principales pecados cometidos por el pueblo de Israel. Actualmente, una gran propagación del misticismo Las prácticas como Halloweon (noche de brujas) están cada vez más populares en las escuelas de país libros, como la serie de Harry Potter y los del mago Paulo Coelho alcanzan todos los récords de ventas.
Planos perversos y artimañas
Hombres perversos y malos durante la noche trazaban esquemas para poseer propiedades (Mi. 2.1). Mediante la ayuda de procedimientos ilegales, expulsaban a fuerza a los aldeanos de sus propiedades, obligándolos a convertirse en trabajadores casuales, o en mendigos, o a venderse como esclavos. La codicia (Mi. 2.2) dominaba los corazones de aquellos hombres. Ganancias de los príncipes, de los profetas y de los sacerdotes
En el tiempo del profeta Miqueas, había un abuso de poder Aquellos que ocupaban posiciones administrativas y judiciales, los nobles y los jueces, usurpaban al pueblo. Y al mismo pueblo a quien supuestamente deberían proteger. Disfrutaban de buen alimento y lujo, mientras que los demás perecían de hambre (Mi. 3.2, 11).
Falta de honradez
Prácticas deshonestas entre los comerciantes se había vuelto algo generalizado (Mi. 6.10 - 12). Predominaba la mentira y el engaño. La corrupción se había vuelto universal (Mi. 72-4). El profeta Miqueas exclamaba diciendo: y ninguno hay recto entre los hombres" (Mi. 72).
El profeta muestra que Israel sería severamente castigado por sus pecados. El cautiverio era su gran sentencia: "Por tanto, a causa de vosotros Sion será arada como campo, y Jerusalén vendrá a ser montones de ruinas, y el monte de la casa como cumbres de bosque. " (Mi. 3.12). Ser llevado al cautiverio representaba perder su patria, sus bienes, su familia y su identidad. Muchas veces, sólo reconocemos que Dios es el Señor cuando perdemos todo lo que es significativo en nuestras vidas.
En los días actuales, la historia parece repetirse. El apóstol Pablo describe estos días como "tiempos peligrosos" y enfatiza que en los últimos días se levantarían, "...hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios... "(2 Ti. 3.1-4). El resultado final de estos hombres será el mismo anunciado al pueblo de Judá. La descripción hecha por Miqueas (Mi. 2.3,4) es semejante a la que Pablo presenta en 2 Tm 3.13.11.
A pesar de prever el juicio sobre la nación de Israel, Miqueas trae en su libro un mensaje de esperanza y consuelo. Muestra una nación pecaminosa condenada al cautiverio, pero, presenta la esperanza de restauración que vendrá a aquella nación por medio del Mesías, el libertador que traerá justicia y triunfará (Mi. 4.1-15). En contraste con el castigo inicialmente anunciado, el profeta hace conocer, ahora, la promesa de que, en los últimos días, Sion será restaurada y exaltada. Esta profecía se ha cumplido desde que Cristo vino al mundo, trayendo esperanza de salvación no sólo para Israel, sino para todos aquellos que creen en su nombre (Mt. 1.21; Jn. 3.16). Cristo pronto volverá para buscar a su pueblo y restaurar a Israel, como predicó el profeta Miqueas.
Cristo, el libertador, vendrá para ser Señor en Israel. Su nacimiento será en Belen (Mi. 52). Esto nos muestra que el Mesías será como David y, por tanto, un legítimo pastor que apacentará al pueblo de Israel. El profeta Miqueas ayudó E {a nación de Israel a mantener viva, a través de los siglos, la esperanza de que un día el Mesías vendría y los liberaría de las manos de sus enemigos.
El Mesías prometido vino; pero Israel no lo conoció (Mt. 2.1 ,3-6; Un. 1.10-14) Su origen es desde los días de la eternidad (Jn. 1.1; Col. 1.17; Ap 1.8). El, sin embargo, nacería como hombre, para que pudiéramos ser alcanzados (Fil. 2.5-11). Dios cumple sus promesas. ¡Aleluya! Necesitamos estar atentos para no pasar desapercibidos.
El reino del Mesías es descrito por Miqueas. Observe el bosquejo presentado por Tucker y mencionado por Myer Pearlman en el libro "A través de la Biblia, Libro por Libro", edición de 1970, que muestra un análisis de cómo será ese reino:
Administración universal - ”… el monte de la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes " (Mi. 4. 1a).
Visitación universal - “….. y correrán a él los pueblos (Mt. 4. lb).
Educación universal – “ …Y nos enseñará en sus caminos (Mi. 4 2bj Legislación universal – “….de Sion saldrá la ley (Mi. 4.2c).
Evangelización universal - " ..y de Jerusalén la palabra de Jehová.
Pacificación universal - "...no alzará espada nación contra nacr5rf0Ã.4.36).
Adoración universal – “…. andaremos en el nombre de Jehová nuestro Dios" (Ml 4.5). Restauración universal - "y pondré a la coja corno remanente, y a la descarriada como nación robusta" (Mi. 4.7a),
Coronación universal – “.. y Jehová reinará sobre ellos (Mi. 4.7b)-
En la tercera parte de su libro, Miqueas presenta la controversia del Señor contra Israel. Dios invita a su pueblo a razonar con él sobre el motivo por el cual lo había abandonado. El invoca a las montañas, collados y cimientos de la tierra para que testifiquen en ese interrogatorio. Delante de este majestuoso y elevado tribunal, Dios pide a su pueblo: "¡Pueblo mío, ¿qué te he hecho, o en qué te he molestado? Responde contra mi" (Mi. 6.3).
Israel había rechazado la gracia de Dios, prefiriendo deleitarse en la perversidad. No podemos olvidar la bondad y la misericordia del Señor para con nosotros.
Entre otras verdades enseñadas por el profeta, tenemos la lección de que las ofrendas y sacrificios son inútiles cuando no expresan sinceridad de corazón (Mi, 6.6,7). Lo que Dios quería ver en su pueblo era la práctica de la justicia, dosificada de compasión y misericordia como resultado de una relación de humildad y obediencia (Mi. 6.8)
Miqueas muestra que la corrupción de la nación es universal, y es casi imposible encontrar a alguien honesto y fiel (Mi. 7.2). Luego levanta la voz en la intercesión de su nación, en la creencia de que Dios le escucharía (Mi. 77). Concluye su predicación con una serie de promesas de que el Señor perdonará las iniquidades de su pueblo y renovará la nación de acuerdo con su pacto.
Las profecías de Miqueas muestran una nación condenada al cautiverio por sus pecados. Apuntan hacia la realidad espiritual de un pueblo que había dejado dominar por la idolatría y la brujería Muestran la codicia de los príncipes, de los profetas y sacerdotes, y la falta de honradez y corrupción generalizada, y la mentira y el engaño que predominaban en la tierra de Israel.
Miqueas también trae en su libro un mensaje de esperanza y consuelo Convoca al pueblo a oír las acusaciones de Dios y anuncia la venida del Mesías, él libertador que vendría a restaurar a Israel.
El libro de Miqueas se cierra con un salmo de alabanza a la eterna de Dios: "No retuvo pata siempre su enojo, porque se deleita en misericordia, El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados. ' (Mi. 7.18, 1 9).
“Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable.” (Nah. 1:3)
El nombre Nahúm significa “consuelo”. Nada se sabe sobre el profeta Nahúm. La única referencia a este nombre se encuentra en el primer versículo de su libro. El ministerio profético de Nahúm probablemente se ubica entre el reinado de Manasés, durante el período comprendido entre 686–642 a.C.
Según la Biblia pentecostal, “Nahúm profetizó antes de la caída de Nínive en 612 a.C. Capítulo 3:8–10 se refiere a la caída de No-Amón (ciudad egipcia: Tebas) como un evento pasado. No obstante, No-Amón cayó en 663 a.C. Por tanto la profecía de Nahúm probablemente fue escrita entre los años 663 y 612 a.C. (algunos autores la ubican entre 630 y 620 a.C.). El libro de Nahúm no es citado en el Nuevo Testamento. Algunos autores hacen una comparación entre el libro de Jonás y Nahúm. Bruce Wilkinson y Kenneth Boa en su libro “Panorama del Antiguo Testamento” (Biblia edición 2000), presentan un cuadro comparativo entre el libro de Jonás y el libro de Nahúm.
1. LA NATURALEZA DE DIOS Y SU JUICIO (1:2-15)
A. Características del Administrador de justicia de Dios (1:2-7)
B. La ruina inminente de Nínive (1:8-14)
C. Promesa para Judá (1:12,13,15)
2. PREDICCIÓN SOBRE LA CAÍDA DE NÍNIVE (2:1-13)
A. La lucha armada (2:3-5)
B. Destrucción por las aguas (2:6-12)
C. El gran cumplimiento (2:13)
3. LA NATURALEZA DE DIOS Y SU JUICIO (3:1-19)
A. Los pecados de la ciudad de Nínive (3:1-4)
B. La justa recompensa de parte de Dios (3:5-19)
El profeta Nahúm anticipa la destrucción de la ciudad de Nínive; esta profecía es expresada al principio (Nah. 1:1). Esta expresión inicial, se revela como un pronunciamiento de naturaleza amenazante y condenatoria para aquella ciudad.
3.1 Naturaleza de Dios
Dios se muestra en su justicia, su ira, su poder y su misericordia. En su limitación, el hombre intenta describir a Dios usando palabras humanas. Sin embargo, el Señor se autodescribe a través de las Escrituras y por inspiración de los autores bíblicos. Dios se reveló al hombre como amor, sabiduría, justicia, paciencia y poder. Los atributos de Dios son revelados a través de sus acciones y de su carácter. Los atributos de Dios se revelan en las Escrituras a través de sus atributos. Los atributos de Dios nos indican varios aspectos de su carácter.
Atributos relacionados con la naturaleza íntima de Dios: la espiritualidad, el infinito y la unidad.
Atributos relacionados con Dios y el universo: la omnipotencia, omnipresencia y omnisciencia, la sabiduría, la soberanía.
Atributos relacionados con Dios y las criaturas morales: la santidad, justicia, fidelidad, misericordia, amor y bondad.
La ira de Dios se describe en Nahúm como algo irresistible y abrumador. El profeta pregunta: ¿Quién permanecerá delante de su ira? ¿Y quién quedará en pie en el ardor de su enojo? (Nah. 1:6a). Es importante entender este aspecto del carácter de Dios. Intentaremos responder a algunas cuestiones básicas, como: ¿Qué significa la ira de Dios? ¿Cómo es la ira de Dios? ¿Cuándo y por qué se manifiesta?
¿Qué significa la ira de Dios?
La ira de Dios es una expresión de su santidad y su rectitud. Si no existiera la ira de Dios, Dios dejaría de ser justo y santo. No es sentimentalismo. El profeta la describió en términos que el lenguaje humano para que la gente pudiera comprenderla (Nah. 1:2-6).
¿Cómo es la ira de Dios?
La ira de Dios no se limita al ser humano como ira humana, cuando alcanza un alto nivel, lleva al hombre a un estado de locura y pérdida de la razón. Por eso, la ira es mencionada innumerables veces en listas de pecados (Ef. 4:31; Col. 3:1; Tit. 1:7). Pablo advierte: “Airaos, pero no pequéis”; (Ef. 4:26), es decir: “ustedes pueden enfadarse; sin embargo, no dejen que la ira transforme en odio”. Por el contrario, la ira de Dios es ejemplo de misericordia y justicia.
¿Cuándo y por qué Dios se enoja?
“Jehová es tardo para la ira” (Nah. 1:3a). La ira de Dios se manifiesta solo cuando el pecador abusa de la misericordia divina: “…y no tendrá por inocente al culpable…” (Nah. 1:3b), o cuando este rechaza la oportunidad de perdón. La ira de Dios está dirigida contra la injusticia, la transgresión, la irreverencia y el menosprecio a Dios (Ro. 1:18,21).
La justicia es uno de los atributos morales de Dios. Dios es un juez justo (2 Ti. 4:8). Él no sólo trata justamente, sino que requiere justicia. La justicia es la facultad de juzgar según el derecho y la mejor conciencia. Los jueces humanos basan su juicio en la evidencia presentada por otro. Por eso, fallan. Al contrario, Dios nos ve y sabe lo que hacemos. Por eso, juzga con justicia.
Dios es misericordioso y lleno de compasión. Él fue capaz de oír el clamor de Nínive cuando esta ciudad se arrepintió de sus pecados (Jon. 4:11). Oyó
Nínive sería destruida. El profeta anunció su destrucción en Nah. 1:1; 2:1-13; 3:1-19. Acorde con esta idea, la ciudad sería saqueada (Nah. 2:9-10), los jóvenes llevados al exilio (Nah. 3:10), y el fuego consumiría sus edificios (Nah. 3:13). Tiempos después Nínive sería hallada como una ciudad destruida y olvidada (Nah. 2:13). El juicio divino sobre esta ciudad es justo y merecido, ya que había desafiado a Dios, desobedecido sus leyes y se volvió enemiga de su pueblo.
En la primera parte de su libro, el profeta Nahúm trata de la naturaleza de Dios. En la parte central, el profeta desarrolla los juicios de Dios contra Nínive. En la parte final del libro se describen las razones de su caída. Los doctrinas enfatizadas en estos capítulos son la ira, la justicia y la misericordia de Dios. Justamente ahora se presentan las razones de su juicio contra Nínive.
5.1 El retorno a los antiguos hábitos
Nínive había sido dotada del privilegio de conocer al único y verdadero Dios. Aquella ciudad, que había sido librada durante el gran y extraordinario avivamiento causado por la predicación de Jonás, había vuelto a los antiguos hábitos de crueldad, violencia, idolatría y arrogancia. Ahora, Nahúm anuncia un decreto de Dios, acusando aquella ciudad y estableciendo su sentencia.
5.2 La crueldad del pueblo
Nahúm presenta los delitos de Nínive y su destrucción. La ciudad estaba caracterizada por la crueldad y la corrupción (Nah. 3:1-7). El profeta recuerda la destrucción de la populosa Tebas (Nah. 3:8) y afirma que sucedería lo mismo con Nínive.
5.3 La falta de arrepentimiento
De todos los pecados cometidos por aquel pueblo, lo peor fue el olvido de la misericordia y del amor de Dios. Aquella ciudad gentilicia, que en otro tiempo se había arrepentido y gratamente recibido el perdón de Dios, se olvidó del favor del Señor. Por eso, fue destruida. No debemos olvidar la gracia y la misericordia de Dios para con nosotros. Dios nos acepta cuando recurrimos a Él (Stg. 4:8), nos perdona cuando nos arrepentimos (Pr. 28:13) y nos justifica por medio de su gracia (Ro. 5:1,2; 8:1).
"...mas el justo por su fe vivirá." (Hab. 2:4)
El libro de Habacuc es diferente de los demás libros proféticos. No se trata de una profecía dirigida directamente a Israel o Judá. Se trata de un diálogo entre el profeta y Dios, acerca de la aparente tolerancia de Dios ante las iniquidades del pueblo de Judá. El profeta describe su experiencia con Dios para ayudar al remanente piadoso y justo de Judá a comprender los propósitos de Dios.
Habacuc ejerció su ministerio durante uno de los periodos más críticos de Judá. “El hecho de quedar perplejo con el uso que Dios hace de los babilonios (los ‘caldeos’ de 1.6) como instrumento de su juicio contra Judá, sugiere un período en que Babilonia ya era una potencia mundial. Por lo tanto, la invasión de Judá era inminente (c. 608–598 a.C.).” — (Biblia Pentecostal).
Su país usaba medidas opresoras contra los necesitados, trataba a los ciudadanos con violencia y su sistema legal estaba en ruinas.
El nombre Habacuc significa “aquel que abraza”. Poco se sabe acerca del profeta Habacuc. No hay, en la Biblia, mención de su genealogía o localidad de su nacimiento. Algunos estudiosos creen que él también había sido sacerdote o comisionado al servicio del santo templo en Jerusalén. Para algunos autores, la fecha más probable para el escenario del libro de Habacuc es en la primera parte del reinado de Joaquín (609–597 a.C.).
La Biblia Pentecostal (CPAD) presenta cinco aspectos básicos que caracterizan la profecía de Habacuc:
En vez de profetizar acerca de la apostasía de Judá, registra, en su “diario” personal, sus conversaciones particulares con Dios, y la subsecuente revelación profética.
Contiene al menos tres formas literarias distintas entre sí: “diálogo” entre el profeta y Dios (1.2–2.5); “ayes proféticos” clásicos (2.6–20); y un cántico profético (cap. 3) — todas con dicción vigorosa y con metáforas pintorescas.
El profeta manifiesta tres características en medio de los tiempos adversos: hace preguntas honestas al Señor (cap.1); demuestra una fe inquebrantable en la soberanía divina (2.4; 3.18,19); y manifiesta celo por el avivamiento (3.2).
La visión que el profeta tiene de Dios en el capítulo tres es una de las más sublimes de la Biblia, y recuerda la teofanía en el monte Sinaí. Otros textos que involucran la teofanía son: Éx. 15.1-5; 2.34.20; 3.2,17-19.
Ningún profeta del A.T. habla con más elocuencia acerca de la cuestión de la fe en Habacuc — no solo en su declaración, “el justo, por su fe, vivirá” (2.4), sino también en su testimonio personal (3.17-19).
I – LAS PREGUNTAS DE HABACUC (1.2–2.20)
A. Primera pregunta: ¿Cómo puede Dios permitir que la impiedad de Judá quede sin castigo? (1.2-4)
B. Respuesta: Dios usará a Babilonia para castigar a Judá (1.5-11)
C. Segunda pregunta: ¿Cómo Dios puede usar una nación más impía que Judá como instrumento de juicio? (1.12–2.1)
D. Respuesta: Dios también juzgará a Babilonia (2.2–20)
Pecados de Babilonia (2.4,5)
Serie de cinco “AYES” contra Babilonia (2.6–19)
II – EL CÁNTICO DE HABACUC (3.1–19)
A. La oración de Habacuc, pidiendo misericordia (3.1,2)
B. El poder del Señor (3.3-7)
C. Los hechos salvíficos del Señor (3.8-15)
D. La fe inquebrantable de Habacuc (3.16-19)
IV – EL CONFLICTO DEL PROFETA
Habacuc expresa su perplejidad sobre el misterio de la maldad no castigada en el mundo. El profeta no entendía por qué Dios permitía que la creciente iniquidad de Judá prosiguiera impune. Habacuc busca una explicación para ello.
La Biblia muestra que algunos hombres de Dios vivieron momentos de duda y crisis. El salmista Asaf, por ejemplo, dijo:
“Ciertamente es bueno Dios para con Israel, para con los limpios de corazón. En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; viendo la prosperidad de los impíos.”
— Salmo 73:1-2,3,12,13
Habacuc también expresó sus dudas al Señor:
“Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, ¿y no salvarás?”
— Hab. 1.2
A veces ciertas circunstancias de la vida sacuden nuestra fe y nos llenan de preguntas que no tienen respuestas inmediatas. Esas situaciones prueban nuestra fe. En ese punto, parece que el Señor está distante o que no le importa lo que estamos pasando. El pensamiento humano tiende a enfocarse solo en lo que ve y siente. El profeta exclamó:
“¿Por qué haces mirar la iniquidad, y haces que veamos molestia?” — Hab. 1:3
Dios responde a esta cuestión mostrando que está consciente de los problemas. A continuación el profeta presenta los pecados que observó en Judá:
Agravio (Hab. 1:2)
Pérdida del juicio (Hab. 1:3)
Litigios (Hab. 1:3)
Violencia (Hab. 1:2,3)
Injusticia (Hab. 1:4)
Estos pecados también fueron mencionados por otros profetas (Is. 1:21-24).
Habacuc aprendió preciosas lecciones. Su profecía que comenzó con preguntas envueltas en dudas y cuestionamientos, termina indicando su certeza y la expresión de afirmación de su fe:
“Mas el justo por su fe vivirá.” — Hab. 2:4
Dios asegura al profeta del favor de Dios y de sus bendiciones. Ese tema es retomado por el apóstol Pablo (Ro. 1:17; Gá. 3:11) y por el escritor de Hebreos (He. 10:37-38).
También influyó poderosamente en la vida de Lutero y Wesley.
Al tener conocimiento de las medidas que serían adoptadas contra Judá, Habacuc tomó compasión de las personas y oró al Señor por misericordia:
“Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer; en la ira acuérdate de la misericordia.” — Hab. 3:2
Después de entender los propósitos de Dios, el profeta expresa, en uno de los más bellos salmos del Antiguo Testamento, su fe en la soberanía de Dios y la certeza de que Él es justo en todos sus caminos. Se nos presenta un cuadro general de la actuación divina en el pasado para salvar a Israel, dando a entender que la misericordia de Dios, demostrada anteriormente por su pueblo, servirá como garantía de su misericordia futura para con aquellos que son suyos (Hab. 3.3–16).
Habacuc demuestra su fe y plena confianza en los planes de Dios y afirma que, por difíciles que sean las circunstancias, él se regocijaría en el Señor:
“Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos… Con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová el Señor es mi fortaleza…”
— Hab. 3:17-19
“Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre; quizás seréis guardados en el día del enojo de Jehová.”
(Sof. 2:3)
El propósito de este libro fue advertir a Judá y a Jerusalén del inminente juicio que vendría en función de las atrocidades cometidas por ese pueblo. Así como Joel, Sofonías profetizó sobre la venida del día de Jehová, usando expresiones diferentes que incluye los siguientes elementos:
El día de Jehová traerá juicio sobre toda la creación (Sof. 1:2-3);
El día de Jehová es inminente (Sof. 1:14);
Es un día de terror y juicio contra el pecado (Sof. 1:15,17);
El día de Jehová envolverá a las naciones del mundo (Sof. 2:4-15; 3:8);
Un remanente se convertirá en aquel día (Sof. 3:9-13);
El día de Jehová traerá grandes bendiciones (Sof. 3:14-20).
El nombre Sofonías significa “Jehová oculta”. El libro fue escrito probablemente entre los años 640 - 609 a.C. Sofonías profetizó antes del avivamiento y reformas promovidas por Josías. Es probable que el rey Josías haya sido influenciado por las predicaciones de Sofonías para realizar las reformas (alrededor del 627 a.C.), cuando emprendió la purificación del pueblo con la prohibición de la idolatría y la restauración del verdadero culto al Señor.
I. EL DÍA DEL JUICIO DE JUDÁ (1.2–1.13)
El juicio sobre toda la creación (1.2-3)
El día de Jehová (1.14-18)
A. Un día de indignación (1.15-16)
B. La tierra entera será destruida (1.18)
II. UN LLAMADO AL ARREPENTIMIENTO (2.1-3)
III. EL DÍA DEL JUICIO CONTRA LAS NACIONES ALEDAÑAS (2.4-15)
IV. EL DÍA DEL JUICIO CONTRA JERUSALÉN (3.1-7)
V. UN REMANENTE FIEL (3.8-20)
3.1 – El día de Jehová es anunciado
Sofonías advirtió a Judá y a Jerusalén, diciendo que el día del Señor venía, un día de juicio, que vendría cuando se midiera la malignidad del pecado. (Sof. 1:7). Israel y las naciones vecinas serían demostradas en su pecado (Sof. 1:2,4; 2:4,9,12,13). El profeta deja claro que Dios no ejecuta el juicio sin primero avisar al transgresor (Sof. 2:1-3). Dios usa algunas herramientas para alertarnos. Vea algunos ejemplos:
Al crear al hombre, Dios estableció en él la facultad de discernir las normas de conducta, aprobándolas o condenándolas: la conciencia. A través de la conciencia, el hombre distingue lo correcto de lo incorrecto. Dios usa nuestra conciencia para alertarnos.
La Palabra de Dios es el manual que nos indica el itinerario de viaje y la dirección que debemos seguir (Sal. 119.105). Cuando no lo observamos, erramos el blanco.
"Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios." (Mt. 22:29)
Cuando recibió el libro de la ley se percibió el pecado del templo, y todos temieron a Dios, porque en él había duras palabras de juicio contra aquellos que vivían en desobediencia (2 R. 22.8-13).
La Palabra de Dios debe ser observada y guardada en el corazón (Sal. 119.11).
El Atalaya era un vigilante que quedaba en la muralla de la ciudad para sonar la alarma, en caso del enemigo. Tenía la responsabilidad de hacer sonar el cuerno, el pueblo debía atender a su señal. Aquel que ignorara la advertencia moriría sin disfrutar defensa (Ez. 33:7-9).
Hoy, los pastores, maestros, líderes de EBD, consejeros, etc., son vigilantes, para alertarnos. No podemos ignorar la advertencia de Dios. Si lo ignoramos, podemos pagar un alto precio.
4.1 - Descripción de los pecados de Judá
Siendo un justo juez, Dios siempre describe la razón del juicio. Sofonías presenta a Judá y a Jerusalén la lista de sus principales pecados. Una vez más, Dios condena la idolatría y el culto a otros dioses; la violencia, la corrupción y la traición (Sof. 1.4). En aquellos días, además de los pecados ya mencionados, había una tendencia muy peligrosa que, infelizmente, se repite en la actualidad, como la búsqueda de respuestas a través de los astros, la tendencia al politeísmo y la indiferencia del pueblo ante Dios.
Había una tendencia del pueblo a buscar la guía a través de las estrellas:
"Extenderé mi mano sobre Judá ... a los que sobre los terrados se postran al ejército del cielo" (Sof. 1.4,5).
En la actualidad, muchas personas buscan guiarse según predicciones de señales astrológicas y horóscopos. Creen que su suerte está determinada por el zodíaco. Se vuelven esclavas de esas predicciones, transformándose muchas veces en personas amedrentadas e infelices.
La astrología es una forma de idolatría bastante aceptada en los días actuales. Hay incluso empresas que, para admitir a un trabajador, exigen que este haga su mapa astral.
El cristiano no debe orientarse por ningún tipo de práctica que pretenda revelar el futuro. Nuestro mañana sólo pertenece a Dios.
La gente quería servir a Dios y a otros dioses al mismo tiempo:
"Extenderé mi mano sobre ... los que se postran jurando por Jehová y jurando por Milcom" (Sof. 1.4,5)
La Biblia es clara cuando afirma:
“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro…” (Mt. 6.24)
Josué desafió al pueblo de Israel para escoger a quién servirían (Jos. 24.15). El profeta Elías exhortó al pueblo a decidir sobre si Dios a quien deberían seguir (1 R. 18.21).
No podemos servir a Dios y al mundo al mismo tiempo. Actualmente, los medios presentan “astros” de la música, el deporte y la televisión, que animan a los cristianos a pertenecer a alguna iglesia. Sus vidas, sin embargo, no concuerdan con los principios bíblicos. Debemos tener cuidado con las imitaciones.
Había cierta indiferencia del pueblo en relación a Dios. Ese había dejado de seguir al Señor, no lo buscaba, ni preguntaba por Él. (Sof. 1.4,6)
Actualmente, esto también se repite cumpliendo lo que Jesús había anunciado: que a fines de los tiempos el amor de muchos se enfriaría (Mt. 24.12)
Ser indiferente es volverse ajeno a las cosas de Dios. Es vivir una vida vacía, dominada por el formalismo. Es no observar más la Palabra de Dios. Es andar como los creyentes de la Iglesia de Laodicea, que vivían indefinidos. Y los resultados de este tipo de comportamiento se muestran también por el apóstol Juan:
"Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca." (Ap. 3.16)
5.1 – ¡Congregaos, oh nación!
Sofonías había declarado que el juicio de Dios era algo inevitable. Por cierto, sucedería, pues ya había sido determinado. Sin embargo, Dios ofrecía la oportunidad de perdón para aquellos que se arrepintieran. Veamos cómo el profeta exhorta al pueblo:
“Buscad a Jehová…” – Las personas deben buscar únicamente a Dios (Sof. 2:3a)
“…Buscad justicia…” – La gente debe buscar la justicia, como su forma de vida, como las órdenes de la Palabra de Dios (Sof. 2:3b; Mt. 6.33)
“…Buscad mansedumbre…” – Las personas deben buscar la mansedumbre – humildad – reconociendo la necesidad de someterse a Dios (Sof. 2.3c), porque el Señor seguramente irá a proteger a los que de esta forma procedieren:
“…quizás seréis guardados en el día del enojo de Jehová.” (Sof. 2.3d)
5.2 - Dios hace promesas de restauración
Sofonías muestra que Dios es justo. Él no comete iniquidad (Sof. 3.5).
Aunque el hombre cometa injusticias, Él seguirá mostrándose justo. El profeta, a continuación, invita al pueblo a regocijarse y alegrarse, a causa de la salvación (Sof. 3:14-17).
SOFONÍAS
HABACUC
LAMENTACIONES
Décadas antes de la caída de Jerusalén (c. 630)
Un poco antes de la caída de Jerusalén (c. 607)
Un poco después de la caída de Jerusalén (c. 586)
Dios juzgará
Dios, ¿cuándo juzgará?
Dios ha juzgado
Predicción de tribulación
Promesa de tribulación
Presencia de tribulación
Declaración
Diálogo
Canto fúnebre
Día de Jehová
Dominio de Jehová
La destrucción viene de Jehová
Dios está en medio de nosotros (Sof. 3:15,17)
Dios es nuestra fuerza (Hab. 3:19)
Dios es nuestra porción (Lm. 3:24)
“Y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos.” (Hag. 2:7)
El libro de Hageo es el primero de los tres libros escritos después del exilio. Los otros dos son: Zacarías y Malaquías. El profeta Hageo entrega cuatro mensajes, con el propósito de movilizar al pueblo judío para reedificar el templo:
Concluir la Construcción del Templo (Hag. 1.1-15)
La Promesa de Mayor Gloria (Hag. 2.1-9)
El llamado a la santidad con Bendiciones (Hag. 2.10-19)
Una promesa profética (Hag. 2.20-23)
El contenido del libro trata de tres problemas comunes a todos los pueblos:
Desinterés (Hag. 1.1-15). El pueblo actuaba con indiferencia y se preocupaba más con sus propias casas que con el proyecto de la reconstrucción del templo.
Desaliento (Ag. 2.1-9). Había un desaliento en el pueblo que estaba iniciando la obra de la reconstrucción del templo, al recordar la gloria y magnificencia del primer templo construido por Salomón.
Insatisfacción (Hag. 2.10-23). El pueblo que ahora estaba trabajando, esperaba que la situación fuera revertida inmediatamente y que la negligencia de varios años fuera deshecha.
El contexto histórico del libro de Hageo apunta a los siguientes hechos:
El Templo en Jerusalén fue destruido en 586 a.C. Ciro, rey de Persia, promulgó un decreto (en el 538 a.C.) permitiendo a los judíos exiliados regresar a su patria y reconstruir su Templo. El grupo de judíos que regresó a Jerusalén comenzó el trabajo, pero lo concluyó (Esd. 3.8-10). Algunos creen que esta situación se debió a la oposición física de los samaritanos y otros vecinos a la construcción, lo que hizo cesar una gran desánimo en los trabajadores. De esta manera se interrumpió la obra en el 534 a.C. Por intermedio de los ministerios de los profetas Hageo y Zacarías, el Templo fue concluido (Esd. 5:6 – 520–516 a.C.)
El nombre Hageo significa “festivo”. Hageo tenía aproximadamente 75 años cuando profetizó en 520 a.C. El profeta se reunió con los exiliados que habían regresado a su tierra natal en 536 a.C. para reconstruir el templo del Señor. Hageo, como un mensajero del Señor, fue un gran alentador cuya palabra estaba en sintonía con el corazón del pueblo y agradable a Dios. Las profecías de Hageo tuvieron efecto inmediato. Sólo veintitrés días después de su palabra de aliento, el pueblo comenzó a reconstruir el templo.
El abandono de las cosas de Dios (1.1-6)
Amonestación por la no construcción de la casa de Dios (1.7-11)
Los resultados de considerar sus formas (1.12-15)
La comparación del nuevo templo con el templo de Salomón (2.1-3)
Llamado a esforzarse (2.4-5)
La Gloria del último templo será mayor (2.6-9)
Una pregunta a los sacerdotes (2.10-19)
El futuro de la ruina de las naciones (2.21-22)
El significado profético de Zorobabel
El exilio del pueblo judío había llegado a su fin. Sin embargo, dieciséis años después de que se iniciara el proceso, el pueblo que había vuelto a Jerusalén se preocupaba más con sus quehaceres personales que con el proyecto de la reconstrucción del templo. La excusa utilizada por la gente era:
“No ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada.” (Hag. 1:2)
Hageo reprende a la gente y llama a los constructores a renovar su coraje, fe y santidad al Señor (Hag. 1:7,8).
Posiblemente, el pueblo esperaba alguna revelación especial para ejecutar la obra que Dios ya había propuesto. Sin embargo, sin percibirlo, eran movidos por el egoísmo (Hag. 1.3,4), pues no habían necesitado una revelación divina para construir sus propias casas. Hageo muestra que nosotros debemos poner las cosas de Dios por encima de cualquier otra cosa.
El profeta también aclara que el Señor le había retirado la bendición de las personas debido a su mala manera:
“Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja jornal recibe su jornal en saco roto.” (Hag. 1.6)
Había, para aquella época, sequía y esterilidad en la tierra. Los esfuerzos del pueblo no prosperaban. El trabajo era vano. No había lluvia, ni cosecha ni medida de la prosperidad. Hageo llamó la atención sobre esa indicación divina del juicio por su negligencia (Hag. 1.9-11). A continuación, el profeta ordenó:
“Subid al monte, traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová.” (Hag. 1.8)
El mensaje de Hageo alcanzó a Zorobabel, el gobernador, a Josué, el sumo sacerdote, y al pueblo en general. Como resultado, hubo un gran temor entre todos (Hag. 1.12). Después de esta reacción, Dios envió una palabra de consuelo:
“yo estoy con vosotros, dice Jehová.” (Hag. 1.13)
El pueblo se arrepintió e, inmediatamente comenzaron a trabajar en la obra de reconstrucción de la casa de Dios (Hag. 1.14). El verdadero arrepentimiento exige un cambio de actitud. Cuando hacemos nuestra parte, Dios inmediatamente actúa en nuestro favor.
El pueblo inició la obra de la reconstrucción del templo, pero, al recordar la gloria y magnificencia del primer templo construido por Salomón, comenzó a ser tomado por un fuerte desaliento (Hag. 2.2,3). El desánimo vino como resultado de una comparación desastrosa. El nuevo templo era visto como nada a los ojos de aquellos que conocieron lo anterior.
El pueblo no se sentía capaz de reconstruir el templo, dándole la forma que tenía el templo anterior (Ag. 2.3). Ciertamente, había un sentimiento de inferioridad. Este sentimiento desmotivaba a los líderes — Zorobabel, gobernador de Judá y Josué, el sumo sacerdote, y se extendía por todo el pueblo.
Dios, a través del profeta Hageo, exhorta a los líderes a mostrarse valientes (Hag. 2.4,5). El Señor se revela como un Dios de providencia:
“Mía es la plata y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos” (Hag. 2:8)
Dios muestra que la gloria del segundo templo sería mayor que la del primero. Él mismo, el Señor de la gloria, entraría en ese templo (Hag. 2.4-9), y vendrá el Deseado de todas las naciones; y la llenará de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos. (Hag. 2.7).
La profecía de gloria está relacionada con Jesucristo (Jn. 2.13-25). Su cumplimiento profético, sin embargo, se dará cuando Cristo venga en gloria para establecer su reino aquí en la tierra.
En su tercer mensaje, el profeta Hageo muestra que el pueblo se había contaminado por su desobediencia. Los sacrificios ofrecidos sobre el altar no eran suficientes para santificar una tierra corrompida por el pecado. La santidad no es contagiosa, pero el pecado sí lo es (Hag. 2.10-14).
Por esta razón, la bendición de Dios había sido suspendida.
Para Dios, mejor es obedecer que sacrificar (1 S. 15.22). Dios sólo acepta los sacrificios, cuando primero, obedecemos a su Palabra.
El profeta dice: desde ese día no había habido ofrecimiento aceptable de forma regular, pues el templo estaba en ruinas. Y entonces el profeta habla de lo que está en el corazón en las cosas de Dios, pues a partir de aquel día, él enviaría su bendición. El profeta predice para el tiempo de aquella dicha:
“¿No está aún la simiente en el granero? Ni la vid, ni la higuera, ni el granado, ni el árbol de olivo ha florecido todavía; mas desde este día os bendeciré.” (Hag. 2.19)
El último mensaje de Hageo fue dirigido específicamente a Zorobabel, el gobernador. Dios lo escogió como a un príncipe, legítimo representante de la casa de David, y antecesor del Mesías. El anillo de sellar — una marca — con el cual Dios lo compara, era un objeto de gran valor a los ojos de los orientales. Simbolizaba autoridad suprema; era una garantía del favor de Dios para su pueblo.
La comparación con ese sublime, significaba que el trono de David sería restaurado por intermedio de Zorobabel (Hag. 2.23).
Este sello se había perdido antes del cautiverio, cuando Dios rechazó a Conías. El profeta Jeremías hablaba al respecto:
“Vivo yo, dice Jehová, que si Conías hijo de Joacim rey de Judá fuera anillo en mi mano derecha, aun de allí te arrancaría.” (Jer. 22.24)
El profeta concluye mostrando que Zorobabel, el gobernador, recibiría una promesa de protección y seguridad, para sí mismo y para su pueblo. Las naciones serán sacudidas, pero Judá será establecida a través del Mesías. Hageo también muestra las perturbaciones finales del mundo que anteceden a la venida de Cristo (Hag. 2.6,7,20-22).
“Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.”
(Zac. 9:9)
Zacarías fue el más joven contemporáneo de Hageo. Ambos ejercieron un ministerio orientado hacia la reconstrucción del templo. En Esdras 5.1, consta que los dos profetas animaron al pueblo de Judá y Jerusalén a persistir en la reedificación del Templo. Su libro es el más largo de los Profetas Menores. Después de Isaías, Zacarías es el profeta que más profetizó acerca del Mesías, en el Antiguo Testamento.
El nombre Zacarías significa “Dios se acordó”.
Zacarías pertenecía al linaje sacerdotal. Era hijo de Berequías y Nieto de Ido.
Para la mayoría de los autores los capítulos 1 a 8 fueron escritos entre 520–518 a.C., y lo demás, alrededor del año 480 a 470 a.C.
Mateo relata que el profeta Zacarías fue asesinado entre el templo y el altar (Mt. 23:35).
A. Visión del que cabalgaba entre los mirtos (1.7-17)
B. Visión de los cuatro cuernos y los cuatro carpinteros (1.18-21)
C. Visión del hombre con un cordel de medir (2.1-13)
D. Visión de la purificación del sumo sacerdote, Josué (3.1-10)
E. Visión del candelabro de oro y los olivos (4.1-14)
F. Visión del rollo volante (5.1-4)
G. Visión de la mujer en el efa (5.5-11)
H. Visión de los cuatro carros (6.1-8)
A. La primera profecía: El Mesías rechazado (9.1–11.17)
B. La segunda profecía: El Mesías Reina (12.1–14.21)
El libro de Zacarías comienza con un llamado introductorio para que la nación de Judá se arrepienta y se convierta a Dios. El profeta exhorta a los judíos a volver al Señor para que Él se vuelva hacia ellos.
A continuación, procura alertar al pueblo a persistir en la reconstrucción del templo. Durante este período, Zacarías recibió una serie de ocho visiones nocturnas, que hablan sobre la obra del Mesías:
La visión del que cabalgaba entre los mirtos (Zac. 1.7-17) – Anuncio sobre la restauración de Sion y su pueblo.
Visión de los cuatro cuernos y los cuatro carpinteros (Zac. 1.18-21) – Anuncio de la destrucción de los opresores de Israel.
Visión del hombre con un cordel de medir (Zac. 2.1-13) – Anuncio de la reconstrucción de Jerusalén. La ciudad será reconstruida sin muros a causa del aumento futuro de la población. Jehová será como un muro de fuego alrededor de la ciudad. Él protegerá y glorificará a Jerusalén.
Visión de la purificación del sumo sacerdote, Josué (Zac. 3.1-10) – Anuncio de la purificación y restauración de Israel a través de la llegada del Renuevo.
El sumo sacerdote, despojado de las vestiduras sucias y revestido con vestiduras limpias, representa la pureza del remanente de Israel.
Visión del candelabro de oro y los olivos (Zac. 4.1-14) – Anuncio respecto a la formación de Zorobabel y Josué, a través del Espíritu de Dios. La reconstrucción del templo (el candelabro de oro) y la restauración de Israel, no ocurrirán a través de fuerza humana, sino por el Espíritu de Dios, que actuará sobre Zorobabel y Josué (las dos ramas de olivo).
Visión del rollo volante (Zac. 5.1-4) – Anuncio de la eliminación del pecado nacional. Después de la conclusión del templo, Dios castigará al pueblo que no guarde sus leyes.
Visión de la mujer en el efa (Zac. 5.5-11) – Anuncio del juicio del pecado nacional.
Visión de los cuatro carros (Zac. 6.1-8) – Anuncio de lo rápido de las reacciones de los juicios de Dios contra las naciones que oprimen al pueblo.
Las cinco primeras visiones transmiten esperanza y consuelo para el pueblo e importante profecía mesiánica. Habla claramente que el Mesías vendrá:
“…y traeré a mi siervo el Renuevo.” (Zac. 3.8b)
“…y purificará a Israel.”
“…y echaré fuera de la tierra en un día…” (Zac. 3.9b)
La escena de la coronación del sumo sacerdote Josué (Zac. 6.9-15) es una de las más destacadas del Antiguo Testamento, que simboliza la coronación del Mesías como Rey y Sacerdote.
Desde que Jerusalén fue llevada cautiva, los judíos solían ayunar todo el quinto mes del año. Una embajada de Betel, representando al pueblo, quería saber si, después del cautiverio, debería o no continuar con esa práctica. En respuesta a esta pregunta, Dios le da a Zacarías una serie de cuatro mensajes:
Primer mensaje – Severa amonestación contra el ritualismo vacío. El pueblo ayunaba solamente por cumplir una mera obligación. Su sacrificio no agradaba al Señor:
“¿Habla el pueblo de mí o por ellos mismos?”
“…Cuando ayunasteis y llorasteis en el quinto y en el séptimo mes, durante estos años, ¿habéis ayunado para mí? Y cuando coméis y bebéis, ¿no coméis y bebéis para vosotros mismos?” (Zac. 7.5,6)
Dios no quiere que su pueblo se someta a ayunos religiosos o ritualistas, sino que ayune en espíritu y en verdad como en los verdaderos adoradores que adora en espíritu y en verdad (Jn. 4.23,24).
Segundo mensaje (Zac. 7.8-14) – Un recordatorio de la desobediencia del pasado. Dios recuerda que, a causa de la iniquidad del pueblo, la tierra se había convertido en una desolación. El pecado trae consecuencias drásticas para la vida del hombre. Debemos tener cuidado para no volver a las antiguas prácticas del pecado (1 Co. 10.10,12,13).
Tercer mensaje (Zac. 8.1-17) – La restauración y la consolación de Israel. Dios promete restaurar a su pueblo, y habitar en Jerusalén y ser su Dios, en santidad y justicia. Cuando restauren nuestras vidas, Dios pasa a habitar dentro de nosotros (Jn. 14.23).
Cuarto mensaje (Zac. 8.18-23) – El descubrimiento de la alegría en el reino. Ahora, Dios promete a su pueblo una alegría tal que los días de ayuno anteriores se tornarán en días festivos. Cuando somos restaurados, la tristeza provocada por el pecado desaparece y da lugar a una alegría incomparable (Sal. 126.1-3).
Resumen:
Por medio de las profecías de Zacarías, Dios quiere mostrar a su pueblo que desea la obediencia en lugar del ayuno. Israel sería restaurado totalmente y Jerusalén se convertiría en el centro religioso del mundo, cuando el pueblo dejase su religiosidad, y se entregase a Dios de corazón.
En esta última parte del libro, Zacarías presenta dos temas que se refieren a la venida del Mesías. El primer tema habla de la venida humilde del Mesías y su rechazo. Israel rechazará a su Pastor Rey y será extraviado por los falsos pastores.
El segundo tema habla de la segunda venida de Cristo el Mesías, aceptación del rey de Israel.
Zacarías habla del juicio que vendrá sobre las naciones circundantes. Luego después habla de la venida del Mesías:
“Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.” (Zac. 9:9)
Se habla también de que el Mesías será rechazada y vendido:
“Y me pesaron por mi salario treinta piezas de plata. Y me dijo Jehová: Échalo al tesoro; ¡hermoso precio con que me han apreciado!…” (Zac. 11.12,13)
Zacarías muestra que las naciones se juntarán contra Israel para destruirlo. Israel no tendrá ningún medio de resistencia. Cuando parece que la nación entera será totalmente destruida, el pueblo se arrepentirá, invocando el nombre del Señor, pidiéndole socorro (Zac. 12.8-10; 14.1,2).
Entonces vendrá el Mesías, como su libertador, y se vengará de sus enemigos (Zac. 14.3-8).
En su primera parte, las profecías de Zacarías presentan un estilo histórico y en su segunda parte, un estilo apocalíptico.
Zacarías muestra acontecimientos contemporáneos y futuros.
Su libro se divide en tres secciones: ocho visiones, cuatro mensajes y dos temas sobre los planes futuros de Dios para su pueblo.
En los primeros capítulos, Zacarías habla acerca de la reconstrucción del templo. En los mensajes, él alerta al pueblo contra sus antiguos pecados y muestra que Dios desea la obediencia y no el sacrificio.
En los capítulos finales, el profeta habla sobre la venida del Mesías y la gloria de su reino, mostrando que Israel será completamente purificada, y el Mesías, triunfante, reinará (Zac. 14.9-21).
"Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve." (Mal. 3.18)
Malaquías fue el tercer profeta a profetizar después del exilio. Su ministerio se desarrolló durante los días de Nehemías. El propósito del libro de Malaquías era hacer un llamamiento al pueblo para que dejara la hipocresía religiosa y, con corazón sincero y obediente, se volviera hacia Dios y hacia el pacto divino.
17 La profecía de Malaquías sobre la venida de Juan el Bautista menciona en el Nuevo Testamento:
Mateo 3.3: “Pues este es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas.”
Mateo 11.10-14: “Porque este es de quien está escrito: He aquí, yo envío mi mensajero delante de tu faz, El cual preparará tu camino delante de ti. De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él. Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan. Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan. Y si queréis recibirlo, él es aquel Elías que había de venir.”
EL AMOR DEL SEÑOR POR ISRAEL (1.2-5)
EL FRACASO DE LOS SACERDOTES (1.6-2.9)
LA INFIDELIDAD DEL PUEBLO (2.10-16)
EL DÍA DEL JUICIO (2.17–3.5)
PROMESA DE BENDICIONES PARA LOS DIEZMISTAS FIELES (3.6-12)
EL DESTINO DEL ÍMPIO Y DEL JUSTO (3.13–4.3)
EXHORTACIÓN Y PROMESA (4.4-6)
EL DÍA DE JEHOVÁ (4.1-6)
A. Será un Día de Juicio para el Soberbio y el Malhechor (4.1)
B. Será Precedido de una Restauración en las relaciones entre Padres e Hijos y entre el Pueblo de Dios (4.4-6)
3.1 - Mensajes a toda la nación
Después del exilio, el pueblo volvió a transgredir en muchos de los mismos pecados que lo habían llevado al exilio. La nación vivía de nuevo en una moral decadente y una actitud desobediente a Dios. La ley de Moisés ya no era atendida, el templo se descuidaba y el pueblo se volvía negligente frente a las exigencias de la ley, realizando el culto de una forma desordenada. Pero muchos cuestionaban a Dios y dudaban de su justicia. Otros preguntaban si valía la pena servir al Señor (Mal. 2.17; 3.14,15). Malaquías reprende al pueblo, señalando su ingratitud ante el gran amor de Dios hacia su pueblo, que había escogido a Jacob, eligiéndolo como su hijo suyo (Mal. 1.2,3).
3.2 - Mensajes para los sacerdotes
Malaquías exhorta a los sacerdotes que, de una forma inescrupulosa, deshonra a Dios en su forma de rendirle culto. Estas son las cuestiones planteadas por el profeta:
La falta de reverencia – “…menospreciáis mi nombre.” (Mal. 1.6b). El pueblo se había vuelto insensible e indiferente. Había una cierta hipocresía religiosa. Un “hazte cuenta”.
Ofreciendo sacrificios defectuosos – Los sacerdotes no respetaban a Dios al ofrecerle cosas viles y despreciables: “ofrecéis sobre mi altar pan inmundo” (Mal. 1.7a), “trajisteis lo hurtado, o cojo, o enfermo” (Mal. 1.13b). Dios no acepta cualquier cosa como ofrenda, o un culto proporcionado de cualquier manera. “…¿Aceptará yo eso de vuestra mano? Maldito el que engaña, que teniendo machos en su rebaño, promete, y sacrifica a Jehová lo dañado.” (Malaquías 1.13,14).
Indiferencia y descontentamiento – Los sacerdotes consideraban fastidiosa la obra de Dios: “Y vosotros lo habéis profanado cuando decís: Inmunda es la mesa de Jehová, y cuando decís que su alimento es despreciable. Habéis dicho: ¡Oh, qué fastidio es esto! y me despreciáis, dice Jehová de los ejércitos” (Mal. 1.12,13a). Había una cierta indiferencia y descontentamiento en el desempeño del servicio de Dios. Dios no acepta que su obra sea hecha con negligencia (Jer. 48.10).
Violación del pacto levítico – Los sacerdotes ya no cumplían las cualidades que el pacto levítico requería: “Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice Jehová de los ejércitos.” (Mal.2.8).
3.3 - Mensajes al pueblo
Malaquías censura al pueblo contra los graves problemas:
Problemas en las relaciones familiares – Muchos habían divorciado de sus esposas y casado con mujeres extranjeras que viven en el paganismo (Mal. 2.11,14,15; Neh. 13.23-27). Dios estableció el matrimonio con el propósito de que éste durase para siempre (Mr. 10.6-9). Por otro lado, él no deseaba que su pueblo se mezclase, casándose con personas paganas (2 Co. 6.14).
Escepticismo – Había una falta de fe en las cosas de Dios. Algunas personas insinuaban que los malhechores agradaban a Dios a causa de su prosperidad: “Habéis dicho: Por demás es servir a Dios” (Mal. 3.14). Malaquías reprende al pueblo y dice que Dios no cambia y hará juicio contra todos los infractores. A continuación, presenta una lista de pecados que serán juzgados (Mal. 3.5,6)
El diezmo retenido – Por último, Malaquías muestra que el pueblo robaba a Dios, a la medida que no ofrecían su diezmo (Mal. 3.8), y presenta una gran promesa de Dios a aquellos que sí fuesen diezmistas: “… y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.” (Mal. 3.10).
4.1 - Las joyas de Dios
A pesar de la situación en que se encontraba el pueblo después del exilio, cuando la llama religiosa estaba a punto de apagarse, había un grupo de fieles que no aceptaba los argumentos de aquellos que no creían, y procuraba profundizar su relación con Dios.
Dios hace una distinción entre el justo y el impío. Entre aquel que le sirve y el que no le sirve (Mal. 3.18). Mientras, al impío le queda el castigo, a los justos vendrá la bendición. Dios trata a los justos como su tesoro peculiar (v.17), sus nombres y sus hechos se registran en un memorial (v.16). El sol de justicia nacerá para los que temen a Dios, pero para los impíos vendrá como un horno ardiente (Mal. 4.1,2).
Malaquías encierra su libro exhortando al pueblo a recordar la ley de Moisés. A continuación, promete que antes del día de Jehová, Dios enviaría un mensajero precursor del Mesías (Juan Bautista), que vendría en el poder y en el espíritu de Elías para preparar el camino para la llegada del Mesías.
El libro de Malaquías encierra las profecías del Antiguo Testamento y marca el inicio de un período de cuatrocientos años de silencio profético, llamado “período interbíblico”. Durante este tiempo no hubo ninguna manifestación especial de Dios para con su pueblo. Durante el período interbíblico, otros libros fueron escritos. Pero estos no forman parte del canon sagrado.
El silencio profético sólo se rompió cuando Juan el Bautista apareció en el desierto predicando el mensaje del arrepentimiento (Mt. 3.1-12).