Jesús: el prometido Mesías y Rey de los Judíos (1.1—28.20).
María: madre de Jesús el Mesías (1.1—2.23; 13.55).
José: esposo de María y descendiente de David; continuó la línea real hasta Jesús (1.16—2.23).
Juan el Bautista: profeta y precursor que anunció la venida de Cristo (3.1–15; 4.12; 9.14; 11.2–19; 14.1–12).
Los doce discípulos: Simón Pedro, Andrés, Jacobo o Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo, Santiago (hijo de Alfeo), Tadeo, Simón, Judas Iscariote; doce hombres escogidos por Jesús para que lo ayudaran en su ministerio en la tierra (4.18–22; 5.1; 8.18–27; 9.9—28.20).
Los líderes religiosos: grupo compuesto por fariseos y saduceos, dos grupos religiosos que se unieron en su odio a Jesús (3.7–10; 5.20; 9.11–34; 12.10–45; 15.1–20; 16.1–12; 19.1–9; 21.23—28.15).
Caifás: sumo sacerdote y líder de los saduceos; condujo un juicio ilegal que llevó a Jesús a la muerte (26.3, 4, 57—68).
Pilato: gobernador romano que ordenó que se crucificara a Jesús en lugar de Barrabás (27.1–65).
María Magdalena: devota seguidora de Jesús; fue la primera en ver a Jesús después de su resurrección (27.56—28.11).
Mateo les escribe principalmente a los judíos defendiendo a Jesús como el Rey y Mesías de Israel. Respalda el cumplimiento de Cristo como Mesías citando pasajes del AT más de sesenta veces en su Evangelio. Mateo demuestra la realeza de Jesús refiriéndose a él constantemente como «el Hijo de David» (1.1; 9.27; 12.23; 15.22; 20.30; 21.9, 15; 22.42, 45).
Jesús el Mesías: también llamado el Cristo; anunciado por profetas del AT como aquel al que esperaban, que moriría por los pecados del mundo (2.17, 18; 4.13–15; 13.35; 21.4, 5; 27.9, 10; Gn 49.10; Dt 18.15–18; 2 S 7.12–14; Is 52.13—53.12; Dn 9.26; Mi 5.2–5; Mr 1.1; Lc 23.2, 3; Jn 4.26; Hch 18.28).
Dios es accesible: 6.6; 27.51
Dios es bueno: 5.45; 19.17
Dios es santo: 13.41
Dios es paciente: 23.37; 24.48–51
Dios es perfecto: 5.48
Dios es poderoso: 6.13; 10.28; 19.26; 22.29
Dios provee: 6.26, 33, 34; 10.9, 29, 30
Dios no tiene igual: 19.17
Dios es uno: 4.10; 19.17
Dios es sabio: 6.8, 18; 10.29, 30; 24.36
Dios se aíra: 10.28; 25.41
El evangelio del Rey
El evangelio de San Mateo surgió con el término del silencio profético de 400 años por los cuales ha pasado el pueblo judío.
El periodo ínter-bíblico fue un periodo de total ausencia de la manifestación de la revelación de Dios, pero Juan Bautista finaliza este silencio anunciando la llegada del rey de los judíos.
Para los judíos, el Mesías vendría en gloria y poder para establecer su reino en el mundo, pero, había un misterio escondido que ellos no conocían, que el Mesías vendría primeramente en humildad como un siervo, esto significa que ellos quizás no supieron interpretar Isaías 53, que habla del sufrimiento del Mesías.
Los judíos de la época del imperio romano esperaban un Mesías como un rey que triunfaría sobre el imperio romano, destruyéndolo y estableciéndose como un rey davídico en el trono; Mateo, sin embargo, presenta un Mesías humilde y sufrido, pero su reino se manifestaría dentro de cada uno que lo reciba como Señor y salvador, pues su reino era sobretodo espiritual.
Según la tradición cristiana y según el título de este libro, su escritor es San Mateo; pero no encontramos muchas informaciones sobre su vida. Sabemos que él era publicano, “Recaudador de impuestos del gobierno romano”.
Su nombre aparece en la lista de los discípulos y apóstoles del Señor Jesús, Mateo 10:2-4; Marcos 3:16-19; Lucas 6:14-16; Hechos 1:13.
No sabemos exactamente la fecha en que fue escrito este libro, pero algunos estudiosos creen que fue escrito aproximadamente entre los años 45 a 66 d.C. antes de la caída de Jerusalén en el año 70 d.C. pues no hay ninguna narrativa de este acontecimiento en su evangelio.
El tema de este libro es “Jesús, el rey de los judíos”.
San Mateo procuró convencer a sus compatriotas que Jesús era el Mesías prometido, mostrando que cada detalle de la vida de Cristo estaba previsto en las profecías de A.T. como ser: Mateo 1:22; 2:15; 2:17; 2:23.
1. EL NACIMIENTO DE JESUCRISTO: Mateo 1:18-25.
San Mateo relata el nacimiento del Mesías en Mateo 1:21-23 como un cumplimiento de las profecías, mencionando Isaías 7:14, mostrando que Jesús es el Emmanuel, el Dios con nosotros, después habló del lugar del nacimiento del Mesías que fue la ciudad de Belén, Mateo 2:1, como fue dicho en Miqueas 5:2.
El hecho importante de este texto es la veracidad de los acontecimientos mundiales, pues aquí habla del rey Herodes, conocido por todos los estudiosos de la historia mundial, esto significa que la época es verdadera y no un cuento de hadas.
San Mateo es el único que relata sobre los tres reyes magos que vinieron a adorar a Jesús y ofrecer a Jesús regalos dignos de un rey.
Después del nacimiento de Jesús y de la matanza de los niños por mandato de Herodes, hubo un intervalo de treinta años, pues el capítulo 3, habla del bautismo de Jesús, esto nos da a entender que San Mateo no quería narrar sobre su vida, sino sobre su ministerio.
2. EL PRINCIPIO DEL MINISTERIO DE JESÚS.
Mateo 3:1 a 7:29.
a) El precursor del Mesías.
San Mateo no habla del nacimiento de Juan Bautista, como hace San Lucas, pero empieza hablando de su mensaje en el desierto, indicando que el es aquel de quien hablaba el profeta Isaías, en Isaías 40:3, considerando a Juan como la voz del que clama en el desierto.
Ya hacia muchos años que no surgía un profeta en Israel, por eso Juan Bautista apareció repentinamente dando un mensaje de arrepentimiento lleno del poder de Dios, pero con simplicidad alimentándose de langostas y miel silvestre, vestido con piel de camello. El propósito de Juan era preparar el camino para la llegada del Mesías.
Juan bautizó a Jesús, Mateo 3:16; a partir de este momento, Jesús fue llevado por el Espíritu Santo al desierto para ser probado, Mateo 4:1.
b) Jesús es tentado.
Después que Jesús fue bautizado, fue llevado por el Espíritu Santo al desierto para ser tentado por el diablo, Mateo 4:1. Jesús oró y ayunó durante cuarenta días; esta era la única manera de Jesús mostrar al diablo su fidelidad al padre y su total dependencia del Espíritu Santo.
Jesús salió victorioso contra Satanás usando la palabra de Dios; a través de este confronto con Satanás, él probó que la palabra de Dios es alimento para nuestras almas y que solamente el Señor es digno de adoración. En la batalla con Satanás en el desierto, Jesús solo utilizó el libro de Deuteronomio; los textos bíblicos son: Deuteronomio 8:3; 6:16 y 6:13.
c) Jesús empieza su ministerio
Jesús vivía en Nazaret, pero cuando escuchó que Juan estaba preso, se fue a vivir a Capernaún que era una ciudad marítima en la región de Zabulón y Neftalí, para que se cumpliese Isaías 9:1,2; es a partir de estos textos que Jesús empieza a ganar a sus primeros discípulos que fueron Pedro y su hermano Andrés, después a Jacobo y su hermano Juan, y con estos cuatro empezó su ministerio recorriendo toda Galilea enseñando en las sinagogas, predicando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad del pueblo, Mateo 4:23.
d) Las leyes del reino
Todo reino necesita de leyes; el reino de Dios no es diferente; Jesús no vino para destruir las leyes, sino para cumplirlas; el reino de Dios no es un reino de ilegalidad, sino de orden, seguridad, paz y leyes definidas.
El sermón del monte es considerado como la manifestación del reino de Dios, en este sermón, encontramos la transparencia de la vida cristiana; aquí aprendemos como el cristiano debe tomar ciertas decisiones para las circunstancias de la vida; en este sermón encontramos la esencia del cristianismo auténtico.
Los principios contenidos en el sermón del monte son tan esenciales para la vida como el aire que respiramos. Los estudios de estas enseñanzas, producirán frutos para la vida eterna.
3. LA PROCLAMACIÓN DEL REINO: Mateo 5:1 a 10:42.
Las leyes del reino de Dios son muy importantes en nuestras vidas, por esa razón precisamos conocer mejor estas leyes.
a) Las bienaventuranzas: Mateo 5:1-12.
Jesús habla aquí que son felices los pobres en espíritus, o sea, los necesitados de Dios; felices son los que lloran, o sea, los que se quebrantan en la presencia de Dios, felices son los mansos, o sea, los que son tranquilos y humildes; felices son los que tiene hambre y sed de justicia, o sea, los acusados y juzgados injustamente; felices son los misericordiosos, o sea los que se compadecen de las otras personas; felices los de limpio corazón, o sea, los que no tiene maldad en su corazón; felices son los pacificadores, o sea, los que buscan la paz para todos; felices son los que padecen persecución, o sea, los que son perseguidos por los malos solo por hacer el bien. Todos estos bienaventurados serán recompensados por Dios.
b) La sal de la tierra y la luz del mundo: Mateo 5:13-16.
La sal tiene dos funciones: Dar sabor a la comida y preservar algunas clases de alimentos por mucho tiempo evitando su descomposición.
Jesús utiliza este ejemplo para enseñarnos que nosotros debemos ser esta sal para dar sabor a este mundo, o sea, ser diferentes en las actitudes para con los demás y preservar este mundo del juicio de Dios.
En cuanto a la luz del mundo, Jesús quiso enseñarnos a que seamos guías para guiar a las personas que no ven la verdad de Dios.
Los cristianos deben ser diferentes en este mundo, no debemos dejarnos contaminar con este mundo, sino ser ejemplo para el mundo, para que ellos se reflejen a través de nosotros.
c) Las otras enseñanzas del reino: Mateo 5:17 a 7:23.
En estos siguientes textos, Jesús sigue enseñando algunas verdades para sus oidores, para de esta manera hacerlos comprender las verdades de Dios, entre ellas están:
Jesús y la ley, Mateo 5:17-20.
Jesús y la ira, Mateo 5:21-26.
Jesús y el adulterio, Mateo 5:27-30.
Jesús y el divorcio, Mateo 5:31,32.
Jesús y los juramentos, Mateo 5:33-37.
El amor hacia sus enemigos, Mateo 5:38-48.
Jesús y la limosna, Mateo 6:1-4.
Jesús y la oración, Mateo 6:5-15.
Jesús y el ayuno, Mateo 6:16-18.
Tesoro en el cielo, Mateo 6:19-21.
La lámpara del cuerpo, Mateo 6:22, 23.
Dios y las riquezas, Mateo 6:24.
El afán y la ansiedad, Mateo 6:25-34.
El juzgar a los demás, Mateo 7:1-6.
La oración y la regla de oro, Mateo 7:7-12.
La puerta estrecha, Mateo 7:13, 14.
Por sus frutos los conoceréis, Mateo 7:15-20.
Nunca os conocí, Mateo 7:21-23.
Los dos cimientos, Mateo 7:24-29.
4. LA ELECCIÓN DE LOS DOCE APÓSTOLES: Mateo 10:1-42.
Todo rey necesita ministros para la administración de su reino; Jesús no fue diferente, pues él eligió a doce ministros para que lo ayudasen en la propagación de su reino. Inicialmente fueron doce.
Jesús les dio una tarea de anunciar el reino de Dios en el mundo y proclamar las buenas nuevas de Dios en la tierra. Jesús los instruyó cómo deberían comportarse ante de las circunstancias adversas que ellos enfrentarían.
Los ministros o apóstoles de Jesús deberían ser valientes y decididos, pues ellos enfrentarían muchas dificultades y oposiciones en su ministerio, pero sin embargo serían victoriosos.
No es diferente en nuestros días, pues enfrentamos dificultades y oposiciones constantes en nuestras vidas de parte de Satanás, pero nuestro rey Jesús nos da victoria en este mundo; confiemos en él.
5. LAS PARÁBOLAS DE JESÚS.
Parábola es un cuento que utiliza acontecimientos de la vida cotidiana para transmitir algunas verdades y enseñarnos a vivir rectamente en este mundo.
Jesús utilizaba las parábolas con el objetivo de transmitir estas verdades a sus oidores.
Existen algunas parábolas que Jesús utilizó para comparar el reino de los cielos, entre ellas están:
Parábola del sembrador, Mateo 13:1-9.
Parábola de la semilla de mostaza, Mateo 13:31, 32.
Parábola de la levadura, Mateo 13:33.
Parábola del trigo y de la cizaña, Mateo 13:36-43.
Parábola del tesoro escondido, Mateo 13:44.
Parábola de la perla de gran precio, Mateo 13:45, 46.
Parábola de la red, Mateo 13:47-50.
Parábola de los dos deudores, Mateo 18:23-35.
Parábola de los obreros de la viña, Mateo 20:1-16.
Parábola de la fiesta de bodas, Mateo 22:1-14.
Parábolas de las diez vírgenes, Mateo 25:1-13.
Parábolas de los talentos, Mateo 25:14-30.
Todas estas parábolas nos muestran cual será el resultado de la presencia del evangelio de Cristo en el mundo desde el momento en que él anunció este evangelio hasta el día de su venida.
Lo que podemos ver en estas parábolas no es un mundo totalmente convertido, sino el trigo mezclado con la cizaña, los peces en buena y mala calidad, una masa mezclada con levadura, etc.
Lo que podemos aprender es que esta separación entre lo bueno y lo malo será hecha en la venida de Jesús con sus ángeles.
6. LOS MILAGROS DE JESÚS.
San Mateo muestra en su relato de una manera clara de fácil comprensión algunos milagros realizados por Jesús en su ministerio. Milagros son fenómenos extraordinarios, hechos no explicables que se atribuye a la intervención divina. Los milagros pueden ser sanidades divinas, resurrección de muertos o acontecimientos sobrenaturales en la naturaleza.
Jesús hizo muchos milagros en su ministerio con el objetivo de mostrar que él no era un hombre cualquiera, sino el hijo de Dios, pues a través de los milagros, Jesús atraía a la gente y de esta manera ellos podían experimentar las cosas sobrenaturales de parte de Dios. San Mateo muestra en su relato algunos milagros realizados por Jesús, estos milagros no están relatados en forma cronológica, pero entre ellos están:
Jesús sana a un leproso, Mateo 8:1-4.
Jesús sana al siervo de un centurión, Mateo 8:5-13.
Jesús sana a la suegra de Pedro, Mateo 8:14-17.
Jesús calma la tempestad, Mateo 8:23-27.
Jesús sana a un paralítico, Mateo 9:1-8.
Jesús resucita a la hija de Jairo, Mateo 9:23-25.
Jesús sana a una mujer enferma de flujo de sangre, Mateo 9:20-22.
Jesús sana a dos ciegos, Mateo 9:27-31.
Jesús sana a un mudo, Mateo 9:32-34.
Jesús sana a una hombre de la mano seca, Mateo 12:9-14.
Jesús alimentó a mas de cinco mil personas, Mateo 14:13-21.
Jesús anda sobre el mar, Mateo 14:22-33.
Jesús sana a los enfermos de Genesaret, Mateo 14:34-36.
Jesús alimentó mas de cuatro mil personas, Mateo 15:32-39.
Jesús sana a un muchacho lunático, Mateo 17:14-21.
Jesús sana a otros dos ciegos, Mateo 20:29-34.
7. JESÚS Y SUS OPOSITORES.
En su ministerio, Jesús tuvo que enfrentarse siempre con personas que no estaban de acuerdo con lo que él hacía, y no creían en él como el hijo de Dios.
Estas personas buscaban fallas y contradicciones en las enseñanzas de Jesús para acusarlo.
Los enemigos y acusadores de Jesús eran los mismos líderes religiosos, pues ellos acusaban a Jesús de transgredir sus tradiciones o costumbres, pero Jesús los reprendía con un mensaje duro y claro que ellos ocultaban la verdadera interpretación de las escrituras, bajo las tradiciones humanas.
San Mateo, muestra algunas de estas contradicciones entre Jesús y sus opositores, entre ellas están:
Los escribas y fariseos acusan a Jesús y a sus discípulos de quebrantar las leyes de los ancianos, Mateo 15:1, 2.
Los fariseos y saduceos les pidieron a Jesús que les mostrasen señal del cielo, Mateo 16:1.
Los principales del templo y los ancianos del pueblo cuestionan a Jesús, Mateo 21:23.
Los fariseos intentan sorprenderle a Jesús en alguna palabra, Mateo 22:15-17.
Los saduceos cuestionan a Jesús, Mateo 22:23-28.
Los fariseos y saduceos se juntan a una para tentar a Jesús haciéndoles preguntas, Mateo 22:34-36.
Los principales sacerdotes y los ancianos y todo el concilio buscaban falso testimonio contra Jesús para entregarle a la muerte, Mateo 26:59.
Los principales sacerdotes y los ancianos acusan a Jesús ante Pilatos, Mateo 27:12.
8. JESÚS PREPARA A SUS DISCÍPULOS ANTES DE SU MUERTE.
Este hecho comienza desde el capítulo 16, cuando Jesús empieza a preparar a sus discípulos para lo que vendría por delante, pues Jesús sabía que ellos ya no tendrían su presencia física entre ellos, eso podría causarles desánimo y tristeza, y aun podrían perder la esperanza del mensaje de su maestro y abandonar la fe que ellos habían abrazado. Fue por esta razón que Jesús declaró a sus discípulos de una forma particular que él era el Mesías, Mateo 16:17.
Jesús también hizo saber a sus discípulos que él tenía que morir y resucitar para que se cumpliese las profecías, Mateo 16:21.
Al saber que Jesús tenía que morir, sus discípulos se entristecieron de una manera tan inmensa que fue necesario que Jesús se transfigure delante de ellos y por un momento les revelase su gloria y escuchasen la voz del padre para que ellos sean fortalecidos, Mateo 17:5-8.
9. LA ENTRADA TRIUNFAL DE JESÚS EN JERUSALÉN.
En esta narrativa del capítulo 21, San Mateo estaba mostrando que se acercaba el fin del ministerio de Jesús, pues era en Jerusalén que Jesús tenia que sufrir y morir para consumar su obra.
La entrada triunfal de Jesús en Jerusalén fue según los historiadores en un día domingo; por esta razón hay la costumbre católica de celebrar el domingo de ramos que es justamente la conmemoración de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.
Los discípulos de Jesús prepararon todo para la entrada triunfal de Jesús, pues ellos trajeron el asna y el pollino, y pusieron sobre ellos sus mantos, Mateo 21:7.
En Mateo 21:8-10, dice: “Y la multitud, que era muy numerosa, tendían sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían en el camino. Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al hijo de David! ¡Bendito el que vine en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas! Cuando entró él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió, diciendo: ¿Quién es este? Después que Jesús hizo su entrada triunfal en Jerusalén, fue al templo y expulsó a todos los cambistas y a los que vendían en el templo, y se fue a Betania y allí pasó la noche." Mateo 21:12-17.
10. EL MINISTERIO DE JESÚS EN JERUSALÉN
Al otro día por la mañana, Jesús retornó a Jerusalén y desde este momento empezó su ministerio en la ciudad de David. Mostraremos de una manera simple los hechos de su ministerio, como ser:
La purificación del templo, Mateo 21:12-17.
Maldición de la higuera, Mateo 21:18-22.
La autoridad de Jesús es cuestionada, Mateo 21:23-27.
Jesús enseña sobre la parábola de los dos hijos, Mateo 21:28-32.
Jesús enseña sobre la parábola de los labradores malvados, Mateo 21:33-46.
Jesús enseña sobre la parábola de la fiesta de bodas, Mateo 22:1-14.
Jesús habla sobre la cuestión del tributo, Mateo 22:15-22.
Los saduceos hacen preguntas a Jesús sobre la resurrección, Mateo 22:23-33.
Jesús es cuestionado por los saduceos y fariseos, Mateo 22:34-39.
Jesús acusa a los escribas y fariseos, Mateo 23:1-36.
Lamento de Jesús sobre Jerusalén, Mateo 23:37-39.
Jesús predice la destrucción del templo, Mateo 24:1, 2.
Jesús habla sobre las señales antes del fin, Mateo 24:3-28.
Jesús habla sobre la venida del hijo del hombre, Mateo 24:29-51.
Jesús enseña sobre la parábola de las diez vírgenes, Mateo 25:1-13.
Jesús enseña sobre la parábola de los talentos, Mateo 25:14-30.
Jesús habla sobre el juicio de las naciones, Mateo 25:31-46.
11. LOS ÚLTIMOS MOMENTOS DEL MINISTERIO DE JESÚS.
"Después que Jesús hubo enseñado todas estas parábolas, habló a sus discípulos que él sería crucificado", Mateo 26:1, 2.
"Yendo a la aldea de Betania, vino una mujer con un vaso de alabastro con perfume muy caro derramando sobre la cabeza de Jesús para ungiéndolo para su muerte", Mateo 26:6-13.
"Después de esto, uno de los discípulos llamado Judas Iscariote fue a los principales sacerdotes hacer una propuesta para entregar a Jesús, y ellos le ofrecieron treinta monedas de plata, desde entonces, Judas buscaba una ocasión u oportunidad para entregarle", Mateo 26:14-16.
El día jueves, los discípulos prepararon el lugar para comer la pascua con Jesús así como él les había dicho, Mateo 26:17. "Y comieron la pascua, Jesús habló que uno de ellos le iba a entregar y todos se entristecieron y preguntaban: ¿Soy yo, Señor? y cuando hubieron cantado un himno, fueron al Monte de los Olivos", Mateo 26:30.
"Jesús fue en esta misma noche a un lugar llamado Getsemani y allí se entristeció y se angustió en gran manera, y oró al padre tres veces, pero sus discípulos seguían durmiendo, fue entonces que vino Judas Iscariote con mucha gente de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo con espadas y palos y prendieron a Jesús", Mateo 26:47-50.
12. JESÚS ES JUZGADO Y SENTENCIADO A MUERTE.
"Después que prendieron a Jesús lo llevaron al sumo sacerdote. Venida la mañana, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo entraron en consejo y lo llevaron atado y le entregaron a Poncio Pilatos, el gobernador", Mateo 27:1, 2.
"Cuando Jesús fue llevado ante el gobernador, él le hizo algunas preguntas, pero Jesús no le respondió nada", Mateo 27:14.
"Pilatos, queriendo librar su responsabilidad de la sentencia de Jesús, pide para que los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo decidan a quien querían que suelten, ¿A Jesús o al ladrón llamado Barrabás? Pues en la pascua había una costumbre de soltar un preso, de esta manera todos pedían que suelten a Barrabás y que crucifiquen a Jesús", Mateo 27:15-23.
13. LA CRUXIFICCIÓN, MUERTE Y SEPULTAMIENTO DE JESÚS.
San Mateo narra algunos detalles importantes en cuanto a la crucifixión y muerte de Jesús, como ser:
Un hombre africano llamado Simón, ayudó a Jesús a llevar la cruz obligado por los soldados romanos, Mateo 27:32.
Cuando llegaron al lugar de la crucifixión llamado “Gólgota”, le dieron a beber vinagre mezclado con hiel, pero después de haber probado, no quiso beber, Mateo 27: 34.
Después que le hubieron crucificado, los soldados repartieron entre si sus vestidos, Mateo 27:35.
Pusieron en su cabeza una escritura de que decía “ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS”, Mateo 27:37.
Con él fueron crucificado dos ladrones, uno a la derecha y otro a la izquierda, Mateo 27:38.
Todos los que pasaban por allí lo injuriaban y lo escarnecían, Mateo 27:39-44.
Hubo tinieblas desde la hora sexta hasta la hora novena, Mateo 27:45.
Cerca de la hora novena, Jesús gritó en gran voz diciendo: “Dios mío, Dios mío ¿Por qué me has desamparado?”. Mateo 27:46.
Jesús gritó otra vez a gran voz y entregó el espíritu, Mateo 27:50.
Cuando Jesús murió, las cortinas del templo se rasgó en dos partes, la tierra tembló y las rocas se partieron, los sepulcros se abrieron, y muchos cuerpos de santos que habían muerte, se levantaron, Mateo 27:53. San Mateo relata que después de la muerte de Jesús, uno de sus discípulos de Arimatea llamado José, que era un hombre rico y muy conocido; pidió a Pilatos el cuerpo de Jesús, y lo sepultó en su sepulcro nuevo, Mateo 27:57-61.
14. LA RESURRECCIÓN DE JESÚS Y LA GRAN COMISIÓN.
La narrativa de San Mateo en cuanto a la resurrección de Jesús, dice que domingo por la mañana, un ángel descendió del cielo y removió la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella, Mateo 28:2.
Su aspecto del ángel era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve; de manera que los soldados que estaban allí guardando el sepulcro, tuvieron miedo de él, temblaron y quedaron como muertos, Mateo 28:4.
San Mateo narra de solamente María Magdalena y la otra María que fueron a ver el sepulcro de Jesús. San Mateo no especifica si la otra María era la madre de Jesús. Las dos María recibieron el mensaje del ángel que Jesús había resucitado y les mostró el sepulcro vacío, Mateo 28:6.
Otra narrativa es que Jesús le salió al encuentro de ellas, Mateo 28:9. Según San Mateo, Jesús dejó dos encargos a las dos María, el primero era para dar la noticia de su resurrección y el segundo era para que sus hermanos, o sea sus discípulos vayan a Galilea y allí lo esperen, Mateo 28:10.
San Mateo no declara con detalles algunas cosas como ser: el nombre del monte donde Jesús había ordenado que ellos tenían que esperar a Jesús, Mateo 28:16.
LA GRAN COMISIÓN
El evangelio de San Mateo termina con Jesús comisionando a sus discípulos a ir por todas las naciones haciendo discípulos y bautizando en nombre del padre, del hijo y del Espíritu Santo, Mateo 28:19. En el versículo 20, Jesús ordena que enseñen a guardar todas las cosas que él había mandado, pero también, les da ánimo diciendo que él estaría con ellos todos los días de sus vidas hasta el fin del mundo, Mateo 28:20.
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