Deberíamos estar agradecidos de que Dios incluyera a Jonás en el canon de las Escrituras. Si alguna vez Dios ha provisto un cuadro de nuestra naturaleza humana, nuestra inclinación a huir de la obligación para servir al yo, ha sido a través de Jonás. Él nos da el retrato perfecto de un líder reticente en un tiempo de necesidad.
Sin embargo, ¡no fue él solo! Dios ha llamado a muchos líderes reticentes. Piensa en Moisés, que en Egipto pensó que podía hacer más de lo que realmente podía. Y Dios le llamó solo después de cuarenta años de preparación, cuando él pensaba que podía hacer menos de lo que realmente podía. Expresó una reticencia total cuando estaba ante la zarza ardiente, intentando excusarse del liderazgo. O piensa en Gedeón, a quien Dios llamó a dirigir un ataque contra los madianitas. Él debatió con un ángel, explicándole por qué no podía hacerlo. O piensa en el rey Saúl, que les sacaba una cabeza a todos, y aun así se escondió entre el equipaje cuando llegó Samuel para ungirle como rey de Israel. O piensa en Jeremías, a quien Dios llamó a ser profeta para las naciones. Este joven debatió con Dios debido a su tierna edad, como si a Dios se le hubiera olvidado la edad que tenía. Dios básicamente respondió: «Te he estado preparando desde antes de que fueras formado en el vientre de tu madre».
La reticencia de Jonás no apareció en forma de debate; simplemente huyó en dirección contraria. No puso objeción a su llamado debido a sus inaptitudes, sino debido a la aparente irracionalidad de llamar a Nínive al arrepentimiento. Jonás veía eso como una cultura del mal que no merecía un aviso de destrucción inminente. Así que huyó. Días después descubrió que los líderes no pueden correr más que Dios. Algunos marineros asustados le arrojaron por la borda (por su propia indicación) y un enorme pez se tragó al titilante profeta. Durante los siguientes tres días recuperó la perspectiva mientras estuvo en el vientre del pez, y cuando Dios ordenó a la bestia escupirle en la orilla, el escarmentado profeta por fin cumplió la tarea que Dios le había dado.
Es interesante notar que cada parte importante en la historia: la tormenta, los marineros; el pez, el rey, los ninivitas, la vid, el gusano y el viento del este, todos obedecieron a Dios... salvo Jonás, el líder escogido por Dios. A veces el líder debe arrepentirse antes de poder llamar a la gente a hacerlo.
A pesar de la desobediencia de Jonás, su falta de perspectiva, su prejuicio cultural, su justicia propia, sus motivos equivocados y su mala actitud, Dios nunca le abandonó. ¿La lección central? A veces Dios nos usa, a pesar de nosotros mismos. Él incluso usa a líderes reticentes para lograr su compasiva misión.
Dios de nuevo toma la iniciativa en este libro. El líder que Él escoge rehúsa obedecer en un principio. Dios le persigue, llama a un gran pez (quizá una ballena) para que se lo trague, le permite vivir tres días en el estómago de la criatura, y después le ordena vomitarlo en la orilla. Solo entonces Jonás va a Nínive para hablar. Sin embargo, después de dar su mensaje, Dios tiene que tomar la iniciativa una vez más cuando Jonás reacciona con enojo ante el arrepentimiento de ellos. Dios hace crecer una planta para darle sombra, después le enseña una lección sobre la misericordia y la gracia. ¡Dios debe trabajar más para conseguir que su líder escogido adopte una postura obediente, que lo que trabajó para conseguirlo de los ninivitas!
Jonás: reticente misionero a los de Nínive; hizo falta que lo tragara un pez gigante para que cumpliera con lo que Dios le había mandado hacer (1.1— 9.9).
El capitán y la tripulación del barco en que iba Jonás: intentaron evitar la muerte de Jonás; lo lanzaron por la borda para que cesara la tormenta (1.5–16).
El rey de Nínive
La motivación es la clave: por qué un líder hace algo finalmente determina lo que hace.
Los líderes deben modelar lo que demandan a la gente.
La misericordia de Dios vence nuestra reticencia, prejuicios y pequeños pensamientos.
Aún podemos liderar si nuestro impulso por la obediencia es más fuerte que nuestra reticencia.
Los líderes pierden su derecho a ser egoístas.
LA NOTORIEDAD DE JONÁS se debe a que es el único profeta con quien Jesús mismo se identificó (Mt 12.39–41). Así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre de la ballena, Cristo usa esta experiencia como ejemplo de los tres días y tres noches en que estaría «en las profundidades de la tierra» después de su crucifixión.
Misericordia de Dios con todas las naciones (4.2, 10, 11; Éx 34.6; Nm 14.18; Sal 86.5, 15; Jl 2.13; 1 Ti 2.4; 2 P 3.9).
Gobierno soberano de Dios (1.4, 9, 17; 2.10; 4.6, 7; Job 42.2; Sal 107.25; 146.6; Neh 9.6; Mt 10.29, 30; Hch 17.24; Ro 8.28).
Dios es misericordioso: 4.2, 10–11
Dios provee: 1.4, 15
Dios se aíra: 4.2
El nombre “Jonás” significa, “Paloma”.
Jonás era hijo de Amitai de la ciudad de Gat-hefer, su ministerio fue en la época del rey Jeroboam II. Jonás fue designado por Dios para ir a la ciudad de Nínive para predicar su palabra, pero Jonás se fue a Jope y agarró una nave que salía destino a Tarsis para esconderse de la presencia de Dios; Tarsis es lo que corresponde hoy a una región de España.
Si miramos el mapa bíblico, podemos observar que las dos ciudades citadas en este texto, como ser: Nínive y Tarsis, quedaban en una posición geográfica totalmente contraria una de la otra, pues Nínive era una ciudad de Asíria y Tarsis de España, de esta manera, comprendemos que Jonás fue a una ciudad que quedaba contraria a la posición que Dios le había designado, pensando que de esta manera podía esconderse de la voluntad de Dios.
La ciudad de Nínive era una de las mayores ciudades del mundo en aquella época y quedaba a 600 Km. De distancia del Mar Mediterráneo y era capital del imperio Asírio.
La fortaleza de la ciudad de Nínive tenia aproximadamente 16 mts de anchura, 50 Km. De extensión y 30 mts de altura y tenia más de 120 mil habitantes.
Esta fue una de las razones por la cual Jonás tuvo miedo de ir a Nínive, pues sabia que ellos eran pueblo fuerte y que quizás no darían oídos a su predicación.
El autor de este libro fue el propio Jonás según los estudiosos.
Este libro fue escrito aproximadamente en el año 756 a.C.
Este libro habla sobre un profeta que no quiso obedecer la voluntad de Dios, pero su principal tema es “La misericordia de Dios hacia una nación gentil”.
El libro de Jonás es el 5º libro del grupo de los profetas menores y es el libro número 32 de la Biblia.
Tiene 4 capítulos.
Tiene 48 versículos.
Tiene 8 mandamientos.
Tiene 12 preguntas.
1.- La desobediencia de Jonás:
Este libro empieza con la designación de Dios al profeta Jonás para un largo viaje hasta la ciudad de Nínive para anunciar juicio contra ella, pero Jonás huye de la presencia de Dios, Jon 1:3.
Podemos aprender que desde el momento que Jonás huyó de la presencia de Dios, empezó a descender, como ser:
Jonás descendió a Tarsis.
Jonás descendió al interior de la nave.
Jonás descendió a las profundidades de las aguas.
Jonás descendió al vientre de un gran pez.
El vs 4 y 5, dice que Dios levanto en el mar una gran tempestad, y los marinos tuvieron miedo, y todos empezaron a clamar a su dios, y no sabían porque les habían venido la ira de Dios sobre ellos, por eso, echaron suerte y la suerte cayó sobre Jonás.
En el vs 8 encontramos cinco preguntas dirigidas a Jonás por los tripulantes de la nave las cuales son:
¿Por qué nos ha venido este mal?
¿Qué oficio tienes?
¿De donde vienes?
¿Cuál es tu tierra?
¿De que pueblo eres?
El profeta Jonás reconoció que él estaba pagando un precio por la desobediencia, revelando su identidad y pidió para que lo echasen al mar para que la ira de Jehová fuese apaciguada, Jonás 1:12.
En los vs 14 y 15, dice que los hombres clamaron a Jehová y echaron a Jonás en el mar y la tempestad milagrosamente paró.
En el vs 17, dice que Jehová había preparado un gran pez que tragase a Jonás, y estuvo Jonás tres días y tres noches en el vientre del pez.
2.- La obediencia de Jonás:
A partir del capitulo 2, Jonás ora en el vientre del pez y se arrepiente de huir de la presencia de Dios; y Dios le da una nueva oportunidad, y dice Jonás 2:10 que Jehová mandó al pez que vomitase a Jonás en tierra.
En el capitulo 3, viene por segunda vez la palabra de Dios a Jonás.
“Y se levantó Jonás, y fue a Nínive conforme a la palabra de Jehová. Y era Nínive ciudad grande en extremo, de tres días de caminos.”.
En el vs 4, Jonás entró en la ciudad y empezó a predicar que dentro de cuarenta días, Nínive seria destruida; y los moradores de Nínive creyeron y proclamaron ayuno los hombres y los animales, Jonás 3:5-9.
En Jonás 3:10 dice: “Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.”.
3.- El enojo de Jonás:
En el capitulo 4, el profeta Jonás se enoja porque Dios no cumplió lo que había dicho que en cuarenta días destruiría la ciudad de Nínive; lo que Jonás no comprendió era que Dios había usado de misericordia para con los ninivitas, pues ellos se habían arrepentido.
La actitud de Jonás nos muestra el carácter de muchos cristianos de hoy que desean que los pecadores sean castigados y juzgados delante de Dios en vez de verlos arrepentidos y gozando de la misericordia de Dios.
Vemos que Jonás se siente decepcionado por no haber sido cumplido lo que él había predicado, pues Jonás estaba más preocupado con su reputación, que con la manifestación de la misericordia de Dios, a punto de pedir la muerte, Jonás 4:3.
4.- Dios enseña una gran lección a Jonás:
A partir de Jonás 4:5, Dios da una gran enseñanza a Jonás de la siguiente manera: Jonás salió de la ciudad de Nínive, y acampó al oriente de la ciudad, y se hizo un cobertizo y se sentó debajo de su
sombra para ver los que sucedería a la ciudad de Nínive; entonces Dios hizo crecer un árbol de calabacera para hacer sombra sobre su cabeza de Jonás, y Jonás quedó muy contento por la calabacera, pero en la mañana del día siguiente, Dios envió un gusano, el cuál hirió la calabacera, y se secó, y Jonás se enojó porque la calabacera se había secado, fue entonces que Dios habló a Jonás diciendo: “Tuviste tú lastima de la calabacera, en la cuál no trabajaste; ni tu la hiciste crecer; que en espacio de una noche nació, y en espacio de otra noche pereció. ¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?”.
Otras consideraciones del libro de Jonás:
La historia de Jonás es mencionada por Jesús en Mateo 12:39-41.
Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez; esto era una tipología de Cristo, pues Jesús estuvo tres días en el sepulcro, Mateo 12:40.
Jonás también es una tipología de Israel por la siguiente interpretación:
1.- Así como Jonás fue tragado por un gran pez, Israel fue tragado por las naciones del mundo, pero un día volverá a su tierra.
2.- El castigo de Jonás por su desobediencia fue ser lanzado al mar, de esta manera, Israel fue esparcido por todo el mundo.
3.- Jonás reconoció su desobediencia, de esta misma manera, Israel reconocerá su pecado y volverá a Dios.
El reto primordial es si el libro debe interpretarse como una narración histórica o como una alegoría / parábola. La gran escala de milagros, tales como ser mantenido vivo durante tres días y tres noches en un gran pez, ha llevado a algunos escépticos y críticos a negar su validez histórica y sustituir lecciones espirituales, ya sea para las partes constitutivas (alegoría) o para el libro como un todo (parábola). Pero independientemente de lo grandioso y milagroso que los acontecimientos hayan sido, la narración se debe ver como histórica. Centrado en un profeta del AT históricamente identificable que vivió en el siglo octavo a.c., cuyo relato ha sido registrado en forma narrativa, no hay más alternativa que entender a Jonás como histórico. Además, Jesús no enseñó la historia de Jonás como una parábola, sino como un relato real firmemente arraigado en la historia (Mt 12.38–41; 16.4; Lc 11.29–32).
SETEADB. PROFETAS MENORES. Editorial La Epístola. Bolivia. 2012.
Maxwell, John. Elmore, Tim. La Biblia de Liderazgo de Maxwell. Nashville: Grupo Nelson; 2016.
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