Se ha calculado que alrededor de cuarenta mil millones de personas han vivido sobre la tierra desde Adán. Se puede ver un enorme contraste en esta gran multitud humana. Incluye a hombres negros, blancos, pardos, amarillos. Estos hombres han explorado y poblado cada rincón de la tierra. Hablan docenas de idiomas, practican multitud de religiones, y han formulado numerosas culturas.
Pero cada uno de los seres humanos comparte una cosa vital. El propósito de su vida aquí y de su destino eterno después dependen totalmente de su relación personal con el objeto de este estudio: el Señor Jesucristo. Por lo tanto es absolutamente imposible sobre enfatizar la importancia de su vida. La pregunta clave del universo sigue siendo: « ¿Qué pensáis del Cristo? » Mateo 22:42.
Nótese lo siguiente:
Para el artista Él es todo hermoso. Cantares 5:16.
Para el arquitecto es la piedra del ángulo. 1 Pedro 2:6.
Para el astrónomo es el Sol de la justicia. Malaquías 4:2.
Para el panadero es el pan de vida. Juan 6:35
Para el banquero es el tesoro escondido. Mateo 13:44.
Para el constructor es el fundamento seguro. Isaías 28:16.
Para el carpintero es la puerta. Juan 10:7.
Para el doctor es el gran médico. Jeremías 8:22.
Para el docente es el camino nuevo y vivo. Hebreos 10:20.
Para el granjero es el sembrador y el Señor de la cosecha. Lucas 10:2.
Cristo es el centro de la teología bíblica, pero no es el principio ni el fin. De la misma manera que Dios el Padre es el primer principio en la creación del Universo, en la programación de la historia y en el gobierno del mundo, así también es el primer principio en la redención de la humanidad pecadora y en la aplicación de dicha redención mediante Su Santo Espíritu. Igualmente es el último fin, como puede probarse por Juan 14:6 y 1 Corintios 15:27 y 28, entre otros lugares.
«El Cristianismo es la única religión del mundo que se basa en la Persona de su Fundador. Uno puede ser un fiel mahometano sin que tenga nada que ver con la persona de Mahoma. Igualmente puede ser un verdadero y fiel budista aunque no sepa de Buda absolutamente nada. Con el Cristianismo pasa algo totalmente diferente. El Cristianismo está ligado a Cristo de un modo tan indisoluble, que nuestra visión de la Persona de Cristo comporta y determina nuestra visión del Cristianismo».
Una porción de contenido doctrinal muy rico a este respecto es Colosenses 1:15-17, que dice así: «El cual (Cristo) es imagen de Dios invisible, primogénito de toda creación; pues en él fueron creadas todas las cosas, las que (están) en los cielos y las que (están) sobre la tierra, las visibles y las invisibles, ya (sean) tronos, o señoríos, o principados o potestades; todas las cosas han sido creadas por medio de él y hacia él; y él es (existe) antes de todas las cosas, y todas las cosas tienen en él su consistencia» (versión literal).
La centralidad de Cristo con respecto al Universo entero no puede quedar más clara.
Cristo es asimismo el centro de la Historia de la humanidad. Más de la mitad de la humanidad datan los hechos históricos adoptando como fecha central la del nacimiento del Salvador. Así, la Historia queda dividida en dos mitades: «antes de Cristo» y «después de Cristo». En el plano teológico, la fecha central es la del primer Viernes Santo, cuando el Señor fue crucificado en el Calvario. La Historia de la Salvación está orientada, desde el Paraíso Perdido (Gn. 3) hacia la Cruz, y apuntará retrospectivamente a la Cruz en el Paraíso Recuperado (Apocalipsis. 22:1 –¡el trono del Cordero!).
Podemos incluso considerar a Cristo como el centro de la «geografía», ya que, en el juicio de las naciones (Mateo 25:31-46) y, por extensión, en el Juicio Final (Apocalipsis 20:11-15), la humanidad queda dividida en dos lugares que tienen por centro a Cristo: «Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda». Los de la «derecha», los «benditos del Padre», irán a heredar el reino preparado para ellos. Los de la «izquierda», los «malditos», serán despedidos al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
El Espíritu Santo nos bautiza incorporándonos a la Iglesia, que es «el cuerpo de Cristo» (1 Corintios 12:13). Equivale al «bautizados hacia Cristo» que vemos en Gálatas 3:27.
Por eso mismo, Cristo viene a ser la Cabeza de ese Cuerpo (ver Efesios 1:22-23; 4:12-16; 5:23-32).
Así, el cristiano se hace «una sola carne con Cristo», siendo Él el «esposo», no sólo de la Iglesia entera (Efesios 5:23-32), sino también de la iglesia local (ver 2 Corintios 11:2).
En virtud de la estrecha unión con Cristo, el cristiano participa legalmente (posicionalmente) del status de Cristo, quedando identificado con Él (a) en Su muerte (Romanos 6:1-11); (b) Su sepultura (Ro. 6:4); (c) Su resurrección (Colosenses 3:1); (d) Su ascensión a los cielos (Efesios 2:6); (e) Su reinado (2 Timoteo 2:12); (f) Su gloria (Ro. 8:17). E) Finalmente, en cuanto a su condición personal (experimentalmente), el cristiano tiene a su alcance «el poder de la resurrección de Cristo» (Filipenses 3:10). Este poder ejercerá su plena eficacia cuando el Señor venga (Filipenses 3:20-21).
La doctrina de la persona de Cristo es crucial para la fe cristiana. Es básica para la Soteriología, porque si nuestro Señor no es lo que alegó ser, entonces Su expiación fue deficiente, no un pago suficiente por el pecado.
a. El significado de la preexistencia
La preexistencia significa que El existió antes de Su nacimiento. Para algunos escritores significa que El existió antes de la creación y antes del tiempo. Pero hablando estrictamente, preexistencia no es sinónimo de eternidad. Prácticamente hablando, representan un concepto similar, porque la negación de la preexistencia casi siempre incluye una negación de la eternidad y viceversa.
b. La importancia de la preexistencia
1. Al nacer. Si Cristo llegó a existir en Su nacimiento, entonces no existe una Trinidad eterna.
2. No es Dios. Si Cristo no fue preexistente entonces no pudiera ser Dios, porque, entre otros atributos, Dios es eterno.
3. Mentiroso. Si Cristo no fue preexistente entonces mintió, porque El se atribuyó preexistencia. Entonces, surge la pregunta, ¿de qué más mintió?
c. La evidencia de la preexistencia
1. Su origen celestial. Los versículos que reclaman un origen celestial para Cristo atestiguan de Su existencia antes de nacer. Note especialmente Juan 3:13 y 31.
2. Su obra como Creador. Si Cristo estuvo involucrado en crear, entonces, por supuesto, tuvo que existir antes de la creación. Véase Juan 1:3; Colosenses 1:16; y Hebreos 1:2.
3. Su relación con Dios. El se atribuyó igualdad de naturaleza con Dios (Juan 20:30). El también afirmó haber tenido gloria junto a Su Padre antes que el mundo fuese (17:5). Pablo también declaró que Cristo tenía la misma naturaleza de Dios (Filipenses 2:6). Estos pasajes también son evidencia de Su eternidad.
4. Sus atributos. El se atribuyó Deidad total y otros la atestiguaron. Estas atribuciones serán examinadas más adelante, pero por ahora bastará Colosenses 2:9—en Cristo habita toda la plenitud de la Deidad.
5. Su relación con Juan el Bautista. Aunque Juan nació antes que Jesús, él reconoció que Jesús existió antes que él (Juan 1:15, 30, textualmente “primero que yo”, pero refiriéndose a la preexistencia como la base de la superioridad de Cristo sobre Juan).
a. El significado de la eternidad
La eternidad significa no sólo que Cristo existió antes de Su nacimiento o aun antes de la creación, sino que El existió siempre, eternamente. Usualmente la eternidad y la preexistencia permanecen o caen juntas, aunque Arrio enseñó la preexistencia del Hijo pero no Su eternidad. El insistió en que si Cristo fue el Hijo unigénito debió de haber tenido un principio. Los Testigos de Jehová hoy en día tienen una Cristología como la Arriana, que niega la eternidad del Logos.
b. La importancia de la eternidad
Si se niega la eternidad, entonces (a) no hay Trinidad, (b) Cristo no posee la Deidad total, y (c) El mintió.
c. La evidencia de la eternidad
Su relación con Dios como partícipes de la misma esencia demuestra Su eternidad, puesto que Dios es eterno. Note la palabra charakter en Hebreos 1:3 la cual indica que Cristo es la representación exacta de la naturaleza o esencia de Dios.
La posesión de los atributos divinos incluye el de la eternidad.
Los profetas del Antiguo Testamento afirmaron la eternidad del Mesías. Miqueas dijo que Sus salidas son desde los días de la eternidad. (5:2; véase Habacuc 1:12). Aunque las palabras pueden denotar “desde los días antiguos”, es decir, desde los tiempos más primitivos, también pueden significar desde la eternidad. Isaías 9:6, “Padre Eterno”, probablemente se refiere a Cristo como un Padre para Su pueblo siempre (así solamente mira hacia delante, no hacia atrás a la eternidad pasada).
Cristo se atribuyó eternidad cuando declaró: “Antes que Abraham fuese, YO SOY” (Juan 8:58). Esto es más que una existencia limitada antes que naciese Abraham, porque El dijo “YO SOY”. “Yo era” pudiera indicar que El existió varios siglos antes que Abraham, pro Yo soy (eimi) afirma Su eternidad.
La plena declaración de Juan es que Cristo es Dios (Juan 1:1). “El Verbo era Dios”. No el Verbo era divino (como dicen Moffatt y Goodspeed), puesto que eso requeriría theios (como en Hechos 17:29 y 2 Pedro 1:3). Ni tampoco dice Juan que el Verbo era un dios (como lo traducen los Testigos de Jehová). Los sustantivos definidos que preceden al verbo, como aquí, generalmente carecen del artículo definido.
a. Su actividad como Creador
1. Su alcance. El participó en la creación de todas las cosas (Juan 1:3; Colosenses 1:16; Hebreos 1:2). Esto demuestra Su poder (ser capaz de crear todas las cosas).
2. Su propósito. Todas las cosas fueron creadas para El (Colosenses 1:16), es decir, para el propósito de llevar a cabo sus fines en la creación. Esto demuestra Su prerrogativa (hacer que la creación sirva a sus propósitos).
3. Su continuación. El ahora también sustenta Su creación, porque en El todas las cosas subsisten (Colosenses 1:17). Esto demuestra Su presencia (continuar sustentando la creación).
b. Su actividad como Ángel
1. Su identidad como el Ángel de Yahveh. El Ángel de Yahveh es claramente una manifestación de Yahveh, porque El habla como Dios, se identifica a Sí mismo con Dios, y alega ejercer las prerrogativas de Dios (Génesis 16:7–14; 21:17–18; 22:11–18; 31:11–13; Éxodo 3:2; Jueces 2:1–4; 5:23; 6:11–22; 13:3–22; 2 Samuel 24:16; Zacarías 1:12–13). El hecho de que las apariciones del Ángel de Yahveh cesan después de la encarnación indica que El es un miembro de la Trinidad. Esto se confirma con la afirmación del Antiguo Testamento de que el Ángel de Dios acompañó a Israel cuando salieron de Egipto (Éxodo 14:19; cf. 23:20) y la declaración del Nuevo Testamento de que la Piedra que siguió a Israel era Cristo (1 Corintios 10:4).
2. Sus ministerios como el Ángel de Yahveh. (1) Muchas veces actuó como mensajero a varias personas (Génesis 16:7–14; 22:11–18; 31:11–13). (2) Guió y protegió a Israel (Éxodo 14:19; 23:20; 2 Reyes 19:35). (3) Fue el instrumento de juicio sobre Israel cuando Dios mandó una pestilencia sobre el pueblo (1 Crónicas 21:1–27). (4) Fue el agente de refrigerio para Elías (1 Reyes 19:5–7).
c. Sus otras actividades
Ninguna otra actividad de Cristo se revela como que ocurriera en Su estado previo a Su encarnación. Su obra como Mesías requirió la encarnación, aunque fue predicha en el Antiguo Testamento. Igualmente Su obra como Salvador necesitaba la encarnación. El Antiguo Testamento no da una revelación específica de la segunda Persona como el Salvador, sino solamente de Dios como Salvador. El haberlo hecho habría requerido de una revelación en el Antiguo Testamento de la Trinidad. Más bien, ese período se clasifica como “los tiempos de ignorancia” (Hechos 17:30).
Aunque nuestro Señor no estuvo inactivo durante Su estado previo a la encarnación, Sus mayores obras necesitaron de la encarnación. Sin embargo, El permanece magnífico en Su persona como el Dios eterno, pero, por así decirlo, en las sombras, esperando la luz concentrada de la encarnación para revelar Su gloria y gracia (Juan 1:17; Tito 2:11).
En esta materia, estudiaremos la más bella historia de todos los tiempo narrada en los cuatro evangelios. La vida de Jesús es un gran ejemplo de obediencia, sumisión, de fe, de virtudes y de poder.
La Cristología nos muestra paso a paso la vida de Jesús y su ministerio terrenal. Aprenderemos en esta oportunidad los fundamentos bíblicos de la Cristología que sin duda es una manifestación del Espíritu de Dios para que conozcamos más a fondo los misterios divinos de la encarnación de Cristo.
A pesar que otras religiones como: el Budismo, el Islamismo, etc. No reconocen la soberanía y la divinidad de Jesús, nosotros estaremos siempre luchando y defendiendo la bandera de la cruz de Cristo Esperamos que esta materia le ayude a conocer un poco mas de la vida, los hechos y del carácter divino de Jesús.
En la época contemporánea, la Cristología sin duda, ha sido una de las disciplinas teológicas que más se ha desarrollado y renovado.
Es el tratado o materia teológica donde se estudia la persona de Jesucristo, su vida, sus obras, sus acciones y su mensaje, tal como ha sido transmitido por la Biblia.
Buscamos en la teología, contextos diferentes en las que cada uno desarrolla o resalta distintos aspectos y claves sobre Jesús, que son esenciales y adquiridos en la investigación actual, para comprender de forma adecuada la figura de Jesús.
Es importante saber que en este desarrollo e investigación teológica sobre Jesús, a veces, se han producido mutuas matizaciones y correcciones entre las enseñanzas de las iglesias cristianas, que se pretende velar para que no se deforme la imagen de Cristo, pero que se transmita de forma adecuada la realidad sobre la persona de Jesús.
Verdades Cristológicas
Jesús de Nazaret transformó el mundo. Jamás hubo y nunca habrá alguien como él. Jesús es el tema principal de la historia de la humanidad, pues él dividió el mundo en dos etapas, La forma abreviada es utilizada por los estudiosos para estudiar la historia de la humanidad que son: a.C y d.C. que significa: “Antes de Cristo y después de Cristo.”.
Cuando leemos sus palabras y las comparamos con las de Mahoma, Buda, los escritos hindúes, o de cualquier otro líder religioso, quedamos atónitos y sorprendidos ante el poder y singularidad de sus palabras.
Los mismos contemporáneos de su época preguntaban: “¿De donde viene esta sabiduría y estos milagros? Mateo 13:54. De hecho entendemos que todo lo mejor que el cristianismo trajo al mundo, es resultado de la influencia de Jesucristo.
La preexistencia y la eternidad de Cristo
Las escrituras hebreas profetizaron hace muchos siglos sobre la venida de un Mesías para salvar al pueblo de la esclavitud del pecado. Jesús es el cumplimiento de esta profecía. El escritor del libro de Génesis lo presenta como la semilla de la mujer, Génesis 3:15. Es importante entender no solo su venida o su nacimiento, pero principalmente sobre su preexistencia y su eternidad.
Preexistencia
Es la existencia anterior con alguna de las prioridades de naturaleza u origen, o sea que existía antes de todo, aun mismo, antes de la fundación del mundo.
Eternidad
Es perpetuidad sin principio, sucesión ni fin. Es también considerada una posesión simultánea y perfecta de una vida interminable considerada como un atributo de Dios.
En su oración por sus discípulos, Jesús revela su preexistencia diciendo: “Ahora pues padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.”. Juan 17:5.
El evangelista Juan declara la preexistencia de Jesús diciendo: “En el principio era el verbo, y el verbo era con Dios, y el verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.”. Juan 1:1-3.
Juan tuvo una revelación en la Isla de Patmos que declara la preexistencia y la eternidad de Jesús diciendo: “Yo soy el alfa y la omega, principio y fin, dice el Señor el que es y que era y que ha de venir, el todo poderoso.”, Apocalipsis 1:8.
El apóstol San Pablo hace una declaración Cristocéntrica poderosa de la preexistencia de Cristo diciendo: “El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten.”, Colosenses 1:15-17.
La Biblia está repleta de declaraciones de la preexistencia y de la eternidad de Cristo, de manera que no tenemos duda que verdaderamente Jesús es Dios poderoso y eterno.
Jesús es igual al padre
Existen muchas declaraciones bíblicas que confirman que Jesús es igual al Padre; los evangelios manifiestan su preexistencia junto al Padre y al Espíritu Santo.
Jesús mismo declaró esta verdad diciendo: “La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.”, Juan 17:22.
Jesús también dijo: “¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido Felipe? El que me ha visto a mi, ha visto al Padre; Como pues dice tu; Muéstranos al Padre?”, Juan 14:9.
El apóstol Juan declaró diciendo: “Todo aquel que niega al hijo, tan poco tiene al Padre. El que confiesa al hijo, tiene también al Padre.”, 1 Juan 2:23.
Hay otras declaraciones en la Biblia como ser: Filipenses 2:6; Hebreos 1:3.
La divinidad y los atributos de Jesús
Divinidad
Es la esencia de un ser supremo, dotada de belleza, perfección y preciosidad.
Atributos
Es cada una de las cualidades o propiedades de un ser divino. Es también cada una de las perfecciones propias de este ser supremo.
La Biblia nos muestra pruebas de la divinidad de Cristo, como ser:
1.- El escritor a los hebreos registra en esta epístola Dios Padre llamando de Dios a Jesús, diciendo: “Mas del hijo dice: Tu trono, oh Dios por el siglo del siglo, cetro de equidad es el cetro de tu reino.”, Hebreos 1:8.
2.- El apóstol Juan declaró la divinidad de Cristo en su epístola diciendo: “El que cree en el hijo de Dios, tiene el testimonio en si mismo; El que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su hijo.”, 1 Juan 5:10.
3.- El ángel de Dios dijo a María: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del altísimo te cubrirá con su sombra; Por lo cual también el santo ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.”, Lucas 1:35.
4.- El mismo Jesús declaró ser el Hijo de Dios delante de sus enemigos: “Más él callaba y nada respondía. El sumo sacerdote le volvió a preguntar y le dijo: ¿eres tú el Cristo el hijo del bendito? Y Jesús le dijo: Yo soy. Y veréis al hijo del hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.”, Marcos 14:61, 62.
5.- El apóstol San Pablo declaró la divinidad de Jesús diciendo: “Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y salvador Jesucristo.”, Tito 2:13.
Los atributos divinos eran manifestados en el ministerio de Jesús: Estas particularidades solo podían ser atribuidas a Dios, pero Jesús las tenía.
Mostraremos algunas de estas particularidades.
1.- Omnipotencia
Jesús dijo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.”, Mateo 28:18.
Jesús tenía poder sobre las enfermedades, Lucas 4:40.
Jesús tenía poder sobre la naturaleza, Lucas 8:24, 25.
Jesús tenía poder sobre los demonios, Mateo 8:16.
Jesús tenía poder sobre la muerte, Juan 11:43, 44.
2.- Omnisciencia
El apóstol Pedro hizo una gran declaración diciendo: “Señor, tu lo sabes todo.”, Juan 21:17. Entendemos que Jesús conocía los pensamientos de los hombres, como vemos: Juan 6:6; Mateo 9:4; Marcos 2:8; Juan 4:16-19.
3.- Omnipresencia
Jesús mismo afirmó diciendo: “He aquí yo estoy con vosotros hasta el fin del mundo, Amén.”, Mateo 28:20.
Podemos encontrar otra afirmativa en Mateo 18:20 que dice: “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.”.
Hechos divinos atribuidos a Jesús:
Podemos encontrar en la Biblia muchos textos que confirman esta verdad que confirma su divinidad inconfundible, los cuales son:
1.- El apóstol Juan declaró que Jesús participó en la creación del mundo, diciendo: “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.”, Juan 1:3.
2.- El escritor a los hebreos declaró que Jesús sustenta todas las cosas y purificó nuestros pecados, diciendo: “El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de si mismo, sentó a la diestra de la majestad en las alturas.”, Hebreos 1:3.
3.- El apóstol Juan hace otra declaración, diciendo: “Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al hijo, y cree en él, tenga vida eterna, y yo le resucitaré en el día postrero.”, Juan 6:40.
4.- Juan también declaró que Jesús tiene poder para ejercer juicio, diciendo: “Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al hijo.”, Juan 5:22.
Jesús es el Cristo
La palabra “Cristo” es transliterada del adjetivo griego “Chistós”, traducido del término hebreo “Mashiak”, que significa “Mesías o ungido”, de esta manera entendemos que “Cristo”, significa, Enviado o ungido.
La unción era practicada en Israel como un hecho de reconocimiento eterno de una elección divina dada a cada uno según su oficio, Éxodo 29:7.
En 1 Samuel 10:6 y 1 Samuel 16:13, podemos observar que la unción es el revestimiento de una naturaleza y carácter divino que capacita a la persona a ministrar en nombre de Dios.
La Biblia dice en Hechos 10:28, lo siguiente: “Como Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo este anduvo haciendo bienes, y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.”.
En Lucas 4:18, 19 dice: “El Espíritu del Señor está sobre mi, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos. A poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor.”.
Los escritos sagrados del período Ínter testamentario, nos muestran muchas indicaciones mesiánicas.
Los Cantares de Salomón son enteramente mesiánicos.
El apóstol San Pedro hace una grande declaración en Mateo 16:16, cuando dice: “Tú eres el Cristo, el hijo del Dios viviente.”.
La fe de muchos discípulos parecía pequeña para creer que Jesús era el Cristo, pues sus discípulos, aun después de su muerte, y aun después de su resurrección, tenían duda si Jesús verdaderamente era el Cristo.
Jesús en el Antiguo Testamento
El A.T. es un verdadero tesoro de revelaciones acerca de la persona de Jesús. Él aparece en las más diversas formas y ocasiones donde era necesaria su presencia.
La mayoría de los teólogos creen que la expresión “Ángel del Señor”, que aparece más de 50 veces en el A.T. identifica al hijo de Dios en sus diferentes actuaciones.
En la primera Pascua celebrada por Moisés, cada familia tomaría para sí un cordero, este ritual simboliza el sacrificio de Jesús por todos nosotros, Éxodo 12:3; 1 Corintios 5:7.
En cada figura del tabernáculo podemos ver la persona de Cristo; su naturaleza divina y humana, su obra redentora, su resurrección, su ministerio como rey, profeta y sacerdote.
A través de la tipología podemos contemplar la persona de Cristo en todo el A.T.
Jesús en el Nuevo Testamento
El mismo Jesús que fue profetizado en el A.T. es revelado en el N.T. en forma física. En los evangelios son revelados su nacimiento, su vida, su ministerio, su gracia, su carácter y su amor.
En el libro de Hechos, Jesús actuó a través de su Espíritu en la vida de la iglesia; Su nombre era usado por los apóstoles que llenos del Espíritu Santo, hacían su obra, Hechos 4:30, 31; Hechos 19:10-12.
A través de las epístolas, Jesús se manifiesta por medio de la doctrina, fortaleciendo nuestra fe y los fundamentos de la iglesia, la cuál él es cabeza, Efesios 1:22.
En la carta a los hebreos él es el mayor sacerdote de todos los tiempos, He 7:22-24. En Apocalipsis él es Rey y Señor, Apocalipsis 19:16.
La presencia simbólica de Cristo
La presencia simbólica de Cristo en los días de hoy, se manifiesta en la Santa Cena en dos elementos básicos los cuales son: El pan y el vino.
1.- El cuerpo de Cristo
El cuerpo de Cristo es representado por el pan. El pan seguirá siendo siempre pan, pero la fe y la obediencia en las enseñanzas de Jesús, nos hace comer el pan en el momento de la Santa Cena, pensando que es su cuerpo, llevándonos a recordar su muerte y resurrección.
Mateo 26:26, dice: “Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, Comed; este es mi cuerpo.”.
1 Corintios 11:24, dice: “Y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad; Comed; Esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mi.”.
2.- La sangre de Cristo
La sangre de Cristo es otro elemento de la Santa Cena del Señor que nos hace recordar el sacrificio en la cruz del Calvario, cuando derramó su sangre por nuestros pecados. La sangre de Cristo es un símbolo vivo representado por el vino.
Mateo 26:27, 28 dice lo siguiente: “Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.”.
1 Corintios 11:25 dice lo siguiente: “Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, haced esto todas las veces que la bebieres en memoria de mi.”.
Las profecías mesiánicas son todas las profecías que están relacionadas con la persona de Cristo, como ser: Su nacimiento, su vida, su ministerio, su muerte, su resurrección, su exaltación y su venida.
Las profecías mesiánicas más importantes en la historia de Israel, son las del profeta Isaías.
En el A.T. existen varias profecías Mesiánicas, daremos en esta oportunidad las más destacadas entre los cristianos, entre ellas están:
1.- La primera profecía Mesiánica de la Biblia es la de Génesis 3:15, que dice: “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; Esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.”.
2.- El profeta Isaías habla del nacimiento del Mesías, en Isaías 9:6, diciendo: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; Y se llamará su nombre admirable, consejero, Dios fuerte, Padre eterno; Príncipe de paz.”.
3.- El profeta Miqueas dice en su profecía sobre la ciudad que nacería el Mesías, en Miqueas 5:2, diciendo: “Pero tú Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel, y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.”.
4.- El profeta Zacarías también profetiza del Mesías resaltando a la tribu de Judá como que de ahí vendría el Mesías, en Zacarías 10:3, 4, diciendo: “Contra los pastores se ha encendido mi enojo, y castigaré a los jefes; pero Jehová de los ejércitos visitará su rebaño, la casa de Judá, y los pondrá como su caballo de honor en la guerra. De él saldrá la piedra angular, de él la clavija, de él el arco de guerra, y de él también todo apremiador.”.
5.- El profeta Zacarías habla también sobre el gozo que tendrían los habitantes de Jerusalén en su entrada triunfal del Mesías en la ciudad de Jerusalén, en Zacarías 9:9, diciendo: “Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo hija de Jerusalén; He aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.”.
El misterio del nacimiento de Cristo
Los cristianos en todo el mundo aceptan el hecho que el nacimiento de Jesús fue un milagro divino; pues aceptar el hecho que un hombre nació de una virgen sin intervención humana y aceptar que su concepción fue por obra y gracia del Espíritu Santo, es creer y aceptar la doctrina de la expiación, pues era necesario que Cristo viniese al mundo en forma humana, pero con una naturaleza divina.
El nacimiento de Jesús fue tan extraordinario que aun María, su madre no entendió al principio el mensaje del ángel de Dios acerca de su gestación, y se turbó, Lucas 1:28, 29.
El hecho de creer que María era virgen, es un hecho de fe en las palabras de la Biblia y una convicción en las profecías.
Lucas 1:34, dice: “Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? Pues no conozco varón.”.
En Isaías 7:14, el profeta Isaías profetizó diciendo: “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emmanuel.”.
En el nacimiento de Cristo, podemos identificar tres principios fundamentales de la Cristología, los cuales son:
Para el Mesías ser humanizado, era necesario nacer de una mujer.
Para ser impecable, era necesario ser generado por el Espíritu Santo.
Para ser divino, era necesario ser hijo de Dios.
Declaraciones Cristológicas:
Los patriarcas de la iglesia a su tiempo se preocuparon con las cuestiones Cristológicas, pues de acuerdo con los pensamientos filosóficos de muchos filósofos en aquella época, se entendía que Jesucristo había asumido una posición inferior al Padre; fue por esta razón que los patriarcas de la iglesia defendían a los evangelios de las influencias filosóficas.
Vemos grandes hombres de aquella época defender el concepto cristológico como ser:
Clemente
Clemente Dijo: “Hermanos, debemos pensar en Jesucristo como Dios, como juez de vivos y de muertos.”.
Justino y Teófilo de Antioquia
Ellos defendían los evangelios de las contradicciones paganas, entre los años 100 y 200 d.C.
Melito de Sardis
Predicaba a Jesucristo como Dios y a Jesucristo como hombre.
Tertuliano
Combatía al Gnosticismo y al Monarquismo con la Cristología.
Orígenes
Tuvo grande influencia en la Cristología en el oriente. Él usó el término “Filiación eterna”, cuando se refería a la filiación de Cristo para evitar que surjan otras ideas en cuanto a este tema.
Atanásio
Él creía en la única sustancia, esto es: Dios Padre y Dios hijo. Atanasio predicaba que a través de la redención, Dios el Padre, lleva al hombre a poseer la naturaleza divina.
Los oficios del ministerio de Cristo
Los tres oficios más importantes y respetados en la antigüedad era: Profeta, Sacerdote y Rey. Jesús recibió del Padre estos oficios en su ministerio para probar su importancia en la historia y redención de la humanidad.
Podemos analizar estos oficios en el ministerio de Jesús, como ser:
Ministerio de Profeta
Profeta no es solamente aquel que revela el futuro de las personas, sino también, aquel que transmite un mensaje enviado por Dios. Jesús fue el cumplimiento de la profecía de Deuteronomio 18:15, que dice: “Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios, a él oiréis.”.
Jesús confirmó las palabras de Moisés cuando dijo en Juan 5:45-47, lo siguiente: “No penséis que yo voy a acusaros delante del Padre, hay quien os acusa, Moisés en quien tenéis vuestra esperanza. Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mi, porque de mi escribió él. Pero si no creéis en sus escritos ¿Cómo creeréis a mis palabras?”.
En calidad de profeta, Jesús anunció su regreso al mundo, a través del cumplimiento de las profecías relacionadas a él, Hebreos 1:1, 2.
La característica de un profeta era transmitir el mensaje de Dios y su doctrina; Juan 7:16, dice: “Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió.”. El libro de Apocalipsis presenta a Jesús como un profeta, Apocalipsis 19:10.
Ministerio de Sacerdote
El sacerdote tenía la función de ofrecer sacrificios a Dios por los pecados del pueblo, Levítico 4:24. Esta tipología fue cumplida en Cristo, pues en Efesios 5:2, dice: “Cristo nos amó, y se entregó a si mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.”.
Romanos 6:10, dice que el sacrificio que Cristo hizo por nosotros es eterno, jamás se repetirá. El sumo sacerdote entraba una vez al año al santuario en el lugar santísimo y derramaba la sangre del cordero sobre el propiciatorio, haciendo así la expiación por los pecados del pueblo, Éxodo 30:10; Levítico 16:15-17.
Observemos lo que dice Hebreos 9:24 en cuanto a este tema: “Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios.”. De hecho, comprendemos que Jesús fue el mayor sacerdote de todos los tiempos y vive para siempre.
Ministerio de Rey
El profeta Zacarías, profetizó que el Mesías vendría como un rey sobre Israel, Zacarías 9:9. En Lucas 22:29, Jesús declaró que el Padre le había asignado un reino a él, diciendo: “Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre mi lo asignó a mi.”. En Juan 18:37, Jesús declaró ante Pilato que él era rey, diciendo: “Y le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tu rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo.”.
En Mateo 2:2, 11, los tres reyes magos adoraron a Jesús y le ofrecieron regalos dignos de un rey: “¿Donde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron, y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: Oro, incienso y mirra.”.
Los mismos habitantes de Jerusalén le recibieron como rey en su entrada triunfal en Jerusalén, en Marcos 11:8-10: “También muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían por el camino. Y los que iban delante y los que venían detrás daban voces, diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino de nuestro Padre David que viene! ¡Hosanna en las alturas!”.
El padecimiento de Cristo profetizado en el Antiguo Testamento
Según las profecías Mesiánicas del A.T. el Mesías tendría que padecer en manos de los malhechores y sería rechazado por sus hermanos.
Podemos ver algunos textos bíblicos que relatan el sufrimiento de Cristo en el Antiguo Testamento.
1.- El salmista David profetizó en Salmos 12:18, diciendo: “Repartieron entre si mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.”.
2.- Isaías profetizó en Isaías 53:4, 5, diciendo: “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Más él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.”.
3.- Moisés profetizó en Deuteronomio 21:23, diciendo: “No dejareis que su cuerpo pase la noche en el madero, sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado, y no contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.”.
4.- Isaías también profetizó en Isaías 50:6, diciendo: “Di mi cuerpo a los heridores, y mi mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y de esputos.”.
5.- El salmista profetizó en Salmos 16:10, 11, diciendo: “Porque no dejarás mi alma en el Seol, ni permitirá que su santo vea corrupción. Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre.”.
6.- Moisés profetizó en Deuteronomio 21:6-9, diciendo: “Y todos los ancianos de la ciudad más cercana al lugar donde fuere hallado el muerto levantarán sus manos sobre la becerra cuya cerviz fue quebrada en el valle; y protestarán y dirán: Nuestras manos no han derramado esta sangre, ni nuestros ojos lo han visto. Perdona a tu pueblo Israel al cual redimiste, oh Jehová; y no culpes la sangre inocente a tu pueblo Israel. Y la sangre les será perdonada. Y tú quitarás la culpa de la sangre inocente de en medio de ti, cuando hicieres lo que es recto ante los ojos de Jehová.”.
Profecías de la segunda venida de Cristo
Muchos profetas del A.T. profetizaron acerca de la segunda venida de Cristo, aun sabiendo que el Cristo no había venido en carne; esto significa que los profetas tenían una gran fe y una inmensa esperanza en la redención de Israel.
La segunda venida del Mesías profetizada por los profetas, se trata del retorno de Jesús por la nación de Israel, pues la primera venida será para la iglesia.
Podemos ver algunos textos bíblicos que revelan la segunda venida del Mesías, entre ellos están los más conocidos, como ser
El profeta Zacarías profetizó diciendo: “Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el Monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el Monte de los olivos se partirá en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte y la otra mitad hacia el sur. Y huiréis al valle de los montes, porque el valle de los montes llegará hasta Azal; huiréis de la manera que huisteis por causa del terremoto en los días de Uzías rey de Judá; y vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos.” Zacarías 14:4, 5.
El profeta Daniel profetizó diciendo: “Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venia uno como Un hijo de hombre, que vino hasta el anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.”, Daniel 7:13, 14
El profeta Jeremías profetizó diciendo: “En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, yo quebraré su yugo de tu cuello, y romperé tus coyundas, y extranjeros no lo volverán más a poner en servidumbre, sino que servirán a Jehová su Dios y a David su rey, a quien yo les levantaré.”. Jeremías 30:8, 9.
El profeta Joel profetizó diciendo: “Y Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos y la tierra; pero Jehová será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos de Israel.”. Joel 3:16.
El profeta Miqueas profetizó diciendo: “Y él juzgará entre muchos pueblos, y corregirá a naciones poderosas hasta muy lejos; y martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se ensañarán más para la guerra. Y se sentará cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien los amedrente; porque la boca de Jehová de los ejércitos lo ha hablado.”. Miqueas 4:3, 4.
El Mesías humanizado
En el N.T. podemos ver al Mesías que había sido profetizado, en forma humana. Lo que más nos llama la atención, es la forma como Jesús desempeñó su ministerio y sus milagros, enteramente como humano, pero siendo usado por el Espíritu Santo sin medida, por lo tanto, concluimos que su humanidad era plena al punto de decir a sus discípulos que ellos harían mayores milagros que estos.
El apóstol San Pedro dijo: “Ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros.”. 1 Pedro 1:20.
Cristo aun siendo hijo de Dios, como humano era también llamado “Hijo del hombre”, Mateo 16:13.
Daremos algunas pruebas bíblicas del Mesías humanizado:
El Mesías siendo engendrado en María, Mateo 1:18.
El nacimiento del Mesías, Mateo 1:16.
El Mesías se hizo carne y habitó entre los hombres, Juan 1:14.
El Mesías siendo partícipe en la carne y en la sangre, Mateo 26:26-28.
El Mesías siendo circuncidado, Lucas 2:21.
El Mesías crecía en sabiduría y en estatura, Lucas 2:52.
El Mesías tuvo hambre, Mateo 4:2.
El Mesías sintió tristeza, Mateo 26:38.
El Mesías fue menospreciado, Lucas 23:11.
El Mesías fue azotado, Mateo 27:26.
El Mesías fue crucificado, Lucas 23:33.
El Mesías murió, Juan 19:30.
Todos estos textos comprueban que el Mesías pasó por las mismas situaciones que un ser humano pasa, probando así de esta manera, su humanidad.
La manifestación de los planes de Dios
Las preparaciones fundamentales para la venida del Mesías prometido, incluye un pueblo. Dios escogió primeramente a Abraham, y de su descendencia constituyó un pueblo llamado “Israel”.
Dios enseñó tres grandes verdades al pueblo de Israel
La majestad, la unidad, la omnipotencia y la santidad de Dios.
La perversidad del hombre y su libre albedrío moral para tomar la iniciativa en cuanto a la salvación de su alma.
Una certeza de salvación.
Tres maneras de transmitir las grandes verdades de Dios
1. La ley
Fue dada al pueblo por intermedio de Moisés a través de enseñanzas, preparando al pueblo para el día del nacimiento del Mesías. A través de esta ley por medio de sacrificio y de sacerdocio, Dios enseñaba al pueblo que había esperanza para los que confiaban en él.
2. La profecía
Dios utilizó la profecía como un medio de enseñanza y aviso al pueblo, para que ellos conociesen las verdades eternas.
3. El cautiverio
Era la forma que Dios enseñaba a su pueblo a través del sufrimiento y de la esclavitud para que ellos aprendiesen a no abandonar al Dios de sus padres, para que de esta forma volviesen a él.
El nacimiento de Jesucristo fue el mayor milagro sucedido en la historia de la humanidad; no podemos explicar su nacimiento con palabras humanas, pero podemos creer en la manifestación de la voluntad de Dios y en la plenitud de los tiempos.
Imaginamos si el mundo de aquella época tuviera la convicción del tiempo del nacimiento del Mesías, todo sería diferente, pues la nación de Israel lo aceptaría como su salvador aun cuando él estaba todavía en su niñez, pero Dios quería que todo fuese de la manera que conocemos para que se cumpla las profecías del rechazo del Mesías, con el propósito que el evangelio llegase hasta los gentiles.
Sería imposible creer en la historia de Jesús si no hubiera un testamento de aquella época que cuente su nacimiento, su vida, su ministerio, su muerte y su resurrección.
Según las narrativas de los evangelistas que escribieron sobre el nacimiento de Jesús, podemos aprender algo acerca de este evento, como ser:
San Lucas narra la siguiente historia sobre el nacimiento de Jesús: “Y entrando el ángel donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tu entre las mujeres.”. Lucas 1:28.
Entendemos que la joven María fue escogida para ser la madre del Mesías; sin duda, ella tenía un carácter ejemplar de pureza, humildad, y ternura.
Delante este mensaje, María hizo una declaración en obediencia a la palabra de Dios, diciendo: “He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra.”. Lucas 1:38. De esta manera, entendemos que María aceptó la voluntad de Dios para su vida y para el futuro de su nación.
Lucas 2:4-7, dice: “Y José subió de Galilea de la ciudad de Nazaret a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; Para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba en cinta. Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.”.
Dios había preparado todo en su tiempo, pues si José no hubiese sido obligado a ir a su ciudad para empadronarse, Jesús no hubiera nacido en Belén.
La circuncisión de Jesús
Según el diccionario de literatura española, circuncidar es una practica quirúrgica donde se corta de forma circular el prepucio del órgano sexual del hombre para corregir la fimosis.
La circuncisión era una práctica obligatoria en Israel; todo niño recién nacido tenía que ser circuncidado.
San Lucas explica diciendo: “Cumplidos los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre JESÚS, el cual le había sido puesto por el ángel antes que fuese concebido.”. Lucas 2:21.
La presentación de Jesús en el templo: Según la ley de Moisés, cuando se cumplía los días de la purificación de la madre y del niño, que era aproximadamente 40 días, el niño fue llevado al templo de Jerusalén para ser presentado al Señor.
Lucas 2:22, dice: “Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor.”. Esta práctica de consagración fue ordenada por el mismo Dios, Éxodo 13:2, 12.
Los evangelistas no narraron la niñez de Jesús
La única narrativa de su niñez fue cuando tenia 12 años de edad, Lucas 2:42. Cada año sus padres iban a Jerusalén a la fiesta de la Pascua como era de costumbre; fue entonces en este año cuando sus padres perdieron a Jesús en la ciudad de Jerusalén.
Vea lo que dice Lucas 2:46, 47, “Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas.”.
Lucas 2:52, dice: “Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.”.
Jesús fue bautizado
Después de la narrativa de los evangelistas cuando Jesús fue hallado con los doctores de la ley en el templo, él aparece siendo bautizado por Juan en la edad de treinta años. Esto significa que los autores de los evangelios no narran nada de su juventud.
Marcos 1:9, 10, dice: “Aconteció en aquellos días, que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. Y luego, cuando subía del agua, vio abrirse los cielos, y al Espíritu como paloma que descendía sobre él.” Jesús fue bautizado por Juan, no por causa de sus pecados, sino para que se cumpla toda la justicia de Dios, Mateo 3:13-15.
Jesús comienza su ministerio
Antes de empezar su ministerio, Jesús fue tentado por el diablo en el desierto, después de haber sido bautizado; Marcos 1:12, 13. Después de esto, Jesús empezó su ministerio en una ciudad marítima llamada Capernaun que quedaba entre la región de Zabulón y Neftali, Mateo 4:12; 13.
Desde entonces empezó a predicar
Y les decía, arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado, Mateo 4:17. Los primeros discípulos de Jesús fueron: Pedro y Andrés, Mateo 4:18. Los otros dos fueron Jacobo y su hermano Juan, hijos de Zebedeo, Mateo 4:21.
El ministerio de Jesús se caracterizaba por las señales de milagros, sanidades, expulsión de demonios y su mensaje de salvación.
Mostraremos los hechos más resaltantes del ministerio de Jesús de una forma cronológica para ayudar a usted a comprender mejor el extraordinario ministerio de Jesús.
Primer año
El primer milagro que hizo fue transformar el agua en vino, Juan 2:1-10.
La purificación del templo, Juan 2:13-22.
El encuentro con la mujer samaritana, Juan 4:7-17.
Segundo año
Jesús sana a un paralítico, Mateo 9:1-8.
La elección de los doce apóstoles, Marcos 3:13-19.
Una mujer unge los pies de Jesús, Lucas 7:36-50.
Jesús iba por todas las ciudades y aldeas predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, Lucas 8:1-3.
Jesús calma la tempestad, Mateo 8:23-27.
Tercer año
La misión de los doce apóstoles, Mateo 10:5-15.
Jesús alimenta una gran multitud, Mateo 14:13-21.
Jesús anda sobre el mar, Mateo 14:22-33.
Jesús anuncia su muerte, Mateo 16:21-28.
La transfiguración de Jesús, Mateo 17:1-13.
Cuarto año
Jesús predica en la fiesta de los tabernáculos, Juan 7:10-24.
La misión de los setenta, Lucas 10:1-12.
Jesús resucita a Lázaro, Juan 11:38-44.
Jesús bendice a los niños, Mateo 19:13-15.
Jesús lava los pies de sus discípulos, Juan 13:1-17.
Jesús es crucificado, Mateo 27:33-56.
Jesús resucita al tercer día, Mateo 28:1-8.
El sermón del monte y otras enseñanzas de Jesús
El ministerio de Jesús fue caracterizado por la manera que el enseñaba haciendo una comparación con las cosas de la vida real para mostrar una verdad espiritual.
Sin duda, sabemos que Jesús revolucionó su época por su manera diferente de interpretar las escrituras y la forma sabia de enseñar la voluntad de Dios al pueblo.
Las enseñanzas de Jesús eran dadas según las necesidades de las personas, de manera que llamaba la atención de todos.
Veamos aquí el Sermón y otras enseñanzas de Jesús narrados por los evangelios
Las bienaventuranzas, Mateo 5:1-12.
La sal de la tierra, Mateo 5:13.
La luz del mundo, Mateo 5:14-16.
Jesús y la ley, Mateo 5:17-20.
Jesús y la ira, Mateo 5:21-26.
Jesús y el adulterio, Mateo 5:27-30.
Jesús y el divorcio, Mateo 5:31-32.
Jesús y el juramento, Mateo 5:33-37.
El amor hacia los enemigos, Mateo 5:38-48.
Jesús y la limosna, Mateo 6:1-4.
Jesús y la oración, Mateo 6:5-15.
Jesús y el ayuno, Mateo 6:16-18.
Tesoro en el cielo, Mateo 6:19-21.
La lámpara del cuerpo, Mateo 6:22, 23.
Dios y las riquezas, Mateo 6:24.
El afán y la ansiedad, Mateo 6:25-34.
El juzgar a los demás, Mateo 7:1-6.
La oración y la regla de oro, Mateo 7:7-12.
La puerta estrecha, Mateo 7:13, 14.
Por sus frutos los conoceréis, Mateo 7:15-20.
Nunca os conocí, Mateo 7:21-23.
Los dos cimientos, Mateo 7:24-29.
Las parábolas de Jesús
¿Qué es una parábola?
Parábola es una historia que usa situaciones de la vida real para enseñar grandes verdades espirituales. Jesús las usó a menudo para enseñar sobre el reino de Dios a sus seguidores y oidores.
Esta era una característica importante en su ministerio, pues, ningún profeta utilizó tantas parábolas como Jesús.
Veamos aquí estas parábolas
El sembrador, Mateo 13:1-9.
El crecimiento de la semilla, Marcos 4:26-29.
Los dos deudores, Mateo 18:23-35.
Los obreros de la viña, Mateo 20:1-16.
Los labradores malvados, Lucas 20:9-18.
La gran cena, Lucas 14:15-24.
Las diez vírgenes, Mateo 25:1-13.
Los talentos, Mateo 25:14-30.
El juicio de las naciones, Mateo 25:31-46.
El buen samaritano, Lucas 10:25-37.
El buen pastor, Juan 10:1-21.
El rico insensato, Lucas 12:13-21.
El siervo vigilante, Lucas 12:35-40.
La higuera estéril, Lucas 13:6-9.
La oveja perdida, Lucas 15:1-7.
La moneda perdida, Lucas 15:8-15.
El hijo pródigo, Lucas 15:11-32.
El mayordomo infiel, Lucas 16:1-15.
El rico y Lázaro, Lucas 16:19-31.
La viuda y el juez injusto, Lucas 18:1-8.
El fariseo y el publicano, Lucas 18:9-14.
La semilla de mostaza, Lucas 13:18,19.
La levadura, Lucas 13:20, 21.
Los milagros en el ministerio de Jesús
¿Qué es un milagro?
Milagro es un hecho inexplicable por las leyes naturales y que se atribuye a intervención sobrenatural de origen divino, es también considerado un suceso o cosa rara, extraordinaria y maravillosa.
Los milagros de Jesús están relacionados a sanidad divina, resurrección de muertos, expulsión de demonios, multiplicación de alimentos, poder sobre la naturaleza, etc.
Jesús en su ministerio no se preocupó solamente en las enseñanzas y en la predicación, sino también suplió las necesidades de los hombres, perdonando sus pecados y sanando sus enfermedades.
Veremos en esta ocasión algunos milagros realizados por Jesús en su ministerio
Transformó agua en vino, Juan 2:1-11.
Alimentó a una multitud, Mateo 14:13-21.
Calma la tempestad, Mateo 8:23-27.
La pesca maravillosa, Lucas 5:1-11.
Camina sobre las aguas, Juan 6:16-21.
Sana a un leproso, Marcos 1:40-45.
Restaura la vista a un ciego, Mateo 9:27-31.
Sana a un sordo mudo, Marcos 7:31-37.
Sana a un paralítico, Marcos 2:1-12.
Sana a algunas mujeres, Lucas 8:1-3.
Resucita a Lázaro, Juan 11:1-44.
Sana al siervo de un centurión, Mateo 8:5-13.
Sana a un ciego de nacimiento, Juan 9:1-12.
Maldice la higuera, Marcos 11:12-14.
La última semana del ministerio de Jesús
La última semana del ministerio de Jesús fue en la ciudad de Jerusalén. Conforme a la Biblia y también en consideraciones de los estudiosos de la Biblia, la última semana del ministerio de Jesús se describe de la siguiente manera:
Domingo:
La entrada triunfal en Jerusalén, Mateo 21:1-11; Marcos 11:1-11; Lucas 19:29-44; Juan 12:12-19.
Lunes
Jesús maldice a la higuera, Mateo 21:18-22; Marcos 11:12-14.
Jesús expulsa a los comerciantes del templo, Mateo 21:12, 13; Marcos 11:15-18.
Martes
La autoridad de Jesús es cuestionada, Mateo 21:23-27; Marcos 11:27-33.
Jesús enseña en el templo, Mateo 21:28; Mateo 23:38; Marcos 12:1-44; Lucas 20:9.
Una mujer unge a Jesús, Mateo 26:6-13.
Miércoles
Complot para prender a Jesús, Mateo 26:1-5; Marcos 14:10, 11.
Jueves
Jesús participa de la última cena con sus discípulos, Mateo 26:17-29; Marcos 14:12-25; Lucas 22:7-38; Juan 13:1-38.
Jesús consuela a sus discípulos, Juan 14:1; Juan 16:33.
La oración sacerdotal de Jesús, Juan 17:1-26.
Jesús ora en el Getsemaní, Mateo 26:34-46; Marcos 14:32-42; Lucas 22:40-46.
Viernes
Jesús fue preso y sentenciado, Mateo 26:47-56; Marcos 14:43; Marcos 15:15; Lucas 22:47; Juan 18:2; Juan 19:16.
Crucifixión y muerte de Jesús, Mateo 27:32-56; Marcos 15:21: Lucas 23:26-49; Juan 19:17-37.
Jesús es sepultado, Mateo 27:57-66; Marcos 15:42-47; Lucas 23:50-56; Juan 19:38-42.
El carácter inmaculado del Señor Jesús ha cambiado el mundo hace mas de dos mil años atrás.
Su nombre y su amor, han sido motivos de inspiración a millares de personas en todo el mundo; Por esa razón, aprenderemos en esta lección sobre el carácter de Jesús, el único carácter que cambias las vidas humanas en todo el mundo.
El escritor y teólogo McDowell declaró diciendo: “El carácter de Jesús nos da fuerza y convicción a la fe que tenemos en él; Su vida ha sido un ejemplo de amor, fe y coraje.”.
La santidad de Jesús
La santidad de Jesús es algo incontestable; el Nuevo Testamento revela la santidad de Jesús por medio de su actitud en relación al pecado y a la justicia; Por sus protestos en relación al pecado y la voluntad de Dios; por su llamado a la santidad tanto a sus discípulos, como a la gente; por rechazar al pecado y amar al pecador.
Los mismos espíritus inmundo declararon que Jesús es santo, en Lucas 4:34, diciendo: “¿Que tienes con nosotros Jesús nazareno?¿Has venido para destruirnos? Yo te conozco quien eres, el santo de Dios.”. El ángel de Dios declaró que Jesús es santo en Lucas 1:35, diciendo: “Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el santo ser que nacerá, será llamado hijo de Dios.".
La Biblia declara que Jesús es santo, de manera que podemos comprobar en algunos otros textos, como ser:
1- Pedro dijo que Jesús era santo y justo, Hechos 3:14.
2- Los creyentes que estaban con Pedro hablaron en oración diciendo que Jesús era el hijo santo de Dios, Hechos 4:30.
3- Los seres vivientes de Apocalipsis 4:8, declararon diciendo: Santo, santo, santo, es el Señor Dios todopoderoso.
El amor de Jesús
Jesús ha manifestado su amor en una forma universal, dando su vida por amor de todos aquellos que quieran recibir la salvación.
El apóstol Pablo nos habla del amor de Jesús, diciendo: “Haya pues en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a si mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres, y estando en condición de hombre, se humillo a si mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.”, Filipenses 2:5-8.
Jesús mismo declaró diciendo: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.”, Juan 15:13.
Hay otros textos bíblicos que comprueban el amor de Jesús, como ser:
Jesús ama a la iglesia, Efesios 5:25.
Jesús amó a sus discípulos, Juan 15:12.
Jesús ama a los pecadores, 1 Juan 4:19; Lucas 19:10.
Jesús ama a los niños, Mateo 18:3, 4.
La mansedumbre de Jesús
El mismo Jesús declaró ser manso y humilde de corazón en Mateo 11:29. El termino “Mansedumbre”, viene de manso, tranquilo, calmo, sereno; podemos encontrar esta característica en Jesús analizando algunos textos bíblicos, como ser:
Podemos ver la mansedumbre de Jesús, cuando reprendió a Judas Escariote, diciendo: “Y Jesús le dijo: Amigo, ¿A que vienes? Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron.”, Mateo 26:50.
Jesús también muestra su mansedumbre al orar por su enemigos, diciendo: “Y Jesús decía: Padre perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre si sus vestidos echando suertes.”, Lucas 23:34.
Podemos ver también la mansedumbre de Jesús al reprender a los acusadores de la prostituta, diciendo: “Le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tu pues, ¿Qué dices? Más esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. Y como insistieron en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado, sea el primero en arrojar la piedra contra ella.”, Juan 8:4-7.
En el libro del profeta Isaías 53:7, nos dice que como cordero fue llevado al matadero y no abrió su boca, dando de esta manera ejemplo de mansedumbre aun en la hora de su muerte. Este grande ejemplo de Cristo ha llevado a muchas personas a quedar maravillados por la forma mansa y humilde que él demostraba en las adversas situaciones de su vida.
La humildad de Jesús
Jesús nos ha dado un gran ejemplo de humildad a todos nosotros; su ministerio ha sido caracterizado por su humildad en diversas situaciones.
Jesús demostró humildad en su ministerio en los siguientes casos:
Podemos ver la humildad de Jesús al lavar los pies de sus discípulos, cuando dice: “Y se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla que estaba ceñido,”, Juan 13:4, 5.
Podemos también ver la humildad de Jesús en Juan 8:50, cuando dice: “Pero yo no busco mi gloria; hay quien la busca, y juzga.”.
Podemos ver su humildad a través de su paciencia y silencio delante de las acusaciones y calumnias que le hacían, cuando dice: “Quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente.”, 1 Pedro 2:23.
Las obras de Jesús
Jesús vino a cumplir una misión aquí en la tierra que seria por toda la eternidad, para eso, fue necesario tomar forma de siervo y despojarse de si mismo, haciéndose semejante a los hombres, Filipenses 2:7, 8.
Las obras que Jesús realizó en su ministerio fueron de suma importancia para probar que verdaderamente él era el hijo de Dios, el Mesías prometido.
Podemos ver algunos textos bíblicos que revelan las obras que Jesús realizó en su ministerio:
Él vino a predicar buenas nuevas a los abatidos.
A vendar a los quebrantados de corazón.
A publicar libertad a los cautivos.
Apertura de la cárcel a los presos.
A proclamar el año de la buena voluntad de Jehová.
A consolar a todos los enlutados, Isaías 61:1, 2.
Él vino a buscar y a salvar lo que se había perdido, Lucas 19:10.
Él vino a realizar milagros, Juan 2:1-10; Mateo 14:19-21.
Él vino a sanar a los enfermos, Mateo 14:14.
Él vino hacer la voluntad del Padre, Juan 4:34.
Tipos humanos de Jesucristo
Tipos, son símbolos representativo de algo figurado; modelo ejemplar; naturaleza de las cosas.
El autor de la carta a los hebreos dijo: “Los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales….”; Hebreos 8:5; El autor a los hebreos nos hablaba de los tipos bíblicos como una figura de cosas futuras.
Los tipos figurativos de la Biblia están relacionados a la persona de Cristo. Hay varios personajes de la Biblia que son tipos de Jesús entre los más destacados están:
ADÁN
Romanos 5:14, dice que el primer Adán es figura del que había de venir. Romanos 5:15, nos dice que Cristo es el nuevo Adán.
Génesis 2:7, dice que Adán era alma viviente, pero en 1 Corintios 15:45, dice que el último Adán que es Jesús, es Espíritu vivificante.
Romanos 5:19, dice que por la desobediencia del primer Adán, muchos fueron hechos pecadores, pero, por la obediencia del último Adán que es Cristo, muchos fueron constituidos justos.
ABEL
Abel era pastor de ovejas, Génesis 4:2. Jesús es el buen pastor, Juan 10:11.
Abel ofreció un mejor sacrificio a Dios, Génesis 4:4; Jesús ofreció su propia sangre, haciendo un sacrificio mas amplio y mas perfecto, Hebreos 9:11, 12.
Abel fue llamado de justo, Mateo 23:35; Jesús fue llamado de justo, Hechos 3:14, 15.
La sangre de Abel clamó por justicia, Génesis 4:10; La sangre de Jesucristo habla mejor que la de Abel, Hebreos 12:24.
MELQUISEDEC
El libro a los Hebreos cap 7, tiene la finalidad de probar que Jesús es superior al sumo sacerdote Aarón, de manera que antes de Aarón aparece otro que es tipo de Jesús que es mencionado como Melquisedec, Génesis 14:18-20.
Según Hebreos 7:3, Melquisedec no tenía padre ni madre, ni genealogía. Apocalipsis 1:8, dice que Jesús es el principio y el fin.
Génesis 4:2, dice que Melquisedec era rey de Salén que es la misma Jerusalén. Después que Jesús destruya el reino del anticristo, reinará en Jerusalén como rey de Paz.
ISAAC
Isaac fue el hijo de la promesa, Gálatas 4:23. Jesús es el unigénito hijo de Dios, Juan 1:14.
Dios pidió a Abraham que sacrifique a su hijo Isaac, Génesis 22:2; Jesús fue sacrificado, Lucas 23:33.
Abraham providenció una esposa para Isaac, Gn 24:1-67; Jesucristo es el novio de la iglesia, y muy pronto acontecerá las bodas del cordero con la iglesia, Apocalipsis 19:7-9; Apocalipsis 21:1-3.
JOSÉ
José era el hijo amado de Jacob, Génesis 37:3; Jesús es el hijo amado de Dios, Mateo 3:17.
José fue odiado por sus hermanos, Génesis 37:4; Jesús fue odiado por sus hermanos, Juan 15:24.
José fue vendido por sus hermanos, Génesis 37:28; Jesús fue vendido por Judas Escariote, Mateo 26:14, 15.
José fue tentado, pero venció; Génesis cap 39; Jesús fue tentado y también venció, Mateo 4:1-11.
José fue preso con dos criminosos, Génesis cap 40; Jesús fue crucificado con dos malhechores, Lucas 23:32, 33.
José se casó con una mujer no hebrea, Génesis 41:45; La novia del cordero son los creyentes de todas las naciones, Efesios 5:25, 27.
MOISÉS
Moisés fue amenazado de muerte, pero fue preservado por Dios, Éxodo 2:2-10; Jesús también, Mateo 2:13-15.
Moisés dominó las aguas del Mar Rojo, Éxodo 14:21; Jesús tuvo dominio sobre las aguas del mar, Mateo 8:26.
Moisés tuvo su rostro iluminado, Éxodo 34:35; Jesús también en la transfiguración, Mateo 17:1-5.
Muchos de sus hermanos de Moisés estaban contra él, Números 12:1; Muchos judíos estaban en contra de Jesús, Juan 7:5.
Moisés eligió 70 acianos, Números 11:16; Jesús eligió 70 discípulos, Lucas 10:1.
Moisés estuvo a solas con Dios cuarenta días de ayuno, Éxodo 24:18; Jesús estuvo a solas con Dios ayunando cuarenta días, Mateo 4:2.
DAVID
David fue ungido por orden de Dios, 1 Samuel 16:12, 13. Jesús es el Cristo, el ungido de Dios, Lucas 4:18; Hechos 4:17; Hebreos 1:9.
David enfrentó al gigante Goliat con cinco piedras, y lo venció apenas con una, 1 Samuel 17:40, 49, 51. Jesús enfrentó al gigante Satanás con el Pentateuco, y lo venció apenas con el libro de Deuteronomio, Mateo 4:1-11.
David era pastor de ovejas, 1 Samuel 16:11. Jesús es el buen pastor, Juan 10:14.
Tipos no humanos de Jesucristo
Los tipos no humanos de Cristo se manifiestan en toda la Biblia, y también con las mismas declaraciones de Jesucristo de si mismo.
Podemos ver algunos casos de tipos no humanos en la Biblia, entre ellos están:
LA LUZ
El profeta Isaías dijo en Isaías 9:2: “El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz…”. Él estaba hablando de Jesús. Dios envió a su hijo a un mundo de tinieblas para que sea la luz, Juan 1:4. El mismo Jesús declaró ser la luz del mundo, diciendo: “Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.”, Juan 8:12. En Juan 9:5, 6, Jesús dijo: “Entretanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo. Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego.”.
EL PAN
El pan es un alimento universal que mata el hambre de las personas. Jesús utilizó esta expresión para mostrar a la humanidad hambrienta de Dios que él puede matar el hambre espiritual del ser humano. Jesús mismo declaró ser el pan de vida, cuando dijo: “Yo soy el pan de vida; el que a mi viene, nunca tendrá hambre…”, Juan 6:35.
Jesús también dice en Juan 6:50, 51, lo siguiente: “Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.”.
LA VID
Jesús expresa una parábola con una explicación sugestiva de una planta y sus ramas. Jesús es esta planta y nosotros somos las ramas. Toda rama que no sirve, será echada de la presencia de Dios.
Jesús dijo en Juan 15:1, 2, lo siguiente: “Yo soy la vid verdadera, y mi padre es el labrador. Todo pámpano que en mi no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.”.
EL AGUA
Jesús declaró que él es el agua de vida, sabiendo que ninguna persona en este mundo puede vivir sin agua, por esta razón él utiliza la expresión “Agua” para mostrar que la humanidad no puede vivir sin el agua de vida que es Jesús.
Jesús habló a la mujer samaritana en Juan 4:14, diciendo: “Más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en el una fuente de agua que salte para vida eterna.”.
En Apocalipsis 22:17, dice: ”Y el Espíritu y la esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.”.
Este texto está relacionado a la persona de Jesús.
La exaltación de Jesús
Después de su muerte, Jesucristo volvió a su estado de gloria que tenía antes de la fundación del mundo.
El primer momento de la exaltación de Jesús fue en su resurrección, 1 Corintios 15:4; Hechos 17:3; Apocalipsis 1:18.
El segundo momento de su exaltación fue en su ascensión, Hechos 1:9; Efesios 4:7-10.
Después que Jesús venció la muerte, fue exaltado en el cielo y se tornó rey y soberano, y ahora vive a la diestra del Padre. Marcos 16:19, dice: ”Y el Señor después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios.”.
En Hebreos 10:12, dice: "Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados; se ha sentado a la diestra de Dios.”.
Hay en la Biblia otros versículos que comprueban la exaltación de Jesús, como ser:
Dios le coronó de honra y de gloria, Hebreos 2:7-9.
Dios le glorificó con la gloria que tenía antes que el mundo existiese, Juan 17:5.
Dios le ha hecho Señor y Cristo, Hechos 2:36.
Dios entregó todas las cosas en sus manos, Juan 3:35.
Dios le dio toda potestad, Mateo 28:18.
A través de Cristo, participamos de la plenitud de Dios
El apóstol San Pablo expresa la grandeza de Dios y la magnificencia de la presencia de Cristo al lado del creyente como algo exuberante. Efesios 3:17, 19, dice: “Para que habite Cristo por la fe en nuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cual sea la anchura, la longitud, la profundidad, y la altura de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.”.
Para comprender mejor como Cristo habita en nuestros corazones, su naturaleza divina va tomando cuenta de nuestro ser, generando en nosotros la verdad, la justicia, el amor, gratitud, mansedumbre, etc.
“Estar en Cristo”, significa: Vivir una nueva dimensión de fe, pues tenemos la confianza que en su venida, estaremos para siempre con él.
“Estar en Cristo”, fue una constante preocupación del apóstol San Pablo en sus epístolas. Vea la declaración de Pablo en cuanto a este tema:
En Romanos 6:3, Fuimos todos bautizados en Cristo.
En Romanos 8:10, Cristo está en nosotros.
En 1 Corintios 1:2, Somos llamados a santificarnos en Cristo.
En 1 Corintios 1:30, En Cristo somos hechos sabiduría.
En 2 Corintios 5:17, Estar en Cristo nos hace una nueva criatura.
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RYRIE, Charles C. TEOLOGIA BASICA. Editorial Unilit. USA. 1993.
SETEADB. CRISTOLOGIA. Editorial La Epistola. Bolivia. 2012.
LACUEVA, Francisco. CURSO PRACTICO DE TEOLOGIA BIBLICA. Editorial CLIE. 1998
THOMPSON, Frank Charles. BIBLIA DE REFERENCIA THOMPSON. Editorial Vida. Miami. 2009
Diapositivas. Ver
Acontecimientos de la vida de Jesús. Ver
Profecías acerca de Jesús y su cumplimiento. Ver
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Publicación de Jose Luis Pereyra