Recordamos a Isaías como uno de los mayores profetas de la historia judía y como uno de los modelos más poderosos de la Biblia. El libro que lleva su nombre describe su coherente estilo de vida, sus convicciones inflexibles, y su clara visión que le llevó a seguir hablando a pesar de la infidelidad de su pueblo.
El estilo de vida de Isaías nos recuerda que no podemos separar las palabras y las acciones del líder. Un líder debe en primer lugar ser un ejemplo para la gente, La gente hace lo que ve. Isaías lideró con integridad. Integridad significa «unidad», la cualidad de pureza y coherencia. Cuando hablamos de la integridad de la Escritura, queremos decir que proclama un mensaje coherente. Esta palabra describe a Isaías, un hombre de Dios lleno de coherencia.
Las convicciones de Isaías nos enseñan acerca de evitar ceder. Él y su contemporáneo, el profeta Miqueas, elevaron el listón para la gente al aferrarse a las normas de Dios con una determinación inquebrantable. Aunque los líderes deben ser flexibles con sus métodos, no pueden comprometer sus convicciones.
Finalmente, Isaías nos entrega un bonito estudio de casos de un líder que dirigió en base a una visión. Describe una visión dada por Dios que le lleva a cumplir su llamado como líder. Se aferra a ello a pesar del rechazo (6:9). A lo largo del libro comunica su visión a la gente y les advierte que se arrepientan. Antes de terminar, ha influenciado al rey Ezequías para que lleve a cabo reformas nacionales. Mediante su tenaz intercesión ante Dios, todo el ejército de Senaquerib es destruido (2 R 19.36, 37; 2 Cr 32.20-23; Is 37.36-38).
Estilo de vida coherente. Convicciones sin concesiones. Visión clara.
Como Aquel que inspiró tanto el ministerio de Isaías como sus escritos, Dios de nuevo se revela a sí mismo como el Líder de líderes. Vemos al Señor diciéndole a Isaías qué decirle al pueblo y advirtiéndoles del juicio inminente si no se arrepentían.
Dios también da a Isaías visiones acerca del futuro. Aunque los primeros treinta y nueve capítulos bosquejan algunos momentos sombríos, (los veintisiete restantes proporcionan fuerte esperanza.
Isaías predice al Mesías como el Líder supremo para el pueblo de Israel. El Mesías personifica todas las cualidades positivas de un líder eficaz.
Isaías: profeta que ministró en los reinados de cuatro monarcas de Judá; su mensaje era de juicio y también de esperanza (1—66).
Sear-jasub: hijo de Isaías; su nombre significa «un remanente volverá» indicando la prometida fidelidad de Dios con su pueblo (7.3; 8.18; 10.21).
Maher-salal-hasbaz: hijo de Isaías; su nombre significa «el despojo se apresura, la presa se precipita» y marca el castigo venidero de Dios (8.1, 3, 18).
Rey Ezequías
El Mesías
OTRAS PERSONAS DESTACADAS
Reyes de Judá e Israel
Líderes de Asiria
Babilonia
Edom
Egipto
Tiro
Etiopía
Filistea
Moab
Damasco (Siria)
Dedán
Cedar
La visión nace de valores y ética: ambos deben alinearse.
La medida de una persona es lo que hace con el poder.
Los líderes crean atmósferas y ambientes para el crecimiento y el éxito.
Capacidad, oportunidad y deseos constituyen los componentes de un llamado.
Dios reduce a los líderes orgullosos, pero da recursos a los líderes humildes.
La planificación estratégica que ignora a Dios y a la cultura cambiante está destinada a fracasar.
Los líderes inseguros inevitablemente destruyen a la gente; los líderes seguros desarrollan a la gente.
Cuanto más alto sube un líder, menos personas hay que puedan hacerle rendir cuentas.
Dios mismo proporciona el modelo supremo de liderazgo de servicio.
EL LIBRO DE ISAÍAS constituye uno de los más asombrosos ejemplos de la profecía mesiánica en el AT. Con vívidas imágenes Isaías nos brinda el cuadro del futuro Cristo como Siervo Sufriente, quien «como cordero [fue] llevado al matadero» (53.7) y que «justificará... a muchos, y llevará las iniquidades de ellos» (53.11).
Otras profecías mesiánicas que hallamos en Isaías, y que se cumplieron en el NT incluyen 7.14 (Mt 1.22, 23); 9.1–2 (Mt 4.12–16); 9.6 (Lc 2.11; Ef 2.14– 18); 11.1 (Lc 3.23, 32; Hch 13.22, 23); 11.2 (Lc 3.22); 28.16 (1 P 2.4–6); 40.3–5 (Mt 3.1–3); 42.1–4 (Mt 12.15–21); 42.6 (Lc 2.29–32); 50.6 (Mt 26.67; 27.26, 30); 52.14 (Fil 2.7–11); 53.3 (Lc 23.18; Jn 1.11; 7.5); 53.4, 5 (Ro 5.6, 8); 53.7 (Mt 27.12–14; Jn 1.29; 1 P 1.18, 19); 53.9 (Mt 27.57–60); 53.12 (Mr 15.28); 61.1 (Lc 4.17–19, 21).
Cristo como el Siervo Sufriente (49.1—57.21; Sal 68.18; 110.1; Mt 26.39; Jn 10.18; Hch 3.13–15; Fil 2.8, 9; He 2.9).
La primera venida del Mesías (7.14; 8.14; 9.2, 6, 7; 11.1–2; Ez 11.16; Mt 1.23; Lc 1.31; 2.34; Jn 1.45; 3.16; Ro 9.33; 1 P 2.8; Ap 12.5).
La segunda venida del Mesías (4.2; 11.2–6, 10; 32.1–8; 49.7; 52.13, 15; 59.20, 21; 60.1–3; 61.2, 3; Jer 23.5; Zac 3.8; Mt 25.6; 26.64; Ro 13.11, 12; Fil 4.5; Ap 3.11).
La salvación a través de Cristo (9.6, 7; 52.13–15; 53.1–12; Is 12.2; Sal 103.11–12; Lc 19.9; Jn 3.16; Hch 16.31; Ro 3.21–24; 1 Ti 1.15).
Dios es accesible: 55.3, 6
Dios es eterno: 9.6
Dios es fiel: 49.7
Dios es glorioso: 2.10; 6.3; 42.8; 48.11; 59.19
Dios es santo: 5.16; 6.3; 57.15
Dios es justo: 45.21
Dios es bondadoso: 54.8, 10; 63.7
Dios es Luz: 60.19
Dios es paciente: 30.18; 48.9
Dios es amoroso: 38.17; 43.3, 4; 49.15, 16; 63.9
Dios es misericordioso: 49.13; 54.7, 8; 55.3, 7
Dios es poderoso: 26.4; 33.13; 41.10; 43.13; 48.13; 52.10; 63.12
Dios cumple sus promesas: 1.18; 43.2
Dios provee: 10.5–17; 27.3; 31.5; 44.7; 50.2; 63.14
Dios es justo y recto: 41.10
Dios es verdadero: 25.1; 38.19; 65.16
Dios no tiene igual: 43.10; 44.6; 46.5, 9
Dios es uno: 44.6, 8, 24; 45.5–8, 18, 21, 22; 46.9–11
Dios es inescrutable: 40.28
Dios es sabio: 28.29; 40.14, 28; 42.9; 44.7; 46.10; 47.10; 66.18
Dios se aíra: 1.4; 3.8; 9.13, 14, 19; 13.9; 26.20; 42.24, 25; 47.6; 48.9; 54.8; 57.15, 16; 64.9.
El nombre Isaías significa "Salvación de Dios" o "Jehová salva".
Isaías fue el más ilustre de los profetas, pues según la tradición hebrea, él era de sangre real; su padre se llamaba Amoz, y era hermano del rey Amazías, de esta manera, Isaías era primo legítimo del rey Uzías y nieto del rey Joás.
El profeta Isaías empezó su ministerio en el año 740 a.C. en el año que murió el rey Uzías, y profetizó por más de cuarenta años.
Isaías fue considerado el profeta mesiánico, pues su vida estaba esperanzada en la venida del Mesías y su ministerio fue basado en la vida del Mesías como ser: su padecimiento, su vida, su sufrimiento, su muerte, su resurrección y su glorificación.
El autor de este libro fue el mismo profeta Isaías, según la tradición judaica.
Este libro fue escrito aproximadamente entre los años 700 a 680 a.C.
El profeta Isaías fue enviado por Dios para profetizar a Jerusalén en el reino del sur, o sea, Judá; este libro tiene tres propósitos los cuales están revelados en diferentes partes de este libro, los cuales son:
Consolar y advertir la nación de Israel y otras naciones contemporáneas con la palabra de Dios, mostrándoles sus pecados y el castigo inminente que vendría sobre ellos si no se arrepintieran.
Profetizar esperanza para la futura generación del cautiverio que seria restaurada por Dios y serviría de luz para las naciones.
Mostrar que Dios enviaría al Mesías del linaje de David, por lo cual, llevaría la esperanza tanto para los judíos del antiguo y del nuevo pacto y a todas las naciones de la tierra.
El libro de Isaías esta dividido en dos secciones, las cuales son:
PRIMERA SECCIÓN
Desde el capítulo 1 al 39; contiene cuatro bloques de profecías
En los capítulos 1 al 12: Isaías advierte y acusa a Judá de idolatría, inmoralidad, e injusticia social. En este período de una falsa prosperidad se entrelazan con un mensaje de condenación y las profecías mesiánicas.
En los capítulos 13 al 32, el profeta Isaías condena a las naciones de aquella época por causa de sus pecados.
En los capítulos 24 al 35, contiene una gran cantidad de promesas proféticas de salvación y juicios futuros.
En los capítulos 36 al 39, registran la historia del rey Ezequías, que está escrito en 2 Reyes 18:13 a 2 Reyes 20:21.
SEGUNDA SECCIÓN
Desde el capítulo 40 al 66, revela las profecías más profundas en respecto a la grandeza de Dios y la plenitud de su plan de redención.
Estos capítulos, inspiran esperanza y consolación al pueblo de Dios durante los últimos años del reinado del rey Ezequías y en los siglos venideros.
Estas profecías y promesas tienen una conexión con el sufrimiento del Mesías, hablan del nacimiento de Jesucristo y de su muerte.
El libro de Isaías está caracterizado por ocho aspectos básicos los cuales son:
La mayor parte de este libro está escrito en forma profética.
Es llamado "Libro del profeta Mesiánico", porque sus profecías contienen las más claras declaraciones en cuanto al Mesías.
La visión de la cruz en el capítulo 53, es la profecía más detallada sobre la muerte expiatoria de Jesucristo.
Es el libro más teológico y más extenso de todos los libros proféticos del A.T. En este libro, Isaías muestra la creación de los cielos y de la tierra, y mira un cielo nuevo y una nueva tierra.
Es el libro que contiene las más poderosas revelaciones de la naturaleza, majestad y santidad de Dios. Isaías usa una expresión muy hermosa para hablar de Dios llamándolo de "Santo de Israel".
Isaías es también considerado "El profeta de la salvación", pues este libro usa la palabra salvación tres veces más que todos los otros profetas.
Isaías usa frecuentemente referencias a los eventos redentores de la historia de Israel, habla sobre el éxodo, la destrucción de Sodoma y Gomorra y la victoria de Gedeón sobre los madianitas.
El libro de Isaías es juntamente con los libros de Deuteronomio y Salmos, el libro más citado en el N. T.
En el N.T. fueron utilizados varios textos del libro de Isaías en su ministerio, entre ellos están:
LA ENCARNACIÓN DEL VERBO:
Isaías 35:5, 6 es usado por Jesús en Mateo 11:5.
Isaías 9:6, 7 es usado por el ángel en Lucas 1:32, 33.
LA MISIÓN DEL MESÍAS:
Isaías 61:1, 2, 6 es usado por Jesús en Lucas 4:17-20.
EL SUFRIMIENTO DEL MESÍAS:
Isaías 50:6 fue cumplido en Mateo 26:67 y Mateo 27:26-31.
Isaías 53:4, 5, 11 fue leído por Felipe en Hechos 8:28-33.
SU RECHAZO:
Isaías 53:1-3 fue cumplido en Lucas 23:18; Juan 7:5.
SU HUMILLACIÓN:
Isaías 52:14 fue revelado en Filipenses 2:7, 8
Estas son algunas de las referencias bíblicas del libro de Isaías revelados en el N. T.
PROFECÍA DE JUICIO Y REPRENSIÓN: Is 1:1 a Is 35:10.
a) El contexto de la profecía de Isaías, Isaías 1:1-35.
b) Las primeras profecías de Isaías, Isaías 2:1 a 5:30.
El Día del Señor, Isaías 2:1-22.
El juicio sobre Judá y Jerusalén, Isaías 3:1 a 4:1.
Profecías de juicio y gloria, Isaías 4:2 a 4:6.
Parábola del castigo y exilio de Judá, Is 5:1-30.
c) El llamamiento y la purificación de Isaías, Isaías 6:1-13.
d) Primeras profecías mesiánicas de Isaías, Isaías 7:1 a 12:6.
Una señal del Mesías, Isaías 7:1-25.
Prenuncio de la liberación mesiánica, Isaías 8:1-9.
Profecía del juicio contra Israel, Isaías 9:6 a 10:34.
El reinado justo del Mesías, Isaías 11:1 a 12:6.
e) Profecía contra las naciones, Isaías 13:1 a 23:18
Contra Babilonia, Isaías 13:1 a 14:23.
Contra Asíria, Isaías 14:24-27.
Contra Filístia, Isaías 14:28-32.
Contra Moab, Isaías 15:1 a 16:14.
Contra Damasco y Samaria, Isaías 17:1-14.
Contra Etiopia, Isaías 18:1-7.
Contra Egipto, Isaías 19:1 a 20:6.
Contra Babilonia, Isaías 21:1-10.
Contra Edom, Isaías 21:11, 12.
Contra Arábia, Isaías 21:13-17.
Contra Jerusalén, Isaías 22:1-25.
Contra Tiro, Isaías 23:1-18.
f) El juicio de Jehová sobre la tierra, Isaías 24:1 a 27:13.
g) Profecías de los "Ayes" y la esperanza Mesiánica de la salvación, Isaías 6:1-13.
INTERMEDIO HISTÓRICO ACERCA DE EZEQUÍAS: Isaías 36:1 a 39:8
a) Promesas proféticas de restauración para el pueblo de Dios, Isaías 40:1 a 48:22.
*La gloria del Señor será revelada a su siervo, Isaías 40:1 a 42:25.
*La restauración de un remanente redimido, Isaías 43:1 a 45:25.
*Lecciones de fe para Judá a través del juicio divino hacia Babilonia, Isaías 46:1 a 48:22.
b) Promesas concernientes al Mesías como un siervo sufrido, Isaías 49:1 a 53:12.
Misión y obediencia del Mesías, Isaías 49:1 a 50:11.
Palabra de ánimo y exhortación para el remanente, Isaías 51:1 a 52:12.
El sufrimiento y la muerte del Mesías, Isaías 52:13 a 53:12.
c) Otras revelaciones proféticas acerca de la restauración y de la redención, Isaías 54:1 a 59:21.
d) Visiones proféticas de un futuro glorioso para Sion, Isaías 60:1 a 66:24.
La prosperidad y la paz de Sion, Isaías 60:1-22.
La unción y la misión del Mesías, Isaías 61:1-11.
Intercesión profética por la restauración y gloria de Sion, Isaías 62:1 a 64:12.
Dios responde con misericordia y consumación gloriosa, Isaías 65:1 a 66:24.
La vocación o la llamada de Isaías está revelada en Isaías 6:8, que dice: "Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.".
En este capítulo, Isaías tuvo una visión de la gloria de Dios; en este texto está el reconocimiento de Isaías de su impureza y de su pueblo, entonces él recibe una purificación divina.
Esta visión dio carácter al ministerio de Isaías, pues la majestad, la santidad, y la gloría de Dios caracterizan sus mensajes proféticos.
Las profecías de Isaías tienen tres aspectos diferentes; se refiere a Israel, a las naciones y al Mesías. Israel seria castigado por causa de sus pecados, por esa causa, Dios permitió que ellos fuesen llevados al cautiverio para pasar un periodo de desolación y angustia, pero un resto del pueblo que es denominado "Remanente", será finalmente salvo y tendrá parte en el gozo y libertad en el reino del Mesías que será establecido sobre la tierra y su centro será Jerusalén. Las profecías contra Babilonia, Asíria, Filístia, Moab, Síria, Egipto, Duma, Arábia y Tiro, han sido cumplidas en su totalidad, pero hay algunos aspectos de estas profecías que serán, cumplidos después de la dispensación de la era cristiana.
Cuando llegamos a las profecías Mesiánicas, encontramos algunas expresiones muy relevantes en las profecías.
En este libro, el Mesías es más citado que en cualquier otro libro de la Biblia, con nombres como ser:
En Isaías 4:2 él es llamado "El renuevo de Jehová".
En Isaías 7:14, es llamado "Emmanuel".
En Isaías 9:6, es llamado "Admirable", "Consejero", "Dios fuerte", "Padre eterno" y "Príncipe de paz".
En Isaías 28:16, es llamado "Piedra".
En Isaías 32:1, es llamado "Rey".
En Isaías 42:1, es llamado "Siervo de Jehová".
En este libro, los sufrimientos del Mesías es profetizado de una manera más clara que en cualquier otro libro de la Biblia, principalmente en los capítulos 50, 52 y 53.El profeta Isaías habla del sufrimiento del Mesías como si él hubiera estado allí viendo todo de cerca. Estas revelaciones solo podían ser reveladas por el Espíritu Santo de Dios.
LAS PROFECÍAS MESIÁNICAS DEL LIBRO DE ISAÍAS: La predicación de Isaías se refería al presente de aquella época, pero él encontró ocasiones y objetivos en las necesidades y circunstancias de aquella época, yendo más allá de sus días actuales, llegando hasta el futuro y en el propósito divino.
Para el profeta Isaías, el establecimiento de un reino futuro está relacionado con un libertador, un rey que saldría de la casa de David; su reino sería Jerusalén regenerada y purificada.
Isaías relaciona estas profecías con las circunstancias de su época, cuando la religión y la moralidad de Israel estaban en decadencia.
En vez de Israel convertir a las naciones para Jehová, era pervertida por sus supersticiones e idolatría; por esa razón, Isaías habla con autoridad a Israel dando una profecía de restauración sobre el Mesías que vendría a traer esperanza y paz a Israel, diciendo:
"En aquel tiempo el renuevo de Jehová será para hermosura y gloria, y el fruto de la tierra para grandeza y honra, a los sobrevivientes de Israel.", Isaías 4:2.
En Isaías 9:1, la profecía habla sobre el reinado del príncipe de paz; pues la casa de David era representado por un príncipe infiel y apóstata en la persona de Acaz, pero Isaías con su coraje proclama que el propósito de Dios era establecer un reino de paz y justicia por medio de un descendiente de David.
En Isaías 9:6, revela la naturaleza extraordinaria de este príncipe, cuando dice: Admirable, consejero, Dios fuerte, padre eterno y príncipe de paz.
En otra profecía, en Isaías 11:1, Isaías describe el carácter de este rey, como también su gobierno, diciendo:
"Saldrá una vara del trono de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; Espíritu de sabiduría y de inteligencia, Espíritu de consejo y de poder, Espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.". Isaías 11:1, 2.
Otra profecía que se refiere al Mesías, es la que habla sobre una piedra. El lenguaje figurativo de los sólidos cimientos y de los fundamentos del templo nos habla de una piedra fundamental.
Esta piedra se refiere a un plan divino el cual, el templo es un símbolo, Dios puso el fundamento de su reino en Sion, pero el edificio necesitaba ser levantado con justicia, pues la fe es la condición para una seguridad en medio del peligro.
Isaías 28:16 dice: "Por tanto, Jehová el Señor dice así: He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; él que creyere, no se apresure.".
Esta profecía es repetida en Salmos 118:22. Esta profecía tiene su cumplimiento en Cristo, como un propósito divino y el fundamento del reino de Dios en la iglesia, Mateo 21:42; Hechos 4:11; Romanos 9:33; 1 Pedro 2:6.
Estas y otras principales profecías del libro de Isaías tienen un papel importante en la historia de Israel de las naciones de la tierra, pues es a través de estas profecías que conocemos los eventos futuros del mundo a través del Mesías que tendrá una influencia en el milenio.
Otra profecía muy importante para los judíos es Isaías 60:1 que habla sobre el futuro glorioso de Israel diciendo: "Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti.".
En este libro hay una serie de profecías acerca de las naciones mayormente amenazadas de juicios, pero el propósito de la profecía de Isaías 2:2, que se trata de las naciones que vendrán a Jerusalén en los postreros días, y las naciones la exaltará, y ella le será por cabeza; estas profecías están transparente en varios textos de este libro, pero estas profecías llegan a su culminación, cuando el profeta Isaías habla de la reconciliación de estos enemigos de Israel, cuando dice lo siguiente en Isaías 19:21-24: "Y Jehová será conocido de Egipto, y los de Egipto conocerán a Jehová en aquel día, y harán sacrificio y oblación; y harán votos a Jehová, y los cumplirán.
Y herirá Jehová a Egipto; herirá y sanará, y se convertirán a Jehová, y les será clemente y los sanará.
En aquel tiempo habrá una calzada de Egipto a Síria, y asírios entrarán en Egipto, y egipcios en Síria, y los egipcios servirán con los asírios a Jehová.
En aquel tiempo Israel será tercero con Egipto y con Asíria para bendición en medio de la tierra.".
Estas naciones representan las naciones del mundo; y la reconciliación representa la incorporación de los peores enemigos de Israel en el reino de Dios, que será cumplida en el milenio, en la gran paz mundial.
La descripción "El siervo del Señor", presentada en este libro, entre los capítulos 40 al 66, es especial e interesante, pues a la luz del nuevo testamento, queda bien claro que estas profecías tuvieron sus cumplimientos en la persona de Jesucristo.
Una de las profecías que está relacionada con Jesucristo es Isaías 42:1, que dice: "He aquí mi siervo, yo lo sostendré, mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento, he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones.".
Uno de los versículos que comprueba esta característica de siervo es Marcos 10:45 que dice: "Porque el hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.".
Los apóstoles también hablan de Jesús como siervo, pues vea lo que dice en Filipenses 2:6,7: "El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a si mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres.".
El texto profético de Isaías más conocido por los predicadores que se trata del siervo y ungido de Jehová, está en Isaías 61:1, que dice: "El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de cárcel.". Este mismo versículo fue mencionado por Jesús en Mateo 11:5; Lucas 4:18,19.
El término "Siervo de Jehová" es aplicado en Is 41:8, primeramente a Israel, pero más adelante, es aplicado al Mesías, Isaías 42:1. Para nosotros, el centro de las profecías del profeta Isaías culmina en la persona de Cristo.
Su mensaje de esperanza y restauración para Israel, nos lleva a creer que a luz de sus profecías, habrá un día glorioso para Israel, y para las naciones de la tierra.
Estas profecías nos garantizan que los propósitos de Dios nos llevan a una consumación grande y más gloriosa de lo que podemos imaginar.
Los retos de interpretación en un libro largo y significativo como Isaías son numerosos. El más crítico de ellos se enfoca en el hecho de si las profecías de Isaías recibirán cumplimiento literal o no, y si el Señor, en su programa, ha abandonado a Israel como nación y reemplazado permanentemente a la nación con la iglesia, de tal manera que no hay futuro para Israel como nación.
En el primer asunto, el cumplimiento literal de muchas de las profecías de Isaías ya ha ocurrido (ver «Temas históricos y teológicos»). Contender que aquellas que aún no han sido cumplidas verán un cumplimiento no literal no tiene fundamento bíblico. Este hecho descalifica la propuesta de que la iglesia recibe algunas de las promesas hechas originalmente a Israel. El reino prometido a David le pertenece a Israel, no a la iglesia. La exaltación futura de Jerusalén será sobre la tierra, no en el cielo. Cristo reinará personalmente sobre esta tierra como la conocemos, como también en los cielos nuevos y en la tierra nueva (Ap 22.1, 3).
En el último asunto, numerosos pasajes de Isaías apoyan la posición de que Dios no ha reemplazado al Israel étnico con una supuesta «nueva Israel». Isaías tiene demasiado que decir de la fidelidad de Dios con Israel, de modo que Él no rechazaría al pueblo a quien ha creado y escogido (43.1). La nación está en las palmas de sus manos, y los muros de Jerusalén siempre están delante de sus ojos (49.16). Él está ligado por su propia Palabra a cumplir las promesas que ha hecho para traerlos de regreso a sí mismo y bendecirlos en ese día futuro (55.10–12).
SETEADB. PROFETAS MAYORES. Editorial La Epístola. Bolivia. 2012.
Maxwell, John. Elmore, Tim. La Biblia de Liderazgo de Maxwell. Nashville: Grupo Nelson; 2016.
MacArthur, John. Biblia de Estudio MacArthur. Nashville: Grupo Nelson; 2011
MacArthur, John. El Manual Bíblico MacArthur. Nashville: Grupo Nelson; 2016