73. LA RESURRECCIÓN FINAL

Capitulo 73 LA RESURRECCIÓN FINAL

LAS GRANDE DOCTRINAS DE LA BIBLIA

por R. C. Sproul

Traductora: Marcela Robaína

73 LA RESURRECCIÓN FINAL

Hay una pregunta que todos los creyentes se hacen y es la pregunta de a qué nos asemejaremos en el cielo. ¿Seremos capaces de reconocer a nuestros seres queridos? ¿Nuestros cuerpos resucitados tendrán las características correspondientes a nuestra edad o las que teníamos en nuestra juventud?

Muchos de estos temas son un misterio para nosotros. La Biblia solamente nos brinda algunas pistas a las respuestas. Sabemos que cualquier forma que asuma nuestro estado resucitado, este será mejor que cualquier idea que tengamos ahora. La Biblia nos dice: "Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman" (l Cor. 2:9). Pablo nos dice que "ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido" (1 Cor. 13:12).

La Biblia enseña claramente acerca de una resurrección final de los cuerpos de los santos. Se nos dice que la resurrección de Jesús es el primer fruto de aquellos que también han de participar en esta resurrección.

Existe una continuidad entre el cuerpo terrenal que muere y el cuerpo resucitado que se nos dará. Nuestros cuerpos presentes son corruptibles y sin duda que entrarán en descomposición, o de alguna manera serán rotos o fragmentados en la muerte. Sin embargo, del mismo modo que Jesús regresó de la tumba con su cuerpo también transformado, así también nuestros cuerpos presentes serán resucitados y transformados. Un cuerpo puede cambiar de estado sin que su identidad sea destruida.

Cada cuerpo resucitado será completo en cantidad y calidad. No les faltará nada, aunque habrán ganado mucho. Nuestros cuerpos resucitados serán reconocibles. No sabemos todavía cómo Dios en su poder logrará esto, pero sí sabemos que así será.

Nuestros nuevos cuerpos estarán especialmente equipados para la vida eterna en el reino de Dios. Nuestros cuerpos presentes no se adaptan a ella. Cualquier cambio que sea necesario será realizado por el poder de Dios. Sabemos que nuestros cuerpos resucitados todavía seguirán siendo humanos y finitos. No seremos deificados. Nuestros cuerpos nuevos serán incorruptibles –no podrán sufrir la descomposición, la enfermedad, el dolor ni la muerte. Nuestros cuerpos presentes gozarán de un poder adicional al haber sido elevados en honor, poder y gloria. Nuestros cuerpos serán diseñados para ser como el cuerpo glorificado de Jesús.

El cuerpo nuevo del santo será un cuerpo espiritual y celestial. Estará adaptado para vivir en un orden superior, posiblemente radiante y brillante, como Cristo en ocasión de su transfiguración.

Resumen

l. Nuestro estado futuro en la resurrección del cuerpo está envuelto en el misterio.

2. Habrá una continuidad entre nuestros cuerpos presentes y nuestros cuerpos resucitados.

3. Seremos capaces de reconocernos entre nosotros en el cielo.

4. Nuestros nuevos cuerpos serán adaptados y equipados para la vida en el cielo.

Pasajes bíblicos para la reflexión

Rom. 8:11

1 Cor. 2:9

1 Cor. 15:1-58

Phil. 3:20-21

1 Thes. 4:13-18