CAPITULO 17: La Inmortalidad de las Almas

CAPITULO XVII: La Inmortalidad de las Almas

3.17 Los elegidos que han muerto disfrutan de paz y descansan de sus obras (1) ; no que duerman y estén perdidos en el olvido como algunos fanáticos afirman, porque han sido liberados de todo temor y tormento, y de todas las tentaciones a las cuales nosotros, y todos los elegidos de Dios estamos sujetos en esta vida,(2) y a causa de lo cual somos llamados la Iglesia Militante. En sentido contrario, los réprobos e infieles que han muerto sufren angustia, tormentos y dolores indescriptibles. (3) Ni unos ni otros están en tal estado de letargo que no puedan sentir ni gozo ni dolor, como Cristo testifica en la parábola en Lucas cap. 16 (4), en las palabras al ladrón (5) y las palabras de las almas que claman bajo el altar (6)¿Hasta cuándo, Señor santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?”

1. Rev. 14:13.

2. Isa. 25:8; Rev. 7:14-17; 21:4.

3. Rev. 16:10-11; Isa. 66:24; Mark 9:44, 46, 48.

4. Luke 16:23-26.

5. Luke 23:43.

6. Rev. 6:9-10.