CAPITULO 13: LA SANTIFICACION

CAPITULO 13: LA SANTIFICACION

I. Aquellos que son llamados eficazmente y regenerados, teniendo creados un nuevo corazón y un nuevo espíritu en ellos, son además santificados real y personalmente por medio de la virtud de la muerte y la resurrección de Cristo, (1) por su Palabra y Espíritu que mora en ellos; (2) el dominio del pecado sobre el cuerpo entero es destruido, (3) y las diversas concupiscencia de él son debilitadas y mortificadas más y más, (4) y los llamados son más y más fortalecidos y vivificados en todas las gracias salvadoras, (5) para la práctica de la verdadera santidad, sin la cual ningún hombre verá al Señor. (6)

1. 1 Cor.6:11; Acts 20:32; Phil.3:10; Rom.6:5, 6.

2. Jn.17:17; Eph. 5:26; 2 Thes.2:13.

3. Rom.6:6,14.

4. Gal.5:24; Rom.8:13.

5. Col.1:11; Eph.3:16-19.

6. 2 Cor.7:1; Heb.12:14.

II. Esta santificación se efectúa en todo hombre, (1) aunque es incompleta en esta vida. Todavía quedan algunos remanentes de corrupción en todas partes, (2) de donde surge una continua e irreconciliable batalla; la carne lucha contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne. (3)

1. 1 Thes.5:23.

2. 1 Jn.1:10; Rom.7:18,23; Phil.3:12.

3. Gal.5:17; 1 Pet.2:11.

III. En dicha batalla, aunque la corrupción que aún queda puede prevalecer mucho por algún tiempo, (1) sin embargo, a través del continuo suministro de fuerza de parte del Espíritu Santificador de Cristo, la parte regenerada triunfa: (2) y así crecen en gracia los santos, (3) perfeccionando la santidad en el temor de Dios. (4)

1. Rom.7:23.

2. Rom.6:14; 1 Jn.5:4; Eph.4:15,16.

3. 2 Pet.3:18; 2 Cor.3:18.

4. 2 Cor.7:1.