101. EL INFIERNO
Capitulo 101 EL INFIERNO
LAS GRANDE DOCTRINAS DE LA BIBLIA
por R. C. Sproul
Traductora: Marcela Robaína
101 EL INFIERNO
Frecuentemente hemos escuchado afirmaciones tales como "La guerra es un infierno" o "Pasé por un infierno". Estas expresiones, por supuesto, no deben ser tomadas en un sentido literal. Más bien están reflejando nuestra tendencia a utilizar la palabra infierno como un término descriptivo de la experiencia humana más espantosa. Sin embargo, no hay ninguna experiencia humana en este mundo que pueda compararse con el infierno. Si tratamos de imaginar el sufrimiento más atroz aquí y ahora, nuestra imaginación todavía no habrá alcanzado la realidad espantosa del infierno.
El infierno es considerado algo trivial cuando se lo utiliza en expresiones soeces. El utilizar esta palabra con ligereza puede ser un tibio intento humano de considerar el concepto con ligereza o de una manera entretenida. Solemos burlarnos de las cosas que más temor nos causan como un esfuerzo fútil para quitarles las garras y los colmillos, reduciendo así su poder amenazador. No hay ningún concepto bíblico más horrendo ni más aterrador que la idea del infierno. Es tan poco popular que muy pocos creerían en este concepto si no fuera que nos viene de las propias enseñanzas de Cristo.
Casi toda la enseñanza bíblica sobre el infierno nos viene de labios de Jesús. Es en esta doctrina, más que en ninguna otra, donde se pone más a prueba la lealtad del cristiano a la enseñanza de Cristo. Los cristianos modernos han hecho muchos esfuerzos para minimizar el infierno de manera de eludirlo o de suavizar la enseñanza de Jesús. La Biblia nos describe al infierno como un lugar de oscuridad, un lago de fuego, un lugar de llanto y de crujir de dientes, un lugar de eterna separación de las bendiciones de Dios, una prisión, un lugar de tormento donde el gusano no morirá jamás. Estas imágenes tan gráficas del castigo eterno nos llevan a preguntarnos: ¿Debemos tomar estas descripciones literalmente o son solo símbolos?
Yo sospecho que se tratan de símbolos, pero eso no es ningún alivio. No debemos pensar que son simplemente símbolos. Es muy probable que el pecador en el infierno prefiera un lago literalmente de fuego como su morada eterna que la realidad del infierno representada en la imagen del lago de fuego. Si estas imágenes son símbolos, entonces debemos concluir que la realidad es peor que lo que el símbolo sugiere. La función de los símbolos es señalar algo más allá de ellos, hacia un estado más intenso que el contenido del símbolo. No puede servir de ningún consuelo para aquellos que los consideran simplemente como símbolos el que Jesús haya utilizado los símbolos más espantosos que sea posible imaginar.
Un suspiro de alivio parece escucharse cuando alguien declara: "El infierno es el símbolo de la eterna separación de Dios". Ser separado de Dios por la eternidad no representa una gran amenaza para la persona impenitente. Los impíos no quieren otra cosa que estar separados de Dios. El problema que tendrán en el infierno no será la separación de Dios, será la presencia de Dios lo que los atormentará. En el infierno, Dios estará presente en la plenitud de su ira divina. Estará allí para ejercer su justo castigo sobre los malditos. Lo conocerán entonces como el fuego consumidor. De cualquier modo que analicemos el concepto del infierno siempre termina siendo un lugar de crueldad y de castigo. Sin embargo, si es que hay algún consuelo en el concepto del infierno es la plena seguridad que no habrá crueldad allí. Es imposible que Dios sea cruel. La crueldad implica infligir un castigo que sea más severo o más duro que el crimen. La crueldad está en la esencia misma de la injusticia. Dios es incapaz de infligir un castigo injusto. El Juez de todo el mundo sin duda hará lo que es el bien. Ninguna persona inocente sufrirá bajo su mano.
Posiblemente el aspecto más aterrador del infierno es su eternidad. Las personas pueden soportar la más angustiante de las agonías siempre y cuando sepan que en algún momento ha de terminar. En el infierno esta esperanza no existirá. La Biblia nos enseña con claridad que el castigo ha de ser eterno. Se utiliza la misma palabra para referirse a la vida eterna y la muerte eterna. El castigo implica dolor. La aniquilación, que algunos han postulado, no implica dolor. Jonathan Edwards, al predicar sobre Apocalipsis Rev. 6:15-16 dijo: "Los hombres malvados de aquí en más desearán con todas sus fuerzas convertirse en nada y dejar de ser para poder escapar de la ira de Dios" .
El infierno, entonces, es una eternidad frente a la ira de Dios, justa y siempre ardiendo; un tormento en el sufrimiento, del cual no hay escapatoria posible ni alivio. Comprender esto es crucial para apreciar la obra de Cristo y para predicar su evangelio.
Resumen
1. El sufrimiento en el infierno no es comparable a ninguna experiencia de miseria que podamos hallar en esta tierra.
2. El infierno fue incluido con claridad en la enseñanza de Jesús.
3. Si las descripciones bíblicas del infierno son símbolos, entonces la realidad será peor que los símbolos.
REALIDAD SÍMBOLO
4. El infierno es la presencia de Dios en su ira y en su juicio.
5. No hay crueldad en el infierno. El infierno será un lugar de perfecta justicia.
6. El infierno es eterno. No hay ninguna escapatoria. ni por el arrepentimiento ni por la aniquilación.
Pasajes bíblicos para la reflexión