04. El alcance de la verdadera obediencia
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EL ALCANCE DE LA
VERDADERA OBEDIENCIA
"La obediencia debe salir del corazón, pero no se limita al Corazón."
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Hay varios errores morales comunes que los creyentes cometen, aun después de darse cuenta de que Dios los hace responsables de Sus mandamientos revelados. Entre esos se pueden destacar dos errores en este capitulo como la raíz de muchos otros conceptos equivocados. Por una parte, la gente suele perder la vista que la Ley de Dios requiere la obediencia de corazón. Por otra parte, la gente se equivoca en pensar que es suficiente con que su obediencia se limite a los asuntos del corazón. Ambos errores — opuestos en carácter pero igual en fuerza destructiva -son tratados por la Palabra de Dios, la cual nos muestra en su totalidad la verdadera obediencia al Señor.
La Obediencia del Corazón
En Mateo 5:20 Jesús enseñó algo que debió haber sido espantoso para Sus oyentes. Él dijo, "Sí vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos." Lo espantoso de esto era que los escribas y fariseos tenían una reputación que ellos mismos promovían con afán, de tener un compromiso profundo de obediencia a la Ley hasta en sus pormenores. Pero la realidad del asunto era que los fariseos estaban lejos de vivir conforme a las demandas verdaderas de los mandamientos de Dios. Habían distorsionado los requisitos de la Ley, subscribiendolos de una forma perversa, auto-justiñcadora, y externalísta.
En el sermón del monte Jesús expuso el carácter de la obediencia superficial de los fariseos, y señaló que Dios no se satisface con nada menos que la obediencia total del corazón a Su Ley interpretada en su totalidad, Por el contrario, los fariseos habían apelado a la Ley en una manera calculada para escapar de las demandas verdaderas y originales, poniendo una capa exterior de "piedad" sobre todas sus actividades.
Los fariseos hacían una diversión religiosa de su adhesión a la Ley, pero Cristo vió que aquello era una mera fachada. Les dijo, "Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo:
Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres’‛ (Mateo 15:7-9). Los fariseos en realidad pasaban por alto los asuntos mas importantes de la Ley, tal como la justicia, la misericordia, y la fe (Mateo 23:23-24). Eran guías ciegos que recortaban los requisitos de la Ley de Dios para que apareciese semejante a sus tradiciones culturales. "Respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición? Porque Dios mandó diciendo:.... Pero vosotros decís: ..... Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición" (Mateo l5:3-6, 14).
Así que, es muy posible tener un interés ardiente en los mandamientos de Dios y todavía tener un corazón que está lejos del Señor—tener todavía un estilo de vida que parece piadoso pero que es desagradable a Dios porque nuestras actitudes y motivos se desajustan con la guía moral de la Escritura. Podemos ocuparnos de los pequeños detalles de la Ley, y lo debiéramos hacer, 'pero no de tal manera que perdamos el objeto principal del todo: es decir, la manifestación de actitudes agradables a Dios tales como las que se mencionan en "el Fruto del Espíritu" — amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley (Gálatas 5:20-23).
Refiriéndonos otra vez al sermón del monte (Mateo 5:20),después que Cristo declaró que únicamente si su justicia fuere mayor que la de los escribas y fariseos entrarían en el reino de los cielos, Continuó dando una serie de ilustraciones de cómo los escribas y los fariseos daban una interpretación reducida a los requisitos de Dios. Comparó el enfoque de ellos acerca de vanos mandamientos con Su propia interpretación de las demandas de Dios, y así restauró la plena dimensión del propósito y los requisitos de Dios a la Ley del Antiguo Testamento. Sus ilustraciones comenzaron con palabras tales Como: "Oísteis que fue dicho a los antiguos .,.. , Pero yo os digo? En tales palabras Jesús no rehusaba adhesión a la Ley de Dios sino la comprensión y desprecio farisaico de la Ley de Dios. .
Después de todo, Si los fariseos realmente satisfacían los requisitos de la Ley, y Jesús agregaba a la demanda de la Ley, ¡entonces Su condenación ex post facto de los fariseos por no haber satisfecho Sus adiciones sería bastante injusta! Mas bien, Jesús acusaba a los fariseos de no haber satisfecho lo que Dios había requerido originalmente. "Habéis oído que fue dicho a los antiguos" se refiere a las interpretaciones rabínicas de la Ley transmitidas de generación en generación, los escribas recurrían comúnmente a las interpretaciones tradicionales de los rabinos antiguos como una manera de enseñar la Ley. La cosa mas sorprendente para las multitudes que oían a Jesús, sin embargo, era que él enseñaba como quien tiene autoridad en Sí Mismo, y no como uno de los escribas, que siempre recurrían a otros (Mateo7:28-29).
El problema con la interpretación escribal o farisaica de la Ley del Antiguo Testamento era que ellos destacaban lo trivial y lo extremo. Jesús tenía que señalar, conforme a la enseñanza del Antiguo Testamento (por ejemplo, Proverbios 6:16-18, 25), que el odio y la concupiscencia eran los pecados fundamentales del homicidio y el adulterio (Mateo 5:21-30). Cuando Dios mandó que Su pueblo no matase y no cometiese adulterio, no solamente requería que se abstuviese de los actos exteriores del asalto y la fornicación; Su requerimiento se dirigía al corazón, requiriendo que nuestros pensamientos, planes, y actitudes sean también libres de la violencia e incontinencia,
La Obediencia verdadera a la Ley, entones, brota de un corazón que esta bien con Dios, un corazón que busca agradar al Señor ― no sólo por la obediencia exterior sino también por las actitudes puras.
Vemos, entonces, por qué la "obediencia" de los fariseos no era aceptable ante los ojos de Dios. No obedecían la Ley de Dios verdaderamente en su demanda integral, tanto interior como exterior. Cualquier obediencia que mostremos hoy en dia a la Ley de Dios para que sea agradable a Dios, tiene que ser obviamente mas que una obediencia externa, hipócrita, farisaica, auto-justificadora. Tiene que ser una obediencia de corazón.
La Obediencia No Se Limita al Corazón
Quien se abstiene del adulterio físico mientras que alimenta pensamientos lascivos se engaña si piensa que ha obedecido al mandamiento del Señor.
Por otra parte, quien cree tener una actitud y motivación pura, y se entrega exteriormente a un acto que transgrede la Ley de Dios, se engañan igualmente. ;La ley de Dios no da preferencia especial a lo interno y a las actitudes del corazón a vosta de la obediencia abierta a Sus requisitos!
Cuando se trata de la obediencia al Señor, la obediencia de corazón no es suficiente. Los propugnadores de la ética situacional, que dice que un hombre puede actuar con amor a Dios y amor a su prójimo cuando comete adulterio con la esposa de su prójimo, serán condenados por Dios y Su palabra en el juicio final. Esto debe ser obvio a la mayor parte de los Cristianos nacidos de nuevo.
Saben que "andar en el Espíritu" significa que, a diferencia de los que andan en "la carne" (en la naturaleza pecaminosa), pueden guardar la Ley de Dios (Romano: 8:5-10); es "la justicia de la ley" lo que "se cumple en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu‛' (v. 4].
Los que tienen sus corazones y vidas justificados por Dios, los que han recibido un corazón nuevo de Dios, los que desean de corazón agradar a Dios, procuraran andar conforme a los mandamientos de Dios (Jeremías 31:33; Ezequiel 11:l9―20; 36:26-27).
Una actitud correcta del corazón ha de llevar a una conducta externa también correcta. No se puede limitar la obediencia al corazón. Jesús no sólo quería que los fariseos realizasen los valores interiores de misericordia y fe; Él tampoco quería que ellos dejasen de cumplir ninguno de los asuntos exteriores mas pequeños como diezmar las verduras del huerto (Mateo 23:23).
Así como no se debe limitar la obediencia al corazón y olvidarse de la necesidad de la conformidad exterior a las estipulaciones de Dios, de la misma manera puede decirse que la obediencia- si es una obediencia bíblica genuina ― no puede limitarse a un interés en nuestra conducta personal.
La obediencia plena supone un interés en la obediencia a las leyes de Dios de los que me rodean, El Cristiano debe aceptar el deber de exhortar a los de su casa, iglesia, sociedad, etc. a guardar los mandamientos del Señor. David escribió, "Vuélveme el gozo de tu salvación, y tu espíritu noble me sustente. Entonces enseñare a los transgresores tus caminos, y los pecadores se convertirán a ti" (Salmos 5l:l2-l3). La Gran Comisión impuesta a la Iglesia por Cristo requiere que enseñemos a las naciones "todas las cosas os he mandado" (Mateo 28:l8-20).
Una actitud que no tiene esta ansiedad hacia la obediencia de los que nos rodean es deslealtad al Señor y no califica como obediencia verdadera a Su Ley. Juan Murray escribe:
Hasta los mandamientos mas pequeños, si nos obligan a nosotros, obligan los demás. Nosotros debemos resistir la ponzoña virulenta del individualismo que tolera en otras la indiferencia y la desobediencia que nosotros no podemos justificar en nosotros mismos ....En el momento en que llegamos a ser indiferentes a los pecados de los demás entonces hemos comenzado a relajar nuestro afin por la santidad de los mandamientos de Dios, y hemos comenzado a ¡condonar esos mismos pecados en nosotros mismos! 1l.Principles of Conduct (Grand Rapids, Michigan: Eerdmans. 1957), pág. 154
Una obediencia de Corazón a la Ley de Dios nos llevará a promover la obediencia a esa misma Ley por parte de otros, Los verdaderos santos se indignan con los que violan la Ley de Dios (Salmos 119:53), y no tienen vergüenza de promover esa Ley públicamente (v. l3). Si guardasen silencio frente a la desobediencia, entonces se harían culpables por los pecados que presencian. Como dice Salmos 50:18, "Si veías al ladrón, tú corrías con el" por mantenerte indiferente, Efesios 5:11 exhorta al creyente a reprender las obras infructuosas de las tinieblas. Entonces, la Escritura es bastante clara en enseñar que el requisito de la plena obediencia a los mandamientos de Dios se extiende a la promoción activa de la obediencia a esos mandamientos en los demás.
El creyente guiado por la Escritura está en posición de ofrecerun consejo y ayuda genuina a otros y a su suciedad; el conoce la pureza dela Ley de Dios. Él "puede amonestar" (Romanos 15: I4), así que, de guardar silencio frente a las transgresiones ajenas sería un silencio culpable, Cristo instó a Sus seguidores a que fuesemos "la luz del mundo‛‛ — lo que es imposible cuando nuestra luz esta "debajo de un almud‛‘ (Mateo 5:l4—l5). Por consiguiente, la verdadera obediencia cristiana a la Ley de Dios nos llevará mas allá de una preocupación con nosotros mismos a una preocupación por la obediencia de los que nos rodean, Las iglesias que predican (ya sea deliberadamente o por incumplimiento) "el individualismo moral" están dejando de anunciar todo el consejo de Dios. Los pecados de nuestra sociedad no pueden ser pasados por alto ni barridos debajo de la alfombra de la iglesia.
Este pequeño estudio no trata en ninguna manera con cada faceta de la obediencia a los mandamientos de Dios, pero si señala dos aspectos muy importantes de la obediencia genuina. Vemos cuán extensas son las demandas de Dios cuando tenemos presente que la obediencia tiene que salir del corazón, pero no se debe limitar al corazón.