8. LA ERA DE LA FRAGMENTACION

LA ERA DE LA FRAGMENTACION

Capítulo 8

Monet, Renoir, Pissarro, Sisley y Gérard, fueron pintores franceses defines del siglo pasado y comienzo del presente. Eran naturalistas como la mayoría de su generación, es decir realistas que reproducían el modelo exactamente igual. Pero más tarde se hicieron eco a una nueva corriente filosófica en la pintura llamada «Impresionismo».

El Impresionismo es pués una corriente renovadora e innovadora, no sólo de la técnica, sino de la esencia misma del arte pictórico. Según los impresionistas no existe ningún objeto de un color determinado; el color de un objeto depende de la inclinación y modo con que recibe la luz, de su intensidad y de la refracción de los colores vecinos». Pintaban lo que les impresionaba a la vista. Pero quedó una pregunta; si existía una realidad más allá de las sombras de luz que les llegaba a la vista. Y la respuesta era que sí había una realidad detrás de las sombras que a su vista les llegaba.

Después de 1885 Monet llevó esto hasta su conclusión y la realidad tendió a transformarse en un sueño. El impresionismo había perdido valor para convertirse en un vehículo que abrió las puertas al pensamiento moderno.

Post-Impresionismo

En tanto la realidad se transformó en un sueño el impresionismo se vió desplazado. Cezanne, Van Gogh, Gauguin, Gerard, etc. fueron unos grandes pos-impresionistas que sintieron el pro-blema. Ellos trataron de encontrar realidad de lo absoluto detrás de las cosas individuales, pensa-ron que se había perdido el valor de los universales, pero también fallaron.

Ellos trataron de representar en sus pinturas su concepción o cosmovisión del mundo. El arte así llegó a ser el vehículo para representar la fragmentación de la verdad y la vida.

La falta de significado los llevó a resolver el problema encontrando la forma de regresar a la realidad, al absoluto más allá de las cosas individuales, más allá de los particulares, pero finalmen-te fracasaron.

No estamos diciendo que los pintores estuvieran conscientemente pintado su filosofía de la vida, pero sí decimos que su obra en general, su concepto del mundo se reflejaba a menudo.

Paul Cezanne, (1839-1906)

(Pintor impresionista autor de naturalezas muestras y paisajes notables, francés). Redujo la naturaleza a lo que él consideraba sus formas geométricas básicas. En esto lineaba un patrón universal que abarcara todo tipo de cosas individuales en la naturaleza misma. Esto dió a la naturaleza una apariencia quebrada, fragmentada. El hombre fue pintado también en una forma fragmentada. En su cuadro «Las bañistas» hay mucha frescura, mucha vitalidad y absoluta maravilla en el equilibrio de la pintura en general. No se trata de minimizar la obra de estos pintores, ni a éstos como hombres, pues hay un elevado tinte de sinceridad y sensibilidad. Por ejemplo leer las cartas de Van Gogh es llorara por los tormentos de un hombre sensible. Tampoco debemos minimizar sus talentos como pintores; sus obras, sin duda, son a menudo de gran belleza, pero su arte sí llegó a ser el vehículo del concepto que tenía el hombre moderno sobre la verdad de la realidad de la vida.

La pintura, entonces, pasó de la unidad a la fragmentación al igual que la filosofía.

En 1912 W. KANDINSBY (1866-1944) escribió un artículo diciendo: «Al ver que la antigua ar-monía, que era una «unidad del conocimiento» se había perdido existían dos posibilidades única-mente:

1. Extrema Abstracción o

2. Extremo Naturalismo

Ambas, decían, eran iguales (mostrando una pintura de Picaso). Con la pintura de Picaso llama-da «Las Damiselas de Avignón» apareció el arte moderno.

Picaso pintó en 1907. Y aquí une dos conceptos: La fragmentación de Cezanne y el concepto de Gauguin sobre el «noble salvaje». Implantó la forma de las máscaras africanas que eran

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populares en el círculo del arte parisino de la época.

En las grandes obras la técnica se une al concepto del mundo, y la técnica de la fragmentación encaja bien con el concepto del mundo del hombre moderno. Un panorama del mundo fragmen-tado, un completo rompimiento del arte de la edad del renacimiento que estuvo basado en la esperanza del hombre humanista.

Aquí el hombre está hecho para ser algo menos que hombre. La humanidad está perdida.

Hablemos ahora sobre Picaso, de la colección privada de sus grandes obras, en la que aparecen cuadros de otros grandes artistas, podemos decir, claro está que ninguna de estas pinturas fue en realidad un retrato, pero es la profecía de un mundo en ruinas. El mismo Picaso no podía vivir con esta falta de humanismo.

Cuando Picaso estuvo enamorado de Olga y más tarde de Jacqueline no las pintó de una mane-ra fragmentada. En momentos cruciales de sus relaciones las pintó de una manera real, tal como eran, con todo su talento y toda su humanidad. Y cuando pintaba a sus propios hijos no empleó sus técnicas y presentaciones fragmentadas.

Debemos entender lo que estamos diciendo, que la ternura y la humanidad jamás estén presen-tes en el arte moderno, pero en tanto las técnicas del arte moderno avanzaron la humanidad se fragmentaba cada vez más.

Lo opuesto a fragmentación vino siendo «unidad».

Los antiguos pensadores, filósofos creyeron que podía obtener esta unidad a partir de una base humana, pero luego se olvidaron de esto, que el pensamiento moderno al aceptar la fragmentación probó un fracaso. En realidad un fracaso que la mentalidad humana partiendo de ella misma no puede obtener una unidad de ideas y de vida. Por unidad entendemos que es lo que incluye todas las ideas y todo en la vida y esto puede obtenerse, claro, está, si Dios ha hablado y no ha perma-necido silente, y, al brindarnos los hechos que el hombre no encontraría por sí mismo, entonces hay unidad dentro de la cual está toda esa maravillosa diversidad que el hombre puede estudiar y en donde tiene un lugar unificado ya sea en el conocimiento o en los valores o en la vida.

Fue el nadaismo el que llevó el concepto de que todo es una cuestión de azar, a su lógica con-fusión de la absulidad última de todo, incluyendo la humanidad.

D. MARCEL DISCHARD «El Desnudo Descendiendo por la Escalera». Dischard quizá entendió con más claridad y con conocimiento lo absurdo de todas las cosas incluyendo al hombre, en base al concepto del mundo del hombre moderno, él llevó la fragmentación aún más lejos, el ser humano desapareció por completo. El creía que lo absurdo de todas las cosas incluía lo absurdo del arte en si.

Los filósofos, a partir de Rousseau, Clarck Kierkegaard, etc. en adelante han olvidado la espe-ranza de una unidad de vida y de conocimiento y han pasado a un concepto fragmentado de la realidad, y luego los pintores pintaron de esa manera. Sin embargo los artistas, siendo hombres sensibles, rápidamente llegaron a entender cuál iba a ser el final de este concepto y este era que todas las cosas son absurdas. El norteamericano Jackson Polack es tal vez el ejemplo más claro al pintar deliberadamente de una forma que nos dice que todo es fortuito, así que como Polack creó algunas de sus obras así sus pinturas fueron un producto del azar. ¡Un momento! ¿Acaso no hay orden en estos rasgos de pinturas? Si ¿Porqué dudar? ¿No es en realidad el azar el que daba formas a sus lienzos? El universo no es un universo fortuito, sinó, orden.

El movimiento de esta verdad, de pintura que se columpia sigue el orden del universo en sí. Este no es lo que estos pintores dicen que es.

Toda filosofía humanista en bancarrota que primero enseñó que la razón conducía al pesimismo el optimismo sólo se puede encontrar en el área de la «sin razón»; esta básica idea se filtró directamente en el arte y luego en la música clásica y después en la música popular.

En Francia, CLAUDIO DEBUSSY (1862 - 1918) (uno de los más destacados representantes de la música impresionista), abrió el camino para la música moderna.

Muchos de nosotros sentimos una profunda admiración por la música, y en verdad, la disfruta-mos mucho, pero Debussy abrió el camino no al no resolver nada como los compositores alema-nes lo hicieron, sinó para la fragmentación, una fragmentación paralela a la fragmentación de la pintura. La fragmentación puede dar influencia en casi todos los compositores obsecuentes de la

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música clásica, así como en las formas últimas de jazz y rock.

En Alemania, después de Bethoven y sus cuartetos vinieron Wagner, y luego Schubert y luego otros con su escala de doce tonos. La música de estos compositores se transformó en auténtico ruido y nada más.

Chez pensaba que el universo era un universo aleatorio, para expresar esto produjo música al azar. Es decir un conjunto de ruidos despojados de absoluta armonía, simplemente ruidos. Jhon Key fue uno que no podía vivir con este concepto del universo fortuito, al igual que otros, porque no encaja en el universo que existe. Era un experto en el conocimiento de hongos, él mismo dijo: «... quien está consciente que si aceptaba los hongos al espíritu de mi operación aleatoria, yo moriría pronto».

Su teoría del universo no encajaba en el que ya existía. Porque el aeroplano está cuidadosamen-te hecho y ordenado y lo que Key produjo es puro ruido, porque el aeroplano debe volar en el universo que existe, y hay un orden de líneas de flujo en el universo que existe, y por lo tanto, el universo no es lo que Polock en su pintura y Key en su música dijeron que era. La música de Key no encaja en lo que el hombre es. Tiene que ser cada vez más y más espectacular para mantener a los interesados. Qué contraste con Bach que tuvo mucha diversidad y además la resolución (o sea la contundencia armónica como música)

Como cristiano creía que existía resolución para el individuo y para la historia.

En tanto que la música que aportó la doctrina bíblica de la Reforma fue influenciada por aquel concepto del mundo, así el concepto del hombre moderno dá la forma a la música moderna.

Pasando ahora a la cinematografía, señala algunos actos de filmación y se pregunta ¿Es esto arte? ¿No es, acaso una filiación filosófica e intelectual meramente?, separada de la plenitud de qué es el hombre y qué es el universo?. Tal vez venga a ser sólo una filmación intelectual en lugar de una obra de arte, se ha transformado en un arte, arte, arte.

Después de la filosofía, del arte y la música, la poesía, la novela y el drama llegaron a ser el vehículo de estas. En el mundo de habla inglesa se presentó primero y mostrando algunos trozos de filmación nos dice: «Como ven, trata un mensaje un mensaje fragmentado a una forma frag-mentada de poesía.

En cuanto a Picaso, él también es poseedor de un concepto fragmentado de vida en las «Dami-selas de Avignon».

También la moderna poesía fragmentada en el mundo de habla inglesa comenzó con la poesía de Eliot. Su estilo fragmentado trasmite la visión del hombre fragmentado, luego Eliot se convirtió a cristiano y su forma de escribir varió como por ejemplo en su poesía: The Journey of the magi; una vez más la filosofía se expresaba no como el enunciado formal y de filosofía como tales, sino más bien en la novela y otras formas de arte.

SARTRE escribió «Nausea», también «El Extranjero» y la «Peste» y «La Invitada», donde hizo uso de la forma fragmentada.

En los años 1960 una de las afirmaciones filosófica básicas se lograron a través del cine. Estas ideas pudieron llegar con el cine a un mayor número de personas, lo que jamás se había logrado mediante la pintura o la literatura y menos aún mediante los escritos de los filósofos. Algunas de estas películas fueron «El Silencio» y «La Hora del Lobo» de Bergman, «Juguete de los Espíritus» de Fellini, «Complot» de Antonioni y también obras de Buñuel y otros que usaron el cine pictórica-mente y con cada fuerza, que nos produce esta interrogante: ¿Qué sería la persona si fuera sólo una máquina? y ¿Qué sería, si además, la persona tratara de vivir en el área de la «sin razón»?. En el área de la «sin razón» no hay forma de distinguir entre el bien y el mal, entre lo que es objetiva-mente cierto y lo que es ilusión o fantasía.

Por ejemplo en título de películas como «Asesinato sin Culpa», «Amor sin significado» no hay hechos patentes en cuanto a los valores morales ni en cuanto a categorías humanas, todo carece de un valor, de un sentido moral y ético; lo único que hay es el no-héroe de Antonioni, cámaras que van haciendo ruidos como: clic, clic, clic, el factor humano ha desaparecido. Varias películas de ese período fueron muy lejos, por ejemplo «Juguete de los espíritus», «La Lora del Lobo», «Siberia de Día» querían expresar algo mucho más profundo, decían que el hombre moderno al caer en el área de la «sin razón» no sólo no tenía categoría alguna o moral o valores humanos, sinó

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que no tenía certidumbre para distinguir entre realidad e ilusión.

Bergman es un claro ejemplo de esto, dirigió la película «La Hora del Lobo» en donde no se puede notar la diferencia entre lo que es real y lo que es fantasía, lo que se exigía estaba sucedien-do realmente o estaba en la mente de uno de los personajes.

Si la persona piensa a partir de ella misma y cree que vive en un universo en el que no hay un Dios personal que hable, un universo como el que Bergman indicó en su película «El Silencio», entonces no tiene una manera final de distinguir entre realidad y fantasía o ilusión. Pero Bergman, como los demás directores de su época no pudo vivir de acuerdo a su propia posición y por lo tanto la música de fondo de la película «El Silencio» corresponde a las Variaciones de Corbert Karavach. Bergman dijo: «Hay una pequeña parte cerrada en el ser humano en donde la música habla» Bergman dijo también, que mientras estaba escribiendo el guión para la película «El Silen-cio» tenía puesta la música de las Variaciones en su casa, y esta música interfirió en lo que estaba siendo preparado para su película.

El cristiano sabe que la música habla. Sabe que el hombre no es un producto del azar. El hom-bre está formando a la imagen de Dios y sobre esta base es comprensible que la música sea música para el hombre y debido a que Dios ha hablado en la Biblia no hay entonces silencio y, existen verdades concernientes a los valores morales y humanos existen categorías las cuales distinguir entre la realidad y la fantasía.

Para la gente de la posición humanista esto no es así. Dentro de esta posición no hay base para conocer. La cristiandad no es romántica, la Biblia no es romántica en cuanto al hombre, pues es visto como ser caído, es visto en rebelión, es visto como rebelde contra Dios.

Con toda la generosidad de Dios y con todo su saber tiene, por un lado, el circundante universo y su forma y la masculinidad del hombre y por otro lado el más detallado conocimiento de la Biblia y la revelación de Cristo. El hombre es un rebelde y como la Cristiandad no es romántica no cree que esto se pueda pasar por alto. Habiendo dicho esto, el cristiano no es pesimista, no es pesi-mistas en dos puntos:

a). Primero que nada, la historia debe tener la meta y para tener meta el cristiano, es que Cristo va a volver y ésta es la solución final y

b). Cada cristiano, que en realidad entienda las Escrituras al igual que cada generación, está esperando, luchando y tratando de hacer todo lo que puede no son para que los individuos se conviertan en cristianos sino para que la cultura se afectada por los individuos cristianos.

La sociedad, las naciones, la cultura necesitan ser iluminadas por las verdades bíblicas vividas por los cristianos y esta tarea le corresponde a la iglesia.

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