Capitulo 25 LA DEIDAD DE CRISTO
LAS GRANDE DOCTRINAS DE LA BIBLIA
por R. C. Sproul
Traductora: Marcela Robaína
Parte IV Jesucristo
25 LA DEIDAD DE CRISTO
La fe en la deidad de Cristo es necesaria para ser un cristiano. Es una parte esencial del evangelio de Cristo del Nuevo Testamento. Sin embargo, en todos los siglos la iglesia se ha visto obligada a habérselas con personas que dicen ser cristianas mientras que al mismo tiempo niegan o distorsionan la deidad de Cristo.
En la historia de la iglesia ha habido cuatro en que la confesión de la deidad de Cristo fue un asunto espinoso y crucial dentro de la iglesia. Fueron los siglos cuarto, quinto, diecinueve y veinte. Como estamos viviendo durante uno de los en que la herejía arremete contra la iglesia, es urgente que resguardemos la confesión de la iglesia sobre la deidad de Cristo.
En el Concilio de Nicea, en el año 325 d.C; la iglesia en oposición a la herejía arriana declaró que Jesús había sido engendrado, no hecho, y que su naturaleza divina era de la misma sustancia (homousios) que la del Padre. Esta afirmación declaró que la Segunda Persona de la Trinidad es una en sustancia con Dios el Padre. Es decir, el "ser" de Cristo es el ser de Dios. No es solo semejante a la Deidad, sino que es la Deidad.
La confesión de la deidad de Cristo surge de los múltiples testimonios del Nuevo Testamento. Como el Lagos Encarnado, Cristo se nos revela no solo como siendo preexistente a la creación, sino eterno. Se nos dice que en el principio era con Dios y que también Él era Dios (Jn. 1:1-3). Que sea con Dios requiere una diferencia personal dentro de la Divinidad. sea Dios requiere que esté incluido en la Divinidad.
En otros pasajes, el Nuevo Testamento le atribuye a Jesús términos y títulos que son claramente títulos divinos. Dios le otorga el título pre-eminentemente divino de Señor (Phil. 2:9-11). Como Hijo del Hombre, Jesús dice ser el Señor del día de reposo (Mk 2:28) y de tener autoridad para perdonar pecados (Mk. 2: 1-12). Se lo llama el "Señor de la gloria" (James 2:1) Y acepta la adoración de Tomás cuando le confiesa "[Señor mío, y Dios mío!" (Juan 20:28, véase Rev. 22:8-9).
Pablo nos dice que en Él habita toda plenitud de la divinidad (Col. 1:19) y que Jesús es más alto que los ángeles, un tema reiterado en el libro de los Hebreos. Adorar a un ángel o a cualquier criatura, no importa lo exaltada que sea, es violar la prohibición bíblica en contra de la idolatría. Los Yo soy del evangelio de Juan también son un testimonio de la identificación de Cristo con la Deidad.
En el siglo quinto, el Concilio de Calcedonia (451 d.C.) afirmó que Jesús era verdadero hombre y verdadero Dios. Las dos naturalezas de Dios, su humanidad y su divinidad, eran sin con sin mutación, sin división y sin separación.
Resumen
l. La deidad de Cristo es una doctrina esencial para el cristianismo.
2. La iglesia ha tenido varias crisis heréticas con respecto a la deidad de Cristo en los siglos cuarto, quinto, diecinueve y veinte.
3. El Concilio de Nicea (325 d.C.) afirmó la deidad de Cristo, declarando que Él es de la misma sustancia o esencia que el Padre y que Él no es un ser creado.
4. El Nuevo Testamento afirma con claridad la deidad de Cristo.
5. El Concilio de Calcedonia (451 d.C.) declaró que Jesús era verdadero Dios.
Pasajes bíblicos para la reflexión