CAPITULO 7: DEL PACTO DE DIOS CON EL HOMBRE
CAPITULO 7: DEL PACTO DE DIOS CON EL HOMBRE
I. La distancia entre Dios y la criatura es tan grande, que aún cuando las criaturas racionales le deben obediencia como a su Creador, sin embargo, ellas no podrán nunca tener plenitud con El como su bienaventuranza o galardón, si no es por alguna condescendencia voluntaria por parte de Dios, habiéndole placido a Este expresarla por medio de su pacto. (1)
1. Job 9:32, 33; Ps.113:5, 6; Acts 17:24, 25; Is.40:13-17; 1 Sam.2:25; Ps.100:2, 3; Job 22:2, 3; Job 35:7, 8; Lk.17:10.
II. El primer pacto hecho con el hombre fue un pacto de obras, (1) en el que se prometía la vida a Adán, y en éste a su posteridad, (2) bajo la condición de una obediencia personal perfecta. (3)
1. Gal.3:12.
III. El hombre, por su caída, se hizo incapaz para la vida que tenía mediante aquel pacto, por lo que agrado a Dios hacer un segundo pacto, (1) llamado comúnmente el Pacto de gracia, según el cual Dios ofrece libremente a los pecadores vida y salvación por Cristo, exigiéndoles la fe en EL para que puedan ser salvos, (2) y prometiendo dar su Espíritu Santo a todos aquellos que ha ordenado para vida, dándoles así voluntad y capacidad para creer.(3)
1. Gal.3:21; Rom.8:3; Rom.3:20, 21; Is.42:6; Gen.3:15.
2. Mk.16:15,16; Jn.3:16; Rom.10:6; 9; Gal.3:11.
3. Ezek.36:26, 27; Jn.6:44, 45.
IV. Este pacto de gracia se propone con frecuencia en las Escrituras con el nombre de un testamento, con referencia a la muerte de Jesucristo el testador, y a la herencia eterna con todas las cosas que a ésta pertenecen y están legadas en este pacto. (1)
1. Heb.9:15-17; 7:22; Lk.22:20; 1Cor.11:25.
V. Este pacto era ministrado de un modo diferente en el tiempo de la ley y en el del Evangelio. (1) Bajo la ley se ministraba por promesas, profecías, sacrificios, la circuncisión, el cordero pascal y otros tipos y ordenanzas entregados al pueblo judío; y todos señalaban al Cristo que había de venir, y (2) eran suficientes y eficaces en aquel tiempo por la operación del Espíritu Santo, para instruir y edificar a los elegidos en fe en el Mesías prometido, (3) por quien tenían plena remisión de pecado y salvación eterna. A este pacto se le llama el Antiguo Testamento. (4)
1. 2Cor.3:6-9.
2. Heb. caps. 8, 9 y 10; Rom.4:11; Col.2:11,12; 1 Cor.5:7.
3. 1 Cor.10:1-4; Heb.11:13; Jn.8:56.
VI. Bajo el Evangelio, cuando Cristo la sustancia fue manifestado, (1) las ordenanzas por las cuales se ministra este pacto son: la predicación de la Palabra, la administración de los sacramentos del Bautismo y de la Cena del Señor; (2) y aún cuando son menos en número y ministradas con más sencillez y menos gloria exterior, sin embargo, en ellas el pacto se muestra a todas las naciones, así a los judíos como a los gentiles, (3) con más plenitud, evidencia y eficacia espiritual, (4) y se le llama el Nuevo Testamento. (5) Con todo, no hay dos pactos de gracia diferentes en sustancia, sino uno y el mismo bajo diversas dispensaciones. (6)
1. Col.2:17.
2. Mat.28:19, 20; 1 Cor.11:23-25.
3. Mat.28:19; Eph.2:15-19.
4. Heb.12:22-27; Jer.31:33, 34.
5. Lk.22:20.
6. Gal.3:14, 16; Acts 15:11; Rom.3:21, 22, 23, 30; Ps.32:1 con Rom.4:3, 6, 16, 17, 23, 24; Heb.13:8.