07 - EL CANON DE LA ESCRITURA
Capitulo 7 - EL CANON DE LA ESCRITURA
LAS GRANDE DOCTRINAS DE LA BIBLIA
por R. C. Sproul
Traductora: Marcela Robaína
Capitulo 7 - EL CANON DE LA ESCRITURA
Comúnmente pensamos en la Biblia como un solo gran libro. En realidad, es una pequeña biblioteca de sesenta y seis libros individuales. La reunión de estos libros constituye lo que llamamos el canon de la sagrada Escritura. El término canon proviene de la palabra griega que significa "vara de medir" "metro", "estándar", o "norma". Históricamente, la Biblia ha sido siempre el precepto autorizado para la fe y la práctica en la iglesia.
Con respecto a los libros incluidos en el Nuevo Testamento, los católicos y los protestantes están de acuerdo. Sin embargo, los dos grupos están en franco desacuerdo con lo que respecta a los libros que deberían ser incluidos en el Antiguo Testamento. Los católicos creen que los libros apócrifos deberían ser considerados canónicos, mientras que el protestantismo piensa lo contrario. (Estos libros apócrifos fueron escritos después que se completó el Antiguo Testamento y antes que se comenzara a escribir el Nuevo Testamento.) El debate con respecto a los libros apócrifos se centra en el tema más amplio sobre qué fue considerado canónico por la comunidad judía. Existe una contundente evidencia que los libros apócrifos no estaban incluidos en el canon palestino de los judíos. Por otro lado, parece ser que los judíos que vivían en Egipto habrían incluido a los libros apócrifos (traducidos al griego) en el canon alejandrino. Hay pruebas más recientes, sin embargo, que arrojan ciertas dudas a este respecto.
Algunos críticos de la Biblia aducen que la iglesia no contó con una Biblia como tal hasta casi principios del siglo quinto. Pero esto es una distorsión de todo el proceso de desarrollo canónico. La iglesia se reunió en concilios en varias ocasiones durante los primeros siglos para decidir sobre cuales libros pertenecían propiamente al canon. El primer canon formal del Nuevo Testamento fue creado por el hereje Marcia, quien produjo su propia versión expurgada de la Biblia. Para combatir a este hereje, la iglesia se vio obligada a declarar cuál era el contenido exacto del Nuevo Testamento.
Aunque la gran mayoría de los libros que hoy en día están incluidos en el Nuevo Testamento en su día claramente funcionaron con autoridad canónica desde que fueron escritos, hubo algunos pocos libros cuya inclusión en el canon del Nuevo Testamento fue motivo de discusión. Estos fueron Hebreos, Santiago, la segunda epístola de Pedro, la segunda y tercera epístola de Juan, Judas, y Apocalipsis.
Existieron además varios libros que rivalizaron para obtener esta posición canónica pero que no fueron incluidos. La gran mayoría de estos eran obras espurias escritas por herejes gnósticos del segundo siglo. Estos libros nunca recibieron una consideración seria. (Este es un punto clave que los críticos suelen pasar por alto cuando alegan que entre más de dos mil contendientes al canon se eligieron solo veintisiete. Y luego preguntan: "¿No es poco probable que se haya seleccionado a los veintisiete correctos?") En realidad, son solo dos o tres libros los que no fueron incluidos luego de haber sido seriamente considerados. Estos fueron 1 Clemente, El Pastor de Hermas, y La Didaqué. Estos libros no fueron incluidos en el canon de la Escritura porque no habían sido escritos por los apóstoles, y sus propios autores reconocieron que su autoridad estaba subordinada a la de los apóstoles.
Algunos cristianos están preocupados por el hecho de que haya habido un proceso histórico selectivo. Les molesta la pregunta: ¿cómo es posible saber que el canon del Nuevo Testamento incluye los libros que debería contener? La teología católica tradicional contesta esta pregunta apelando a la infalibilidad de la iglesia. La iglesia es vista entonces como "creando" el canon, y tiene así la misma autoridad que la propia Escritura. El protestantismo clásico niega el hecho de que la iglesia sea infalible y que la iglesia "haya creado" el canon. La diferencia entre el catolicismo y el protestantismo puede resumirse de la siguiente manera:
El punto de vista católico: El canon es una colección infalible de libros infalibles.
El punto de vista protestante clásico: El canon es una colección falible de libros infalibles.
El punto de vista crítico liberal: El canon es una colección falible de libros falibles.
Si bien los protestantes creen que Dios en su providencia ejerció su cuidado especial para asegurar que solo los libros apropiados fueran incluidos, no convirtió a la iglesia en sí misma en infalible. Los protestantes, además, le recuerdan a los católicos que la iglesia no "creó" al canon. La iglesia reconoció, aceptó, recibió y se sujetó al canon de la Escritura. El término que la iglesia utilizó en los concilios fue recipimus, Recibimos".
¿Cuál fue el criterio utilizado para evaluar los libros?
Las así llamadas evidencias canónicas incluían las siguientes:
l. Los libros deberían contar con la autoría o el respaldo apostólico.
2. Su autoridad debería haber sido recibida por la iglesia primitiva.
3. Deberían estar en armonía con los libros de los cuales nadie dudaba de su canonicidad.
Si bien en una etapa de su vida Martín Lutero cuestionó el carácter canónico de Santiago, más adelante cambió de parecer. No hay ninguna razón valedera para dudar de que los libros que actualmente están incluidos en el canon del Nuevo Testamento no son los que deberían estar allí.
Resumen
1. El término canon proviene del griego, y significa "norma" o "estándar". Se utiliza la palabra canon para describir la lista autorizada de libros que la iglesia reconoce como la sagrada Escritura y, por ende, el "precepto" para su fe y su práctica.
2. Además de los sesenta y seis libros de la Biblia aceptados por los protestantes, los católicos también aceptan a los libros apócrifos como Escritura autorizada.
3. Para combatir la herejía, la iglesia reconoció la necesidad de declarar a cuáles libros se les había reconocido su autoridad.
4. Hubo algunos libros cuya inclusión en el canon fue motivo de disputa (Hebreos, Santiago, 2 Pedro, 2 y 3 Juan, Judas, y Apocalipsis), y otros libros cuya inclusión fue considerada pero que no fueron admitidos en el canon, entre los que se encuentran 1 Clemente, El Pastor de Hermas, y La Didaqué.
5. La iglesia no creó al canon, simplemente reconoció a los libros que tenían las evidencias canónicas y que por lo tanto gozaban de autoridad dentro de la iglesia.
6. Las evidencias canónicas incluyen: (1) la autoría o el respaldo apostólico, (2) que la autoridad de dichos libros haya sido reconocida por la iglesia primitiva, y (3) el estar en armonía con los libros que sin ningún tipo de duda formaban parte del canon.
Pasajes bíblicos para la reflexión