TUTORÍA ADVIENTO 2024 POR SEMANAS.
Jesús se hace uno de nosotros para cuidarnos; nace en este nuestro mundo para cuidarnos y enseñarnos a cuidarnos y cuidar a otros y al planeta. ¿HACEMOS NOSOTROS LO MISMO?
Objetivos
Tomar conciencia de lo que se celebra en Navidad a través de distintos símbolos que ayuden a la reflexión
Ofrecer tiempos y espacios de oración y de compartir.
Reflexionar sobre nuestras propias actitudes y acciones.
Descubrir que nuestra mirada puede hacer de este mundo un lugar mejor
Desarrollar actitudes de entrega y solidaridad con los que menos tienen, descubriendo que es entre los más pobres donde Dios eligió encarnarse.
Primera semana (del 25 al 29 de noviembre)
PRACTICAR LA GRATITUD
La gratitud y el Adviento están profundamente relacionados en su esencia, ya que ambos invitan a reflexionar, preparar el corazón y reconocer los dones y bondades que nos rodean.
El Adviento es un período de preparación para recibir algo muy especial: la llegada de Jesús y el amor que trae consigo. Esta espera se puede vivir con gratitud, agradeciendo cada día los pequeños momentos y regalos que ya tenemos en nuestra vida. Así, en lugar de solo anhelar lo que viene, el Adviento también nos anima a valorar lo que ya poseemos y a reconocerlo con gratitud.
Adviento también es un tiempo para fortalecer los vínculos. Expresar gratitud hacia los demás (familia, amigos, compañeros) ayuda a profundizar esas relaciones. Esto refleja el amor que esperamos en Navidad, creando un ambiente de paz y comunión que es esencial para vivir este tiempo con autenticidad.
La gratitud convierte el Adviento en una experiencia más rica y significativa. Nos ayuda a vivir cada día como un regalo, a reconocer la belleza en lo cotidiano y a prepararnos con humildad y alegría para la llegada de la Navidad. Practicar la gratitud durante el Adviento es, en esencia, aprender a vivir el presente con un corazón lleno de esperanza y gozo, mientras miramos al futuro con confianza.
Dinámica; La caja de la gratitud
Cada día de la semana, los alumnos escriben o dibujan (Infantil) algo por lo que están agradecidos. Puede ser algo simple como agradecer por un amigo, un aprendizaje o algo que les haga felices. Lo depositan en la caja de gratitud. Cada mañana (a partir del martes) o al final del día (desde el mismo lunes), alguien saca una tarjeta y la lee en voz alta. Esto crea un ambiente de agradecimiento constante.
Al finalizar la semana, los alumnos se sientan en círculo y, uno por uno, mencionan algo de lo escrito por lo que están agradecidos. Puede ser una experiencia de la semana. Esta actividad fomenta la empatía y el compañerismo.
INFANTIL / 1er ciclo
HASTA 3º /4º PRIMARIA
5º/6º
ESO
Segunda semana (del 2 al 6 de diciembre)
HACER BROTAR LA SOLIDARIDAD
El Adviento es un tiempo de espera y preparación para recibir a Jesús. Esta preparación, sin embargo, no es solo personal, sino también comunitaria. La solidaridad nos recuerda que la verdadera celebración de la Navidad se realiza en comunidad y que prepararnos para este momento significa pensar en quienes nos rodean. Ser solidarios es entender que nuestra alegría y esperanza crecen cuando se comparten con los demás.
Durante el Adviento, la figura de Jesús niño nos recuerda la humildad y la sencillez. Practicar la solidaridad en este tiempo implica mirar a los que están en situación de vulnerabilidad y hacer un esfuerzo por apoyarlos. Esta época puede motivarnos a comprometernos con aquellos que tienen menos, ya sea a través de acciones concretas como donar alimentos, tiempo o simplemente ofrecer nuestra compañía.
En Adviento, encendemos velas para representar la luz de Cristo que viene al mundo. La solidaridad es una forma de encender luz en la vida de quienes pueden estar pasando por momentos de dificultad. Al ser solidarios, llevamos un poco de esperanza y consuelo a quienes lo necesitan, actuando como esa luz que ilumina y da fuerza en tiempos de oscuridad.
La solidaridad en Adviento no solo se trata de dar cosas materiales, sino también de ofrecer apoyo emocional y espiritual. Podemos acompañar a quienes están solos, escuchar a alguien que lo necesita o simplemente estar presentes. Esta disposición de entrega y empatía refleja el verdadero sentido de la Navidad y nos ayuda a vivir el Adviento de manera más profunda.
La solidaridad en el Adviento por tanto transforma este tiempo en una oportunidad para crecer en amor, generosidad y compasión. Prepararnos para la Navidad implica no solo mirar hacia dentro, sino también hacia los lados, entendiendo que todos estamos llamados a ayudarnos unos a otros. Practicar la solidaridad durante el Adviento nos recuerda que celebrar el nacimiento de Jesús es, en última instancia, un acto de amor hacia el prójimo, donde el dar y el compartir son la verdadera esencia de esta época.
Dinámica: Cadena de Solidaridad
Corta tiras de papel en las que los alumnos puedan escribir o dibujar (Infantil) una acción solidaria o un mensaje de apoyo hacia los demás. También pueden escribir experiencias donde otros hayan sido solidarios con ellos. Estas tiras se pueden ir enlazando para formar una cadena que decore el aula, simbolizando cómo cada acto de solidaridad se une al de los demás para formar algo más grande. Esta cadena de solidaridad puede quedarse en el aula como recordatorio de los compromisos asumidos durante el Adviento.
Al concluir la semana, organiza un círculo de reflexión donde cada alumno pueda compartir cómo se sintió al realizar un acto solidario. Pregúntales qué aprendieron de la experiencia y cómo creen que la solidaridad puede hacer una diferencia en el mundo. Además, puedes vincular esta reflexión con el Adviento, explicando cómo prepararnos para la Navidad también implica prepararnos para ayudar a los demás y hacer el bien en comunidad.
INFANTIL 1er CICLO
2º CICLO
3er CICLO
ESO
Tercera semana (del 9 al 13 de diciembre)
ABRILLANTAR EL CORAZÓN CUIDANDO A LOS DEMÁS
Durante el Adviento, "abrillantar el corazón cuidando a los demás" es una manera concreta de prepararnos para recibir el amor de Dios. Este proceso de abrirnos a los demás y servirles nos transforma interiormente, haciendo que nuestro corazón se vuelva más puro, generoso y receptivo. Al llegar la Navidad, habremos creado un espacio más luminoso y lleno de amor dentro de nosotros, listos para recibir el mensaje de esperanza y paz que este tiempo trae consigo.
El Adviento es un llamado a prepararnos espiritualmente, y cuidar a los demás es una forma de purificar y "abrillantar" nuestro corazón. Cada acto de bondad y de ayuda hacia quienes nos rodean es una forma de reflexionar sobre nuestra propia generosidad y empatía, desprendiéndonos de actitudes egoístas. Cuidar a los demás nos ayuda a prepararnos para la Navidad con un corazón más humilde, abierto y dispuesto a recibir el amor de Dios. Al abrillantar nuestro corazón, nos convertimos en una fuente de luz y esperanza para los demás, siguiendo el ejemplo de generosidad y compasión que Jesús nos enseñó.
Abrillantar el corazón cuidando a los demás también nos invita a ver a Dios en las personas que nos rodean, especialmente en los más vulnerables. Adviento es una oportunidad para reconocer que cada persona merece amor, respeto y cuidado, y que al ayudar a otros estamos respondiendo al llamado de amor que Dios hace a través del prójimo. Este tiempo nos recuerda que cuidar de otros es una forma de acercarnos a Dios.
El mensaje de la Navidad es, en esencia, un mensaje de amor y compasión. Cuidar a los demás en Adviento es una manera de poner en práctica este mensaje, de vivir el amor que Jesús vino a traer al mundo. Al ayudar, acompañar o simplemente escuchar a quienes lo necesitan, reflejamos la compasión de Jesús y llevamos un poco de su amor al mundo. Así, "abrillantar el corazón" no solo significa prepararnos a nosotros mismos, sino también ser un reflejo de ese amor en nuestras comunidades.
Adviento es un tiempo de introspección, y cuidar a los demás nos ayuda a reflexionar sobre nuestras propias actitudes y acciones. Al servir a los demás, estamos trabajando en nuestro propio crecimiento personal y espiritual, desprendiéndonos de superficialidades y "abrillantando" lo más valioso dentro de nosotros. Este proceso de limpieza y renovación interior nos prepara para recibir la Navidad con un corazón limpio y lleno de amor.
Abrillantar el corazón cuidando a los demás también implica aprender a dar sin esperar recibir nada a cambio. Este es un acto de generosidad pura, donde el objetivo es simplemente aliviar el dolor o traer alegría a alguien más. En Adviento, esta actitud de entrega desinteresada nos ayuda a enfocarnos en lo que realmente importa y a liberarnos de apegos materiales o egoístas.
Dinámica: Cadena de Corazones
Cada alumno recibe una tira de papel en la que escribe algo bueno que haya hecho por alguien más durante el día. Luego, estas tiras se enlazan para formar una “cadena de corazones” que puede colgarse en el aula. La cadena representa la unión y la conexión que se crea cuando cada uno realiza un esfuerzo por cuidar y ayudar a los demás.
Al concluir la semana, organiza un círculo de reflexión en el que los alumnos puedan compartir sus experiencias de cuidado y bondad. Pídeles que piensen en cómo se sintieron al hacer algo bueno por los demás y cómo creen que sus actos pudieron haber hecho una diferencia. Relaciona la importancia de cuidar a los demás con el Adviento, explicando que prepararnos para la Navidad implica tener un corazón generoso y brillante, listo para dar y recibir amor.
INFANTIL /1er CICLO
2º CICLO
3er CICLO
ESO
Cuarta semana (del 16 al 20 de diciembre)
ROCIARLO TODO CON AMOR
"Rociarlo todo con amor" en el contexto del Adviento es una invitación a que nuestras acciones diarias sean una expresión del espíritu de la Navidad, llenas de amabilidad, generosidad y empatía. Preparar el corazón para recibir a Jesús en Navidad no es solo un acto de fe, sino también de amor práctico hacia quienes nos rodean. Este enfoque transforma el Adviento en una oportunidad para dar y recibir amor, preparando el ambiente para celebrar el nacimiento de Jesús con un corazón abierto y lleno de luz.
El Adviento es un tiempo de espera, preparación y reflexión, y "rociarlo todo con amor" implica llenar de cariño y cuidado cada aspecto de nuestra vida, especialmente nuestras relaciones y actitudes. Durante este tiempo, estamos llamados a hacer que nuestras acciones y pensamientos sean un reflejo del amor, preparando nuestro interior para recibir a Jesús con un corazón generoso y amoroso.
Rociar todo con amor nos invita a ver lo cotidiano como una oportunidad de hacer el bien. En Adviento, este enfoque nos ayuda a reconocer que cada pequeña acción puede ser un acto de amor, desde ayudar en casa hasta ser amable con un desconocido. Así, el amor se convierte en una actitud que transforma nuestras interacciones diarias, haciéndolas más significativas y llenas de propósito.
El Adviento es un tiempo de esperanza, simbolizado por las velas que encendemos cada semana. Rociar todo con amor es una forma de llevar esa esperanza a los demás, de ser un rayo de luz en la vida de quienes nos rodean. Al actuar con amor, ayudamos a iluminar el camino de aquellos que pueden estar pasando por momentos difíciles, dando testimonio del mensaje de paz y amor que Jesús trae al mundo.
"Rociarlo todo con amor" nos invita a abrirnos al valor de la generosidad, a dar sin esperar nada a cambio, solo por el placer de ver a otros felices o confortados. En Adviento, esta actitud de entrega sin condiciones refleja el espíritu navideño y el amor incondicional de Dios. Nos recuerda que la verdadera alegría de esta época no radica en lo material, sino en la generosidad de espíritu y en compartir amorosamente con los demás.
Este tiempo nos anima a mirar a los demás con compasión y amabilidad, especialmente a aquellos que necesitan ayuda o apoyo emocional. Rociar todo con amor implica un esfuerzo consciente por comprender, perdonar y dar oportunidades, reflejando la paciencia y la empatía que el mensaje de la Navidad nos inspira. Adviento es el momento ideal para practicar esta mirada amorosa y generosa hacia los demás.
En Adviento, recordamos que Dios envió a Jesús como una muestra de amor hacia la humanidad. Rociar todo con amor nos invita a reflejar ese amor en nuestras propias vidas, a ser un canal de la misma compasión y cuidado. Esta práctica nos recuerda que, al amar, imitamos y honramos el amor que Dios nos tiene, haciendo del Adviento un tiempo de profundo agradecimiento y de generosa entrega.
Infantil Ayuda al prójimo
https://www.youtube.com/watch?v=IaL-HAgUeXw&t=170s
Dinámica: La Estrella del Amor Incondicional
Coloca una estrella grande en el aula que represente la Estrella de Belén y reparte estrellas pequeñas de papel a cada alumno. Cada estudiante escribe en su estrella un compromiso de amor incondicional que quiera llevar a cabo, como "perdonar a alguien," "ayudar a un familiar" o "hacer un acto de bondad sin esperar nada a cambio." A medida que colocan sus estrellas alrededor de la Estrella de Belén, el mural representa cómo el amor de todos juntos es una luz que guía a la comunidad.
PODEMOS AÑADIR LAS ESTRELLAS AL ÁRBOL DEL OBJETIVO.
También podemos escribir tarjetas o sobres de mensajes de Navidad: Para que los alumnos escriban deseos o bendiciones para otros. Se pueden intercambiar entre las clases. Esta actividad ayuda a practicar el amor sin esperar reconocimiento, enfocándose en el acto de dar amor sin condiciones.
Al final de la semana, reúne a los alumnos en un círculo y pídeles que compartan lo que significó para ellos "rociarlo todo con amor" durante el Adviento. Invítalos a reflexionar sobre cómo sus actos de amor y generosidad han impactado a los demás y a ellos mismos. Esta reflexión les ayuda a comprender cómo sus acciones pueden hacer que el mundo sea un lugar mejor y los prepara para recibir la Navidad con un corazón lleno de amor y gratitud.