PRIMER DOMINGO

ADVIENTO

Estad en vela

PARA INFANTIL Y PRIMARIA:

Comenzamos el ADVIENTO:

¡DESPIERTA!

Jesús nos llama a tener esperanza y a ayudar a los demás...

PARA ESO Y BACHILLERATO:

Comenzamos el ADVIENTO:

¡DESPIERTA!

El lenguaje apocalíptico, que parece asustarnos, no ha de llevarnos al miedo sino al sentimiento de liberación. Como dice el Evangelio es tiempo de tener ánimo, porque se acerca nuestra liberación. Por eso hay que levantar la cabeza hacia Dios, del que viene todo lo que somos y tenemos. No mirar para abajo, sino para arriba. No dejarnos influir por tantas situaciones de destrucción y de muerte, sino de las de vida y esperanza, sintiéndonos como comunidad que navega en el barco de la Iglesia. Estamos en tiempo de Adviento, en el que se activa nuestra esperanza.

Se nos propone que cada semana escuchemos la Palabra de Dios, que nos hará crecer. Llenemos nuestro interior como se llena una regadera. Movámonos a servir, haciendo el bien en nuestro mundo. Particularmente, el primer domingo de Adviento ha de espabilarnos. Dejémonos regar por la Palabra, que empape nuestra tierra. Ojalá inunde de vida nuestra casa y nuestro mundo.

¡Despierta, estamos en Adviento!

Dibu: @javi_comino

Texto: Fernando Cordero ss.cc.


Evangelio del domingo, 28 NOVIEMBRE.

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 21,25-28.34-36

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas.

Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.

Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.

Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.

Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».