MIÉRCOLES DE CENIZA

CUARESMA 2022: MIRA TU CORAZÓN.

INFANTIL Y PRIMARIA:

MIÉRCOLES DE CENIZA: COMIENZA LA CUARESMA.

PRIMARIA, ESO Y BACHILLERATO:

MIÉRCOLES DE CENIZA: COMIENZA LA CUARESMA.


El miércoles, 2 DE MARZO, Miércoles de Ceniza, comienza la Cuaresma. Tiempo de preparación para la Pascua.

Se inician los 40 días en los que la Iglesia nos llama a la conversión, “conviértete y cree en el evangelio”, y a prepararnos verdaderamente para vivir los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en el triduo pascual.

El Miércoles de Ceniza nos abre las puertas al Tiempo de Cuaresma. Tiempo de desierto, de oración, de limosna, de ayuno y de reconciliación.

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La cuaresma es tiempo de desierto

El desierto que nosotros buscamos no es el desierto geográfico de sol y dunas de arena. Nuestro desierto lo encontramos alejándonos de las distracciones que nos rodean, de las actividades que no nos dejan estar en silencio (móvil, redes sociales, tareas, reuniones, prisas, más reuniones…). De esas falsas seguridades que no nos dejan escuchar ni escucharnos.

El desierto que buscamos está en nosotros mismos, en nuestras mismas entrañas, donde, sin distracciones a las que agarrarnos, nos encontramos con nuestra verdadera realidad, con nuestras inseguridades, con nuestro silencio… con nosotros mismos. Y es ahí, en ese desierto interior, donde, si estamos atentos, podremos oír su voz.

La Cuaresma es tiempo de oración

Necesidad de hablar con Dios, de acercarnos a Él, de ponernos frente a Él sin las máscaras del carnaval del día a día.

Tiempo de hacernos humildes, reconociendo que no somos perfectos, ni autosuficientes, que necesitamos alguien que nos escuche, que nos acepte tal y como somos, con nuestras miserias y con nuestras riquezas.

La Cuaresma es tiempo de limosna

Tiempo de desprendernos de ese afán de tener, de consumir, de poseer, de vivir para nosotros y nuestros intereses… y comprender la solidaridad cristiana de compartir lo que tenemos, incluso a nosotros mismos.

Tiempo de darnos cuenta de todo lo que nos sobra, de todo los que nos ata, de todo lo que nos posee a nosotros (aunque pensemos que es al contrario).

La Cuaresma es tiempo de ayuno

Tiempo de ayunar de aquello que llena nuestros días sin llegar nunca a saciarnos: las redes sociales, la actividad frenética, los malos pensamientos, las prisas, las malas formas, las compras compulsivas, el tener, el poder...

Tiempo de ayunar no para sufrir, sino para ser conscientes de todo lo que nos sobra y a otros les falta.

Tiempo de ayunar para saber que se puede vivir con mucho menos.

La Cuaresma es tiempo de reconciliación

Esa reconciliación que empieza por aceptarnos a nosotros mismos con nuestros errores e incongruencias.

Tiempo de pedir perdón, sentirnos perdonados y perdonar. Si Él nos perdona, que siempre nos perdona, no cabe que nosotros guardemos rencor a nadie.

Tiempo de abrazar y de que nos abracen, en esa reconciliación que los abrazos sellan como definitiva.

Hoy nos imponen la ceniza… Tenemos 40 días para buscar nuestro desierto, para encontrarnos en la oración, para compartir en la limosna, para comprender con el ayuno y para reconciliarnos con los otros y con nosotros mismos.