EVANGELIO 19S

El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí...

INFANTIL Y PRIMARIA:

JESÚS Y LOS NIÑ@S:

Jesús les dice a los mayores que no dejen de ser NIÑOS Y NIÑAS... COMO TÚ...

que no se enfaden y discutan tanto,...

que pinten el mundo de color y amor,

que se ayuden, se abracen y se quieran más...

que jueguen y sonrían mucho...

¿qué les puedes enseñar tú a los mayores?

ENSÉÑALES A LOS MAYORES A HACERLO... ¡POR SI SE HAN OLVIDADO!

ESO Y BACHILLERATO:

JESÚS Y LOS NIÑ@S:

Los discípulos discuten. Nosotros discutimos. Los políticos discuten. Y la situación de los pobres es la que es. No digamos ya la de los refugiados que, con buen o mal tiempo, han de salir de su tierra para seguir viviendo.

Jesús nos propone parar las discusiones y fijarnos en los niños:

Nos propone no dejar de ser niños... a veces queremos ya ser mayores y, otras, ser un poco como Peter Pan, que no quería crecer...

¿Qué valores tenemos de niños que no te gustaría perder?...


Jesús abraza a un niño. Desarma la discusión.

Ojalá , como cuando éramos pequeños, no nos enfademos y discutamos tanto,...

pintemos el mundo de color y amor,

que nos ayudemos, nos abracemos y nos queramos más...

que sonriamos mucho...

Volvernos pequeños (LEEMOS JUNTOS)

Que la vida nos vuelva pequeños,

frágiles, vulnerables.

Que se lleve como agua del río

nuestros secretos orgullos,

nuestras grandes ambiciones.

Que nos conmuevan, como de niños,

las palabras y gestos de ternura,

los sucesos y gritos del dolor.

Desandemos ya los pasos

que nos llevaron equivocadamente

a creernos reyes

sobre todos los valles

y escenarios de este mundo.

¡Cuántos desengaños, traiciones

y magulladuras en nuestro corazón!

Vuélvenos, como en la infancia,

la atención hacia la fantasía,

hacia los secretos del universo,

hacia las cosas anodinas.

Y entre risas, juegos y silencios

perder sin más nuestro tiempo,

y ganar, al fin, nuestra vida.


Seve Lázaro, sj


Evangelio del domingo, 19 de septiembre.

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 9, 30-37

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.

Les decía:

«El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará».

Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle.

Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó:

«¿De qué discutíais por el camino?».

Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.

Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:

«Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos».

Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:

«El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».