EVANGELIO 30 ENE









Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino.

PARA INFANTIL Y PRIMARIA:

NO LE ENTENDÍAN...

A veces los mayores no nos entienden. ¿Te ha pasado eso?

A Jesús, a veces, tampoco lo entendían... pero ¿cómo va a cambiar el mundo un joven carpintero?...

Dios nos quiere sorprender y nos dice que lo pequeño, lo poquito que tú hagas, puede cambiar el mundo.

NO TE CANSES, SIGUE CAMINANDO.

EN LA IMAGEN TIENES UNA CANCIÓN QUE NOS ANIMA A NO DEJAR DE CAMINAR.


Dibu: Patxi Velasco FANO

PARA ESO Y BACHILLERATO:

NO LE ENTENDÍAN...

A veces los que te rodean no nos entienden. ¿Te ha pasado eso?

A Jesús, a veces, tampoco lo entendían... pero ¿cómo va a cambiar el mundo un joven carpintero?...

Dios nos quiere sorprender y nos dice que lo pequeño, lo poquito que tú hagas, puede cambiar el mundo.

No te importe lo que digan los demás... TÚ, SIGUE CAMINANDO...

EN LA IMAGEN TIENES UNA CANCIÓN QUE NOS ANIMA A NO DEJAR DE CAMINAR.


REZAMOS:

En tu pueblo no te hicieron caso. No creían en el hijo del carpintero. A veces la sencillez y la humildad no “vende”. Más bien, quieren “despeñarte”. Tú, sin embargo, sigues empeñado en tallar nuestra alma, a pesar de todos los riesgos. No te canses nunca, Maestro carpintero, de realizar esa noble tarea, a ver si consigues que latamos a tu ritmo, que nos empleemos en tus opciones y en tu manera de afrontar los desafíos de la vida.

Dios carpintero, pule la madera de nuestro ser con el cepillo de tu misericordia y de tu amor. Jesús, hijo del carpintero de Nazaret, haz que nuestra miopía no impida contemplar tu plan que sobrepasa nuestras cortas miradas.

Dibu: @javi_comino

Texto: Fernando Cordero ss.cc.


Evangelio del DOMINGO, 30 DE ENERO.

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 4, 21-30

En aquel tiempo, Jesús comenzó a decir en la sinagoga:

«Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír».

Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de su boca.

Y decían:

«¿No es este el hijo de José?».

Pero Jesús les dijo:

«Sin duda me diréis aquel refrán: “Médico, cúrate a ti mismo”, haz también aquí, en tu pueblo, lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún».

Y añadió:

«En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán, el sirio».

Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino.