EVANGELIO 30 OCT
“ Hoy ha llegado la salvación a esta casa ”
INFANTIL Y PRIMARIA:
El Evangelio es claro y directo. Como a Zaqueo, Jesús nos llama hoy a que no nos andemos por las ramas, que bajemos a lo concreto de la realidad, de ayudar en casa, de ayudar a los amigos,...
¡No nos andemos por las ramas! Jesús no se cansa de invitarnos a bajar de esas ramas y nos invita a sacar lo mejor de nosotros mismos. Date prisa en cambiar tu corazón.
Zaqueo bajó, cambió de vida y fue feliz. ¿Seremos tan valientes nosotros como el pequeño nuevo discípulo?
Dibu: Patxi Velasco FANO
Texto: Fernando Cordero ss.cc.
ESO Y BACHILLERATO:
El Evangelio es claro y directo. Como a Zaqueo, Jesús nos llama hoy a que no nos andemos por las ramas, que bajemos a lo concreto de la realidad, de trabajar por la justicia, de ser personas con corazón que reconocen sus errores y desean un cambio de verdad. Date prisa en convertir tu corazón.
¡No nos andemos por las ramas! Jesús no se cansa de invitarnos a bajar de esas ramas en las que nos instalamos y no nos dejan sacar lo mejor de nosotros mismos. ¿Cuáles son esas ramas? ¿Cómo bajar y acceder al Señor? ¿Cómo ser más nosotros mismos?
Jesús quiere entrar en tu casa, en tu mundo, en tu vida, en tu corazón y ayudarte a cambiar y ser mejor...
Zaqueo bajó, cambió de vida y fue feliz. ¿Seremos tan valientes nosotros como el pequeño nuevo discípulo? Date prisa en convertir tu corazón.
Dibu: @javi_comino
Texto: Fernando Cordero ss.cc.
Evangelio del DOMINGO, 30 DE OCTUBRE.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 19, 1-10
En aquel tiempo, Jesús entró en Jericó e iba atravesando la ciudad.
En esto, un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de ver quién era Jesús, pero no lo lograba a causa del gentío, porque era pequeño de estatura. Corriendo más adelante, se subió a un sicomoro para verlo, porque tenía que pasar por allí.
Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y le dijo:
«Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa».
Él se dio prisa en bajar y lo recibió muy contento.
Al ver esto, todos murmuraban diciendo:
«Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador».
Pero Zaqueo, de pie, dijo al Señor:
«Mira, Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si he defraudado a alguno, le restituyo cuatro veces más».
Jesús le dijo:
«Hoy ha llegado la salvación a esta casa, pues también este es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido».