UN ABRAZO PARA LA HISTORIA

SEMANA DE LA PAZ.

PARA TODOS:

PARA LA ORACIÓN PODEMOS VER DEL MINUTO 23 AL MINUTO 30 EN EL DOCUMENTAL QUE ENCONTRARÁS EN ESTA PÁGINA.

Era el último intento previo a la final de salto de altura de las Olimpiadas de Berlín (1936). El atleta afroamericano Jesse Owens ya había fallado dos veces al intentar superar los 7,15 m que se pedían para pasar a la final. El público germano estaba emocionado en las gradas, pues solo le quedaba un intento y, si no lo conseguía, Lutz Long, el atleta nacional, tenía el camino libre para coronarse campeón.

Y sucedió lo inesperado: Long se acercó a Owens para aconsejarle que se concentrara solo en pasar la criba, no en hacer el mejor salto del mundo. Y le recomendó hacerlo a 20 cm de la zona de batida para que no le descalificaran. Así lo hizo y Owens pasó a la final.

La disputa final fue todavía más emocionante, Long saltó 7,87 m y Owens no conseguía superar esta marca, pero en su último intento, como en la semifinal, lo superó: voló hasta los 8,06 m y consiguió la medalla de oro. El público estaba consternado e indignado por la actitud de Long, quien, lejos de lamentar su derrota, fue corriendo hacia Owens para abrazarlo, felicitarlo y levantar su brazo como señal de campeón. Uno de los mayores gestos de deportividad de la historia.

PARA UNA TUTORÍA (ESO):