REZAMOS

POR LA PAZ 3







PARA INFANTIL Y PRIMARIA:

Hoy os proponemos escuchar o "bailar" esta canción por la PAZ. ¿QUÉ PUEDES HACER PARA TRAER LA PAZ?


PARA PRIMARIA, ESO Y BACHILLERATO:

A. Primer Visionado

Un primer visionado del video-clip “Desaprender la guerra” nos descubre una cosa curiosa:

NO HAY ENEMIGOS. SÓLO MÁQUINAS y EDIFICIOS DESTRUIDOS.

Es como si “los desastres de la guerra” se manifestaran a través de las cosas y no de las personas. Las únicas personas que aparecen son las que narran la historia, la denuncian o marcan una senda alternativa.

El cantautor que aparece en distintos paisajes desolados y en solitario.

  • Un padre y su hijo que protestan de la guerra haciendo una pintada.

  • Una mujer que desde un balcón echa a volar como un deseo, como un sueño ¿imposible?, dos palomas de la paz que salen de sus manos.

Un niña que al final, como si fuera arte de magia, reconstruye la belleza y siembra la esperanza.

  • ¿No hay víctimas? ¡Por supuesto que sí!. El simbolismo de la destrucción que llena todo el video-clip hay que leerlo no sólo literalmente, sino refiriéndolo a la humanidad (tanto víctimas como asesinos). Esas ruinas que se muestran son las vidas humanas arruinadas de unos y de otros: los que las construyeron, los que las destruyeron y los que las padecen. Es esa “ausencia de humanidad” la que muestra todo el horror de la guerra y sus desastrosos y terribles efectos:


LA HUMANIDAD DESAPARECE.

Esa “ausencia de humanidad” aparece mitigada por los televisores que se van fundiendo uno tras otro y que nos muestran “desfiles de soldados”. Los soldados son siempre (en guerra o en paz) “sucedáneos de humanidad”; son “humanoides” (parecen humanos pero no lo son, nos están engañando).

¿Es que los soldados son los únicos protagonistas de las guerras?

Según desde dónde se mire: para los que hacen las guerras, los soldados son el principal instrumento. Si no hubiera soldados disciplinados no duraría mucho una guerra.

Posible objeción: ¿El mundo sería un caos? ¿Una selva donde triunfaría la ley del más fuerte?

De ningún modo: El que no haya soldados no quiere decir que no haya autoridad, ni leyes, ni encargados de hacerlas cumplir y distintas formas de resolver los conflictos.

Para los que sufren las guerras los soldados, de uno u otro bando, son siempre una desgracia. Porque la guerra lo es y si no hubiera soldados no las habría.

En definitiva el que se fundan uno tras otro los televisores y sus desfiles militares no es un síntoma más de la destrucción; sino todo lo contrario: un signo de esperanza. Un apunte de solución


B.- Veamos de nuevo el video-clip:

Un visionado más atento y detallista nos da una segunda clave: las dos direcciones de las imágenes aparentemente contradictorias y sin embargo complementarias:


La primera dirección: “hacia atrás”, rebobinando.”Desaprendiendo”.

Todos “los desastres de la guerra” si se rebobinaran nos enseñarían a valorar lo que se ha perdido con ella.

Es muy importante hacer conscientemente este rebobinado, porque si no se hace uno no se da cuenta de lo que ha perdido. Es decir: al pensar como inevitable todo lo sucedido se justifi can todas las pérdidas y no se es capaz de ver ni comprender la barbarie.

Hay incluso personas (las que hacen las guerras o hacen de ellas un negocio) que justifican tal barbarie diciendo –por ejemplo– que la reconstrucción siempre trae beneficios. Es este un pensamiento tan absurdo que siguiendo su lógica majadera nos tendríamos que dedicar a derribar y destruir para tener que levantar y reconstruir y de esta manera estar siempre activos y “pagados y creando empleo”. Como si no fuera más interesante disfrutar de la vida que crece por si sola y nos ofrece gratuitamente toda su increíble riqueza.

Por esto es muy importante rebobinar y ver a dónde nos conduce una dirección equivocada: la carrera de armamento, el capitalismo salvaje en todas sus variantes (socioeconómicas, políticas e ideológicas


Es muy importante disfrutar de esta “marcha al revés”, aunque sean imágenes trucadas (lo cual no resta un ápice de simbolismo, sino todo lo contrario, pues ponen de manifiesto que el ser humano puede revertir las imágenes y también las propias ideas). Por eso es muy importante disfrutar al “ver” cómo las bombas ascienden hasta los aviones, “ver” cómo el disparo del tanque se vuelve a meter en el cañón, “ver” cómo el coche incendiado se “desquema” y reconstruye otra vez…

La segunda dirección: “hacia delante: sembrando vida y alimentando sueños”.

Es quizá la dirección que más cuesta comprender porque las imágenes aparecen como algo artificial y por lo tanto “manipuladas” o “falsas”. Vamos por ello a examinar esta dirección en profundidad.

Acompañando el movimiento de la cámara, que inicia una panorámica hacia la derecha (nosotros los occidentales interpretamos esto como avance, ya que leemos y escribimos hacia este lado) comienzan a aparecer signos de vida: hierbas y flores, plantas trepadoras que ascienden por las columnas, brisas que dibujan aires nuevos y limpios, puertas que se abren (algunas de hierro, otras enormes portones de edificios) e inundan de luz toda la ruinosa escena, palomas en vuelo, lluvia de flores…


¿Cómo hemos de interpretar estas imágenes que no son “reales” como las ruinas y los personajes?

Cuando hemos “rebobinado” y comprendido todo lo que se ha perdido y destruido, si todavía estamos sanos y vivos, nos entran ganas de construir algo mejor que lo perdido, algo diferente, alternativo… y trabajamos con los sueños y utopías que son el campo abonado donde echan raíces nuestros mejores deseos y nuestros proyectos más creíbles.

No son imágenes “reales” porque todavía no se han materializado. Todavía no pertenecen al reino de las cosas concretas: son las semillas que nacen del ser humano creativo y hay que cultivarlas, cuidarlas, trabajarlas y solamente de ese modo podrán llegar a ser realidad.

¿Sólo esto o también algo más?

Aunque algunas de estas imágenes son simples dibujos luminosos sobre impresionados sobre la trágica y ruinosa realidad… hay otros que son más que esto: esos fogonazos de luz que invaden toda la escena y nos inundan al abrirse los portones… Es como si la brisa, suavemente dibujada al principio, cobrara fuerza gigantesca y sobrehumana para reabrir todos esos portones que nos hacían creer que no había salida ni solución y que todas las posibilidades estaban inevitablemente trancadas.


¿Qué significa esto?

Que no hay nada imposible. Que los que nos presentan la guerra como inevitable lo hacen para conducirnos a donde ellos pretenden que vayamos. Son ellos los que cierran las puertas, son ellos los que diseñan una estrategia que no admite alternativas, son ellos…ellos…siempre ellos los que nos quieren convencer de que este mundo está cerrado y condenado a una inevitabilidad de desastre: “ guerras… siempre las habrá!” O no... depende de nosotros...